Agenda completa de actividades presenciales y online de Emilio Carrillo para el Curso 2023-2024

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23/5/10

Taller de Espiritualidad para Buscadores: Módulo 10

PARA TODOS LOS QUE DESEEN SEGUIR POR ESTE BLOG EL

TALLER DE ESPIRITUALIDAD PARA BUSCADORES

(Se publican en el Blog las entradas correspondientes a los distintos Módulos que configuran el Taller conforme éste se va desarrollando para l@s que lo siguen de manera presencial, comenzando el sábado 6 febrero y concluyendo el domingo 30 de mayo de 2010)

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Taller de Espiritualidad para Buscadores:

+ Módulo 1: Ver entradas del sábado 6 y domingo 7 de febrero.

+ Módulo 2: Ver entradas del sábado 13 y domingo 14 de febrero.

+ Módulo 3: Ver entradas del sábado 20 y domingo 21 de febrero.

+ Módulo 4: Ver entradas del sábado 6 y domingo 7 de marzo.

+ Módulo 5: Ver entradas de los sábados 13 y 20 y domingos 14 y 21 de marzo.

+ Módulo 6: Ver entradas de los sábados 27 de marzo y 10 de abril y domingos 28 de marzo y 11 de abril.

+ Módulo 7: Ver entradas de los sábados 17 y 24 y los domingos 18 y 25 de abril.

+Módulo 8: Ver entradas del sábado 1 y domingo 2 de mayo.

+Módulo 9: Ver entradas de los sábados 8 y 15 y domingos 9 y 16 de mayo.

+Módulo 10: Amor

Sábado 22 de mayo:

84. Sobre el Amor, con Amor

85. Ho´oponopono

86. Comunicación con nosotros mismos

Domingo 23 de mayo:

87. El “Amor/Evolución”

88. Vía del Servicio a los otros (VSO) y Vía del Servicio a mí mismo (VSM)

89. Necesidades mías (NM) y necesidades de los otros (NO)

90. Actos con Amor (ACA) y Actos sin Amor (ASA)

Sábado 29 de mayo:

91. La Ciencia del Amor

92. La Vía del Servicio a Mí Mismo

93. Amor de pareja, de amistad y familiar y amor al prójimo

Domingo 30 de mayo:

94. Amarse a uno mismo y Amor Incondicional

95. El Amor de Dios como fuente del amor al prójimo

96. Sin temor y plenamente

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87. El “Amor / Evolución”

El Amor/Evolución está basado en el principio de que existe una energía sutil o invisible, el Amor Incondicional, que, retomando lo expuesto en los Módulos dedicados a la Física de la Deidad, conecta el plano de lo No Manifestado con el de lo Manifestado; y que se explica por la Inmamencia de Dios (Espíritu, Amor) en todas las manifestaciones (sean tangibles -materiales- o intangibles –inmateriales-), incluido nuestro cuerpo físico. Es el Amor el que teje nuestros deseos y sueños íntimos con los elementos básicos del Universo para que se manifiesten en nuestras vidas. Como seres humanos somos una trinidad –Espíritu, alma y cuerpo- hecha unidad como vórtice de energía vibratoria en un infinito magma de energía de Amor y vibratoria sostenida en la Mente infinita y eterna del Ser Uno, cuya Consciencia Perfecta y Concentración Absoluta genera la Emanación de la Esencia divina, con el Verbo a ella asociado, actuando cual Principio Único de cuanto existe.

En todo el Universo, cuando una estructura biológica -sea cual sea- se llena tanto de amor que ya no puede contener la energía vibracional a ella ligada, crea más células, o bien se expande, para mantener y continuar engrandeciendo ese amor: verbigracia, las personas que elevan su grado de consciencia y expanden con ello la consciencia de la suma a la que pertenecemos y, con ello, la consciencia de la Unidad. Por el amor existe el Todo y la parte; por el amor todo es suma de partes y forma parte de una suma superior; y por el amor cada parte es, a su vez, el Todo. Así funciona la Creación, el Omniverso y el Cosmos en sus múltiples dimensiones.

