El todo
vale, pudo valer mientras reaccionabas desde la Particularidad desconectada
de la Singularidad, pero lo negativo de ello, es eso tan conocido como lo de que
toda acción tiene una reacción; pues si la das, te la llevas puesta, de una u
otra forma, más pronto o más tarde, pero la vida te la devuelve; y esto no es
el karma. Y sobre lo que es el karma, ya lo dije antes, pero mejor acudir a lo
explicado en la sección “el olvido”
del libro “el Ser sin dios”.
Distinto es que
comprendamos que, en esos momentos de desconexión de la Singularidad, ejercimos
aquellos pactos de almas que asumimos antes de nacer, pero que ahora puedes
anularlos si obras en libertad desde tu Singularidad. Ten en cuenta, que todas
aquellas circunstancias que puedes llamar dolorosas, duras e incluso
traumáticas, fueron ejercidas desde pactos de almas, y que quien accionó
aquellas acciones, lo hacía en obediencia a esos pactos. Por tanto, si no
tienes necesidad de seguir aprendiendo a base de palos, puedes conectarte a la
Singularidad, desechando los comportamientos semi-consciente e inconsciente que
la Particularidad aprendió y ejecutó cuando estaba desconectada de la
Singularidad. Es fácil, las herramientas te las he dejado explicadas, pero los
deberes no los puedo hacer por ti. No lo olvides: decidiste encarnar,
realizaste pactos de almas con tus allegados, con las personas que más han
estado presentes en tu vida de una u otra forma, para ir aprendiendo aquello que
querías aprender, pero ya puedes desconectar todos esos pactos; y esto depende
de ti, yo no puedo hacerlo en tu nombre.
Otro
matiz, a considerar, es que cada noche, al dormir, tenemos contacto con nuestro
Guía, con quien repasamos el día y enmendamos lo necesario para el día
siguiente. Por ello, se trata de que al ir a dormir, solicites a tu Guía que te
ayude a reconectar para siempre la Particularidad a la Singularidad, hazlo,
funciona. Pese a ello, esto lo ampliamos en Informe X.
¿Visto
lo que es el viaje por la vida? No es necesario ampliar más, insisto: las
herramientas y conocimientos los he dejado escritos, sólo has de tomarlos y
ponerlos en acción, y si quieres consulta lo que no pilles, veré cómo echarte
una mano. Y visto esto, pasemos a un punto crucial: el desapego. Pues si
conseguimos el desapego de todo lo que se va a mencionar, (1) la vida va a ser
magnífica, y (2) el descarnar será sencillo, fácil y rápido por el Astral. Aunque
no te hará falta esto del descarnar si asciendes a 5D.
El desapego absoluto en una vida de 3D
¿Qué
es eso del apego aprendido en esta vida de 3D? Aquí va el listado:
Pues el apego a lo
material (lo que es mío y lo que no lo es), el apego a lo sentimental/emocional
(seres queridos), el apego a la compañía (no saber estar solos –sentimiento de
abandono, rechazo y ridiculez), el apego a los resultados (a conseguir
aprobación), el apego a la identificación, (al yo físico), el apego a la
pertenencia (de lo que me pertenece y a lo que pertenezco), el apego al rescate
o salvación (uno no es suficiente, no es válido), el apego a la culpabilidad
(en vez de tomar responsabilidad), el apego a las expectativas (la ciega fe y/o
esperanza baldía), el apego a la razón (el reforzamiento del ego, el ser
importante), el apego a los sistemas de creencias (ideas no propias e
indefendibles), el apego a cambiar el mundo (marcar la diferencia sobre los
demás), el apego al legado (a no ser olvidado, ser alguien para los demás), el
apego a la vida, a sobrevivir como sea, pero que, en síntesis, es el miedo a la
muerte. Este quizá, el más difícil de conseguir, pues implica confianza
absoluta no ya en tu Singularidad, sino en la Totalidad; abandono absoluto a su
plan, que es el tuyo desde la Singularidad.
Así que una vez
perfilados los apegos que, siempre, producen miedo, veamos cómo proceder al
desapego, y volvernos totalmente libres y reconectado con la propia Singularidad.
