Lo más habitual, cuando llega la noticia de una nueva vida a la familia, es tratar de tener todo preparado para su llegada; incluida su habitación.
Por norma general, la preparación de dicha habitación se
suele realizar por criterios de espacio y de sexo. Ambos aspectos determinan en
gran parte la distribución y los colores que se eligen.
Cuando, además de los criterios básicos se tiene en cuenta
la vibración vital del futuro bebé, aspectos como la orientación de la cuna,
las tomas de corriente y la calidez de los materiales, toman un papel
relevante.
Existen 8 tipos de vibraciones personales. Según el año
lunar de nuestro nacimiento y número sexo, vibramos de una determinada manera.
Cuando el lugar donde un recién nacido se acondiciona en armonía con su
vibración personal, todos sus procesos metabólicos y vitales se dan con
naturalidad.
Las personas que son conscientes de esta realidad, suelen
esperar a acondicionar la habitación del bebé cuando nazca ya que al principio
ponen la cuna en la habitación principal y tienen tiempo más que suficiente
para preparar la nueva habitación con consciencia. En estos casos, es la
habitación de los padres la que, con sencillos detalles, se refuerza para el
bienestar general de la familia y del bebé.
Si ya tienes niños y no conocías estos aspectos, todavía
puedes aplicarlos en su habitación.
Los niños tienen su brújula interna cristalina y observar
su comportamiento puede indicarte de forma fácil si su entorno es armónico para
su crecimiento y su bienestar emocional.
Un niño alegre, sereno, que explora y juega con normalidad,
suele reflejar que habita en un lugar beneficioso.
Un niño inquieto, con alteraciones de sueño e irritable,
puede estar indicando que hay alguna alteración en el lugar donde mayor tiempo
pasa, como puede ser la cuna o su cama.
Si observas que tu hijo o hija no concilian bien el sueño y
observas en ellos inquietud, presta atención a estos puntos ya que, en el caso
de que su inquietud sea por el entorno donde duerme, pueden ayudarte a
corregirlo de forma fácil:
+Si no conoces la mejor orientación para el sueño de tu
hijo o hija, observa si mientras duerme intenta orientarse hacia otra dirección
a la que normalmente lo hace. Acostarle en una cama amplia y observarlo puede
ayudarte.
+Si su cama o cuna está arrimada lateralmente a una pared,
prueba a separarla unos centímetros. En ocasiones la energía se estanca en uno
de los laterales y puede provocarles inquietud.
+Enciende, una media hora antes de acostarle, una luz en el
lado izquierdo de su cama. La luz en ese lado de la cama ayudará a que su
respiración sea más serena y su sueño más profundo.
Cuando desde niños nos rodeamos de armonía natural, nuestra
vida fluye con mucho más orden y suavidad.
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Autor: Andrés
Tarazona (andres@andrestarazona.com)
Todos los jueves, desde el 7 de noviembre de 2019, Andrés comparte
en este blog una serie de publicaciones centradas en
el Diseño Sentido: interiorismo y diseño consciente de viviendas, comercios
y empresas que mejoran la calidad de vida.
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