Agenda completa de actividades presenciales y online de Emilio Carrillo para el Curso 2024-2025

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7/3/22

TC10.- Economía Ecológica


La Economía Ecológica como segundo paradigma

Esta disciplina y una revista con ese nombre nacieron en 1989. El editor de la revista describió en su primer número el objetivo de esta disciplina. “La relación entre ecosistemas y sistemas económicos en el sentido más amplio”. Continuó diciendo que “Tiene la intención de ser un nuevo enfoque tanto de la Ecología como de la Economía que reconozca la necesidad de hacer que la Economía sea más consciente de los impactos y dependencias ecológicas, la necesidad de hacer que la Ecología sea más sensible a las fuerzas económicas, incentivos y restricciones. .... “.

Por lo tanto, la Economía Ecológica ha tenido la intención de continuar donde la Economía de los recursos y la Economía ambiental lo dejaron, es decir, el estudio de las relaciones entre las limitaciones e impactos mutuos que un sistema económico y un sistema ecológico ejercen entre sí. En otras palabras, la Economía Ecológica intentará integrar el estudio de la utilización de recursos con los problemas de gestión ambiental en una investigación multidisciplinaria.

La Ecología como ciencia, se ocupa realmente de tres cuestiones importantes:

1. Flujo de materia y energía a través de comunidades.

2. Dinámica de la población, especialmente las interrelaciones entre poblaciones.

3. Distribuciones geográficas de poblaciones.

Esta amplia gama de preocupaciones contrasta con el interés limitado de la Economía de los procesos de producción, consumo e intercambio. Sin embargo, lo que es más significativo es que ninguno de estos procesos puede arrojar luz sobre la preocupación más fundamental de la macroEconomía clásica; es decir, la asignación de recursos biológicos escasos para ser utilizados con fines alternativos.

Lo que se pretende para la Economía Ecológica es integrar las dos disciplinas de la Economía y la Ecología y desarrollar una metodología para lograr sus objetivos mediante:

- Hacer la Ecología más diversificada involucrando las ciencias sociales, especialmente la Economía.

- Hacer la Ecología más global para poder lidiar con algunas cuestiones como las emisiones de gases de efecto invernadero con consecuencias globales o con cuestiones que se están volviendo globales como el caso de los organismos modificados genéticamente.

- Hacer que la Economía y la teoría económica respondan mejor a los conceptos y principios de la Ecología. Son algunos de ellos, el crecimiento limitado mediante el control eficiente de los mecanismos de producción y consumo, acordes con el principio de regeneración y reciclaje de los residuos.

- Dar a la Ecología un estatus más importante que una mera disciplina de la ciencia de la biología.

Debilidades de la Economía Ecológica

Si bien la Economía Ecológica ha tenido un éxito relativo en los objetivos antes mencionados, no ha sido útil en la formulación de una teoría de precios completa que tenga en cuenta no sólo los valores genuinos de los costes de extracción de recursos naturales, sino también, y lo que es más importante, por los costes ambientales y sociales de los productos de desecho generados por su utilización en el proceso socioeconómico.  Cualquier nueva teoría de precios tendrá que ajustarse más a la calidad que a la cantidad para evitar la miseria humana a través del despido laboral y el desempleo en general. La Economía Ecológica debe preocuparse más plenamente por las limitaciones que las actividades socioeconómicas provocan y ejercen un impacto colectivo sobre el medio ambiente. Además, la Economía Ecológica no ha tenido éxito en producir una teoría científica para la utilización de recursos biológicos renovables.

Un área importante de estudio para la Economía Ecológica ha sido la relación entre tecnología y medio ambiente y el papel que juega el crecimiento económico continuo en esta relación. Las preguntas que surgen aquí son: ¿Puede el crecimiento económico proporcionar el antídoto para problemas ambientales como el calentamiento global, el agotamiento del ozono, la lluvia ácida y otros que la tecnología ha provocado? Además, ¿será posible que la tecnología misma cure mediante el progreso científico y las nuevas invenciones el daño causado a los ecosistemas naturales? Además, ¿la tecnología podrá producir “nuevos” recursos? para sustituir los recursos naturales agotables en el sistema socioeconómico global en constante expansión? La respuesta a todas estas preguntas es que no lo sabemos; hay una gran incertidumbre. Las acciones, reacciones y, lo que es más importante, las interacciones humanas han creado nuevas dinámicas en lo que respecta al medio ambiente global. Sin embargo, sus trayectorias son bastante inciertas e impredecibles.

La cuestión de la “sustituibilidad” (sustituir recursos naturales por recursos artificiales) es importante porque en el nivel socioeconómico, el sistema se basa en la utilización de recursos naturales agotables que eventualmente se agotarán en el futuro. También esa sustitución puede tener lugar debido al hecho de que la sustitución de un recurso “artificial” por uno natural reducirá el costo del producto o hará que el sistema de producción sea más eficiente. Sin embargo, la sustitución distorsionará la dinámica de la utilización de los recursos en lo que respecta al agotamiento, el precio y el costo. Esta distorsión puede tener varias consecuencias:

(1) Provocará la sobrevaloración de las habilidades asociadas con tecnologías de explotación de recursos.