Pero que conste: tras todo ese apego, no sólo hay miedo a perder la cuestión a
la que la Particularidad se apega, sino que tras todo ello lo que podrás notar
es el miedo concreto al abandono, a sentirse solo, aislado, sin apoyo, en
resumen: a no ser nada. Pero lo que
hay en ese no ser nada, es miedo a
que uno no ES algo, cuando uno
(fractal divino) lo es Todo en el TODO (NO FÍSICO), y fuera del Todo en el todo
físico.
El desapego a lo
material
Esto es de lo más fácil
de desprenderse; y he dicho desprenderse, que para el caso es lo mismo que desapegarse.
Date cuenta que cuando mueres no te llevas nada de este mundo. Todo lo que
hayas atesorado, como mucho, puedes pasarlo a otras personas, pero nada es tuyo,
aunque un papel lo diga, sólo usas de lo físico para tus experiencias, y lo
físico se queda en lo físico cuando partes a lo NO FÍSICO. Nada es tuyo como
para poder transportarlo a lo NO FÍSICO. A lo NO FÍSICO solo te llevas las
experiencias, así que atesora experiencias; y si te es posible, disfrutándolas.
El resto se queda aquí, así que sufrir por perder, en cualquier momento, todo
aquello que hayas conseguido, almacenado, comprado, te hayan donado e incluso
regalado, es sólo un tremendo desgaste energético-emocional. Solo son cosas que
hoy están y mañana puede que no. Compruébalo, de seguro habrás perdido cosas, y
habrás padecido en la pérdida material, pero es absurdo sufrir por eso. Luego,
con el tiempo atesoras otras nuevas y vuelves a lo mismo. Todo lo material
puede desaparecer en cualquier instante, así que usa lo que tengas, pero sin
aferrarte a ello. Aferrarse implica sufrir.
Todo empieza desde
pequeño. Recuerda aquello que aprendiste de peque, aquello de “esto es mío”. Cuando aprendemos que algo
es mío, se empieza el apego a algo, por el simple hecho de ser mío, de que lo
tengo yo y no otra persona. Y cuando deseas lo que no tienes y que además lo
tiene otra persona, más apego desarrollas a lo que no consigues o no tienes, e
incluso no tendrás. Así que mejor irse haciendo a la idea de que lo que tienes
lo puedes disfrutar hasta que no te haga falta, se rompa o desaparezca, y dejar
que cada cual disfrute de lo que tenga, aunque no lo tengas tú. No obstante, hay un detalle en esto del apego
a lo material, y es no tratarlo como una posesión,
sino como algo a usar mientras que está a tu disposición en eso del tener cosas
que son útiles para el desarrollo de tu encarnación.
El desapego a lo
sentimental/emocional
Desde pequeño nos han ido inculcando una serie de factores, y uno de
ellos, porque así lo aprendieron nuestros padres, es que nos enseñaron a ser
dependientes, en especial a lo sentimental; en especial dependientes
sentimental y emocionalmente de ellos y en concreto de la familia. Cuando resulta
que el mejor aprendizaje, al respecto, que nos pueden regalar nuestros padres
es enseñarnos a que seamos independientes en todos los ámbitos, incluso en el
sentimental y/o emocional. Esto no quiere decir que nos enseñen a no quererlos
o amarlos, y por ende a los seres allegados, NO. Se trata de que nos enseñen
que pese a lo que pese o pase, hemos de saber poder prescindir del lastre que
supone no saber soltar el apego afectivo a aquellos que se van de nuestro lado
por la causa que sea, y no me refiero sólo al hecho de irse por fallecimiento,
que también.
Sé que esto es complejo,
y corro el riesgo de no explicarme, y pese a que lo consiga, de no ser
entendido. Se trata de que entendamos que la vida de cada cual puede ir por el
lado que cada cual quiera tomar, y que no ha de ser por el lado que uno tome.
Quiere decir esto que, pese a que un familiar se convierta a una religión
distinta, a un partido contrario, decida no casarse, no bautizar a sus hijos,
sean estos sencillos ejemplos, no hemos de padecer por el ejercicio de la toma
de posiciones de los demás, sino que se ha de comprender que cada cual toma su
parte como quiere o puede, y que en ello no hemos de padecer por lo que le
suceda a cada quien; no se trata de dejar de amarlos, sino que amándolos al
dejarlos ser como quieran o puedan, no suframos por sus acciones. Hemos de
aprender a soltar el lastre de sentimientos ante las circunstancias que cada
cual opte o en la que caiga.
