Agenda completa de actividades presenciales y online de Emilio Carrillo para el Curso 2024-2025

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16/11/20

El futuro de la vida humana (Visión sistémica del mundo: 44)

 


1.- Bifurcaciones y fractales

Antes de comenzar este espinoso tema, quisiera que examinarais el siguiente diagrama anterior.

Lo siento por lo que sois de letras, pero es la forma más gráfica de explicar lo que pretendo. No sé si lo conseguiré.

Este es el gráfico que describe la ecuación de una función logística del tipo X t+1= C · Xt (1-Xt), donde se realizan para cada valor de X y cada incremento de “t”, (unidad de tiempo) cincuenta iteraciones, de modo que la hoja Excel se ve como una tabla 50x201 celdas (201 unidades de tiempo “t”). A cada incremento de X, el valor de C se incrementa en 0,01. Variamos el valor de “C” entre 2,01, 2,02, 2,03, … hasta 4 para cincuenta funciones. Hasta t=50, (en abscisas) el comportamiento es básicamente el mismo. A partir de t=50 comienzan a experimentarse bifurcaciones, es decir, un comportamiento impredecible, así hasta el valor de la iteración t=201, en la que la amplitud de posibilidades es prácticamente inimaginable.

Este es un ejemplo matemático de cómo el futuro, por muy evidente que sea el devenir de los acontecimientos, siempre se pueden producir acontecimientos impredecibles, que nadie podría imaginar ante los que el sistema (biológico, social, económico, físico) puede que presente una altísima sensibilidad a mínimos cambios de insospechadas variables, de modo que resulta imposible predecir el comportamiento futuro.

El diagrama presenta la evolución de cincuenta posibles futuros (desde tiempo=1 a tiempo=201) y, resulta que ninguno es igual a otro, aunque en determinadas secuencias de tiempo, parece que se comportan de modo similar (hasta t=50); y dos ramas desde t=117 hasta 144) y, a partir de este valor hasta 201, la locura, infinitas posibilidades.

Esto es lo que trata de explicar la teoría del caos, que no estudia el desorden (aunque eso parezca a ojos del espectador), sino la incertidumbre y la impredecibilidad. Los fractales y atractores caóticos son figuras matemáticas que abordan esta cuestión, en la que no vamos a entrar. Tan sólo sirva este ejemplo, perfectamente aplicable a la vida humana y a la naturaleza, para ser conscientes de que por muchos conocimientos que podamos tener y por muchos modelos de simulación que podamos hacer, siempre serán modelos reduccionistas con muchas variables, si se quiere, pero que ni de lejos llegarán a ser ni el 1% de las miles o millones de variables que afectan a la vida humana. Es como la historia del reloj de Einstein, que pretendemos conocer su maquinaria deduciéndola del comportamiento que podemos ver en las manecillas de la esfera. Pues estamos ante un reloj social infinitamente más complicado que el de un reloj mecánico.

Así pues, con este panorama de incertidumbre matemática, sumada a la incertidumbre que imprime el comportamiento de los sistemas 4.0 de la Humanidad, que hemos estado examinando en las anteriores entregas, que es el que desde el libro “Consciencia y Sociedad distópica” se ha querido abordar y hacer ver; hablar del futuro de la vida humana, ni siquiera a corto o medio plazo, es seguro, pues más acertarán las cartas del Tarot que las previsiones de los mayores expertos en prospectiva. Con lo cual, más que hablar del futuro de la vida humana, apostándolo a una carta, es decir a lo más previsible, vamos a abordar algo que creo que es bastante más sensato, que es la “simulación de escenarios”, es decir, plantearnos un conjunto de escenarios posibles en los que la Humanidad se puede dirigir en un horizonte temporal suficientemente próximo como para que lo puedan ver nuestros hijos y nietos pero lo suficientemente lejano, como para que las variables que afectan la vida humana día a día, no tengan especial relevancia, salvo ante las que el Sistema tenga tan descomunal sensibilidad, como para que “el batir de las alas de una mariposa provoque que llueva en Nueva York”, es decir, provoque una bifurcación con destinos diametralmente opuestos.

Sólo para ver cómo hemos ido experimentando una cura de humildad histórica, quiero hacer referencia de un libro de Adrian Berry (4º vizconde de Camrose y periodista, 1937-2016), que se publicó en 1973, “Los próximos diez mil años”, un texto de futurología, fruto de una época en la que la euforia tecnológica y económica parecía no tener límite y el autor, aún reconociendo que se había pasado siete pueblos con el horizonte temporal, no parecía temblarle el pulso literario al afirmar las excelencias de una humanidad altamente tecnificada y absolutamente desarrollada. Escribir una obra así sería ridículo ahora, pero ya digo, refleja cómo en los años anteriores a la primera gran crisis del petróleo, el mundo brindaba con champán francés el glorioso y deslumbrante futuro que nos esperaba. El 1995 escribió “Los próximos 500 años”, en el que supongo, se le bajaron los humos y moderó su gran visión tecnológicamente beatífica sobre la Humanidad. Este no lo he leído todavía. Habrá que echarle un vistazo.

