El
MODELO 1 no es malo si la ley escrita fuésemos capaces de cumplirla.
Cuentan
que, tras la pérdida de Cuba en 1898, los estadounidenses entraron en la isla y
coparon muchos sectores, entre ellos el sanitario. Años después, varios médicos
españoles visitaron la isla y se sorprendieron de que se había reducido mucho
la incidencia y prevalencia de la malaria. ¿Cómo lo conseguisteis? Les
preguntaron los españoles a sus colegas americanos. Siguiendo las pautas que
nos encontramos que teníais escritas vosotros; les contestaron asombrados.
1.- La Arcadia feliz
A lo largo de la Historia, los seres humanos, sumidos en la
distopía del mundo real y cotidiano, hemos imaginado que “en algún lugar”, (someday
somewhere,) debe existir una comunidad humana que viva en perfecto estado de
armonía con la Naturaleza, donde reine la felicidad, la sencillez, la paz y el
amor en un ambiente idílico habitado por una población de pastores que viva en
comunión con la Naturaleza, como en la leyenda del noble salvaje. En este
sentido posee casi las mismas connotaciones que el concepto de Utopía o el de
la Edad de oro, el Dorado, etc.
La
Arcadia es en realidad una comarca de la península del Peloponeso y allí es
donde la cultura griega y posteriores ubican ese paraíso terrenal, que recibe
su nombre de Arcas, hijo de Zeus y Calixto, jefe de los arcadios, sus habitantes.
Parece que la leyenda nace de la obra de Virgilio, que le dio el nombre al
mito. Pues resulta que, a lo largo de la literatura occidental, el mito se ha
mantenido vivo, siendo el Renacimiento, la vuelta a lo clásico, la época que lo
relanzó con la pintura paisajística, bucólica, mitológica y con la Opera como
expresión musical. Y así hasta el día de hoy, en que la gente se ve obligada a
creer que en algún lugar imaginario ha de existir ese remanso de paz, ese mundo
de paz y amor, que todos necesitamos urgentemente para, simplemente sobrevivir.
Las
religiones también hablan del paraíso celestial, de la Vida eterna, un lugar
más allá de la muerte, del tiempo y del espacio, al que volaremos todas los
seres humanos que muramos en gracia y beatitud, donde estaremos eternamente
gozando de la felicidad de contemplar a Dios entre efusiones de amor y
entonando, arpa en mano, cánticos inspirados. Y en el otro extremo, el
infierno, donde penarán también eternamente, los irredentos pecadores que han
convertido este mundo en eso, en un infierno.
2.- La Nueva Era
Y
como soñar es gratis, cada cual se monta su Arcadia feliz a su manera, soñando
despiertos en ese mundo futuro donde cesarán las angustias y las tristezas. De
hecho, la versión moderna de esa Arcadia feliz no es ni más ni menos que el
movimiento de la “Nueva Era” (New Age), referida a la era astrológica de
Acuario, sobre la que se han desarrollado un conjunto variopinto de creencias
entre religiosas, mitológicas y prácticas pseudocientíficas, que sostienen en
su conjunto que la Nueva Era de Acuario, en la que estamos entrando, hará que
el mundo comience a gozar una época de paz, bienestar y armonía social, dejando
atrás la distópica era actual de Piscis, donde la Humanidad 4.0, que hemos
estudiado, es la expresión de sus últimos estertores.
Se
basa en un sincretismo religioso y espiritual de cultos, corrientes
filosóficas, doctrinas e ideologías y terapias, muy influidas por las culturas
Orientales. El límite entre Piscis y Acuario parece no estar claro para los
astrólogos, pudiendo producirse el tránsito entre los actuales años del Siglo
XXI y hasta el Siglo XXVII. No me atrevo a decir quién tiene la verdad, porque
la astrología no es mi fuerte.
Y
no incido más en este movimiento que, con independencia de que sea muy
importante y de gran repercusión social, resulta demasiado poliédrico (en mi
opinión), como para considerarlo una línea concreta de iniciativa social, sino
un gran conjunto de ellas, de impacto más o menos importante, que todas ellas
buscan sinceramente un mundo de paz y amor, una Arcadia feliz, pero que en
conjunto son desiderátums bien intencionados cuyo análisis excede con mucho el
objeto de este planteamiento sistémico.