Si un ser querido decide
no saber más de uno, pues bien, se acepta, y al acto siguiente dejo de padecer
sufrimiento porque alguien no quiera saber más de mí, sea éste un ejemplo. Si
conseguimos aprender que cada ser querido puede ir a donde quiera y como quiera
independientemente de cómo fue inculcado, no sufrimos por ello. Por igual, si
un ser querido fallece, se ha de aprender a soltar, dejarlo ir, a sabiendas de
que no se le pierde, más bien es al contrario, estará más pendiente de uno
desde el otro barrio. Pero si llegamos a entender que nuestros hijos pueden
hacer lo que quieran sin que ello sea lo que se les haya inculcado, soltamos el
lazo del sentimentalismo barato dejándolos ir en la dirección que tomen.
Se
ha de saber soltar el lastre de los sentimientos ante el ejercicio de la toma
de posición de los seres que se quieren, de lo contrario se padece mucho.
Más
rotundo soy: si un ser querido decide hacer o ir por una senda que es
absolutamente contraria a la que tomaríamos en primera instancia, hemos de
aprender a soltar, a dejar ir, y en ello, a no sufrir. Cada alma decide lo que
quiere antes de nacer, así que eso es lo que hay que aceptar, acatar, soltar y
dejar ir, sin sentimentalismos. Lo que no se quiere decir en ningún momento, es
que no ames a alguien o dejes de hacerlo porque tome un camino distinto, sino
que haga lo que haga, no sufras pese a que le sigas amando.
Soltar
lo sentimental, siguiendo amando a alguien, aunque a uno no le guste, es un desapego
no fácil de ejecutar, pero es viable.
El
desapego a la compañía
Tenemos
la falsa idea de que si estamos solos no podremos vivir en paz, que esa no es
forma de vida, que no estamos completos, que hemos de relacionarnos dado que
somos humanos…; y para ello tendemos a la compañía de alguien por el solo hecho
de estar acompañados, aunque es más bien por el hecho de no estar solos; por el
miedo que supone estar solo. Así que lo que hay que plantearse aquí es ¿qué
personas están en mi vida por el hecho de no sentirme en soledad, en quién o
quiénes me refugio, sea como sea, para no sentirme solo? Cuando resuelvas esta
cuestión, queda soltar las compañías que mantienes, como puedes, en este
sentido, o darles un sentido a estas compañías que no sea el de estar a su
lado, o más bien al tuyo, por evitar la soledad. De lo contrario estarás
apegado a compañías por no estar solo, y ésta no es una maravillosa razón para
tener compañía.
Muchas
veces, nos unimos a una pareja sólo para no estar en soledad; lo he visto
muchas veces, tantas que cansa el hecho de volver a escucharlo otra vez. Así
que, si aprendes a vivir solo sin sentirte en soledad, has resuelto la
mayor carencia aprendida en esta vida, y entonces podrás tener compañías a tu
lado porque no pretendes paliar nada con esas compañías, sino disfrutar con
esas compañías.
El
desapego a los resultados
¿Cuántas
veces realizamos algo buscando la aprobación de los demás, la medallita? Pues
si te dedicas a realizar, lo que sea que más te guste o quieras realizar sin
buscar en la consecución del objetivo, como causa prima, que se obtenga un
beneplácito por parte de los demás, te has desapegado al resultado de todo lo
que desarrolles en esta vida. Es algo así como dice el refrán: haz el bien y no mires a quién.
Sencillamente, sé tú, sin buscar aprobación, sin querer obtener medallitas,
aunque en lo que hagas (si es tu propósito de vida), sea conseguir salvar al
mundo de las huestes negras, que si lo consigues y llegan aplausos, pues
perfecto; como si no llega e incluso lo que sí llega es desaprobación, pues también
perfecto. Sé tú, sin buscar nada que conseguir en tu forma de ser e incluso de
hacer. Sencillamente, sé tú sin querer conseguir más que el resultado de tu
acción en ti y la aprobación propia. Si
no lo consigues, estás apegado a aquello de (1) el qué dirán o (2), del quedar
bien, y estas dos pautas son de una Particularidad desconectada de la
Singularidad, así que la advertencia queda expuesta.
