Y un anciano de cara limpia, como era su
alma, le dijo:
—Maestro,
tú que tanto sabes, dinos del bien y del mal.
Y Abul Beka se recogió en «sí mismo» y después habló
así:
—El
bien y el mal son dos conceptos que ha creado el hombre, como ha creado el
concepto de alto y de bajo, de ancho y de estrecho. Es algo propio de su
estado, en esta «escuela planetaria»; mas mira que el daño no viene cuando cada
uno hacia dentro se mide, sino cuando es medido desde fuera. Porque ¿quién lo
medirá? Mira que el daño viene cuando ponemos algo como bien y algo como mal y
no dejamos que sea la propia conciencia individual la que se regule.
Y
uno le preguntó:
—¿Entonces
cómo conviviríamos sobre la Tierra?
Él
le respondió:
—Si
tú supieras las leyes que regulan la vida, no dirías eso. Es el creerse uno
bueno lo que ha hecho a otros malos. Y ¿acaso para estos malos, los buenos no
son los malos? Esto es lo que ha hecho que se creen jueces que juzguen y, sin
embargo, no sepan juzgarse a sí mismos. Y médicos que juegan a curar y no saben
curarse a sí mismos. Y religiosos que dicen sanar almas y no sepan sanarse a sí
mismos. Y maestros que dicen educar y no se conocen ni a ellos mismos.
Cuántos
hay que dicen: «Primero iré y me prepararé para no ser un ciego que guíe a
otros ciegos». ¿Cuántos tienen esta humildad? Para ello han de reconocer que no
saben, y esto les haría dejar muchas cosas que los atan.
Estos
son los que han vencido en ellos el bien y el mal, y cuando hablan no son
comprendidos por los que aún están presos del concepto del bien y del mal.
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Autor: Cayetano Arroyo
Fuente: Diálogos con Abul Beka (Editorial Sirio)
Nota: En homenaje a la memoria de Cayetano Arroyo y Vicente Pérez Moreno,
un texto extraído de los Diálogos de Abul Beka se publica en este
blog todos los
miércoles desde el 4 de octubre de
2017.
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