Llegado al final de esta serie dedicada a la “Visión sistémica de nuestro mundo”, considero que podría ser interesante hacer algo parecido a una recapitulación de todo lo mostrado en las cincuenta entregas llevadas a cabo durante todo este concluido año 2020, de infausto recuerdo para la Humanidad, en el que hemos podido comprobar cómo en 365 días, la vida de los seres humanos ha cambiado para siempre, y no es una exageración.
Hemos vivido 365 días que han hecho que la Nochevieja de 2019 la
Humanidad aquella impresiona de estar muy atrás en el espacio tiempo, porque la
que ha celebrado la actual de 2020, no es ni su sombra.
Esta entrega de recapitulación la escribí el 28 de septiembre
pasado, una vez concluida toda la serie y, una vez escrita, podría habérsela
entregado a Emilio Carrillo a comienzos de octubre, pero luego pensé que era
preferible entregársela (ya se lo advertí), a comienzos de diciembre, para que
lo que aquí expongo, no suene a obsoleto, desfasado y desactualizado respecto
de lo que hoy, 4 de enero de 2021, fecha de publicación en el blog de esta
última entrega, estemos viviendo en España y en el Mundo.
Esta incertidumbre respecto de lo que pasará en el Mundo y en
nuestra vida mañana (24 horas después del momento presente), es el mayor
exponente del caos absoluto en el que se ha convertido la vida en este
castigado Planeta Tierra.
Supongo que las gentes que vivieron los momentos más oscuros y
dramáticos de la Segunda Guerra Mundial lo considerarían lo más parecido al fin
del mundo. Y realmente así era, dado que la Humanidad después, no sería en
absoluto, ni parecida a la de antes. Pero al menos fue, es decir, mal que bien,
en determinados territorios devastados fue posible recomenzar, aunque, como
hemos podido observar en las entregas dedicadas a los capítulos del Libro
“Consciencia y Sociedad distópica”, la 2ª Guerra Mundial supuso en todas ellas
el salto del mundo 2.0 al 3.0. Fue un salto traumático para muchos, aunque para
otros territorios menos devastados, el tránsito pudo ser más suave.
Mientras los saltos de estado, del 0 al 1, del 1 al 2, y del 2 al
3.0 fueron saltos cuánticos, que decimos ahora, refiriéndonos a cambios
completos de paradigma, el salto del mundo 3.0 al 4.0 es un cambio de paradigma
mucho más profundo y de ámbito planetario, que se está produciendo de un modo
paradójico y contradictorio, como un oxímoron, “violentamente tranquilo”,
“ruidosamente silencioso”, porque se está produciendo en un día a día para el
común de las gentes sin excesivas tragedias, aunque ya se encargan los
informativos de mostrarnos todos los días los convulsos procesos que aquejan al
Mundo en todos sus rincones. Pero como en principio, a la acomodada sociedad
occidental, en su conjunto, no le afectan en su día a día, tantas malas
noticias de crisis múltiples se han convertido ya en nuestra natural
cotidianeidad. Estamos ya institucionalizados ante la adversidad global.
Pero la Sociedad 4.0 en la que lenta pero súbitamente nos estamos
asentando, tiene una característica diferente a las anteriores, su intrínseca
inestabilidad y comportamiento caótico, como muestra el diagrama de
bifurcaciones a final del texto, que acompañaba a la entrega 44.-“El futuro de
la vida humana”, del 16 de noviembre pasado.
No
sé en qué momento estamos de su evolución, si en la primera bifurcación, en la
segunda o estamos ya inmersos en el absoluto caos de la tercera fase del
gráfico, donde podemos intuir tres comportamientos más o menos previsibles,
aunque diametralmente opuestos unos de otros y 47 comportamientos tan caóticos
como incompatibles con la vida humana en este Planeta. Tampoco es que los tres
comportamientos más o menos previsibles, sean compatibles entre sí, porque no
se puede intuir cuales están dentro de los límites de la viabilidad.
