Agenda completa de actividades presenciales y online de Emilio Carrillo para el Curso 2024-2025

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15/8/19

El fin del mundo (Los cuentos de Noor Inavat Khan. Alias: Madeline) (18)


Introducción: ver el primer post en este Blog, con fecha 18/04/2019


EL FIN DEL MUNDO

Un día una pequeña liebre se sentó bajo un árbol frutal y pensó...y pensó.
¿Qué es lo que pensaba la pequeña liebre bajo el árbol?
¿Qué me sucederá cuando sea el fin del mundo?, pensaba, y en este mismo instante cayó un fruto del árbol. La pequeña liebre huyó de allí corriendo tan rápido como le permitieron sus piernas, tan segura estaba de que el ruido del fruto cayendo al suelo era el de la tierra rompiéndose en pedazos. Y corrió y corrió...sin osar mirar detrás de sí.
Hermana, hermana, llamaba otra pequeña liebre viéndola correr, por favor dime ¿qué ha pasado?
Pero la pequeña liebre siguió corriendo y ni tan siquiera se volvió a contestarle. Otra liebre corrió tras ella gritando más y más fuerte: ¿qué ha pasado hermanita, que ha pasado? Finalmente se paró un momento y dijo: ¡La tierra se está rompiendo en pedazos! Al oírlo la otra liebre empezó a correr incluso más rápido, una tercera liebre se les unió, y una cuarta y una quinta...hasta que cien mil liebres estaban corriendo por los campos. Y corrieron a través del bosque y de la profunda jungla, y los ciervos, los jabalíes, los alces, los búfalos, los bueyes, los rinocerontes, los tigres, los leones y los elefantes, oyendo que la tierra llegaba a su final, corrieron salvajemente con ellas.
Pero entre los que vivian en la selva, estaba un león, un sabio león, que sabía todo lo que ocurría en el mundo. Y cuando supo que tantos cientos y miles de animales estaban corriendo porque creían que la tierra se estaba rompiendo en pedazos, pensó: esta tierra nuestra está lejos de llegar a su final, pero mis pobres criaturas morirán si no las salvo, porque irán derecho a adentrarse en el mar. Y corrió a tal velocidad, que alcanzó la cima de una montaña que estaba en su camino antes de que ellos llegaran. Y cuando pasaron por la montaña, rugió tres veces,  con tal poderoso rugido que ellos pararon su loca carrera y permanecieron quietos cerca los unos de los otros, temblando.
El gran león descendió de la montaña y se acercó a ellos. ¿Por qué corréis a esta velocidad?, les preguntó.
La tierra se está rompiendo en pedazos, le contestaron.
¿Quién ha visto que se esté rompiendo en pedazos? preguntó.
Los elefantes, dijeron.
¿Habeis visto romperse la tierra?, preguntó a los elefantes.
No, nosotros no lo hemos visto, los leones lo han visto, contestaron ellos.
¿Lo habéis visto vosotros?, preguntó a los leones.
No, los tigres lo vieron, contestaron.
¿Visteis romperse la tierra?, preguntó a los tigres.
No, los rinocerontes lo han visto, fue su respuesta.
Pero los rinocerontes dijeron: los bueyes lo vieron, y los bueyes dijeron que fueron los búfalos y los búfalos los alces, los alces dijeron que fueron los jabalíes  y ellos a su vez dijeron que fueron los ciervos y los ciervos dijeron que fueron las liebres y las liebres dijeron; fue esta pequeña liebre la que nos dijo que la tierra se estaba rompiendo.
            ¿Has visto tu romperse la tierra?, le preguntó el león a la pequeña liebre. Sí señor, contestó, yo la vi romperse. ¿Dónde estabas cuando viste que se rompía?, preguntó. Yo estaba sentada bajo un árbol frutal y pensaba: ¿qué va a pasarme cuando sea el fin del mundo? Y en este preciso instante, escuché el ruido de la tierra rompiéndose y corrí.
El gran león pensó... estaba sentada bajo un árbol frutal, ciertamente el ruido que ella escuchó fue el de la caída de un fruto al suelo. Cabalga sobre mi lomo, pequeña y muéstrame dónde viste romperse la tierra.
La pequeña liebre saltó sobre su espalda y el león voló al lugar, pero al estar proximos del árbol frutal, la liebre saltó de su espalda por lo muy asustada que estaba de volver al lugar. Y señalándole el árbol al león le dijo: Señor, allí está el árbol.
El león fue al árbol y vio el lugar dónde la pequeña liebre había estado sentada y el fruto que había caído del árbol. Ven, acércate pequeña, dijo llamándola, dime, ¿dónde ves tú rota la tierra?
La liebre, después de mirar alrededor, y viendo el fruto sobre el suelo, supo que no había habido motivo alguno para tener miedo. Saltó de nuevo sobre el lomo del león y a toda velocidad fueron a encontrarse con las cientos y miles de criaturas que esperaban su regreso.
El león entonces dijo a la multitud que el ruido que la pequeña liebre había escuchado era el del fruto cayendo al suelo.
Así que todos volvieron a sus hábitats, los elefantes a la selva, los leones a sus cuevas, los ciervos a los bancos del rio y la pequeña liebre al árbol frutal y todos ellos vivieron felices para siempre.
                                                   

Ya sabéis, os puedo ir mandando estos cuentos de Noor Inavat Khan en PDF, escribir a deeeli@gmail.com

Finalmente aprovecho por si alguien quiere lo publicado, anteriormente, por Deéelij en este Blog sólo ha de decirlo en el mail antes indicado

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