Capítulo 3 del libro “Bioeconomics,
Biological Economics”
El paradigma bioeconómico holístico
as ciencias sociales han estado dominadas
a lo largo del Siglo XX, por dos corrientes, casi antagónicas de pensamiento,
el holismo y la especialización, hasta que la especialización finalmente llegó
a superar las tendencias holísticas de algunos sociólogos como Auguste Comte.
Este filósofo francés estaba muy a favor de una ciencia global con el hombre
como animal social y como pieza central. Se puede especular que si la tendencia
holística hubiera ganado la batalla y se hubiera desarrollado un plan de
estudios único e integrado para el estudio y la investigación, entonces tanto
las bases de las ciencias sociales como la docencia y la investigación
universitarias se habrían fortalecido. Sin embargo, la enseñanza y la
investigación científicas se han cargados tanto de ideas reduccionistas que
ello ha ido en detrimento del avance de la Ciencia, aunque parezca todo lo
contrario.
La Economía fue la primera en ir por su
propio camino y convertirse en independiente. Esto se debió principalmente al
hecho de que los economistas clásicos como Adam Smith y sus seguidores creían
que la creación de riqueza seguía sus propios procesos independientes y por lo
tanto, los factores de producción, los salarios y los precios operaban con
autonomía y debían ser estudiados de forma independiente. Sin embargo, no todos
los economistas estaban de acuerdo con los postulados de atemporalidad y
universalidad y pensaban que el capitalismo debe evolucionar hacia otros
modelos económicos. Más importante aún, creían que el modelo competitivo sería
suplantado por un modelo más cooperativo y modelo económico humano y el
conflicto y los vicios competitivos tendrían que ser eliminado por el bien de
toda la Humanidad.
Sin embargo, el momento parece propicio,
no para invertir la tendencia, sino para dar al holismo su parte justa también
para que junto con el reduccionismo se puedan proponer soluciones para los
muchos problemas complejos, interactivos, no lineales e inciertos con los que
se enfrenta la Humanidad. La Bioeconomía, y la Economía Biológica (Mohammadian,
1980) se proponen como el vehículo apropiado para este propósito.
La Bioeconomía es la disciplina que
estudia las interacciones de los seres humanos, la actividad socioeconómica, el
sistema de producción, el intercambio y el consumo con los sistemas biológicos
de la Naturaleza. Intenta hacer esto mediante el estudio de las interacciones
que surgen en la interfaz de estos dos sistemas de actividad. La Bioeconomía
también puede definirse como “la disciplina que se ocupa del estudio de las
interacciones entre el sistema socioeconómico y el sistema económico propio de
la Naturaleza (Economía de la Naturaleza) para la administración y gestión los
recursos biológicos y el medio ambiente”. Es la disciplina que se ocupa de
la actividad socioeconómica desde el punto de vista de la Biología, con la
Humanidad como parte integrante de la Biosfera y, como tal, para que esta
empresa esté sujeta a leyes y limitaciones lógicas. La importancia de esta idea
fue enfatizada por el biólogo Alfred Lotka (el del modelo depredador-presa
junto con Volterra) hace casi medio siglo cuando dijo que subyaciendo a
nuestras manifestaciones biofísicos de la economía están los fenómenos
biológicos que compartimos en conexión con otras especies. En otras palabras,
es muy importante el análisis de los fundamentos físicos de la Economía: como
la Economía de los recursos, la Economía ambiental y la Economía ecológica
son disciplinas realmente económicas y como tales son mono disciplinares,
aunque algunos economistas han intentado darles un enfoque multidisciplinario.
Estas disciplinas no son útiles para abordar por ejemplo la interdisciplinariedad
de la sostenibilidad porque el trabajo principal de los economistas es idear
formas y medios de cómo utilizar y gestionar los recursos biológicos escasos
con un mínimo costo, es decir, al máximo beneficio. Sin embargo, tampoco hacen
este trabajo eficientemente ni con una visión a largo plazo.