(2) Causará una subvaloración de las habilidades asociadas con las tecnologías de gestión ambiental.

(3) Dará lugar a la subvaloración de los productos obtenidos de la producción intensiva en recursos, en contraste con el precio de los productos obtenidos de la producción intensiva en capital. Esto significa que los recursos naturales se considerarán falsamente baratos, lo que fomentará un aumento del consumo y los llevará hacia el agotamiento.

Son también importantes las cuestiones de separabilidad (independencia) de los factores de producción y la complementariedad entre el sistema natural y el sistema socioeconómico. La Economía Ecológica considera que los factores de producción son independientes y esto no es cierto. En el mundo real de la actividad socioeconómica se necesita capital para obtener recursos naturales y también se relaciona el trabajo con ambos, tanto por el hecho de que la cantidad de capital como de recursos determinan cuánta mano de obra se requiere en el proceso de producción. En este sentido los tres factores de producción están íntimamente relacionados y dependen el uno del otro La Economía Ecológica al enfatizar el dinero como unidad de intercambio ignora el hecho de que su valor puede variar de vez en cuando debido a las fluctuaciones de la tasa de cambio y también debido a las devaluaciones de la moneda. En cuanto al primero, pone a los países pobres en desventaja en relación con los ricos que tienen monedas más fuertes y, por lo tanto, es necesario extraer más recursos biológicos para venderlos con las consecuencias concomitantes de agotamiento y de impacto ambiental. Además, para seguir siendo competitivos en los mercados internos, las naciones pobres tendrán que recurrir a la devaluación ocasional de sus monedas con consecuencias similares.

Además, la monetización oculta los orígenes biológicos de muchos recursos y, en realidad, “economiza” todos los recursos naturales hasta el punto de que sus valores intrínsecos se confunden perdiendo de vista la dimensión ética.

El último intento de un grupo de economistas ecológicos (Costanza et al, 1997) de calcular, en equivalencia al PIB, el valor monetario de los distintos ecosistemas del mundo y los servicios ecológicos que prestan, aunque útiles para dibujar la atención a su importancia económica para el nivel socioeconómico internacional, sin embargo, el sistema es contraproducente. Pensando en el capital natural en términos monetarios no ha impedido su sobreexplotación incluso la ha promocionado estimulando la publicidad de su “comerciabilidad”. Esta debilidad se ha argumentado por los economistas ecológicos neoclásicos como Pearce y Moran en 1995,  debido al hecho de que el mercado “real” se ha desviado del “ideal” produciendo así el punto óptimo de Pareto, resultado que no es ni social ni éticamente deseable ni ponen en valor el servicio. Esto no resolverá el problema.

La Economía Ecológica basada en la teoría económica neoclásica está realmente preocupada por la maximización de la riqueza asumiendo sistemas estables en un utilitario mundo de bienes y servicios de relaciones de seres humanos. La teoría neoclásica de la Economía Ecológica tiene como piedra angular al agente económico individual, “Homo economicus”, como el elemento más importante de la actividad socioeconómica. Pero este individuo carece de fundamentos sociales y sólo está interesado en sus propias preferencias no adaptativas y la maximización de los beneficios a través de la competitividad. Además, esta teoría aplicada a los consumidores se basa en la maximización del consumo y obligado a ello, por lo tanto carece de moralidad. Ignora la libre elección de los individuos de preferir determinados productos, ya que, aunque se ofrece elección, en realidad es la elección de los productores y no lo que real y verdaderamente desean los consumidores.

El problema de la escasez de recursos

La escasez de recursos debería ser una de las preocupaciones más fundamentales de los economistas. Si la Economía se define como el estudio de los medios disponibles para la sociedad de alcanzar metas deseables, entonces la escasez puede definirse como un reflejo de las limitaciones de algunos (o todos) los medios disponibles para lograr esos objetivos. Además, los economistas deberían preocuparse por las limitaciones externas que causan las actividades y tienen un impacto colectivo en la sociedad. La escasez de recursos es una restricción y por lo tanto, a la asignación de recursos naturales escasos debe dársele de alguna forma un tratamiento especial por como nuevo paradigma de la Economía ambiental.

La escasez de recursos, el progreso tecnológico y los objetivos de una sociedad son las formas habituales reconocidas por la teoría neoclásica para la asignación de recursos escasos. La teoría neoclásica del mercado en la que se basa la Economía Ecológica no es realmente adecuada para la asignación de recursos desde un punto “intertemporal” de vista. Además, no se lleva a cabo completamente la internalización de las decisiones ambientales por parte de agentes de la economía en esencia egoísta.

La Economía Ecológica se basa en la teoría económica neoclásica con sus conceptos de perfecta racionalidad y equilibrio, pero no obstante esta teoría no puede proporcionar una base realista para el sistema socioeconómico mundial. Este sistema está influenciado por muchos pequeños eventos (sociales, económicos, políticos, biológicos y ambientales) que simplemente se ignoran y se tratan como ocasionales y por tanto "externos" al proceso socioeconómico. Ellos tienden a ser contabilizado para tener un sistema socioeconómico consciente de las realidades de la Economía global y el sistema de la biosfera.

