Agenda completa de actividades presenciales y online de Emilio Carrillo para el Curso 2024-2025

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18/5/20

La élite antes y durante el COVID-19



La élite y los nuevos imperios financieros y empresariales

Recientemente publiqué un texto titulado Reflexiones conscientes sobre un posible gobierno mundial. Puede descargarse, en formato PDF, por medio de este enlace;

Entre otras cosas, en sus páginas se describen dos hitos del momento histórico que vive la humanidad:

A) La consolidación de un nuevo tipo de imperio: las gigantescas corporaciones transnacionales, financieras y empresariales, que dominan y controlan la economía del planeta y se mueven por él a su antojo, por encima de gobiernos y fronteras.

+Las diez principales multinacionales del ranking mundial ostentan un valor combinado comparable al producto interior bruto (PIB) de 180 países, el 92% de los 195 integrados en la Organización de Naciones Unidas (193 como miembros natos y dos más, Palestina y la Santa Sede, en calidad de “observadores”).

+Las 100 primeras obtienen anualmente unos ingresos que se aproximan al 50 por 100 del PIB planetario (en 1997 suponían solo el 33%).

+Y las 200 más importantes tienen en sus manos el 75 por 100 de la economía mundial (hace 25 años rondaba el 50%).

+Además, hay una nítida tendencia a la concentración de poder y recursos en un número cada vez menor de estas corporaciones. Verbigracia, examinando la evolución de la Bolsa de Nueva York, el principal mercado de valores, la cifra de empresas que cotizan en ella ha descendido a la mitad desde 1997. Y en la esfera bancaria, las cinco mayores firmas acumulan el 45 por ciento de los activos, frente al 20 por 100 del año 2000.

+Con base en todo lo cual, cabe prever que, para 2025, solo unas 150 mega-corporaciones moverán más del 80 por 100 de la economía del planeta.

Fuente:
Reflexiones conscientes sobre un posible gobierno mundial, de Emilio Carrillo.



B) La acumulación por parte de una élite muy minoritaria de la inmensa mayoría de la riqueza y el patrimonio mundiales. Especialmente, por varias decenas de personas que son los principales beneficiados de tal acaparamiento y de la apropiación de los recursos colectivos.

En 2015, por primera vez en la historia de la humanidad (a partir de ahí, se ha consolidado), el uno por ciento de la población mundial –unos 75 millones de personas- alcanzó a poseer y atesorar más patrimonio y riqueza que el 99 por 100 restante -7.600 millones de seres humanos -. Detrás la frialdad de los dígitos, puede vislumbrarse que se trata de algo tremendo. Sin embargo, no queda ahí la cosa:

+Primero, porque escrutando en ese uno por ciento, se constata que en su seno existe, a su vez, un uno por ciento (el uno por ciento del uno por ciento: unas 700.000 personas) que es quien realmente hace suya la mayor parte de la riqueza.

+Y segundo, porque indagando en ese uno ciento del uno por ciento, escudriñando en sus lazos consanguineidad y parentesco, localizando a los cabezas de los diferentes clanes familiares que lo componen y rastreando sus conexiones e interacciones accionariales en las corporaciones transnacionales antes mencionadas, se concluye que no son más de unas pocas decenas de personas las que se han apropiado del patrimonio colectivo y de los recursos naturales, rigiendo la economía mundial a través de los reiterados  imperios financieros y empresariales y dominando el sistema socioeconómico y político-institucional a escala global.

+Por tanto, la radiografía de la élite muestra: 1º. En su núcleo duro, unas cuantas decenas de personas. 2º. En torno a ellas, el uno por ciento del uno por ciento de los habitantes del planeta. 3º Y alrededor de este, el uno por ciento de la población total. Un modelo que cristaliza en la organización de la élite en círculos. El primero consta de muy pocos miembros. Y a partir de él, como las ondas que provoca la caída de una piedra en el agua, existen más círculos: una vasta red de élites y sub-élites que es utilizada por el círculo primero para sus fines, que incluyen el mantener al resto de la población mundial alienada, domesticada y contaminada por paradigmas, sistemas de creencias y una visión del mundo egoicos y egocéntricos. Todo ello bajo una estructura piramidal férreamente jerarquizada, que tiene su correspondencia y correlato en los organigramas de dirección, gestión y control de los gigantescos holdings y corporaciones transnacionales.