La Bioeconomía es la única disciplina que
es real y verdaderamente interdisciplinaria (no es ni multidisciplinaria ni
transdisciplinaria; estos términos se discutirán más adelante), porque pretende
ser el resultado de una profunda síntesis e integración entre las ciencias
biológicas y las ciencias sociales. Es decir, la Bioeconomía es una ciencia
holística. Una perspectiva holística es esencial para llamar nuestra atención
sobre la Biosfera, la cohesión e interrelación y lograr la unidad en un mundo
de discordia, fragmentación y especialización. Se pretende que la Bioeconomía
facilite una nueva manera de pensar acerca de cómo la actividad socioeconómica
debe encajar en la sociedad humana más grande y particularmente cómo debe
encajar en la gran escala del sistema de la Biosfera.
Según el economista Robert Gassler (1998)
hay tres formas de integrar estas dos disciplinas. La primera es usar
"nuestra disciplina» y sus teorías para tratar de resolver los problemas a
los que se enfrenta la otra disciplina. Las ciencias económicas pueden
denominar esta disciplina para aplicar algunos de sus principios y teorías a
los problemas del medio ambiente. La segunda es usar “su disciplina” y algunas
de sus teorías para intentar solucionar algunos de los problemas frente a
nuestra disciplina. La Ecología es la disciplina en este caso para encontrar
soluciones a los problemas ambientales causados económicamente, a través de
la disciplinas de Economía natural, Economía ambiental y Economía ecológica. La
tercera vía es realizar una síntesis para producir una “superdisciplina”. La
Bioeconomía es el ejemplo apropiado.
Gassler ha reconocido dos desventajas de
la aproximación a esta superdisciplina.
La primera podría ser que la nueva superdisciplina contendrá muchas
ideas y conceptos nuevos que harán difícil para ésta conseguir seguidores. La
segunda podría ser que la superdisciplina será tan teórica y tan fuera de
contacto con las realidades sociales que será de poco valor para la
investigación empírica. Creo que es bastante justo admitir que la Bioeconomía
sufre, hasta cierto punto, de las dos desventajas señaladas por Gassler. Sin
embargo, aunque introduce nuevas ideas, como cualquier empresa intelectual es
una construcción teórica que, sin embargo, se basa en imperativos sociales y,
por lo tanto, es bastante susceptible de investigación empírica.
A diferencia de otras disciplinas de
Economía-ambiente, la Bioeconomía tiene las limitaciones biológicas y
socioeconómicas habituales que le son inherentes a la Biología, restricciones a
los rendimientos sostenibles para los recursos biológicos, la Biosfera, la
capacidad de carga de biosfera y umbrales de contaminación y otros. Por las
limitaciones socioeconómicas que tenemos, existe una desigual valoración
de la riqueza y la ética entre generaciones. Todo esto significa que la
Bioeconomía está en una situación mucho mejor para aclarar estas restricciones
y también para establecer límites para ellas. Esto es especialmente cierto si
la gestión ambiental se considera desde un punto de vista global, punto de
vista que se define como la gestión de toda la Biosfera de cual la Humanidad es
parte inseparable e integral. Por lo tanto, la sostenibilidad de la gestión de
la Biosfera tendrá que lograrse dentro de las restricciones y límites
biológicos, socioeconómicos, ambientales y éticos. Estos problemas han sido
mencionados por Donella Meadows et al. (1992) quienes plantean “la sociedad
humana ha sobrepasado (overshot) sus límites...”; los cambios son
demasiado rápidos; las señales pueden ser ya tardías, y la capacidad de
respuesta incompleta, tergiversada, ignorada o negada.
