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El blog El Cielo en la Tierra publica todos los lunes, desde el 3 de septiembre de 2018, una entrada relacionada con el Proyecto de investigación Consciencia y Sociedad Distópica. Por medio de la web del Proyecto se puede tener información detallada sobre sus objetivos y contenidos y cómo colaborar con él:
http://sociedaddistopica.com/
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El
fundador del Media Lab del MIT vaticina un salto para la humanidad gracias a la
bioingeniería, la producción de alimentos artificiales y la irrupción de una
energía limpia
Tiene motivos para presumir de dones proféticos, porque estuvo en
primera fila del despertar digital y vio con claridad lo que vendría después.
En los años ochenta y noventa, cuando la mayoría de la población desconocía o
empezaba a acercarse a Internet, (Nueva York, 1943), ingeniero informático y
arquitecto, fundador, director y ahora presidente del Media Lab del
Massachusetts Institute of Technology (MIT), vaticinó que íbamos a tener
ordenadores en los bolsillos, pantallas táctiles, televisión a la carta como la
de Netflix, altavoces inteligentes y hogares conectados. Y entendió que
vendrían profundos cambios sociales. Sus artículos en la última página de Wired
o su libro El mundo digital (1995) eran seguidos como un oráculo.
El tiempo le ha dado la razón en casi todo. Negroponte conversa
en Madrid, donde participa este jueves en la jornada Cruce de Caminos,
organizada por Banco Caminos y Bancofar. Sigue confiado en sus visiones del
futuro, que hoy suenan muy atrevidas. Claro que también era atrevido lo que
decía hace 30 años.
Pregunta. ¿Cuál es el próximo hito para la humanidad?
Respuesta. El mundo digital se ha integrado en nuestras vidas. Lo
que vendrá ahora ya no serán extrapolaciones de la informática, como las que
hemos visto.
Pregunta. ¿Es la bioingeniería la próxima revolución?
Respuesta. Esa será una de las grandes cosas que vengan, sí.
Tendremos humanos genéticamente modificados y corregiremos los errores de la
naturaleza. Será un futuro muy distinto.
P. ¿De verdad podremos vivir 150 o 200 años? ¿Lo haremos nosotros
o nuestros descendientes?
R. Eso ocurrirá con seguridad en la próxima generación. Es un poco
tarde para nosotros, porque revertir el envejecimiento es más difícil. Pero no
hay duda de que sus hijos y mis nietos vivirán hasta los 150 años. Y haremos
que los discapacitados puedan andar, luego podremos eliminar las enfermedades
raras...
P. Y se alimentará al mundo con comida artificial.
R. Crear carne que no proceda de las vacas es un proyecto
maravilloso. Podremos replicar las células de las vacas sin hacer daño a
animales, sin el CO2 que emiten, ahorrando agua, cuidando el medio ambiente, y
logrando que la gente tenga carne.
P. ¿Nos salvará la tecnología también del cambio climático?
R. La tecnología es la única solución al cambio climático. No hay
otra. Tenemos que encontrar la forma de producir energía, no necesariamente de
fuentes renovables, como el viento o el sol, sino haciendo que la fusión
nuclear funcione. En 50 años tendremos una economía distinta y un mundo mejor
gracias a ella.
P. Usted pronostica avances enormes para la humanidad. ¿No teme
que las miserias humanas, o los intereses políticos y económicos, impidan que
lleguen a beneficiar a la mayoría?
R. Los intereses corporativos suelen frenar algunos avances, pero
no por mucho tiempo. Es bien conocido que quienes tienen intereses en el
petróleo pueden forzar un retraso en las tecnologías alternativas. Por eso es
tan difícil hacer pronósticos sobre cuándo llegarán algunas cosas, porque a
menudo los retrasos vienen de fuerzas externas que no tienen que ver con la
tecnología.
P. El 5G, el sistema que dominará las comunicaciones móviles, está
siendo el centro de esta Segunda Guerra Fría, un campo de batalla entre EE UU y
China por esa tecnología. ¿Quién ganará?
R. Hace 15 años que EE UU se ha rendido en las tecnologías de la
telecomunicación. Los principales actores ya no son empresas americanas. El
repentino interés por el 5G, y en particular por Huawei, me parece increíble.