Fuente:
Reflexiones conscientes sobre un posible gobierno mundial, de Emilio Carrillo.

Hitos ambos que, además, están siendo potenciados por la crisis del coronavirus, que se ha configurado como escenario propicio para que esas corporaciones y esa élite aumenten aún más su peso y su poder a nivel global.


La bonanza de los multimillonarios

Cada vez disponemos de más datos, contrastados y verificados, que muestran y confirman todo lo anterior.

Como buen exponente al respecto, se trae aquí el informe que el Institute for Policy Studies de Washington acaba de divulgar, titulado Billionaire Bonanza 2020. Es posible acceder a él, en versión PDF, a través de este enlace:

La información que recopila se refiere sobre todo a Estados Unidos, todavía primera potencia económica del planeta –China se le acerca cada vez más- y en donde se ubica la mayoría tanto de las sedes sociales de las grandes corporaciones y como de los domicilios de los componentes del núcleo duro de la élite. Pero ayuda a saber y entender lo que está ocurriendo a escala mundial. Entre sus conclusiones, destacan las que se sintetizan en los dos epígrafes siguientes.


Un vistazo a las últimas décadas

+Una minoritaria élite domina la política, la cultura y la economía.

+Su riqueza ha ascendido y se ha concentrado asombrosamente en las últimas cuatro décadas. Lo que choca abruptamente con el hecho que cada vez son más los hogares con un patrimonio neto cero o negativo y las familias que, disponiendo un sueldo, llegan a duras penas a final de mes.

+En los últimos 30 años, de 1990 a 2020, la riqueza del grupo más selecto de la élite de EE.UU. se elevó en el 1.130 por cien, 200 veces más que el crecimiento medio de la del país en su conjunto.

+En paralelo, evaluado en porcentaje de sus ingresos y beneficios, las obligaciones fiscales de esa élite disminuyeron un 79 por 100 entre 1980 y 2018.

+Y su patrimonio se recuperó rápidamente de la crisis financiera de 2008, creciendo un 80,6 por 100 entre 2010 y 2020, cinco veces superior al incremento medio de la riqueza de los hogares norteamericanos.


La crisis del coronavirus

+La pandemia actual está haciendo más visibles estas desigualdades, cuya envergadura asciende sin cesar y atenaza no solo a la economía, sino también al sistema político y a la democracia.

+Entre el 18 de marzo y el 10 de abril de 2020, más de 22 millones de personas perdieron sus puestos de trabajo en Estados Unidos; y la tasa de desempleo se lanzó al 15 por ciento. En paralelo, la riqueza de la élite se incrementó a lo largo de estas tres semanas ¡en un cuarto billón de euros!

+Esto benefició especialmente a 34 grandes multimillonarios. Y ocho de ellos alcanzaron a ganar medio millón de euros a la hora durante cada una de las 24 horas de cada uno de los 100 días comprendidos entre el 1 de enero y el 10 de abril de 2020.

+Valga este botón de muestra: en esos 100 días, la fortuna de Jeff Bezos se incrementó aproximadamente en 25.000 millones de dólares (una cifra superior al producto interior bruto anual de bastantes países), a un ritmo de más de 15.000 euros por minuto.


Corolario
        
Con datos como estos y otros muchos que proliferan de una parte a otra del planeta, ¿habrá quién continúe tildando de camelo, fantasía o mentira “conspiranoica” la existencia de una reducida élite que maneja los hilos de la economía, la sociedad y la política? Pues sí, habrá quién siga sin verlo. Pero, desde luego, no será porque falten evidencias al respecto, sino, sencillamente, porque no hay peor ciego que aquel no quiere ver.

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Autor: Emilio Carrillo
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