2.- Simulación de escenarios

Esta técnica no requiere de modelos matemáticos, en principio, sino de estudios prospectivos a largo plazo, donde lo que se estudian son un conjunto de series temporales que, proyectadas en el futuro, apuntan a una tendencia a largo plazo, si las condiciones sobre las que se han generado los datos históricos se mantienen. Cuando se hace esto, los zorros viejos desmontan el planteamiento, justamente porque son conscientes de las continuas bifurcaciones que esas variables experimentan y, sobre todo, porque, como diría Einstein, cada gran variable encierra en su comportamiento miles de variables ocultas que en el día a día se traducen en los detalles, justamente donde el diablo actúa para fastidiarla. Y son esos detalles, que provocan pequeñas e imperceptibles bifurcaciones, los que disparan comportamientos ligeramente exponenciales que alcanzan el umbral de sobrepasamiento, a partir del cual, el comportamiento caótico está asegurado. Así que el futurólogo tiene que hacer un mix entre las grandes tendencias y el comportamiento detallado, para hacer una componenda creíble. Casi nunca lo consigue. Hace modelos que luego tiene que explicar por qué no han funcionado.

Así que, siendo conscientes de que al simular escenarios estamos haciendo toreo de salón, vamos a exponer tres escenarios posibles, el bueno, el malo y el regular.

El escenario malo

Es el escenario distópico, es decir, en el que desembocaría esta Humanidad distópica y 4.0 que hemos descrito. Es decir, si proyectamos las tendencias actuales hacia el futuro, con la que está cayendo, que decimos, vamos directos a “un mundo feliz”, controlado por una élite mundial de comportamiento dictatorial, en la que una minoría alfa controlará todos los hilos de vida humana, con apoyo cada vez mayor de la Inteligencia Artificial. Un transhumanismo desbocado que convertirá al hombre posthumano en un híbrido, tanto físico como intelectual, con una longevidad cada vez mayor (superando el hasta ahora límite vital de 120 años), pero constreñido a los líderes del staff humano “alfa”. El resto de los seres humanos no gozará de esas posibilidades, llegando a los “épsilon”, que será la mayoría de los seres humanos convertidos en nuevos esclavos integrales y digitales. Yuval Harari no ve este futuro de claro imperio tecnológico, del todo mal en su libro “Homo Deus”, incluso lo ve factible y, si no cometemos estupideces, hasta lo ve deseable.

A todo ello, hasta que ese escenario llegue, habrá un conflicto permanente en el triángulo formado por Estados Unidos, China y Europa, (con el permiso de Rusia y de India) que nadie sabe cómo puede desarrollarse. Hay que ser conscientes de que Estados Unidos, desde que nació como país, jamás ha jugado un papel secundario en el ajedrez mundial y, ahora está amenazado seriamente por China cuyo PIB desde el año 2000 ha crecido diez veces, de 1 billón a 11 billones de dólares. Nadie antes ha conseguido esto, demostrando cómo un régimen férreamente dictatorial consigue crecimientos mucho mayores que los regímenes democráticos, por cierto, gran tentación para la Élite y su NOM.

Y no olvidemos la guerra a muerte actual entre la Casablanca y el Deep State que, según diversas fuentes, la forman, a parte de la Élite, dos millones de personas armadas hasta los dientes y que están dispuestas a todo con tal de que Trump no revalide su mandato.

En resumen, este es el escenario distópico que requiere una capacidad tecnológica de crecimiento tecnológico astronómico para vencer el pesimismo malthusiano y también de un férreo control de la población con leyes pro-aborto y pro-eutanasia, capaz de provocar grandes mortandades (que parezcan una pandemia), sobre todo en países del Tercer mundo.

Y, por último, la lucha contra las grandes migraciones de países pobres a los ricos, necesariamente han de ser controladas, a riesgo de que el mil por uno de pobres invada sin remedio a los países ricos. Y esto, la Élite, de ninguna forma puede consentirlo.

En resumen, el escenario malo es la persistencia indefinida del actual MODELO 1 del mundo, durante el tiempo que las leyes sistémicas lo permitan, con un final nada deseable, la Sexta Gran Extinción (incluida la Humanidad en el manifiesto).

El escenario bueno

Imaginémonos aquí un escenario en el que la Era de Acuario no sea un simple desiderátum de la gente de buena voluntad o de los frikis de la New Age, sino que, realmente, la fe de Gandhi en la Humanidad sea cierta y el amor termine sobreabundando al odio y poco a poco, la buena voluntad de las gentes se vaya imponiendo a la infamia de la actual clase política y económica que gobierna este mundo.

