Al-Farib hace más por su boca que toda Medina Runda.
Al-Farib,
cuando despierta el alba, ya dice que ha realizado tanto como el resto del día
hacen sus hermanos. Hoy
estaba en el zoco rodeado de jóvenes y les contaba una de sus hazañas.
Al-Farib
dice que los pies nos fueron dados para andar y la lengua nos fue dada para
gastar las palabras.
Pero
lo que Al-Farib no sabe es que una lengua mal dirigida puede hacer más daño que
cien espadas.
No
sabe que una palabra sembrada en un campo abonado por la maledicencia en pocos
momentos se hace más grande que una higuera y más devastadora que un huracán.
Por
ello Al-Farib vive para la burla y el sobresalto, para complacer a los oídos
lujuriosos de palabras y sedientos de sensaciones.
Al-Farib cobra por sus noticias y él mismo las sazona
para halagar a aquellos que se las compran. Es sorprendente la habilidad de
Al-Farib porque hace de amigos enemigos en un momento, y de enemigos amigos en
un instante.
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Autor: Cayetano Arroyo
Fuente: Diálogos con Abul Beka (Editorial Sirio)
Nota: En homenaje a la memoria de Cayetano Arroyo y Vicente Pérez Moreno,
un texto extraído de los Diálogos de Abul Beka se publica en este
blog todos los
miércoles desde el 4 de octubre de
2017.
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