Sobre esta base gira otro de los principios herméticos: el de género. Describe y explica la realidad masculino/femenina de cuanto existe y que opera de manera análoga en los distintos niveles, desde parejas de seres sexualmente diferenciados teniendo hijos hasta las galaxias generando estrellas: como es arriba es abajo, y viceversa. Los intercambios energéticos de amor incondicional -por ejemplo, entre los humanos o entre nosotros y otros reinos vivientes (animales, plantas, minerales, la Tierra, las estrellas)- ayudan a aumentar la frecuencia vibratoria de ambas partes. Este toque enérgico es tan poderoso que transforma el ADN de las partes implicadas e incrementa la consciencia del Universo entero.

Existen muchas investigaciones científicas recientes acerca de cómo se realiza este proceso. En ellas, como ya se indicó, al Amor Incondicional se le llama “energía de onda de torsión”. Una denominación que reproduce literalmente lo comprobado en tales indagaciones respecto a que el amor viaja distorsionando ondas de energía. Y los científicos estiman que la energía de onda de torsión le indica al ADN qué hacer. Concretamente, el amor, como energía de torsión, actúa recíprocamente con nuestra alma (cuya frecuencia vibracional está en función del grado de consciencia) y nuestro corazón (energía vital). Esta interacción energética entre amor, alma y corazón actúa sobre el AND, indicándole cómo colocarse Esto no sólo afecta a nuestro cuerpo físico, sino a nuestra realidad entera.

88. Vía de Servicio a los otros (VSO) y la Vía de Servicio a mi mismo (VSM)

Una cuestión crucial es poner atención a nuestras emociones. Nuestra frecuencia vibratoria disminuye cuando nos enredamos en odios, enojos, preocupaciones, envidias, resentimientos, celos, miedos, etcétera. Y si lo sentimos nosotros, lo emitimos al resto del género humano, a la Tierra en su conjunto y al Universo.

Tales emociones son humanas y no nos debemos desesperar cuando surgen. Pero no debemos identificarnos con ellas ni apegarnos a las mismas. Cuando las sintamos, seamos conscientes de tenerlas y no nos enganchemos, dejémoslas pasar. Ya sabemos que la oscuridad no se vence luchando contra ella, sino abriendo espacio a la luz. No nos apeguemos a los sentimientos oscuros y llenemos nuestras mentes y corazones con emociones de amor, tolerancia, respeto, alegría, paz,… .

Estamos asistiendo a una tensión creciente entre dos caminos espirituales: la Vía del Servicio a mí mismo (VSM) y la Vía del Servicio a los otros (VSO). Hay escuelas que sostienen que la VSM ha sido abierta a los humanos en tiempos relativamente recientes, quizás en la era de la Atlántida, denominando a sus seguidores “hijos de la oscuridad”. Este camino involucra al ser que es egoísta o egocéntrico más del 51% del tiempo. Los extremistas que están tomando este camino hasta su límite buscan el control absoluto de la Tierra. Algunos son tan radicales en el servicio a ellos mismos que no les importa situar al planeta al borde de la destrucción con tal de tomar el mando. Existen sociedades secretas, algunas muy antiguas, cuyos miembros son auténticos adoradores de la VSM, que personifican en Lucifer o en Satanás.

En cambio, los seres humanos que están en la VSO practican los principios de la Ley de Unidad y sirven las necesidades del Todo y de otros más del 51% del tiempo. Muchas personas que siguen este camino están ya listas para moverse en el cambio energético descrito en su momento a propósito del Juicio Final o salto dimensional. Hay numerosos estudiosos del cambio vibracional que sostienen que bastantes de los nuevos niños nacidos desde 1987 (los denominados “niños índigos”) están al cien por cien en la Vía del Servicio a los Otros y se han encarnado para ayudar a incrementar la frecuencia de la Tierra.

Históricamente, la tensión entre VSM y VSO ha sido plasmada por cada generación de modo ajustado a su cultura y circunstancias. En la actualidad, la encontramos hasta en películas célebres que han dado lugar a seriales cinematográficos, desde La Guerra de las Galaxias al Señor de los Anillos, pasando por Harry Potter. Hay quien estima que la pugna entre ambos caminos está llegando a su clímax y que el choque se está acelerando. Pero como se ha recalcado en el inicio de este capítulo, las tensiones que observamos en el exterior, en el mundo que nos rodea, son, en realidad, el reflejo y la proyección de las que hay en el interior de cada uno. En nuestra vida cotidiana estamos continuamente eligiendo entre pensamientos y conductas de alta frecuencia vibratoria (las fuerzas blancas de los filmes citados) y las de baja gradación vibracional (las fuerzas oscuras de las mismas películas). El reto no está en luchar contra la oscuridad, sino en abrazarla dentro de nosotros y de los demás para que la luz inunde nuestro corazón y el de la humanidad. El secreto es el Amor.