La gestión ambiental, es decir la gestión
de toda la Biosfera requiere un término medio, una tercera vía entre los
tecno-optimistas y los tecno-pesimistas. Según ellos, la Humanidad es vista
como un superviviente dentro del entorno natural en el que se ha desarrollado y
evolucionado superando sus problemas a través de la aplicación de la tecnología
y dentro de un ambiente gradualmente contaminado como resultado del impacto
tecnológico, el impacto de su actividad socioeconómica y con pocas esperanzas
de que la tecnología ofrezca soluciones a sus problemas. Esto parece, al menos
por el momento, imposible en ambos casos.
La Bioeconomía proporciona un marco
conceptual para este término medio porque se basa en la investigación
interdisciplinar a partir de información biológica y socioeconómica haciendo
posible así una integración holística de abordar la compleja, interactiva e
incierta situación de los problemas de la Humanidad. El carácter holístico de
la Bioeconomía cumple los siguientes objetivos:
4
Identificar e interpretar las interacciones que surgen en la
interfaz del sistema biológico y el sistema socioeconómico.
4
Identificar procesos para la utilización de estas interacciones
para el bienestar de la sociedad humana a través de soluciones a problemas
medioambientales.
4
Promover el desarrollo de interacciones positivas para mejorar
coevolución del sistema biológico con el sistema socioeconómico,
4
Promover el desarrollo de los procesos revolucionarios
necesarios para la sostenibilidad y el desarrollo sostenible.
4
Proporcionar a la crisis ecológica un “nicho” adecuado donde el
interfaz de los problemas que lo causan puedan ser estudiados a través de
estudios e investigaciones interdisciplinarios.
Hay varios problemas que han sido
estudiados por separado y en forma disciplinaria: el calentamiento global,
el agotamiento del ozono y la lluvia
ácida que se conocen colectivamente como la crisis ecológica.
El carácter interdisciplinario de la
Bioeconomía hace posible una investigación unificada. Es más, proporciona un
espacio donde esta investigación de fenómenos interactivos puede ser llevado a
cabo desde una perspectiva espacial y temporal. Me gustaría pensar en esto como
un espacio bioeconómico similar al espacio psicológico utilizado por Freud para
determinar sus ideas sobre la mente o por Newton para definir sus conceptos
sobre la Física.
La crisis ecológica puede evaluarse como:
4
Riesgo : la improbable.
4
Peligro: la ocurrencia es probable y el público está convencido.
4
Catástrofe: la ocurrencia es inminente y causa miedo y aprensión
de lo que pueda pasar.
Si el problema se evalúa como peligro,
existen varias posibilidades:
4
Los científicos han investigado el problema y han proporcionado
datos que son más o menos fiables.
4
Los economistas han estudiado los costos para el desarrollo del
sistema socioeconómico humano.
4
Los sociólogos han estudiado la posibilidad del conflicto
social.
4
Los funcionarios de la salud pública han proporcionado
datos sobre el peligro para la salud.
4
Los políticos finalmente están convencidos y van a tomar medidas
(leyes nacionales e internacionales).
La Bioeconomía no está fundada ni
restringida por una "teoría del equilibrio" y brinda una alternativa
para acabar con la hegemonía de la teoría neoclásica. La Economía hoy en día se
caracteriza por ser “intolerante a enfoques alternativos” . En palabras
de Ben Fine (1999) “Es extremadamente difícil para cualquier economista heterodoxo
sobrevivir y, aún más difícil para las nuevas generaciones, abrirse paso
mediante nombramientos académicos, la enseñanza y la investigación”. Esta
tendencia ha dado lugar a que no se investigara el sistema socioeconómico en
relación con el sistema biológico tan indispensable para su funcionamiento y
además, ha impedido modos de cooperación interactiva con ciencias como la
Biología. La Bioeconomía, teniendo en cuenta la miríada de interacciones
que tienen lugar entre ellas en la totalidad de los sistemas humanos de
actividad. Abordar este tipo de interacciones hace que se esté en condiciones
de aclarar las "propiedades emergentes” que surgen en un sistema de
mercado complejo como el sistema socioeconómico mundial.
as ciencias sociales han estado dominadas
a lo largo del Siglo XX, por dos corrientes, casi antagónicas de pensamiento,
el holismo y la especialización, hasta que la especialización finalmente llegó
a superar las tendencias holísticas de algunos sociólogos como Auguste Comte.