Es
decir, estamos en caída libre. Vivimos un mundo 4.0, que impresiona de disponer
de una alta tecnología que nos va a permitir, estoy seguro, conquistar Marte,
pero que no puede, no es capaz de garantizar la vida humana a una semana vista,
porque todo está tan desbocado, que el batir de las alas de una mariposa puede,
no hacer que llueva en Nueva York, como decía Konrad Lorenz, sino desencadenar
un cataclismo de proporciones planetarias …, o no, que no suceda nada
relevante.
Inmersos
en este proceloso mar, donde es igualmente factible que mañana luzca el Sol y
tengamos un espléndido futuro, o que algo suceda que desencadene la extinción
de la especie humana nadie sabe ni tiene mínimamente garantizado en siguiente
día de vida. Bueno, eso siempre ha sido así, pero ahora, mucho más.
Esta
serie de entregas comenzó a colgarse en el Blog de Emilio Carrillo el 20 de
enero de 2020, cuando lo único que sabíamos del Covid19 era que se estaban
produciendo en Wuhan los primeros casos y que allí, la población estaba
confinada. Así que la primera parte de la serie, de enero a agosto, fue
entregada durante la primera ola y en el momento de la publicación del libro
“Consciencia y Sociedad distópica”, por lo que apenas esta primera parte,
dedicada a las bases del pensamiento sistémico, mencionó la violenta actualidad
que estábamos viviendo. La segunda parte, desde la entrega 33.-Los cambistas,
el 31 de agosto hasta la 44.-El futuro de la vida humana, ha ido entregándose
durante la segunda ola y las continuas infamias políticas cometidas por el
actual Gobierno. Y la Tercera parte, que habla del MODELO 2, el bioeconómico mundo
feliz que todos ansiamos, se ha entregado con las tenues luces navideñas de una
triste Navidad, bajo la amenaza de una tercera ola tras el periodo navideño.
Pero
ante semejante escenario de confusión, de miedo y de angustia vital, no sé si
el esfuerzo de mostrar el Mundo desde una perspectiva global, holística o
sistémica sirve de mucho para devolver la paz de espíritu a los corazones
destrozados. Tampoco sé si el nivel de profundidad metodológica que he empleado
ha llegado a la comprensión de todo (lamento que no haya sido así, en su caso),
pero al menos, he tratado de aportar una brizna de comprensión a tamaño
sinsentido.
Qué es el pensamiento sistémico
Creo que es momento de plantearnos, concluida
la serie y visto su alcance, qué valor añadido supone el pensamiento sistémico
respecto del modo normal con el que todos tratamos de comprender la realidad. Y
tengo que decir que el pensamiento sistémico trata de ser una actitud del ser
humano ante la vida, que se basa en la percepción del mundo real en términos de
totalidades para su análisis, comprensión y modo de actuar, a diferencia del
planteamiento del método científico, que sólo percibe partes de éste y de
manera inconexa y altamente sub especializada, por lo que no permite ver el
conjunto de la realidad.
Lo que sigue en este epígrafe está extraído de
la web peruana www.iasvirtual.net. He visto que lo explica bastante bien y, además, los sudamericanos
se han tomado en general el pensamiento sistémico bastante en serio. Y para qué
reescribir algo que está bien escrito.
El pensamiento sistémico aparece formalmente
hace unos 60 años, a partir de los cuestionamientos que desde el campo de la
Biología hizo Ludwing Von Bertalanffy, quien cuestionó la aplicación del método
científico en los problemas de la Biología, debido a que éste se basaba en una
visión mecanicista y causal, que lo hacía débil como esquema para la
explicación de los grandes problemas que se dan en los sistemas vivos y en la
sociedad de los sesenta y mucho más en la actual.
Este cuestionamiento lo llevó a plantear un replanteamiento
global en el paradigma intelectual para entender mejor el mundo que nos rodea,
surgiendo formalmente el paradigma de los sistemas.
