Agenda completa de actividades presenciales y online de Emilio Carrillo para el Curso 2024-2025

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16/5/19

El hada y la liebre (Los cuentos de Noor Inavat Khan. Alias: Madeline) (5)


         Introducción: ver el primer post en el blog (18/04/2019)

                  

EL HADA Y LA LIEBRE

Una  vez, una joven liebre vivía en un pequeño bosque entre una montaña, un pueblo y un rio.  Mis niños, muchas liebres corren a través del brezo y el musgo, pero ninguna tan dulce como ella.
Tenía tres amigos, un chacal, una comadreja de agua y un mono.  Después del largo día de trabajo, buscando comida, al anochecer se reunían los cuatro para hablar y pensar. La hermosa liebre habló y les enseñó muchas cosas a sus tres compañeros. Ellos le escuchaban y aprendían a amar a las criaturas de los bosques, y eran muy felices.
Amigos míos, dijo un día la liebre, no comamos mañana, pero la comida que encontremos durante el día, se la daremos a cualquier pobre criatura que encontremos.
Todos estuvieron de acuerdo. El día siguiente, como cada día, empezaron la búsqueda de la comida fuera y adentro.
El chacal  encontró en una choza del pueblo, un pedazo de carne y un bote de cuajada de leche con una cuerda atada a cada asa.  Por tres veces gritó alto.  ¿De quién es esta carne? ¿De quién es la cuajada de leche? Pero la choza estaba vacía, y no habiendo escuchado una respuesta, puso el pedazo de carne en su boca y la cuerda de la jarra alrededor de su cuello y huyó al bosque. Y colocándolos a su lado pensó. ¡Qué buen chacal que soy! Mañana comeré lo que he encontrado si nadie viene por aquí.
¿Y que encontró la pequeña comadreja de agua en sus rondas por los alrededores...?     
Un pescador pescó algunos brillantes peces dorados y después de esconderlos bajo la arena volvió al rio.
Pero la comadreja encontró el escondite, y tras sacar los peces de la arena, grito tres veces. ¿De quién son es estos peces dorados? Pero el pescador  escuchaba solamente el murmullo del rio y nadie contestó su llamada. Así que se llevó los peces a su pequeña casa del bosque y pensó: ¡Que buena comadreja soy!  Hoy no comeré estos peces, pero quizás otro día.
Mientras tanto el amigo mono escaló la montaña y encontró algunos mangos maduros, los bajó a los bosques y los puso debajo de un árbol, y pensó: ¡Que buena mano soy! 
Pero la liebre yacía en la hierba del bosque y sus hermosos ojos se humedecieron de tristeza. ¿Qué puedo ofrecer si alguna pobre criatura pasa por este camino? – pensaba -. No puedo ofrecerles hierba, y no tengo ni arroz ni nueces  para dar. Pero repentinamente saltó con alegría. Si alguien viene por aquí, pensó,  me daré a mí misma para comer.
Bien niños, en el pequeño y dulce bosque vivía un hada con alas de mariposa y largo cabello de luz de luna. Su nombre era Sakka. Ella sabía todo lo que sucedía en el bosque. Ella sabía si una pequeña hormiga había robado a otra hormiga. Ella sabía los pensamientos de todas las pequeñas criaturas, incluso los de las pobres pequeñas flores, pisoteadas sobre la hierba. Y sabía que este día los cuatro amigos del bosque no comían, y que toda la comida que pudieran encontrar, era para ser dada a cualquier pobre criatura que se encontrasen. Así que Sakka se transformó en una vieja encorvada mendiga, caminando con un palo.
Fue primero al chacal y le dijo: He caminado durante días y semanas, y no tengo nada que comer. No tengo fuerza para buscar comida. Te ruego me des algo, oh Chacal.
Toma este pedazo de carne y esté bote de cuajada de leche. Lo robe de una choza en el pueblo. Es todo lo que tengo para darte. Te veo luego, dijo la mendiga  y siguió el camino a través de los sombríos árboles.
Entonces Sakka encontró a la comadreja y le preguntó: ¿Qué tienes tú para darme, pequeña mía? Toma estos peces, oh mendiga, y descansa un rato bajo este árbol, contestó la comadreja. En otra ocasión, respondió la mendiga, y continúo a través del bosque.
Un poco más lejos Sakka encontró al mono y le dijo: dame de tus frutos, te lo ruego. Estoy famélica y cansada. Toma todos estos mangos, dijo el mono. Los he cogido todos para ti. 
En otro momento, contestó la mendiga, y no se quedó.
Sakka encontró a la liebre y le dijo: dulce ser de los bosques de musgo, dime, ¿dónde puedo encontrar comida? Estoy perdida en el bosque y lejos de mi casa. Te daré a mí misma para comer, dijo la liebre. Recoge un poco de madera y haz un fuego; yo saltaré dentro de las llamas y tú podrás entonces tener la carne de una pequeña liebre.
Sakka creo llamas mágicas que se elevaban de unos troncos, y llena de alegría la liebre salto dentro del brillante fuego. Pero las llamas eran frías como el agua, y no quemaron su piel. ¿Por qué ocurre esto? Le dijo a Sakka, no siento las llamas, las chispas son frescas como el rocío del alba.
Sakka entonces se transformó de nuevo a su forma de hada y habló a la liebre con una voz más dulce que cualquier otra voz que ella hubiese escuchado.
Querido ser, dijo el hada, Yo soy el Hada Sakka.  Este fuego no es real, es solamente una prueba. La amabilidad de tu corazón, oh bendecido ser, debe ser bien conocida por todo el mundo en las edades venideras.
Y diciendo esto, Sakka golpeó la montaña con su varita mágica y con la esencia que brotó de ella, dibujó la imagen de una liebre en el orbe de la luna.
El día siguiente la liebre se encontró de nuevo con sus amigos, y todas las criaturas del bosque se reunieron en torno a ellos. La liebre les contó lo que le había pasado y ellos se regocijaron y vivieron felices para siempre.



Ya sabéis, os puedo ir mandando estos cuentos de Noor Inavat Khan en PDF, escribir a deeelij@gmail.com

Finalmente aprovecho por si alguien quiere lo publicado, anteriormente, por Deéelij en este Blog sólo ha de decirlo en el mail antes indicado

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