Este filósofo francés estaba muy a favor de una ciencia global con el hombre
como animal social y como pieza central. Se puede especular que si la tendencia
holística hubiera ganado la batalla y se hubiera desarrollado un plan de
estudios único e integrado para el estudio y la investigación, entonces tanto
las bases de las ciencias sociales como la docencia y la investigación
universitarias se habrían fortalecido. Sin embargo, la enseñanza y la
investigación científicas se han cargados tanto de ideas reduccionistas que ello
ha ido en detrimento del avance de la Ciencia, aunque parezca todo lo
contrario.
La Economía fue la primera en ir por su
propio camino y convertirse en independiente. Esto se debió principalmente al
hecho de que los economistas clásicos (como repetido) como Adam Smith y
sus seguidores creían que la creación de riqueza seguía sus propios procesos
independientes y por lo tanto, los factores de producción, los salarios y los
precios operaban con autonomía y debían ser estudiados de forma independiente.
Sin embargo, no todos los economistas estaban de acuerdo con los postulados de
atemporalidad y universalidad y pensaban que el capitalismo debe evolucionar
hacia otros modelos económicos. Más importante aún, creían que el modelo
competitivo sería suplantado por un modelo más cooperativo y modelo económico
humano y el conflicto y los vicios competitivos tendrían que ser eliminado por
el bien de toda la Humanidad.
Sin embargo, el momento parece propicio,
no para invertir la tendencia, sino para dar al holismo su parte justa también
para que junto con el reduccionismo se puedan proponer soluciones para los
muchos problemas complejos, interactivos, no lineales e inciertos con los que
se enfrenta la Humanidad. La Bioeconomía, y la Economía Biológica (Mohammadian,
1980) se proponen como el vehículo apropiado para este propósito.
La Bioeconomía es la disciplina que
estudia las interacciones de los seres humanos, la actividad socioeconómica, el
sistema de producción, el intercambio y el consumo con los sistemas biológicos
de la Naturaleza. Intenta hacer esto mediante el estudio de las interacciones
que surgen en la interfaz de estos dos sistemas de actividad. La Bioeconomía
también puede definirse como “la disciplina que se ocupa del estudio de las
interacciones entre el sistema socioeconómico y el sistema económico propio de
la Naturaleza (Economía de la Naturaleza) para la administración y gestión los
recursos biológicos y el medio ambiente”. Es la disciplina que se ocupa de
la actividad socioeconómica desde el punto de vista de la Biología, con la
Humanidad como parte integrante de la Biosfera y, como tal, para que esta
empresa esté sujeta a leyes y limitaciones lógicas. La importancia de esta idea
fue enfatizada por el biólogo Alfred Lotka (el del modelo depredador-presa
junto con Volterra) hace casi medio siglo cuando dijo que subyaciendo a
nuestras manifestaciones biofísicos de la economía están los fenómenos
biológicos que compartimos en conexión con otras especies. En otras palabras,
es muy importante el análisis de los fundamentos físicos de la Economía: como
la Economía de los recursos, la Economía ambiental y la Economía ecológica
son disciplinas realmente económicas y como tales son mono disciplinares,
aunque algunos economistas han intentado darles un enfoque multidisciplinario.
Estas disciplinas no son útiles para abordar por ejemplo la
interdisciplinariedad de la sostenibilidad porque el trabajo principal de los
economistas es idear formas y medios de cómo utilizar y gestionar los recursos
biológicos escasos con un mínimo costo, es decir, al máximo beneficio. Sin
embargo, tampoco hacen este trabajo eficientemente ni con una visión a largo
plazo.