El pensamiento sistémico hemos visto que es
integrador, tanto en el análisis de las situaciones como en las conclusiones
que nacen a partir de allí, proponiendo soluciones en las cuales se tienen que
considerar diversos elementos y relaciones que conforman la estructura de lo
que se define como "sistema", así como también de todo aquello que
conforma el entorno del sistema definido. La base filosófica que sustenta esta
posición es el Holismo (del griego holos = entero).
Bajo la perspectiva del enfoque de sistemas,
la realidad que concibe el observador que aplica esta disciplina se establece
por una relación muy estrecha entre él y el objeto observado, de manera que su
"realidad" es producto de un proceso de co-construcción entre él y el
objeto observado, en un espacio–tiempo determinados, constituyéndose dicha
realidad en algo que ya no es externo al observador y común para todos, como lo
plantea el enfoque tradicional, sino que esa realidad se convierte en algo
personal, un “modelo de la realidad” y particular, distinguiéndose claramente
entre lo que es el mundo real y la realidad que cada observador concibe para
sí.
La consecuencia de esta perspectiva sistémica,
fenomenológica y hermenéutica es que hace posible ver a la organización ya no
como que tiene un fin predeterminado (por alguien), como lo plantea el esquema
tradicional, sino que dicha organización puede tener diversos fines en función
de la forma cómo los involucrados en su destino la vean, surgiendo así la
variedad interpretativa; puede tener un fin en si mismo y funcionar en régimen
inercial condicionado por su intrínseca complejidad dinámica, que hemos podido
ver en múltiples ocasiones. Estas visiones estarán condicionadas por los
intereses y valores que posean dichos involucrados, existiendo solamente un
interés común centrado en la necesidad de su supervivencia.
Así, el Enfoque Sistémico contemporáneo
aplicado al estudio de las organizaciones y en general, del Mundo, plantea una
visión inter, multi e interdisciplinaria que ayuda a analizar la realidad de
manera integral permitiéndole identificar y comprender con mayor claridad y
profundidad los problemas organizativos, sus múltiples causas y consecuencias.
Así mismo, viendo a la organización y a la sociedad como un ente integrado y como
un sistema abierto al exterior por múltiples ligaduras externas de materia,
energía e información, conformada por partes que se interrelacionan entre sí a
través de una estructura que se desenvuelve en un entorno determinado, se está
en capacidad de poder detectar con la amplitud requerida tanto la problemática,
como los procesos de cambio que de manera integral, es decir a nivel humano, de
recursos y procesos, que serían necesarios de instaurar, para tener un
crecimiento y desarrollo orgánicos, conforme a las leyes sistémicas y no
violándolas y en términos viables en el tiempo.
Este planteamiento es aplicable a toda la
escala biológica, desde la célula hasta la sociedad internacional, pasando por
cada uno de nosotros y nuestra vida personal, la de nuestro grupo familiar,
empresa, organización, país, etc.
Este era mi objetivo, cuando le planteé a Emilio llevar a cabo este proyecto incrustado en el Proyecto Sociedad distópica. Vosotros diréis si está logrado en todo, regular o en nada.
Epílogo a 14 de diciembre de 2020
Hasta aquí, lo escrito el día 28 de
septiembre, como conclusión de la serie, en un momento en el que Madrid estaba
entre el confinamiento total o no, entre arruinarse totalmente o no, según
pueda más el Gobierno o la Comunidad; en un momento en el que el Gobierno ha
cometido la infamia de postergar y humillar a Su Majestad el Rey el 25 de
septiembre; en un momento en el que Estados Unidos entra en la fase final de su
campaña electoral y otros múltiples acontecimientos nacionales e
internacionales que pueden provocar un imprevisto giro copernicano y poner, de
nuevo el Mundo del revés.