3.- El mito del Ave Fénix
Hasta
la aparición del ser humano, la Naturaleza se regía por las leyes físicas y
biológicas. Las leyes físicas tienden al incremento de entropía, de desorden y
las leyes de la vida suponen el contrapeso, el antagonismo al segundo principio
de la Termodinámica, la negentropía que supone mantener estructuras en
permanente alto nivel de organización y funcionamiento, es decir, como bien
diría Lluis Miravitlles, nuestro gran divulgador científico de los años
sesenta, “la vida es la lucha contra el caos”. Es ese antagonismo entre
el hecho de que vivir genera caos, en tanto que la vida requiere consumo de
energía, pero parte del trabajo consiste en reorganizar todo aquello que se
desorganiza; y volvemos al equilibrio de fuerzas antagónicas, a esa
estabilidad, ese “estado estable” (steady state) que permite el desarrollo de
la vida. Pues bien, mientras que el MODELO 1 se basa en un permanente
desequilibrio y predominio de las fuerzas “entrópicas”, que incrementan el
caos, tienden a prevalecer sobre las “anentrópicas” (por usar un término
termodinámico, que refleja el grado de energía interna de un sistema, es decir
de conservación del orden interno), el MODELO 2 se basa en el equilibrio, entre
ambas fuerzas, de modo que sea viable, estable y permanente en el tiempo; pero
sobre todo, que la Humanidad se vuelva a integrar en la Naturaleza y participe
del clímax ecológico de la vida. La actual estabilidad sólo se está
consiguiendo con un incremento exponencial de la complejidad, hasta que ya sea
imposible mantener este tipo de estructuras.
Se
podría decir que la Humanidad 0.0, preindustrial, si bien siempre ha mostrado
un pequeño desequilibrio de fuerzas hacia la entropía, lo cual supone que ha
mostrado un permanente desarrollo incremental del desorden interno (la pobreza),
esta ha sido digamos, compensada por el paulatino crecimiento de la
complejidad, de la civilización. Si observamos el comportamiento de una función
exponencial vemos que cuanto más se aproxima el coeficiente de x al valor 1, la
función se comporta en casi todo su recorrido casi de forma plana, hasta que de
repente, se dispara casi verticalmente. Esto parece que ha sucedido cuando
vemos los comportamientos de las variables de desarrollo en todos los aspectos
de la Humanidad, desde el 0.0 hasta el 4.0. Desde la época preindustrial (cien
siglos atrás) al Siglo XIX, las cifras de crecimiento, comparadas con las de
los últimos cien años, se han mantenido prácticamente planas y, de repente, el
“susto de repente”, que comentábamos en la entrega sobre Ecología.
El
tránsito desde 0.0 a 4.0, ha sido “soportable” por el planeta y por la propia
Humanidad, a pesar de dos guerras mundiales y una guerra fría. Pero el
comportamiento de 4.0 es tan astronómicamente acelerado, la función exponencial
se está poniendo tan vertical, que ni siquiera matemáticamente es comprensible.
Por ejemplo, si en el Siglo XX, llegamos a tener tres mil millones de
habitantes y en el XXI estamos ya superando ampliamente los 7500, con este
incremento, en el XXII llegaremos a 20.000 y en el XXIII a 70.000 millones. Si
algo es cierto es que esto, ni matemáticamente puede ser verdad, es decir que,
en algún momento, la curva tiene que convertirse en logística y ser frenada… o
simplemente extinta, como sucedió con el colapso Maya.
Es decir, el mundo 4.0, simplemente está
abocado en todas sus variables fundamentales que hemos estudiado, a la
destrucción. Es simplemente inviable.
Así
que, el MODELO 2 es, en cualquier caso, “algo” que no puede salir como
evolución natural del MODELO 1. Y esto es dramático, porque supone que, en el
mejor de los casos, el MODELO 2 surgirá de las cenizas del MODELO 1 convertido
en el mundo de “Blade runner” o algo peor, y lo llevarán a cabo los
supervivientes del mundo 4.0.
Así
que el precio que la Humanidad ha de pagar por sobrevivir al MODELO 1 es
reconocer que éste es inviable (salvo que se acepte como viable cualquier
futuro distópico de cualesquiera relato de ciencia ficción) y que se
desmoronará por sí mismo y por ello, la Humanidad 5.0, la nueva sexta raza raíz
o como queramos calificar a los constructores del nuevo mundo, tendrá que
aprender a vivir con niveles de bienestar físico absolutamente diferente a los
que todos hemos conocido. Será, literalmente, el resurgimiento del Ave Fénix,
de sus cenizas.