Los promedios y los puntos críticos

El problema real de nuestro sistema socioeconómico sustentado por el concepto de equilibrio neoclásico es que se cree que los pequeños shocks promedian y, por lo tanto, hacen posible que se acumulen en un gran shock. Por tanto, la desestabilización del sistema se vuelve insignificante. Sin embargo, sabemos que grandes conmociones, como lo demuestran ocasionales caídas del mercado de valores, crisis políticas o catástrofes ambientales ocurren con efectos devastadores sobre el sistema socioeconómico.

Los eventos reales que tienen lugar en este complejo sistema de actividades no pueden, aunque sí de modo insignificante a veces, promediar como el concepto de equilibrio ha sugerido. Según Per Bak (1997) este tipo de tratamiento “promedio” al que se hace referencia en física como “aproximación de campo medio” es aplicable a sistemas muy ordenados o desordenados. Por tanto, es totalmente inadecuado para un sistema como el sistema socioeconómico global que se encuentra en un punto crítico de estado entre orden y desorden.

Un sistema en el punto crítico pasa por diferentes estados de estabilidad y criticidad antes de establecerse en un nuevo estado. Puede aventurarse entonces que el sistema socioeconómico al estar en un estado crítico entre el orden y el desorden, se auto organiza hacia un nuevo y más complejo estado que será el estado de globalidad socioeconómica total. Esta interpretación se muestra en la figura l de elaboración propia.

Hay varias cuestiones importantes que deberían preocuparnos ahora, a saber:

¿Es real el todopoderoso “mercado” con su omnipresente “mano invisible” real o ficticio?  Y, si es real: ¿es el dinero la mejor unidad para comercializar la tierra y de la mano de obra como los factores de producción?

Además: ¿Pueden las consideraciones económicas ser suficientes para asegurar la equidad intergeneracional de los recursos naturales y la del ambiente? ¿Es el sistema socioeconómico una manifestación de auto organización crítica? ¿Cuándo y en qué condiciones se alcanzará esta criticidad?

Dinámicas de estado crítico

¿Cuáles son las dinámicas necesarias para producir un estado crítico?

Dado que la Economía Ecológica se basa en la teoría económica neoclásica muy orientada al mercado, como tal no disfruta de una perspectiva a largo plazo. Ésta es una de las razones por las que ha sido muy difícil, si no imposible, introducir nociones y pautas ambientales a la teoría neoclásica para desarrollar una teoría con perspectiva de largo plazo. Además, la teoría neoclásica no conduce a la integración de toda la gama de bisagras de soporte vital que realiza el entorno natural a través de su gran cantidad de recursos y servicios. Esto destaca la muy importante y significante diferencia entre el sistema socioeconómico humano y la economía de la naturaleza donde estas funciones no son realmente “producidas” en el sentido socioeconómico de la palabra, pero que forman partes verdaderamente integrales e intrínsecas del sistema natural tanto espacial como temporalmente.

Espero dejarlo bastante claro en el próximo capítulo donde presento el nuevo paradigma de la Bioeconomía, Economía Biológica, que este innovador paradigma no esta en deuda con la teoría neoclásica con sus conceptos de racionalidad y de equilibrio y por lo tanto, no sufre de las muchas debilidades de esa teoría. Además, como se verá claramente, la Bioeconomía tiene las funciones de apoyo integradas en sus fundamentos teóricos y no tiene para producirlos. Además, se aclarará a través de la bioeconomía que aunque los componentes básicos de la biología son diferentes y operan en diferentes escalas espaciales y temporales, de las de la economía son, sin embargo, regido por principios comunes cuyas interacciones, más que sus composiciones, son de suma importancia y deben ser de gran interés para nosotros.

Se propone la Bioeconomía como una disciplina holística para aclarar la dinámica de las interacciones entre la biosfera y los sistemas socioeconómicos que operan en un sistema planetario unificado. La información así obtenida debe ser muy útil en el contexto de cómo estos sistemas pueden coevolucionar, en lugar de que cada uno evolucione por separado e independientemente, en beneficio de la humanidad y su existencia sostenible en general.

Desde hace algún tiempo me he preguntado si es necesario tomar otro paso de la Economía Ecológica y posarse en la puerta de la ciencia de la biología para desarrollar la bioeconomía. Me he beneficiado en mis pensamientos de las siguientes palabras de Wordsworth en Tintern Abbey (citado en "Nuevas Botellas de Nuevo Vino", de Julia Huxley. 1957: Harper y Row):

Y he sentido una presencia que me inquieta de alegría
De pensamientos elevados; un sentido sublime
De algo mucho más profundamente fusionado
Cuya morada a la luz del sol poniente
Y el océano redondo y el aire vivo
Y el cielo azul y en la mente del hombre (énfasis mío).

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Autores: Mansour Mohammadiam y José Alfonso Delgado (traducción)

Nota: La publicación de las diferentes entregas de El Tercer Camino

se realiza en este blog, todos los lunes desde el 3 de enero de 2022.

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