Hay una amplia batería de pensamientos y actuaciones que, consciente o inconscientemente, inundan nuestras vidas y minoran nuestra frecuencia vibratoria, alimentando energéticamente la Vía del Servicio a mí mismo. No sólo se trata de actos u obras que originan dolor o daño. Sucede también cada vez que juzgamos a alguien, al hacer suposiciones, cuando nos perdemos en la marejada de las opiniones (los tres escalones que El Laberinto de la felicidad aconseja limpiar: lo que creo que los demás opinan de mí, lo que yo opino de los otros y la opinión que tengo de mí mismo) o al utilizar la palabra de manera no impecable -fomentando o haciéndonos eco de bulos, rumores, chismorreos-.

En cambio, el enamoramiento del Ser Uno y la consciencia de nuestro linaje divino, sentirse como parte y en contacto con el Universo, la Tierra y la naturaleza, la compasión, el perdón, el agradecimiento por lo hermoso, la bondad, la alegría o el amor al prójimo -sobre el que se ahondará de inmediato- crean energías que potencian las fuerzas de Luz. La mejor manera de aumentar nuestra gradación vibracional y apoyar a todos los que caminan por la Vía del Servicio a los Otros sin co-dependencia. Es, decir, servir a los demás, pero sin que nuestro ego aparezca en escena: por ejemplo, creyéndonos mejores, pensando que la buena acción nos hace merecedores de contrapartidas -verbigracia, alcanzar el Cielo- o enganchándonos en el dolor ajeno, que convertimos en sufrimiento propio y justificación de apegos materiales.

89. Necesidades mías (NM) y necesidades de los otros (NO)

El desafío cotidiano radica en saber equilibrar las lógicas necesidades para el cuidado básico de uno mismo -para no desgastarse- con las necesidades de la Unidad y, por tanto, de todos los demás. Frecuentemente, se aborda este asunto como si se tratara de polos opuestos: las Necesidades mías (NM) frente a las Necesidades de los otros (NO). Pero esta dicotomía es falsa.

Para ayudar a los demás, debo estar en condiciones de hacerlo: para atender las NO he de cubrir las NM. Sin embargo, debo evaluar bien, con sentido común y austeridad, cuáles son mis necesidades, para no terminar postergando las necesidades de los demás ni desvirtuar o exagerar las mías: la atención a las NM no puede relegar a un segundo plano las NO. No hay dualidad: la cobertura de las NM son el medio; la atención a las NO es el fin.

La prioridad es Amar. Y para ello debo estar en las condiciones físicas y mentales adecuadas. Tales condiciones han de ser coherentes con el servicio que prestemos a los otros; y cada uno debe conocerse a sí mismo y saber cuáles son sus talentos para ponerlos al servicio de los demás. No se trata de que todos sirvamos a los otros de la misma manera; la cuestión radica en poner nuestros talentos -cada uno tiene los suyos- al servicio de los otros. Sin intromisiones del ego, tan acto de servicio es curar una herida como dibujar una sonrisa en el rostro de los otros; tan servicio es compartir los bienes como escuchar al que te para por la calle.

Cuando se logra esta interacción entre las NM y las NO, se produce en el cerebro humano un hecho fantástico: el cambio de polaridad energética y vibratoria. Ello tendrá como consecuencia la sustitución de la dualidad “todo/nada” por un equilibrio basado en “ambos/y”. Se habrá producido el cambio de visión. Dejaré de contemplarme como “yo” y los “otros” (visión fragmentada o de separación de la Unidad). En su lugar, comprenderé íntimamente que todo es suma de partes y forma parte, a su vez, de una suma superior, por lo que el “yo” no es sino suma de partes y forma parte de una suma superior. Y esto no significa que soy un eslabón en una cadena unitaria (una hoja en el árbol), sino que soy la Unidad misma (el árbol mismo). Esto transforma radicalmente la consciencia y percepción y nos lanza a la consciencia multidimensional.