El
Ave Fénix es el mito de la muerte generada por el fuego y la posterior
resurrección. Se encuentra en multitud de culturas a lo largo de los siglos.
Hasta el cristianismo asoció al Ave Fénix con Jesucristo por su muerte y
resurrección. Es casi un deseo ancestral creer que tras la destrucción total es
posible el renacimiento. En realidad, de las guerras siempre se ha podido salir
y comenzar de nuevo, reconstruyendo lo destruido.
El
Apocalipsis, es también una representación del mismo mito, un mundo condenado a
su propia destrucción, la Gran Tribulación y el resurgir de las cenizas, con la
Segunda Venida del Hijo de Dios y el advenimiento de la Nueva Humanidad.
Pues
no quisiera desanimar a los progresistas, pero en esas estamos y, esto no es
una opinión, sino una conclusión casi matemática.
Así
que el MODELO 2 de Humanidad es el resurgir del Ave Fénix. Este es, al menos el
planteamiento sistémico que presento.
4.- Straw model
Un
“modelo de paja” (Straw model) es eso, un modelo imaginario, que intenta
reflejar la visión de lo que una empresa humana quiere ser. Esto, según me
enseñaron en los cursos que realicé de gestión, se utiliza por las
organizaciones empresariales para dibujar el horizonte final de lo que una
empresa pretende ser y a dónde pretende llegar. Se dibuja, se concibe, no en
función de las dificultades y situación actual, que ya sabemos son
suficientemente serias como para que la empresa se vea obligada a redefinirse
de una forma radical, sino en el objetivo final, en cómo se desea que sea la
nueva empresa, con independencia de las dificultades que se encuentren durante
el tránsito. Es la visualización de una nueva Visión de empresa, que supone
motivación suficiente para adoptar una nueva Misión, la de alcanzar algún día
ese objetivo.
Pues
bien, el MODELO 2 del mundo pretende ser ese Modelo de paja, ese Straw Model,
que dibuje esa nueva realidad, esa nueva Humanidad, a la que aspiremos los
seres humanos. Y tal y como hemos podido ver, tanto a lo largo de los capítulos
del libro “Consciencia y Sociedad distópica”, el MODELO 1 impresiona de ser tan
casi imposible de desmontar como de mantener. Lo de casi lo dejo como la
pequeña posibilidad de que sólo una intervención divina, puede ser capaz de
transformar este mundo y devolver a la Humanidad de donde nunca debió salir,
del Paraíso Terrenal, del Jardín del Edén. Las religiones son especialistas en
este tipo de argumentos, en los que yo, tampoco voy a entrar “stricto sensu”.
Lo
que voy a explicar de ahora en adelante, entiendo que va a ser escandaloso y
puede herir la sensibilidad del espectador, o del lector, porque lo más seguro
será que desmonte gran cantidad de estereotipos sobre la deseada Arcadia feliz,
por lo que trataré de decir las cosas, “con extremo cuidado”, para no pisar el
callo a nadie o, para hacerlo sin que duela demasiado.
Así
que, aceptando la lógica disparidad de opiniones sobre mí, me lanzo al abismo,
que por cierto está escrito en el capítulo VIII.- Espiritualidad, del libro.
5.- La restauración de las Tres Leyes
El
MODELO 1 se ha edificado, como hemos podido ver, sobre la base de la violación
sistemática de las leyes de la Naturaleza. La civilización humana se ha hecho
sobre la base del aislamiento del hombre de la Naturaleza, tomando de ella los
recursos que ha necesitado, hasta el extremo de agotar muchos de ellos y
arrojándole los residuos productos del consumo de esos propios recursos. Es lo
que exponíamos en Ecología 4.0. El Hombre ha considerado desde siempre a la
Naturaleza, una fuente inagotable de recursos y un sumidero, también inagotable
de residuos. Y así hemos intentado vivir tan ricamente en esas cápsulas de alta
tecnología que son las ciudades actuales. El problema ecológico demuestra que
ni la Tierra es una fuente inagotable de recursos ni tampoco un sumidero
inagotable de residuos.
Así
que para “frenar” la catástrofe, hemos intentado mejorar el reciclaje de los
recursos y de los residuos, así como mejorar la eficiencia de los productos,
aunque su obsolescencia programada ha conducido a la locura consumista actual.
