En nuestro organismo existen canales por donde la energía vital recorre su camino y nutre y regenera los diferentes aspectos de nuestra vida interior por donde pasa. En los entornos donde habitamos ocurre lo mismo…
La energía vital recorre nuestras
viviendas con un orden y un sentido y al igual que puede ocurrir dentro de
nosotros, puede haber zonas de nuestra vivienda en las que dicho orden y
sentido esté alterado y en desequilibrio.
Puede que haya zonas que por
acumulación de recuerdos, por pereza o por falta de espacio o de tiempo, se
llenen de objetos que ralentizan la fluidez de vida.
Hay personas que pasan de puntillas
por las zonas de desorden de su vivienda sin darse cuenta de que se comportan
de la misma manera con sus desórdenes internos. Que dicho desorden interno
también ralentiza su energía, su creatividad y su vida, o lo que es peor, que
en una gran mayoría de ocasiones, el no querer mirarlo, lleva a posicionarse
inconscientemente en corrientes insanas de vida.
Este es uno de los principales
motivos por los que muchas personas se acercan a circunstancias o experiencias
donde normalizan situaciones que les incomodan, pero no más que atender su
propio desorden personal, por ello se ven tentadas a elegir opciones rápidas de
experiencias que, tras no sentirse bien en ellas, acaban culpando a la vida
cuando lo único que la vida pretendía no era que continuase en una salida, sino
advertirle con la incomodidad de que debía buscar de nuevo la puerta de entrada
a sí mismas.
Hay personas que esta conducta
interna se refleja en los lugares que eligen ocupar en su vivienda. Se colocan
en lugares de incomodidad y en lugares con corrientes que les debilitan
reflejando con ello un débil interés real por su vida.
Si no tienes suficiente fuerza o
claridad para observar con nitidez tu mundo interno, trata al menos de observar
cómo te posicionas en tu mundo externo y busca a consciencia lugares cómodos y
que te fortalezcan. Por resonancia, gracias a elegir buenas posiciones, se
iluminará internamente lo que te impedía elegirlas y así poder resolverlo. Una
vez resuelto internamente, sólo entonces, te posicionarás de forma externa con
naturalidad en aquello que te de verdad te conviene y podrás gestionar con
gratitud cualquier tipo de desorden.
Al fin y al cabo, ni somos el mundo
interno ni el externo, somos la consciencia que lo observa y en ella está la
llave de la coherencia.
================================================================================
Autor: Andrés
Tarazona (andres@andrestarazona.com)
Todos los jueves, desde el 7 de noviembre de 2019, Andrés comparte en este blog una serie de publicaciones
centradas en
el Diseño
Sentido: interiorismo
y diseño consciente de viviendas, comercios y empresas que mejoran la calidad
de vida.
================================================================================
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.