Hemos normalizado atribuir al ser características que no le corresponden. Aspectos como la impaciencia, la capacidad de escucha, el sentido del humor, la empatía y un largo etcétera, suelen, de forma coloquial, quedar sellados como formas de ser.
A nivel de consciencia, el ser no
tiene forma. Puede, incluso, llegar a sorprendernos la neutralidad que se
siente cuando logramos o permitimos, que lo que realmente mueve nuestra vida,
tome presencia.
Si te apetece hacer más presente la
realidad de ser, tu vivienda puede ayudarte.
Si cogemos el concepto de vivienda
como la estructura física y el concepto de hogar como el ser que habita su
interior, puede resultar fácil realizar la siguiente reflexión:
Como vivienda, es posible definirla
como amplia, alargada, estrecha, luminosa, ordenada, etc., sin embargo, como
hogar, verás que si intentas definirlo, conectas con una parte de ti mucho más
profunda.
La energía de hogar se crea con lo que
se vive y se experimenta en su interior. Es por tanto el hogar quien carga con
la consciencia o inconsciencia de sus habitantes a la hora de vivirlo, de
decorarlo, de tratarlo o de disfrutarlo, llegando a poder definirlo como un
hogar silente, cálido o pacífico, o un hogar frío, estresante y tenso según lo
que se impregne en él. Sin embargo, en lo más profundo, la energía de hogar es
simplemente energía natural neutra contenida en una estructura.
Volviendo a nosotros, nuestro ser
carga con la influencia de nuestra personalidad, nuestra genética y nuestra
inconsciencia, de manera que queda tan oculto y diluido entre ellas que
confundimos lo esencial de lo temporal.
Si conoces las 9 zonas vitales de tu
vivienda, te puede resultar más fácil realizar este ejercicio, pero si no las
conoces, puedes disfrutarlo igual.
Durante unos días, trata de sentir la
esencia de tu hogar más allá de lo que percibas con tus sentidos físicos.
Intenta profundizar y tomar contacto con su presencia neutra y trascender el
posible desorden, sonido, aroma, e incluso su luminosidad. Trata, simplemente, de
conectar con su presencia sin forma contenida en la estructura que define tu
vivienda y observa lo que ocurre en ti.
La única forma de poder sentir la
esencia de tu hogar es desde tu propia esencia, por lo que mantener activo este
ejercicio te ayudará a desapegar tu autodefinición de lo en realidad no eres
para proyectar tu vida desde lo que realmente sientes.
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Autor: Andrés
Tarazona (andres@andrestarazona.com)
Todos los jueves, desde el 7 de noviembre de 2019, Andrés comparte
en este blog una serie de publicaciones centradas en
el Diseño Sentido: interiorismo y diseño consciente de viviendas, comercios
y empresas que mejoran la calidad de vida.
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