Esta actitud conservadora del medio (reciclaje), resulta que llega demasiado
tarde. Las fuentes de materias primas agotadas y los sumideros oceánicos,
terrestres y aéreos, absolutamente saturados, han contribuido todos ellos, al
cambio climático y al calentamiento global. Así que ni siquiera esta actitud ecológica
sostenible puede remediar el desastre.
Solo
queda, lo que Lovelock ha calificado como “retirada sostenible”, si
acaso esa sostenibilidad de la retirada fuera posible. No obstante, por si nos
quedara alguna posibilidad de sobrevivir al tránsito del Ave Fénix, el MODELO 2
hay que construirlo basado en tres grandes principios. Esto es muy importante.
Primero,
restauración de las leyes naturales. Segundo, restauración de los principios de
la Ética. Y tercero, el imperio del Amor.
Lo
de primero, segundo y tercero no significa que se tenga que empezar por el
primero y terminar por el tercero, sino que los tres han de asumirse
simultáneamente, pues ninguna de ellos será posible que se cumpla si no se
cumplen los otros dos. Esto es también muy importante, porque al final todo se
resume en que el hombre comprenda qué es el Amor, la palabra más usada, más
manipulada, prostituida y mal entendida
de la Historia.
Si
la familia Rothschild, los Bildelberg o la Mafia Jazara leyesen esto, se
morirían de la risa. Por eso es imposible el tránsito 4.0 a 5.0 de un modo
pacífico.
Lo
que pretendo decir, trato de explicarlo en el esquema adjunto al final,
donde se ven ambos modelos, el 1 y el 2 que, en esencia es lo mismo a nivel de
dinámica material, con la trascendental diferencia de que en el MODELO 2, la Humanidad
se “des encapsula” y toma consciencia y conciencia de que pertenece y es una
misma y sola entidad junto con la Naturaleza, como el resto de seres vivos, con
quien interactúa no solo para consumir y eliminar residuos, sino para
estabilizar esa dinámica convirtiéndola en estable, tendente a un juego de suma
cero.
Primer principio: restauración de las leyes naturales
Es
condición sinequanon del MODELO 2 que el ser humano sea capaz de incluirse como
una especie más dentro de la Naturaleza. Los ecologistas se desgañitan
intentando que la actividad económica ser respetuosa con el medio ambiente,
reduciendo el plástico, la huella de carbono, la contaminación de los ríos y la
deforestación. Esto sería “Economía ecológica”. Pero hay que ir más allá. El
asunto, la vía de solución, para integrar al ser humano, de nuevo, en la
Naturaleza, recibe el término de “BIOECONOMÍA”.
La
Bioeconomía es un nuevo paradigma de la Ciencia Económica, surgido a
partir de las alertas ecológicas de la década de los sesenta, y que se basa en
el estudio de la actividad humana bajo los arquetipos sistémicos de la
Naturaleza, de los ecosistemas, de los seres vivos. Su finalidad es integrar la
actividad económica humana dentro de los sistemas generales del Planeta. Desde
este enfoque, la sociedad humana no es un sistema con dos únicos canales de
relación con el “exterior” natural del Planeta, el canal de entrada de recursos
(explotación de materias primas), y el canal de salida al exterior (residuos).
Las ligaduras del sistema humano con “Gaia” son tan innumerables y fuertes, que
haber ignorado la Ciencia Económica esta íntima relación, de sobra conocida por
el resto de la Ciencia, ha conducido sí o sí a la encrucijada infernal que
sufre hoy día la Humanidad. Las finanzas, el dinero ha vivido de espalda a esta
realidad, y la consecuencia se están manifestando ya de modo evidente. Los
fundamentos de la Bioeconomía son las leyes biológicas, que no son otras que
las leyes sistémicas. Su finalidad que no es otra que integrar la actividad
económica en los sistemas naturales, obliga a un replanteamiento total y
absoluto de los pilares sobre los que se asienta el mundo financiero. Conceptos
como crecimiento y desarrollo tienen que ser redefinidos en aras de introducir
en la ecuación el concepto “estado estable”, “crecimiento orgánico” que son
vitales para la vida de los sistemas biológicos, tanto que cuando fallan, el
sistema biológico (individual o ecológico) simplemente muere.
