La consciencia tiene tres
enfoques: La capacidad de conocernos a nosotros mismos, la capacidad de conocer
el mundo que nos rodea y la capacidad de relación entre una y la otra. El
presente artículo trata del enfoque interior y exterior de la consciencia. Como siempre, me gusta comentar que las líneas
acá expuestas no describen una verdad absoluta, solamente se comparten con el
ánimo que cada cual practique su discernimiento, ejercite su mente abstracta y
construya su verdad individual.
Antes de hablar de dinero,
hablemos sobre la hipótesis que impulsa al ser humano a la búsqueda del dinero,
y la respuesta generalizada está en la Felicidad.
Los seres humanos nos
comportamos buscando “sentirnos bien” con las acciones realizadas, cada humano
es un mundo, por lo tanto, puede tener estados “buenos” de diferentes maneras,
incluso los sadomasoquistas se sienten bien al sentir dolor. Algunos toman superficialmente “sentirse
bien” enfocándose en el placer, pero hay niveles más profundos que se tratan
con el término felicidad.
Para tratar la hipótesis
planteada, primero que todo delimitemos en este artículo que es “felicidad”,
pues es un término muy común pero muy abstracto que si no definimos podría
llevar a la confusión.
Ante cualquier circunstancia
que nos presenta la vida, felicidad es la capacidad de decidir una actitud
positiva en el momento presente. En
otras palabras, la felicidad es una forma de vivir, es un camino, una decisión,
y no es una meta.
Todos los seres humanos tenemos
la capacidad de ser felices, sin embargo, por distracciones y malos hábitos
hemos perdido esa capacidad, por tanto, se requiere ejercicio mental para
recuperar la capacidad.
Cómo se puede ver en esta
definición, la felicidad es una capacidad interna, no depende de las
condiciones de vida, ni del entorno; pero sucede cómo cuando montamos
bicicleta, podemos ir con el viento a favor o con el viento en contra, podemos
tener condiciones más favorables o condiciones más difíciles.
En ese sentido hay varias
condiciones que hacen más difícil alcanzar un estado de felicidad, por ejemplo:
tener miedo, hambre, decepciones amorosas, vivir en angustia sobre el futuro,
condiciones de salud adversas, tristeza, depresión, zozobra por temas
financieros, sentirse solo y no reconocido, etc, etc, etc.
Estas situaciones hacen que el
ser humano se envuelva en unas turbulencias mentales y emocionales creando una
condición difícil para vivir feliz.
Voy a concentrarme en una sola
para el presente artículo, “zozobra por temas financieros”. La desesperación, angustia, miedo que causa
la incertidumbre de no saber que vamos a comer en el día, que no tenemos acceso
a un sistema de salud, incluso no tenemos seguridad de un techo para dormir,
claramente genera una condición interna de turbulencias penosas.
Si una persona está en ese
nivel de pobreza, tiene el viento en contra para ser feliz, por tanto, si
mejora sus condiciones económicas tendrá el viento a favor para ser feliz.
En ese caso se acostumbra decir
que “el dinero trae felicidad”, lo cual es muy cierto, como lo hemos descrito
en los renglones precedentes, pero solo hasta cierto punto, pues la ecuación
que indica que entre más dinero más felicidad no es 1 a 1, en términos de
ingeniería podríamos decir que: “tiene una curva que se aplana”.
Para el ejemplo es evidente que,
si medimos el nivel de felicidad de alguien muy pobre, llamémoslo Paco,
obtendremos un nivel determinado cualquiera y si Paco mejora su situación
económica, el nivel de felicidad será mayor.
No obstante, esto no es ni
permanente ni indefinido, pues Paco que mejoró su condición económica al cabo
del tiempo se acostumbrará a ella y si no practica su capacidad de ser feliz,
podría perderla por turbulencias mentales y emocionales causadas por otro
factor, por ejemplo, ruptura amorosa o sensación de no reconocimiento.
Además, y acá es donde quiero
concentrarme, supongamos que Paco tiene la capacidad de mejorar su condición
económica y aumentarla más y más. Esto no quiere decir que con más y más dinero
Paco va a ser más y más feliz, pues una vez superados los niveles para
satisfacer las necesidades básicas y secundarias, el dinero no compra la
tranquilidad mental ni emocional que constituyen el viento a favor que
necesitamos para la felicidad. Podemos comprar la mejor cama, pero no podremos
comprar un buen sueño, podremos comprar compañía, pero no podremos comprar una
amistad verdadera, podremos comprar el mejor seguro de salud, pero no podremos
comprar un cuerpo saludable. Es decir, que en la vida hay muchas situaciones
que nos pueden provocar turbulencias que no se pueden comprar con dinero.
Para ilustrar un poco más lo
que estoy exponiendo voy presentar la gráfica 1 donde se muestran a manera de
ejemplo los niveles de felicidad respecto a los niveles de condición económica.
En el eje “x” es decir, en el eje horizontal
se medirá la acumulación de dinero y en el eje “y”, es decir en eje vertical se
medirá el nivel de felicidad. La curva
de la felicidad versus el dinero se pinta de color naranja.