En adelante, lo que continúa es en función de
lo sucedido desde entonces hasta el 14 de diciembre; que el 28 de septiembre, nadie
tenía ni idea de qué podía suceder.
Hoy, 14 de diciembre de 2020, momento
en el que redacto estos últimos párrafos, como todos sabéis, vivimos una
realidad que no ha hecho más que complicarse. Se nos aboca a ir adaptándonos,
queramos o no, a la normativa del Nuevo Orden Mundial, en la que la supuesta
pandemia es, o bien una oportunidad de oro que el Estado Profundo ha
aprovechado magistralmente para acelerar el proceso de esclavitud de toda la Humanidad,
o es (la pandemia) el resultado de todo un proceso, también magistral de
“diseño e ingeniería social” para conseguir doblegar a toda la Humanidad ante
un mundo en el que, según la Élite, somos tantos, que permitir el respeto de
los derechos humanos y la capacidad de libre albedrío, nos haría a los humanos
incontrolables para los planes que “ellos” tienen pensado.
Como dice Cristina Martín Jiménez en su libro
“La Verdad de la Pandemia”, nos están conduciendo hacia lo que ella llama “la
revolución del caos”. Resulta que habíamos creído que el capitalismo y
el comunismo eran filosofías sociales enfrentadas, cuando en realidad son los
mejores aliados para los fines últimos del Estado Profundo. ¿Sabéis que la
revolución bolchevique fue financiada por los Rothschild y los Rockefeller? El
estado del bienestar, donde el común de la población sea culta, tenga capacidad
económica y viva a gusto, es el peor de los escenarios para “ellos”. En una
sociedad así, el comunismo no tiene nada que hacer, por eso, para que se
produzca el proceso progresivo de concentración de poder en cada vez menos
manos, tiene que ir acompañado de un proceso también progresivo de
empobrecimiento de la población, creando caos, inquietud y miedo, sobre todo
miedo a un peligro mortal, como por ejemplo ¿una pandemia?
En
un estado así, acompañado de la correspondiente “infodemia”, como referíamos en
la entrega “43.- Pandemias 4.0”, un montaje propagandístico asociado a la
realidad biológica de la enfermedad que transforma esta en algo mucho más
dramático de lo que realmente es (de ahí que hayan surgido movimientos
negacionistas), hace que el común de las gentes acepte cualquier medida que
impongan los gobiernos para “proteger” a los ciudadanos de “una muerte segura”,
bien con el uso de mascarillas, que provocará la progresiva pérdida de nuestra
propia identidad, el confinamiento domiciliario mientras aplaudimos por la
ventana y la “distancia de seguridad” que nos incitará a recelar los unos de
los otros, mientras nuestro modo de vida se va por el desagüe al no poder
trabajar, a riesgo de expandir la pandemia.
Todo
está perfectamente pensado para “meter a toda la población mundial
subvencionada en un puño”, mientras se la entretiene fácilmente con Netflix o
Disney cannel, que, al no poder hacer otra cosa en nuestras casas, nos tragamos
diariamente horas y más horas de televisión (pan y circo).
Y
a todo esto, está la vacuna, “el principio del fin” que dijo ayer 12 de
diciembre el ministro Illa; y sí, es el principio del fin, pero no de la
pandemia que, “¡larga vida a la pandemia!”, sino de nuestra capacidad de
decidir y sobre todo, la sibilina forma de reducir la población mundial. Ya
circulan informes que dicen de la vacuna de Pfaizer y otras, pueden provocar
infertilidad. Ni lo afirmo ni lo niego, sólo advierto del rumor.
