Un
padre tenía dos hijos.
El mayor estaba siempre a su lado, le servía y hacía todo cuanto salía por la boca de su padre.
El mayor estaba siempre a su lado, le servía y hacía todo cuanto salía por la boca de su padre.
El menor, en cambio, a todo cuanto decía su padre le pedía el por qué
y nunca hacía nada que no hubiese antes madurado en su interior.
Un
día vino la enfermedad y, llevándose al padre, sembró la desolación en aquella
casa. Y con desolación quedó el hijo mayor, mientras el menor hizo una nueva
casa.
Así
pues, decía Abul Beka:
—Enseñad
a vuestros hijos a volar, mas no les impongáis la forma de hacerlo; porque
quizá vosotros volasteis en la vida como gaviotas y ellos desean hacerlo como
pajarillos. Quizá vosotros volasteis en la vida como halcones y ellos desean
hacerlo como águilas. Antes bien, enseñadles a escoger su vuelo; mas para ello
debéis conocer los secretos del vuelo que están en todas las formas de volar.
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Autor: Cayetano Arroyo
Fuente: Diálogos con Abul Beka (Editorial Sirio)
Nota: En homenaje a la memoria de Cayetano Arroyo y Vicente Pérez Moreno,
un texto extraído de los Diálogos de Abul Beka se publica en este blog todos los
miércoles desde el 4 de octubre de 2017.
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