El
desapego al yo físico
Esto
es fácil de ver, por lo menos para mí. Yo no soy el nombre físico que pusieron
a un cuerpo físico, ni siquiera soy ese cuerpo físico que sólo es un envoltorio
o disfraz que ocupo para esta opereta mundial. No soy el DNI, no soy el carnet
de tal equipo de fútbol, no soy nada de aquello con lo que me identifican, los
demás, aquí en lo físico. Cualquier identificación con lo físico es sólo eso,
algo físico, y en esencia no soy nada físico, sino lo que da vida a lo físico.
Cuando
me enojo porque tildan mi físico, ya me he identificado con el yo físico y me
he perdido en eso, cuando eso (lo físico), ya lo he dicho, no soy yo en esencia.
El yo físico es como un uniforme, y no soy el uniforme, sino quien se pone el
uniforme. Porque lleves una bata blanca ¿eres médico? No, sólo te has puesto
una bata blanca con la que te identificas o te identifican, pero eso es lo
físico. Así que si cuelgas la bata en el perchero ¿quién Eres?
El
desapego a la pertenencia
En
este desapego me remito a lo desarrollado en el título “Impertenencia” de mi libro “Alas
sin plumas”. Sólo añado a este particular, lo siguiente: a nada pertenezco
y nada me pertenece.
El
desapego al rescate o a ser salvado
Esto
es algo muy asentado y bien adoctrinado. ¿Recuerdas aquello de que Cristo vino a
salvarnos? Yo me pregunté, de pequeño, ¿salvarnos de qué y de quién, de Dios?
Me dijeron que vino a rescatarnos del pecado original que supuestamente
cometieron una pareja (Adán y Eva). Y claro, ese pequeño veía absurdo que uno
tuviera que pagar por algo que había hecho, supuestamente, según el falso libro
de un dios vengador, llamado biblia, dos personas, que supuestamente existieron
ni se sabe cuándo. Sea como fuere, tenemos arraigado eso de que nos han de
salvar. Como la gilipollez de que los ET han de venir a salvaros con sus naves,
como se vendió a la humanidad en 21/12/2012.
Nos han reiterado que,
por uno mismo, uno mismo no puede salvarse. Es lo que proclama cualquier
religión, es lo que te enseñan los políticos, que por ti mismo no sabes vivir y
que alguien ha de gobernarte para que no lo estropees todo, y que algo externo
a ti está ahí para salvarte de ti mismo: ellos, los polititontos. A día de hoy,
la palabra rescate está muy en vigor, pues los países han de ser rescatados por
algo externo a ellos cuando la han pifiado. Solo respóndete a la siguiente
pregunta y posiblemente te hayas desapegado de esto del rescate: si eres un
fractal divino, que en definitiva es Dios ¿quién ha de salvar o rescatar a
Dios?
Pese
a lo mencionado, os recuerdo que el ser humano, en su proceso ascensional, es
el rescate de las demás razas externas a este planeta que en sus momentos
quedaron atascadas en sus procesos de evolución espiritual, y por ello pusieron
aquí al ser humano, para que los rescatasen a ellos tras el ascenso a 5D de los
seres humanos con alma. Así que nadie ha de venir a rescatarnos cuando hemos llegamos
aquí a rescatar a todas las demás razas. Recuerda aquello que ya mencioné por
primera y no única en “¡Ascensión a 5ª
Dimensión? IV Parte de XII”) sobre
que somos la Infantería Divina. Así que procura enorgullecerte de que has
venido a rescatar, no a ser rescatado, tú
eres el héroe de esta película. DIGNIFÍCATE de una vez. Olvídate ya de
ningún rescate o salvación; si eres un fractal divino, ya estás a salvo, eres
la misma Divinidad, pero encarnado en una fisicalidad.
El
desapego a la culpabilidad
La
culpabilidad implica daño. El daño sólo lo puede repercutir una Particularidad
desconectada de su Singularidad. Así que cuando se hizo daño, lo hizo la
Particularidad semi-consciente o inconsciente del hecho que repercutía. Además,
era parte de un pacto de almas; por ello, ahora que has conectado la
Particularidad a la Singularidad o viceversa, como gustes, sólo has de ser
responsable de tu obrar; obrar que parte de la Singularidad que siempre se
muestra desde el Amor Incondicional con buen trato a los demás; por tanto,
¿dónde está la culpabilidad si daño no realizas siendo Amor Incondicional
dejando ser todo tal y cómo es?