Es
más, el hecho de que los humanos no hayamos tenido esta idea al plantearnos el
uso de nuestro Planeta no ha sido óbice para que estas leyes no nos hayan
afectado. De hecho, lo han hecho, lo están haciendo y continuarán haciéndolo,
tanto si las respetamos como si no.
Mansour
Mohamadian, veterano profesor iraní de Biología y GenÉtica de varias
universidades del mundo, expone detalladamente en su libro “La Bioeconomía:
economía del tercer camino”, los fundamentos de este enfoque holístico de la
actividad humana. Hace hincapié en que Bioeconomía no es lo mismo que Economía
Ecológica, que es la ciencia de la sostenibilidad, nacida al abrigo del
concepto “desarrollo sostenible” del informe Brundtland. Aunque participa, como
no puede ser de otra forma, de muchos de sus fundamentos, la idea no es la de
que la Economía tal y como la conocemos se muestre respetuosa con el Medio
Ambiente y favorezca medidas conservacionistas y protectoras de los nichos
ecológicos, en aras de un desarrollo sostenible, pero manteniendo en esencia
los principios del capitalismo y sus modus operandi. Se trata de una
integración de la sociedad humana en la base natural de la que depende.
Este
enfoque convierte a la Economía en una Ciencia Sistémica, obligada a integrarse
íntimamente con la Biología, con el sustrato natural en el que se desarrolla la
vida de todos los seres vivos de este Planeta, entre los que se encuentra el
ser humano. La síntesis de Biología y Economía genera un Tercer Camino, una
Tercera Cultura, una Entidad sistémica, Holística.
El
MODELO 2 tiene que basarse en la Bioeconomía como modelo económico general, en
el respeto de la vida y a la Naturaleza. De otra forma, este modelo es
inviable.
Segundo principio: la revolución Ética
Que
la sociedad humana se integre en su base natural requiere mucho más que medidas
coyunturales de calado financiero, así vengan del FMI o del Banco Mundial con
el beneplácito de los Gobiernos. No hablamos de tipos de interés, de fondos de
garantía de depósito o de presupuestos ajustados etc. Hablamos de una
renovación Ética del comportamiento humano, empezando por dejar de henchir y
someter a la Tierra, como reza un versículo del Génesis, porque ese mandato
divino está más que cumplido. Nos hemos creído demasiado eso de ser los reyes
de la Creación, tanto que la estamos destrozando sin piedad. En el otro
extremo, eso de amarnos los unos a los otros, como que no parece ir con nuestro
modo de ser. Y esto no es un sermón religioso, sino simplemente la constatación
de un hecho evidente que, de los dos pilares de la teoría económica de Adam
Smith, un mercado balanceado entre el vicio privado de acumular y la virtud
pública de repartir, el desequilibrio a favor de un predominio tan abrumador
del vicio de acumular ha provocado los efectos de todos conocidos, la
distribución paretiana de la riqueza, islas de riqueza en medio de un océano de
pobreza.
A
Hernando de Soto, un conocido economista peruano, le escuché una vez explicar
cuáles son los requisitos del crecimiento económico. Primero la paz (en guerra
es imposible hacer nada salvo luchar por sobrevivir). Segundo la Ley (la
confianza del ciudadano en las instituciones) y, Tercero el crédito (o
confianza de las instituciones en el ciudadano). Y para el caos es camino es el
inverso, primero la desaparición de crédito, después de la ley y finalmente, de
nuevo, la guerra.
En
este camino de ida y vuelta, lo que está en juego es la Ética, o el respeto
natural del hombre por los demás. O, dicho de otra forma, aplicar la gran regla
de oro que tratan de respetar todas las culturas (salvo los asesinos y demás
gente de mal vivir), “trata a los demás como quisieras que te trataran a ti”.
Este principio, que data de la noche de los tiempos, Jesús de Nazareth lo
expuso palmariamente en su mensaje evangélico. Y esto es la Ética, tratar a los
demás con el mismo respeto que tú mereces.
De
este principio, nace el Derecho, que no es otra cosa que plasmar en leyes los
mismos principios éticos que rige la moral y la ley natural no escrita.
Que
la Ética ha desaparecido del escenario mundial es algo que nadie puede
cuestionar. El mito del noble salvaje, que referimos en la entrega sobre la
política 4.0, donde al niño se le enseña qué es bueno y qué es malo, pero luego
ve cómo lo bueno se castiga y el malo es el que medra, nos ha convertido a
todos, de alguna forma en salvajes (o en nobles, según se considere la persona
falta de Ética).