90. Actos con Amor (ACA) y Actos Sin Amor (ASA)

Lo más importante es que cada uno continúe elevando su frecuencia vibratoria, con lo que coadyuvará a que ascienda la de toda la humanidad, la Tierra, el Cosmos y la Unidad. En cada momento y diariamente tenemos cuantiosas oportunidades para hacerlo. De hecho, la vida diaria nos coloca ante numerosas situaciones en las que inevitablemente tenemos que elegir si optamos por la Vía del Servicio a los Otros o por la Vía del Servicio a mí mismo (VSM). Si en esas situaciones cotidianas nuestra respuesta es Actuar con Amor (ACA), habremos optado por la VSO; si, por el contrario, preferimos Actuar Sin Amor (ASA), habremos escogido la VSM.

Como se examinó en el Módulo 8, no existen el Bien ni el Mal como usualmente se entienden, sino algo más trascendente y con muchísimas más implicaciones individuales y colectivas: el Amor o la falta de Amor. Así de sencillo. La consciencia y la materia, ambas, son formas de energía. Cuando usamos nuestras mentes para pensar, creamos movimientos de impulsos eléctricos en el cerebro. Cuando la energía eléctrica se mueve, se precipita la energía de lo etérico y crea nuestra realidad material y el mundo de las formas que nos rodea, la dimensión superficial del momento presente. Lo mismo sucede con nuestros cuerpos: tal como nos vemos a nosotros mismos físicamente, así nos moldeamos. Creamos lo que creemos.

Si en nuestra cotidianeidad hay amor y optamos por ACA, avanzamos en la VSO y elevamos nuestra gradación vibratoria y consciencial, contribuyendo a que se incremente la consciencia de la suma de la que formamos parte y, a través de ello, de la Unidad. Si, por el contrario, nuestra vida discurre por la falta de amor y elegimos ASA, caminamos por la VSM y disminuimos nuestra frecuencia vibracional y consciencial, colaborando a que se reduzca la de la suma en la que nos integramos y la de la Unidad. En libre albedrío, seleccionamos permanentemente una alternativa u otra. La que prefiramos tendrá un impacto inmediato y directo en nosotros mismos, el mundo que nos rodea y toda la Creación. Recuérdese que operamos en el contexto de un sistema repetidor que nos une energéticamente con la Tierra, el Sol y el Centro Galáctico.

Atrapados en el ajetreo y estrés del día a día, con la mente cual pelota de tenis entre el pasado y el futuro e ignorando el único sitio donde la vida existe -el ahora, el momento presente-, no nos percatamos de esta hermosa y grandiosa verdad. Mas la realidad es que momento a momento, cotidianamente, vivimos muchas experiencias (algunas, muy modestas; otras, muy notables, pero todas muy importantes) que nos marcan vibracionalmente -y con nosotros, a nuestro entorno- en sentido ascendente o descendente, según optemos por ACA y VSO o por ASA y VSM, respectivamente (sin olvidar que ASA y VSM, aun cuando reducen el grado consciencial de quien las ejercen, pueden suponer un enriquecimiento para los otros si reaccionan positivamente ante las acciones egocéntricas de los primeros -de ahí el “poner la otra mejilla”-; así, la energía vibratoria que pierden los que siguen VSV y ASA enriquece a los que progresan en la toma de consciencia, como en la parábola de los talentos).

Debemos ser conscientes de todo lo que pensamos, sentimos y hacemos. Si escogemos ACA y VSO, estaremos progresando en la dinámica vibratoria interactiva (Espíritu/alma/cuerpo) y elevando nuestro grado de consciencia. Lo que nos permitirá avanzar en el estadio de conciencia y tener nuevas experiencias en las que, otra vez, podremos, o no, optar por ACA y VSO. Si volvemos a elegirlas, gozaremos de un nuevo impulso en la dinámica vibratoria interactiva, repitiéndose la cadena. Y nuestros progresos en la citada dinámica y en el grado de consciencia repercuten positivamente en toda la humanidad, la Tierra y el Cosmos.

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Continúa el próximo fin de semana:

Sábado 29 de mayo:

91. La Ciencia del Amor

92. La Vía del Servicio a Mí Mismo

93. Amor de pareja, de amistad y familiar y amor al prójimo

Domingo 30 de mayo:

94. Amarse a uno mismo y Amor Incondicional

95. El Amor de Dios como fuente del amor al prójimo

96. Sin temor y plenamente

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