Si
cargas culpabilidad, vas a engancharte con la puerta de la muerte, ¡ojo!, así
que libérate de esto que te aferra a este mundo para poder dar el salto limpio
a lo NO FÍSICO, o te vas a quedar algo atascado en el Astral. Sólo eres
responsable de ti al obrar desde la Singularidad, y la Singularidad al ser Amor
Incondicional no realiza daño; distinto es lo que sienta una Particularidad
desconectada de su Singularidad ante el obrar Incondicional de una Singularidad
obrando en Amor Incondicional, que normalmente no lo podrá comprender.
El sentimiento de
culpabilidad es asumido por una Particularidad desconectada de su Singularidad,
que quede muy claro.
El
desapego a las expectativas
¿La
esperanza es lo último que se pierde? Pues lo primero que tiré a la basura fue
la esperanza. No espero nada de nadie ni de nada; esta es la pauta para
liberarse de esto de las expectativas. Sólo confío (sin esperanzas) en la
Totalidad, y listo. ¿Qué más expectativas en asuntos que ni sabes cómo van a
ser o resultar? O confías en plenitud, o te quedas atrofiado en la espera
baldía de algo que no sabes si llega o no, sucede o no, y esas expectativas
falsas te arrojan en un consumirte en el sufrimiento desesperado. Ya sabes: si esperas, desesperas.
El
desapego a la razón
Esto
es tremendamente sencillo de desapegarse, sólo respóndete a la siguiente
pregunta: ¿por qué pelearse, luchar, enojarse, entrar en conflicto con quien
sea, o lo que sea, por conseguir que te den la razón cuando ya sabes que la
tienes? La respuesta es tuya, pero advierto que esto del apego a la razón se
soporta en los sistemas de creencias que es lo siguiente a desapegarse. ¿Qué
voy a discutir contigo si sé que tengo la razón? ¡Anda ya!, estás listo.
El
desapego a los sistemas de creencias
Mira
que he escrito veces anteriores sobre esto, así que a lo anterior me remito.
Pese a ello, apunto alguna cosilla más: cuando tu única creencia se transforme
en tu única certeza de que Eres Amor Incondicional dejando ser a todo y a todos
los demás, ¿qué otra creencia sin certeza te atenaza? Pues una creencia sin
certeza es lo que te impide razonar y entender.
Cuando
alguien, por ejemplo, te dijo de leer tal artículo, libro o visualizar tal
video, y tú de entrada dijiste es imposible sin haberlo cotejado, leído, visualizado…
¿Sabes lo que le estabas diciendo, desde tus sistemas de creencias que te
creaban un imposible que no fuera acorde a tus sistemas de creencias? Pues le
estabas diciendo que era un mentiroso; que pretendía engañarte; mentirte;
manipularte; llevarte al huerto. Cuando en verdad, sólo te estaba ofreciendo la
posibilidad de encontrar un posible a tus imposibles desde tus sistemas de
creencias. Pero al mismo tiempo es una prueba de falta de confianza en alguien
a quien aprecias, pues no confías en lo que te ofrece.
Cuando
has manifestado lo que sabías, con certeza, con evidencias, con pruebas, y
alguien te dijo que eso era imposible, lo que has recibido es el desprecio, y
todo porque el otro, desde sus creencias, no puede posibilitar un ápice de
lógica a tu certeza. Sí, sé que muchos han aguantado, soportado, otros hemos
aceptado, que cuando manifestábamos algo real y contrastado, lo que se
evidencia es esa oposición de imposibilidad, lo que nos decían es que éramos
unos mentirosos además de que estábamos locos. Así que fíjate lo que puede
causar un sistema de creencia no asentado en la certeza: la descalificación de
otra persona, lo que muestra una tremenda falta de empatía; y, por supuesto,
evidencia una Particularidad desconectada de su Singularidad.
El
desapego a cambiar el mundo
Te
aseguro que yo no fui de las almas que decidieron venir a cambiar el mundo, y
muy posiblemente tampoco tú. El mundo, que es el recipiente al que da vida una
Esencia encarnada, es quien tiene ese proyecto, esa misión, esa decisión. Tú y
yo, usamos este soporte ofrecido para experimentar, no para enajenarnos en
cambiar a una Esencia encarnada en el planeta Tierra. ¿Qué no se entendió de
que el Amor Incondicional es dejar ser a los demás sin ponerle condiciones?