La Bioeconomía es la única disciplina que
es real y verdaderamente interdisciplinaria (no es ni multidisciplinaria ni transdisciplinaria;
estos términos se discutirán más adelante), porque pretende ser el resultado de
una profunda síntesis e integración entre las ciencias biológicas y las
ciencias sociales. Es decir, la Bioeconomía es una ciencia holística. Una
perspectiva holística es esencial para llamar nuestra atención sobre la
Biosfera, la cohesión e interrelación y lograr la unidad en un mundo de
discordia, fragmentación y especialización. Se pretende que la Bioeconomía
facilite una nueva manera de pensar acerca de cómo la actividad socioeconómica
debe encajar en la sociedad humana más grande y particularmente cómo debe
encajar en la gran escala del sistema de la Biosfera.
Según el economista Robert Gassler (1998)
hay tres formas de integrar estas dos disciplinas. La primera es usar
"nuestra disciplina» y sus teorías para tratar de resolver los problemas a
los que se enfrenta la otra disciplina. Las ciencias económicas pueden
denominar esta disciplina para aplicar algunos de sus principios y teorías a
los problemas del medio ambiente. La segunda es usar “su disciplina” y algunas
de sus teorías para intentar solucionar algunos de los problemas frente a
nuestra disciplina. La Ecología es la disciplina en este caso para encontrar
soluciones a los problemas ambientales causados económicamente, a través de
la disciplinas de Economía natural, Economía ambiental y Economía ecológica. La
tercera vía es realizar una síntesis para producir una “superdisciplina”. La
Bioeconomía es el ejemplo apropiado.
Gassler ha reconocido dos desventajas de
la aproximación a esta superdisciplina.
La primera podría ser que la nueva superdisciplina contendrá muchas
ideas y conceptos nuevos que harán difícil para ésta conseguir seguidores. La
segunda podría ser que la superdisciplina será tan teórica y tan fuera de
contacto con las realidades sociales que será de poco valor para la
investigación empírica. Creo que es bastante justo admitir que la Bioeconomía
sufre, hasta cierto punto, de las dos desventajas señaladas por Gassler. Sin
embargo, aunque introduce nuevas ideas, como cualquier empresa intelectual es
una construcción teórica que, sin embargo, se basa en imperativos sociales y,
por lo tanto, es bastante susceptible de investigación empírica.
A diferencia de otras disciplinas de
Economía-ambiente, la Bioeconomía tiene las limitaciones biológicas y
socioeconómicas habituales que le son inherentes a la Biología, restricciones a
los rendimientos sostenibles para los recursos biológicos, la Biosfera, la
capacidad de carga de biosfera y umbrales de contaminación y otros. Por las
limitaciones socioeconómicas que tenemos, existe una desigual valoración
de la riqueza y la ética entre generaciones. Todo esto significa que la
Bioeconomía está en una situación mucho mejor para aclarar estas restricciones y
también para establecer límites para ellas. Esto es especialmente cierto si la
gestión ambiental se considera desde un punto de vista global, punto de vista
que se define como la gestión de toda la Biosfera de cual la Humanidad es parte
inseparable e integral. Por lo tanto, la sostenibilidad de la gestión de la
Biosfera tendrá que lograrse dentro de las restricciones y límites biológicos,
socioeconómicos, ambientales y éticos. Estos problemas han sido mencionados por
Donella Meadows et al. (1992) quienes plantean “la sociedad humana ha
sobrepasado (overshot) sus límites...”; los cambios son demasiado
rápidos; las señales pueden ser ya tardías, y la capacidad de respuesta
incompleta, tergiversada, ignorada o negada.
La gestión ambiental, es decir la gestión
de toda la Biosfera requiere un término medio, una tercera vía entre los
tecno-optimistas y los tecno-pesimistas. Según ellos, la Humanidad es vista
como un superviviente dentro del entorno natural en el que se ha desarrollado y
evolucionado superando sus problemas a través de la aplicación de la tecnología
y dentro de un ambiente gradualmente contaminado como resultado del impacto
tecnológico, el impacto de su actividad socioeconómica y con pocas esperanzas
de que la tecnología ofrezca soluciones a sus problemas. Esto parece, al menos
por el momento, imposible en ambos casos.