El
MODELO 2 tiene que basarse en el imperio de la Ética, en el respeto de la vida
y bienes de los demás. De otra forma, este modelo es inviable.
Tercer principio: el imperio del Amor
Aristóteles,
en su libro “Ética a Nicómano (Siglo IV AC)”, describe los tres componentes del
amor: el “eros”, o amor sexual y romántico; "storgé", o amor que
implica compromiso, amistad y “agapē”, o amor espiritual.
El
storgé es asociable a la philias en latín, la amistad. Es decir que, de alguna
forma, vivir la Ética supone el ejercicio del amor, al menos en su forma
“philias” o “storgé”, es decir, de respeto, de compromiso, de solidaridad, y de
colaboración con los demás frente a tareas comunes y beneficiosas para todos.
Pero
queda un componente más profundo aún, el “agapé”, la donación total, la entrega
de la vida por los demás, el amor sin condiciones, el que abre el alma de par
en par para que el otro se funda con uno mismo, lo que en terminología oriental
es el Amor no dual, el “uno sin segundo”.
Y
ahora viene algo que trataré de explicar con sumo cuidado para que se me
entienda.
Aquí
nos encontramos con, bien la puerta de entrada de regreso al Paraíso terrenal o
ante un muro insuperable. Hablamos de la Religión, dado que puede comportarse
como la puerta de entrada del hombre a Dios o la muralla que lo separa. La
razón NO ES la espiritualidad que guardan como el más preciado tesoro las
religiones, que en el fondo todas se basan en los mismos principios expuestos
por los grandes maestros de la antigüedad, sino la interpretación y
manipulación que de ella (la espiritualidad) han hecho las organizaciones e
instituciones religiosas. De nuevo el mito del noble salvaje: si por una parte
los sacerdotes de las religiones te enseñan la piedad y la santidad, pero por
otra uno ve a los grandes prebostes y sumos sacerdotes cómo viven algunos y
actúan de un modo diametralmente opuestos a lo que predican, el noble se vuelve
salvaje o el salvaje noble (según), es decir, se escandaliza y recela de una
institución infectada de cizaña en las más altas esferas y pierde la fe.
Así
que, en el MODELO 2 no caben unas instituciones religiosas capaces de provocar
estos escándalos en las gentes sencillas. Se siente.
Esto
supone un renacimiento de estas instituciones desde sus cimientos, lo que es lo
mismo que su desaparición tal y como las conocemos.
El
teólogo portugués Juan Souto explicaba en el año 2004, en referencia al
encuentro interreligioso celebrado por Juan Pablo II en Asís el 27 de octubre
de 1986, de qué forma debía abordarse el diálogo interreligioso. Y lo exponía
con los siguientes pasos:
Primer paso: ¿Podemos hablar? Significa que si fieles de diferentes
religiones (judíos, musulmanes, cristianos, budistas…), al encontrarse pueden
entablar un diálogo y no sacan las navajas y se matan unos a otros, es un buen
comienzo.
Segundo paso: ¿Podemos trabajar juntos? Significa que si fieles
de diferentes religiones (judíos, musulmanes, cristianos, budistas…), además de
tolerar una conversación sin ponerse nerviosos, pueden trabajar y colaborar,
viviendo en paz, este es un gran adelanto. Sí señor.
Tercer paso: ¿Creemos en Dios? Significa que judíos, musulmanes, cristianos, budistas…, creen en
la Divina Realidad (¡Aleluya!). Con lo cual, sería posible que compartieran los
principios de la Filosofía perenne o conjunto universal de verdades y valores
comunes a todos los pueblos y culturas en torno a la Divina Realidad. Si ellos,
los diferentes fieles de las diferentes religiones pudieran llegar sin pelearse
a aceptar este tercer paso, significa que están de acuerdo en el 95% de lo que
es la Esencia Espiritual del ser humano.
Pero
falta el cuarto paso, el más difícil.
Cuarto paso ¿Renunciamos a lo que nos separa, los dogmas? Significa que todos
deberían esforzarse por renunciar a todo aquello que es apariencia religiosa
lo que adorna cada cultura religiosa (aceptando que hay aspectos tradicionales
de carácter local o tribal que son totalmente secundarios), reconociendo que
estas diferencias no pueden ser causa de permanecer separados.
