Agenda completa de actividades presenciales y online de Emilio Carrillo para el Curso 2023-2024

Agenda completa de actividades presenciales y online de Emilio Carrillo para el Curso 2023-2024

21/5/10

Comparte con nosotr@s: “Prototype under review”, de Mirta Rodríguez

-----------------------------------------------------------------------------------------

PROTOTYPE UNDER REVIEW

El terapeuta se movió molesto en su asiento.

Algo parecía andar fuera de lugar.

Repitió con voz metálica: -Protundrevi, por favor, intenta ser precisa. ¿Qué recuerdas ahora mismo de ese cuento que te ha alterado tanto? Trata de repetir palabra por palabra, yo iré tomando nota y al final te daré mis indicaciones-.

La robot, una de las más bellamente dotadas del staff, la más humanizada, la más parecida a una mujer de carne y hueso, desvió sus ojos glaucos de Helpsoftwo, su consultor, y dijo en voz alta, sugestiva, bella, casi impostada:

-Marcada desde cerca por el custodio sempiterno de los días sin sino, mi melancolía se pasea por las calles sin sol-.

El terapeuta no pudo dejar de cuestionarse: “¿Melancolía? Ella no sabe lo que es esa emoción y no conoce de calles”.

-Ni pájaros- prosiguió la dulce voz robótica -ni charcos clandestinos, ni siquiera una maceta con geranios en algún balcón, en algún patio que se espía a través de una puerta abierta a medias-.

“Vaya, ¿de donde habrá sacado esos conceptos, esos sustantivos?”, se preguntó Helpsoftwo sumamente alterado, y se oyó decir:

-Sigue contándome el cuento que escribiste, muñeca-.

Ella prosiguió:

-El cielo es un grito gris y tajante limitando los techos, una impenetrable epidermis desteñida hasta para los más crédulos, hasta para las ilusiones menos concrecibles-.

Se detuvo y continuó:

-Rayana a la perfección que acusan los momentos habilitados a la metafísica, mi alma deriva en profundidades sensoriales ayer no conocidas, en incógnitas circulares que perdieron su solución al nacer, en un abecé de poeta entre semáforos y luz de mercurio, en tabúes perpendiculares a las buenas costumbres de la conciencia-

La voz de ella se sensualizaba, lo iba atrapando en una percepción erótica impresionantemente vívida _

-¿Alma?, ¿semáforos?, ¿Luz de mercurio?-

El consultor no salía de su sorpresa. A primera vista pensó en una falla en la base de datos históricos conectada de alguna manera al chip de la imaginación y la creatividad.

Ella agregó:

-Mutación de árbol por hoja de papel. De azul gabán por azul tinta. Obstinación que me lanza a la fidelidad resurrectiva del proscenio, que ahora es otro: una banqueta de cuero rojo repleta hasta lo inimaginable de libros y papeles y de nuevo libros. Dos cuadros de marco verde y autor desconocido. El acolchado de la cama de mi hermana. Mis zapatos de charol. La Lettera 22 abajo, a mi derecha-, calló de pronto.

Helpsoftwo sintió que algo se rompía en su interior. Algo extraordinario sucedía, ni él sabía qué era charol o Lettera o acolchado.

-Continúa, querida, hasta el final-, susurró

La robot reinició con un tono tan humanizado, tan perfectamente femenino, que la sensualidad parecía impregnar osmóticamente el aire a su alrededor

-Y después de envolver con mucho cuidado una tristeza para enviársela mañana por Expreso a alguien anónimo por completo, me concentro debidamente, invoco el instante preciso de mi pie saliendo del pan ganado sin el sudor de mi frente, y comienzo el retrato de este largo jueves largo así: A treinta días de mi décimo noveno aniversario. Marcada desde cerca por el custodio sempiterno de los días sin sino-.

“¿Qué se habrá descompuesto? ¿Qué tipo de desperfecto provoca esto? Ella no tiene acceso a esos datos, ella es un robot prototipo bajo revisión (Protundrevi)”

Por la cámara principal del circuito cerrado de vigilancia un guardia humano observaba y anotaba con detalle las reacciones de un robot de ayuda de software, tipo 2, “Helpsoftwo”, instruido para actuar como psicoterapeuta robótico, ante las respuestas insólitas de un ejemplar de ensayo.

“Parecen humanos” se dijo el vigilante.

Y apagó todos los circuitos, tenía sueño y quería dormir.

-----------------------------------------------------------------------------------------

2 comentarios:

  1. La escritora argentina Mir Rodríguez Corderí lleva nombre de Paz en ruso, pero escribe tormentosamente, contagia emociones con tanta naturalidad, que tipos racionales, y controladitos como yo, agradecemos sus cuentos y escritos en general. Y en particular, este es mi favorito.

    ¡ Dios Salve a la Reina !

    ResponderEliminar
  2. Gracias, Leopoldo
    También yo me apunto al reconocimiento a Mir.
    Saludos.

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.