La armonía del elemento agua está
relacionada con la fluidez del sentimiento.
Es precisamente fluir con lo que
sentimos lo que nos ayuda a ver y sentir con claridad nuestro propio camino.
Es, por tanto, en los momentos en los
que la vitalidad del agua se estanca, cuando nuestra propia naturaleza también
lo hace.
Por norma general, en los baños, sobre
todo los que no tienen ventana a la calle, son los lugares en los que es más
frecuente encontrar zonas con humedad.
No importa la zona vital de la
vivienda en la que se encuentre el baño. Si hay humedad acumulada en alguna
zona (en el mueble, en la pared, en alguna esquina en la que se acumula el
agua) suele reflejar una acumulación de sentimientos no expresados que limitan
la visión del camino correcto.
Esto es lo que le ocurrió a una chica
con su propio baño.
Contacto conmigo porque llevaba tiempo
queriendo hacer cambios en casa y deseaba que los cambios le aportasen armonía
y calma interna.
Cuando hablamos para que me explicase
con más detalle lo que realmente deseaba hacer en la vivienda, me encontré a
una persona muy dudosa, con las ideas poco claras y con un diálogo lleno de
silencios que, por las experiencias, me hacía intuir un estancamiento
emocional.
Le recomendé empezar por ahí. Le pedí
datos de la vivienda, un plano y la localización de los baños.
Justo, los dos baños eran interiores,
sin ventanas. Uno estaba casi en el centro de la vivienda y en otro en la zona
vital que vibra con la creatividad.
El baño del centro de la casa tenía
humedad en el interior del mueble del lavabo
El otro baño la tenía en la pared de
la bañera.
La humedad en el centro de la vivienda
empaña la visión del Ser interior.
La humedad en la zona creativa empaña
la capacidad de disfrutar de la vida.
Con este diagnóstico, la chica se
sintió muy reflejada.
Le recomendé aplicar unos detalles de
mimbre en ambos baños (la energía de la madera drena la del agua) y que
observara cómo se sentía.
A menos de dos semanas, su percepción
del deseo de cambio se hizo mucho más nítida.
Logró ver que, en realidad, el deseo
del cambio dentro de la vivienda correspondía a una acumulación de situaciones
que le habían generado un bloqueo sentimental del que creía poder salir dando
un aire nuevo a la vivienda.
Tras comprender que su deseo de cambio
no era racional, sino una inercia del propio bloqueo, decidió invertir en un
proceso de crecimiento personal para lograr mejorar su gestión emocional.
En pocas semanas la chica mejoró mucho
internamente.
Pudo activar en su interior su propia
valoración para que sus sentimientos estancados tuviesen un canal de salida de
forma que comenzaron a aportar crecimiento gracias a su expresión natural y
constructiva.
La energía natural tiene como función
vital nutrir y aportar valor y se estanca cuando no puede aportarlo. A nuestros
sentimientos les ocurre lo mismo.
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Autor: Andrés Tarazona (andres@andrestarazona.com)
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los jueves, desde el 7 de noviembre de 2019, Andrés comparte en este blog una serie de
publicaciones centradas en
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