La Bioeconomía proporciona un marco
conceptual para este término medio porque se basa en la investigación
interdisciplinar a partir de información biológica y socioeconómica haciendo posible
así una integración holística de abordar la compleja, interactiva e incierta
situación de los problemas de la Humanidad. El carácter holístico de la
Bioeconomía cumple los siguientes objetivos:
4
Identificar e interpretar las interacciones que surgen en la
interfaz del sistema biológico y el sistema socioeconómico.
4
Identificar procesos para la utilización de estas interacciones
para el bienestar de la sociedad humana a través de soluciones a problemas
medioambientales.
4
Promover el desarrollo de interacciones positivas para mejorar
coevolución del sistema biológico con el sistema socioeconómico,
4
Promover el desarrollo de los procesos revolucionarios
necesarios para la sostenibilidad y el desarrollo sostenible.
4
Proporcionar a la crisis ecológica un “nicho” adecuado donde el
interfaz de los problemas que lo causan puedan ser estudiados a través de
estudios e investigaciones interdisciplinarios.
Hay varios problemas que han sido
estudiados por separado y en forma disciplinaria: el calentamiento global,
el agotamiento del ozono y la lluvia
ácida que se conocen colectivamente como la crisis ecológica.
El carácter interdisciplinario de la
Bioeconomía hace posible una investigación unificada. Es más, proporciona un
espacio donde esta investigación de fenómenos interactivos puede ser llevado a
cabo desde una perspectiva espacial y temporal. Me gustaría pensar en esto como
un espacio bioeconómico similar al espacio psicológico utilizado por Freud para
determinar sus ideas sobre la mente o por Newton para definir sus conceptos
sobre la Física.
La crisis ecológica puede evaluarse como:
4
Riesgo: la improbable.
4
Peligro: la ocurrencia es probable y el público está convencido.
4
Catástrofe: la ocurrencia es inminente y causa miedo y aprensión
de lo que pueda pasar.
Si el problema se evalúa como peligro,
existen varias posibilidades:
4
Los científicos han investigado el problema y han proporcionado
datos que son más o menos fiables.
4
Los economistas han estudiado los costos para el desarrollo del
sistema socioeconómico humano.
4
Los sociólogos han estudiado la posibilidad del conflicto
social.
4
Los funcionarios de la salud pública han proporcionado datos
sobre el peligro para la salud.
4
Los políticos finalmente están convencidos y van a tomar medidas
(leyes nacionales e internacionales).
La Bioeconomía no está fundada ni
restringida por una "teoría del equilibrio" y brinda una alternativa
para acabar con la hegemonía de la teoría neoclásica. La Economía hoy en día se
caracteriza por ser “intolerante a enfoques alternativos” . En palabras
de Ben Fine (1999) “Es extremadamente difícil para cualquier economista
heterodoxo sobrevivir y, aún más difícil para las nuevas generaciones, abrirse
paso mediante nombramientos académicos, la enseñanza y la investigación”.
Esta tendencia ha dado lugar a que no se investigara el sistema socioeconómico
en relación con el sistema biológico tan indispensable para su funcionamiento y
además, ha impedido modos de cooperación interactiva con ciencias como la
Biología. La Bioeconomía, teniendo en cuenta la miríada de interacciones
que tienen lugar entre ellas en la totalidad de los sistemas humanos de
actividad. Abordar este tipo de interacciones hace que se esté en condiciones
de aclarar las "propiedades emergentes” que surgen en un sistema de
mercado complejo como el sistema socioeconómico mundial.
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Autores: Mansour Mohammadiam y José
Alfonso Delgado (traducción)
Nota: La publicación de las diferentes entregas
de El Tercer Camino
se realiza en este blog, todos los lunes desde el 3 de enero de 2022.
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