Porque el 5G no es tan importante como están vendiendo. Es solo un cambio
incremental sobre el 4G. El hito fue el 3G. Esto no es la fusión nuclear. Si
alguien domina la fusión nuclear, cambiará las reglas del juego. El 5G no va a
ser rompedor. Y si miramos lo que hace China en áreas como el 5G, está muy por
delante de EE UU.
P. Usted representa el optimismo ante los cambios tecnológicos.
Pero todo indica que la opinión pública ha ido pasando del entusiasmo al
pesimismo.
R. Sigo siendo optimista, pero eso es verdad. Hay un creciente
sentimiento en todo el mundo de escepticismo, de que la tecnología ha creado
muchos de los problemas que tenemos que arreglar. Si lo miras objetivamente y
con perspectiva, la tecnología ha traído muchas soluciones, como en la
medicina, y los problemas son sobre todo por cómo usamos la tecnología.
P. Los gigantes de Internet son vistos ahora como un gran
oligopolio que hace negocio sin control con nuestros datos. Una especie de Gran
Hermano.
R. Pondré otro ejemplo. Cuando las revelaciones de Snowden, muchos
americanos como yo nos sorprendimos de que el Gobierno nos estaba vigilando. Si
vas a China, y acabo de estar allí, ves cientos de cámaras en la calle haciendo
reconocimiento facial y creando una casi perfecta seguridad. Y la gente está
satisfecha. Dicen: de acuerdo, quizás se viole lo que vosotros los occidentales
consideráis intimidad, pero no tenemos delincuencia. Son cosas que se ven
distintas desde cada cultura.
P. ¿Juega China con ventaja en la carrera tecnológica por la falta
de garantías para la intimidad? Allí se puede crear una gigantesca base de
datos genéticos que en Occidente no sería viable.
R. Europa es quizás el líder mundial en protección de la intimidad.
Por otro lado, hay mucha gente que muere en Alemania porque es ilegal compartir
datos que permitirían salvarlos. Es un difícil equilibrio. Si me atropella un
coche, no quiero que mis datos médicos estén protegidos, quiero que cuando
llegue la ambulancia lo sepan todo.
P. ¿Cree que los gigantes de Silicon Valley deben ser divididos como
otros monopolios en el pasado, lo que ha propuesto la senadora Elizabeth
Warren?
R. No estoy seguro de que dividir a estas compañías garantice
asuntos como la privacidad. A nadie le gusta que una empresa crezca tanto y sea
dominante, pero lo que tenemos que mirar es qué sacamos de ellos, quién está
contribuyendo más al conocimiento y la ciencia. Es sorprendente qué poco
aportan muchas de esas grandes compañías. La gente joven quiere ser Mark
Zuckerberg, no quieren ser Alan Turing. Es decepcionante. Necesitamos gente que
invente y sea imaginativa como Turing.
P. ¿Están afectando las redes sociales a la calidad de la
democracia? Allí se expanden ideas extremistas, mensajes de odio…
R. No uso mucho las redes sociales. Soy más un observador. Está
claro que están teniendo un impacto. En unas partes, están creando democracia,
en otras partes la están debilitando. El balance es probablemente a favor de la
democracia.
P. Diversos estudios alertan de la destrucción de millones de
empleos por la robotización, incluso en las actividades más intelectuales. Esto
está generando ansiedad en la población y abriendo debates como el de la renta
universal. ¿Cuál es el futuro del empleo?
R. Es más fácil automatizar la mayoría de actividades intelectuales
que la mayoría de empleos en servicios, como preparar comida rápida. Es más
fácil tener un robot abogado, o contable. El desplazamiento del empleo no
dependerá de las capacidades intelectuales. En algún momento tendremos que
repensar el concepto del trabajo. Una parte del concepto tiene que ver con
tener un sentido, un propósito. La gente siempre tendrá un propósito, pero
puede no ser llevar un salario a casa, que es lo que define el empleo hoy.
P. ¿Vamos a tener algún día una verdadera inteligencia artificial,
que tenga conciencia?
R. Esa es la pregunta, la conciencia, y la mayoría de la gente no
se la hace. No estoy seguro de que lo vaya a ver en mi vida. Pero antes de eso
veremos máquinas que tendrán sentido del humor, y será asombroso. Otra pregunta
que no parece interesante es: ¿por qué los hombres apreciamos la música?
P. ¿Hay que reivindicar las humanidades, o la filosofía, en una
sociedad hipertecnológica?
R. Las humanidades son la cosa más importante que puedes estudiar.
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Entrevista a Nicholas Negroponte
Fuente:
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