Pues
aquí es donde falla el invento, y el intento, porque aquí es donde las
jerarquías religiosas basan su poder sobre la comunidad. Así que estando de
acuerdo en el 95%, el miserable 5% que suponen las doctrinas y tradiciones
religiosas, destroza el diálogo interreligioso y cada cual, como en la
maldición de Babel, se vuelve por donde ha venido y, así, el mundo sigue
separado por la misma Verdad.
El
MODELO 2 tiene que basarse en el imperio de la fe en Dios Universal, en la no
dualidad religiosa, en el imperio de la Espiritualidad, en suma, en el imperio
del Amor. De otra forma, este modelo es inviable.
En resumen
El
MODELO 2 es un desiderátum basado en tres principios que en el actual MODELO 1
son imposibles de incorporar, porque suponen, los tres, las antípodas de lo que
rige este mundo. Y ya lo decía Jesús de Nazareth a sus discípulos, al ver como
el joven rico se volvía triste tras decirle Jesús qué debía hacer para acceder
a la vida eterna: “para el hombre es imposible, pero para Dios todo es
posible”.
El
MODELO 2, con toda la tecnología y sabiduría humana a nuestro servicio,
necesita un elemento fundamental, para que sea viable: Dios. Pero no el Dios
que la Humanidad ha conocido a lo largo de la Historia como dirían los antiguos
vedas: “uno solo existe que los sabios llaman con diferentes nombres” y
rinden culto de forma diferente y mutuamente excluyente; sino Dios, tal y como
lo han experimentado los místicos de todas las culturas, las personas que han
sabido entrar en contacto con el oceánico Misterio de lo Absoluto, al que le
sobran todas las chilabas, casullas, ornamentos y libros sagrados.
Sé
que esto que estoy diciendo es fortísimo para las personas de fe. El Maestro
Eckhart trató en sus sermones de explicar la espiritualidad de este modo tan
descarnado y fue condenado por el Vaticano en 1329 con la bula “in agro
domínico” por “confundir con sus sermones a las gentes sencillas”. Esto
supone que, a la evolución en consciencia de la Humanidad, “le falta un
hervor” … o dos. Es decir, que la Humanidad como especie tiene que dar un salto
cuántico descomunal para que pueda asumir los tres principios en los que se
tiene que basar el MODELO 2 del Mundo.
Por
esta causa, la Humanidad se encuentra ahora, aquí, ante una disyuntiva atroz; o
se destruye a sí misma inmersa y ahogada en el MODELO 1, o recibe ayuda
“exterior” para dar el salto al MODELO 2…, de aquella manera y que nazca de las
cenizas del MODELO 1 una nueva Humanidad, una nueva Raza Raíz, un nuevo Cielo.
Esta
“ayuda exterior” es lo que las religiones anuncian como la Segunda Venida, la
separación del trigo de la cizaña y la entrada del trigo a la Gloria (y la
cizaña… veremos a ver qué hace Dios con ella). Un hecho sin precedentes en la
Historia, una Revelación, un Apocalipsis de la Majestad de Dios a los seres
humanos que sobrevivan a la Gran Tribulación, a la separación del trigo de la
cizaña.
Así
que el MODELO 2 está a medias entre las posibilidades del ser humano y la
directa intervención de Dios en lo más profundo del corazón humano.
De
todo esto trataremos en las entregan que restan hasta la finalización de la
serie “Visión sistémica del Mundo”.
Otrosí digo: ¿Qué pasaría si cumpliéramos las leyes que hemos escrito los seres
humanos para regir nuestras vidas? Que existan esas leyes significa que somos
muy conscientes de cómo tienen que ser las cosas. Pero resulta que, sabiéndolo,
no podemos cumplirlas y nos ocurre como a los médicos españoles en Cuba que,
sabiendo cómo luchar contra la malaria, fueron incapaces de poner sus propios
planes en práctica.
Segundo otrosí digo: A lo mejor los extraterrestres nos echan una mano…
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Autor: José Alfonso Delgado (Doctor en Medicina especializado en Gestión Sanitaria y
en Teoría de Sistemas) (joseadelgado54@gmail.com)
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La publicación de las diferentes
entregas de Visión
sistémica del mundo se
realiza en
este blog, en el contexto del Proyecto Consciencia y Sociedad
Distópica, todos los lunes
desde el 20 de enero de 2020.
Se puede tener información detallada
sobre los objetivos y contenidos de tal Proyecto
por medio de su web: http://sociedaddistopica.com/
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