Pues deja ser a este mundo como quiera ser, no pretendas cambiarlo, pues no lo
estarías aceptando como es, lo estarías criticando. Déjale ser, que el Ser que
habita este planeta sabe dónde quiere ir, déjale ir; no te obstines en
cambiarlo. Acepta el cambio que el mundo, desde una Esencia encarnada, ofrece;
que sobradamente sabe esa Esencia qué quiere realizar. Sólo acepta, y déjate
fluir en sus acontecimientos.
El
desapego al legado
Esto
es efímero, así que cuestiónate lo siguiente: en el instante que ya estés
muerto, ¿qué importancia tendría lo que hayas hecho en este mundo si ya no
estás en este mundo? ¿Qué sentido querer figurar en los anales de la historia
si la historia la pueden cambiar, modificar, tergiversar y ocultar cuando y
cuanto quieran los que estén en este mundo? ¿Para qué dejar algo si ya lo Eres
TODO? Lo que cuenta no es lo que dejas, sino lo que te llevas.
El
desapego a la vida
Parece
que Alejandro Dumas dejó escrito lo siguiente: “uno está preparado para morir cuando todo su equipaje cabe en su
corazón”.
¿A
qué te aferras de este mundo? Te lo digo, a cualquiera apego de los descritos
anteriormente, pues aún no conseguiste el desapego de eso anterior. Pero aquí,
en el desapego a la vida, hay que incluir que es el miedo a la muerte, el miedo
a no saber qué hay detrás de la muerte, aunque te lo hayan contado y probado,
es lo que te hace apegarte a la vida, cuando TÚ ERES LA VIDA, y la muerte no es
más que la puerta de la vida a la VIDA. Esto, en concreto, lo aprendieron de
forma genial quienes tuvieron una experiencia cercana a la muerte (ECM), y yo
tuve cinco.
Cuando
te hayas desapegado de la vida, incluso a eso que se dice de “tu vida”, estás listo para partir
limpiamente. De no hacerlo, te puedes ver atascado en el picaporte de la puerta
de la muerte, y eso lo veremos en el descarnar. O matas a la muerte, o la
muerte te atrapa en vida. O vives sin miedo a todo lo que supone la muerte, o
ya estás muerto en vida. O vives, o sobrevives; y sobrevivir es a lo que se
dedican los sin alma y las Particularidades desconectadas de sus Singularidades.
Y
por si de algo sirve, dejo aquí este poema sobre la muerte:
Ando preparado /Acecho a la hermana:/la muerte.
Ella Perseguíame /Sus pasos asustaban /Corrí
tras el tiempo.
Lo alcancé / Y rebasé / Ella, ahora, / Se aleja
de mi /
¿Te asusto Muert? / ¡Piérdete, escóndete!/ ¡Que
ya te poseí!
Vencí al tiempo / Es mi esclavo / Mi ruiseñor
Yo su amo / él, el cautivo. / La eternidad /es
mi dueña.
En cada esquina / se esconde / se disfraza y
oculta.
Y se expande / El tiempo, acaricia mis soplidos
/ El espacio, se diluye.
Estático los ahogué / Con ellos acabé/ Y sin
sentido los dejé
Adiós muerte, corre, vuela, piérdete / Compra el
billete del tiempo.
Y galopa en el espacio / Que eterno fui /Y
eterno seré.
Adiós muerte /Muérete.
Piérdete /Sólo eres mentira /Borrón en la
eternidad.
Gloria de los muertos / Bandera de poderosos / Miedo
de miedosos.
Piérdete / Muérete / Por siempre, muerte
¿Visto hasta aquí? Pues en resumen esto es el
transitar por la vida, y en especial el viaje por la vida es el sumatorio de
apegos de una Particularidad desconectada de su Singularidad. Y así, hasta que
llega el momento de descarnar, si es que estás listo para descarnar en
cualquier momento. ¿Preparado para descarnar, o aún estás apegado a la
vida?
Nota: Como Informe VIII
posee 32 páginas, se ha tenido que dividir en cuatro partes para su
publicación. Quien lo quiera completo que lo solicite.
Nota
2: Siempre digo que no me creas en los más mínimo.
Nota
3: En este informe me dirijo, en especial, a los que tienen conectada su
Particularidad a su Singularidad y no sé si llegan al 10% del 20% de Almados.
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