Los
primeros informes al Club de Roma, ya advertían de los “límites al
crecimiento”, arquetipo sistémico tan cierto como la Ley de la Gravedad; razón
por la que el Informe Kissinger (NSSM200) de 1974 se centra en el problema de
la superpoblación, porque según los modelos del Mundo del MIT, ningún escenario
mundial a cien años vista (1970-2070) era viable, si no iba acompañado de una
reducción significativa de la población mundial, es decir, que el límite al
crecimiento no lo provoca el agotamiento de los recursos, sino el incremento
exponencial de la población, como le sucedió a los Mayas. Ahí lo dejo…
En
otras palabras, y no es un alegato en defensa de la Élite, pero lo que “ellos”
están haciendo, según su particular forma de ver la ética, es preparar a la
Humanidad para un Nuevo Orden Mundial, que según estos planteamientos, pueda
ser viable. O dicho de otra forma. Si seguimos así, en 2050 seremos 15.000
millones de personas, lo que es de todo punto imposible. Ya estamos en el
límite de viabilidad con 7.500 millones; así que de aquí a 2050 NO PUEDEN NACER
otros 7000 millones y deben desaparecer algo así como 1/3 de la población. Este
es un planteamiento atroz, que ya lo sabían por aquel entonces y mucho antes,
cuando se gestó la Tercera Guerra Mundial, esa que hemos denominado en la
entrega 34.- Armas silenciosas para guerras tranquilas. Una guerra tranquila en
la que el enemigo somos todos nosotros. Donde muchos tendremos que morir para
que los demás puedan vivir en un Nuevo Orden Mundial.
Y
etc., etc., etc…
Y
todavía nos cuesta llamar a todo esto “conspiración”.
En
medio de todo este huracán de proporciones bíblicas, nosotros, los que hemos
despertado la “consciencia” y nos hemos dado cuenta de la realidad distópica de
esta sociedad, decimos y afirmamos, que otro futuro es posible, y está ya
cerca.
Este
solsticio de invierno se va a producir en los cielos un hecho casi sin
precedentes, que la última vez fue hace 800 años y 2027 años, la conjunción de
los planetas Júpiter y Saturno en los límites de Sagitario y Capricornio. Esto
mismo ocurrió el año 7 antes de Cristo, que asombrosamente, Johannes Kepler
supo calcular hasta plantear su famosa hipótesis sobre la Estrella de Belén,
que tres magos orientales interpretaron como que un Rey (Júpiter), justo
(Saturno), iba a nacer en Israel (Piscis, constelación donde se produjo
entonces la conjunción de ambos planetas).
Depende
de las creencias de cada cual, esta efeméride tiene o no sentido, pero para los
que hemos despertado al intento de sofronización social a la que se nos está
sometiendo, vemos que esta es una señal muy poderosa de que Eleusis está cerca,
de que el “Advenimiento” de la Nueva Humanidad no es un sueño estúpido e
infantil, sino cierto.
La
Divina Realidad se irá manifestando a través nuestra, poco a poco en medio de
la nueva “Persecución de Diocleciano” que fue la última y más sangrienta de las
persecuciones contra los cristianos en 303. La actual, ejecutada por el actual
Diocleciano (la Élite, Bilderberg, Rothschild, la mafia Jazara, etc, lo
que ustedes quieran) contra la Humanidad entera, es la señal de que la Aurora
está cerca.
Así
que pongamos la barca de nuestra alma “a son de mar”,
propaguemos una pandemia de amor y solidaridad, mientras fuera, Lucifer agota
toda su munición y digamos todas las personas de buena voluntad y sincero
corazón...
“Maranatá, Ven Señor Jesús”.
(Última
frase del Apocalipsis)
Y ¡feliz año nuevo!
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Autor: José Alfonso Delgado (Doctor en Medicina especializado en Gestión Sanitaria y
en
Teoría de Sistemas) (joseadelgado54@gmail.com)
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La
publicación de las diferentes entregas de Visión sistémica del mundo se ha vendido
realizando en este blog, en el contexto del Proyecto Consciencia y Sociedad Distópica,
todos los lunes desde el 20 de enero de 2020 y concluye hoy.
Se puede
tener información detallada sobre los objetivos y contenidos de tal Proyecto
por medio
de su web: http://sociedaddistopica.com/
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