Se puede ver que, al principio
entre más dinero, más felicidad (de los numero 0 al 30 en los dos ejes), hasta
un punto donde la curva se aplana (señalado con la elipse roja), lo que quiere
decir que en ese punto puedo seguir acumulando y acumulando dinero y la
felicidad no crece más. (Desde el punto 40 del eje horizontal “x” sigo y sigo
creciendo mi riqueza hasta llegar al punto 100, pero la felicidad explicada por
temas netamente económicos no creció más allá del número 37, en el eje vertical
“y” donde señala la flecha roja).
Sin embargo, ocurre otro
fenómeno; entre más dinero obtengo también más “poder” y claramente es cierto,
los hombres más adinerados del planeta tienen mucho poder. Hay otras formas de poder como el
conocimiento, la religión, una habilidad profesional, la capacidad de
convencimiento en el discurso, las relaciones sociales, la capacidad de curar
enfermos, la información íntima de los demás, etc.
Es donde entra otra variable y
lo que nos puede llevar a entender porque este artículo también toca el enfoque
de consciencia exterior.
Porque resulta que, así como el
licor, el juego, las drogas, el poder es una de las condiciones más adictivas
de este planeta. En el año 2008 se acuñó
el término “síndrome de hubris”, para describir las personas adictas al poder.
Si en una auto-evaluación
observamos cuatro de las siguientes características podríamos estar sufriendo
de adicción al poder o síndrome de hubris: propensión narcisista, tendencia a
mejorar su imagen, ensalzarse, preocupación exagerada por su presentación, modo
mesiánico de hablar, tendencia a la exaltación, tendencia a hablar de sí mismo
en tercera persona, excesiva confianza en su propio juicio mientras sub-valora el
juicio de los demás, autoconfianza exagerada, pérdida de contacto con la
realidad, inquietud, imprudencia, impulsividad.
El síndrome de hubris no es
exclusivo de los políticos o personas adineradas, pues este permea todas las
profesiones y condiciones económicas, lo que nos invita a la auto observación
para determinar si de algún modo podemos estar influenciados por esta condición. Y es que nos puede pasar con la adicción al
poder como nos pasa con la adicción al licor, algunos afirman: “yo soy bebedor
social” indicando que no tiene adición por el alcohol, cuando detrás de esa
frase se esconde su dependencia y la búsqueda permanente al licor con cualquier
excusa o evento.
Pero concentremos en la
relación dinero y poder.
Esta relación también se
describe en la gráfica 1 con la línea de color azul. En este caso la relación
dinero y poder si es una relación 1 a 1 o incluso puede tener una forma
exponencial.
Lo que estoy diciendo es que,
entre más dinero, más poder y que esto se mantiene, la curva no se aplana, si
seguimos ganando y acumulando más dinero tendremos más y más poder.
En ese sentido cabe la pregunta:
¿Incremento mi patrimonio para aumentar mi felicidad? Como vimos en los párrafos
precedentes, la respuesta es negativa. El enfoque a aumentar mi patrimonio personal
podría explicarse por miedos, egocentrismo, o podría explicarse que es para
satisfacer el síndrome de hubris. Es
decir, una vez superado un límite de bienestar económico, mi motivación para
adquirir más riqueza personal se explica por condiciones diferentes a la búsqueda
de la felicidad.
Revisemos cómo se comporta una
persona adicta a las drogas: se olvida de su entorno, es capaz de robar para
adquirir la sustancia de su deseo, se olvida de su condición personal o su
salud, su único objetivo es conseguir la droga que lo satisface. De la misma
manera pasa con los adictos al poder, pierden sus valores, no les importa robar
o pasar por encima de los demás, incluidos seres cercanos, y su único objetivo
es obtener aquello que les satisfaga su sed de poder.
Y porque digo todo esto, porque
es una invitación a mirar al exterior, porque en nuestra cultura nos han
vendido la idea de que entre más dinero más felicidad y por eso, un afán
permanente en conseguir más y más dinero. La invitación también es a mirar a nuestros
lideres mundiales institucionales y empresariales.
Podemos pensar que con su
actuar, que evidentemente muestra un aumento en su patrimonio y crecimiento en sus
instituciones o empresas, nos podemos preguntar ¿ellos solo buscan la felicidad
y compartir esa felicidad a través de su liderazgo? o ¿Son “adictos” al poder?,
lo que cambiaría mucho la forma de verlos.
En la primera perspectiva todo lo que me puedan ofrecer estará bien
recibido, sería actos de altruismo y generosidad, pero en la segunda mirada
sería muy ingenuo en poner mis recursos y mi confianza en manos de un adicto
que no tiene límites ni compasión para obtener su objetivo.
Lo compartido no tiene
desperdicio para usarlo como reflexión personal íntima para cada uno, para
evaluar cuanto de los paradigmas del inconsciente colectivo están en mis hábitos y mis intereses, es
decir, consciencia Interior, pero igualmente abre las puertas a la reflexión
sobre la imagen que tenemos de nuestros líderes, de los que gobiernan el
sistema político, económico y social en el que vivimos, de darnos la
oportunidad de ver el mundo con una mirada diferente a la que nos han vendido y
de conocer un poco el mundo que nos rodea , por eso es consciencia exterior.
¿Qué perfil de personas gobiernan el mundo político,
económico y social?
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Autor: Ernesto Yugueros (ernestoyugueros@gmail.com)
https://conexionconlaesencia.blogspot.com
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