Introducción:
ver el primer post en este Blog, con fecha 18/04/2019
EL INCENDIO FORESTAL
Sed buenos, mis pequeños, dijo una madre codorniz a
sus siete pequeños hijos cantando en el nido. Mamá y papá os traerán gusanos,
insectos y semillas..
Pero cada vez que la madre y el padre volvían al nido,
seis pequeñas codornices cogían los gusanos y los insectos, pero la séptima
sólo comía las semillas. Y mientras las alas de sus hermanos crecieron fuertes
y firmes, las alas de la pequeña no crecieron nada en absoluto.
Una noche cuando la familia estaba bien escondida,
fueron despertados por tristes gritos que venia del corazón del bosque, el
padre y la madre y sus siete pequeñas codornices, se asomaron fuera del nido.
¿Que eran estas ardientes nubes rojas flotando sobre
los distantes árboles?
Las pequeñas codornices empezaron a llorar y la madre
y el padre les mantuvieron apretados entre sus alas.
Crackle....crackle...bzz....bzz... rugían las grandes
nubes rojas.
¡Mira padre, exclamó la más pequeña de las siete, hay
fuego en el bosque!
Las brillantes llamas avanzaron con la rapidez del
viento a través del bosque, quemando cada arbusto y cada árbol a su paso. El
rugido se acercó más y más y pronto el fuego se aproximó al nido. No había
tiempo que perder, y corriendo la madre y el padre y las seis pequeñas
codornices, se fueron volando. Pero la
pequeña, la séptima codorniz se quedó sola, porque ella no tenía alas
para volar.
Bzz..Bzz. rugían las grandes nubes rojas mientras
bailaban alrededor del nido. Pero la pequeña no tenía miedo; miró fijamente a
las llamas con sus dos pequeños parpadeantes ojos, y con su suave y cantarina
voz les dijo: soy pequeña y no tengo
alas. ¿Por qué venís a este pequeño nido donde estoy sola? Seguid vuestro
camino poderosas llamas, no hay nada aquí para vosotras. Mientras hablaba, el
furioso fuego se escabulló y despareció entre los árboles y en el bosque se
hizo silencio.
Poco a poco surgieron vocecitas desde el musgo, y las
ranas señalaron que todo estaba bien. Una a una, fueron asomando sus pequeñas
cabezas desde sus escondites. Las nubes
de humo volaron muy lejos y la reina luna sonrió de nuevo entre los árboles. La
pequeña codorniz también sonrió en su nido cuando vio que el bosque despertaba
de nuevo, y vivió feliz para siempre.
Ya
sabéis, os puedo ir mandando estos cuentos de Noor Inavat Khan en PDF, escribir a deeeli@gmail.com
Enlace al libro de Noor: https://babel.hathitrust.org/cgi/pt?id=inu.39000000078449;view=1up;seq=21
Finalmente
aprovecho por si alguien quiere lo publicado, anteriormente, por Deéelij en
este Blog sólo ha de decirlo en el mail antes indicado
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