Sin pecar de fantasiosos, hemos de confiar en la iniciativa civil, en los movimientos sociales y en algo muy importante, en el paulatino crecimiento espiritual de las gentes. Aquí, hasta una ciencia tan racional como la Teoría de Sistemas tiene que echar mano de la espiritualidad, como el autor (José A. Delgado) explica en el capítulo VIII-Espiritualidad, porque…

Es absolutamente necesario romper, destruir, aniquilar, eliminar el impenetrable muro que ha separado el mundo racional y material del espiritual.

Un muro que ha separado la mente humana de sí misma, su propia alma. Un muro que ha provocado una esquizofrenia en todos nosotros, de tal calibre, que el mundo religioso, arrinconado lentamente hacia el entorno de los curas, las monjas y algún que otro feligrés de misa diaria, ha quedado fuera de lo que se ha calificado como el comportamiento normal de la gente para resolver los asuntos de la vida diaria.

Hemos dejado que Marta (la mente concreta y racional que explicaba en el capítulo de Espiritualidad), arrincone a María (el alma espiritual) a simples rutinas religiosas, la misa de los domingos, un rosario, unos rezos cara a La Meca o un rato de “Om”, de meditación trascendental.

Y las instituciones religiosas no han ayudado en absoluto a derribar ese muro. Primero, porque entre ellas han vivido separadas con doctrinas mutuamente excluyentes, separando al mundo con un mismo Dios; y separando a cada persona su espiritualidad de su racionalidad, como si fueran aspectos diferentes, cajones independientes que parece como si no pudieran estar abiertos los dos a la vez. Es lo de que “no se puede fumar mientras se reza”, que diría el obispo al monje, cuando realmente sí “se puede rezar mientras se fuma” que le respondiera éste a aquel, que es lo mismo que decir que, mientras que vivimos nuestra vida diaria, debemos aprender a introducir a la divinidad en la ecuación que rige nuestra vida.

¿Y esto por qué? No es para darle gusto al cura de la parroquia, ni para imponerle al ateo una obligación inasumible para alguien que no cree en Dios, sino porque simplemente, vivir la espiritualidad supone que mente y alma sean una, que Marta y María trabajen juntas, que la racionalidad y la intuición espiritual alimenten todos nuestros actos y así de paso, sepamos cumplir las leyes sistémicas que han regido la Naturaleza desde el origen, desde el Big bang.

Cuando en la entrega 20 empezábamos a estudiar el comportamiento del ser humano desde una perspectiva sistémica, veíamos cómo con el surgir de la inteligencia, del telencéfalo, apareció la “intencionalidad” como variable que podía alterar el comportamiento inercial de los seres vivos, y del ser humano en concreto. Como así ha sido. También hemos visto cómo desde los arcanos tiempos de Atlántida que desaparecieron con lo que se ha calificado como Diluvio Universal, la quinta generación naciente de aquel cambio de ciclo, ha ido experimentando un incremento de lo etéreo o una disminución progresiva de la densidad, o lo que es lo mismo, un crecimiento espiritual muy importante, con la aparición de la filosofía oriental y occidental, con los sistemas de pensamiento espiritual de los vedas, de las grandes corrientes lideradas por los grandes hombres, Buda, Confucio, Lao Tse, Moisés, Isaías, Sócrates, Platón, Aristóteles, Mahoma y finalmente Jesús de Nazareth.

Es decir, en treinta siglos de historia, la Humanidad ha ido desarrollando los sistemas de pensamientos necesarios y suficientes como para poder dar el paso a una nueva generación, a una nueva raza raíz. Es decir, a pesar de que el mal sigue existiendo y dominando el escenario mundial, la Humanidad en su conjunto, desde Oriente a Occidente, desde el Norte al Sur, dispone ya de la visión sistémica de la vida que le permita regresar a la Casa del Padre.

“Todo está cumplido”, que diría Jesús de Nazareth al morir en la cruz. Ya tenemos un lugar en el Paraíso… si queremos.

Así que el escenario bueno es lo que veremos en las próximas y últimas entregas de esta serie, como MODELO 2 del mundo, o algo parecido al escenario de la Sexta Humanidad, de la sexta raza raíz o, Humanidad 5.0, siguiendo la secuencia de revoluciones que hemos estudiado.

Escenario intermedio o regular

Este escenario no es ni el bueno ni el malo, sino todo lo contrario. Un escenario de tránsito entre el MODELO 1 y el MODELO 2, donde se producirá una “sin par, desigual y jamás imaginada batalla”, que diría el genial Don Quijote de la Mancha, entre la vieja humanidad capitaneada por la actual clase política y económica y todo el mundo que pretenda alinearse con ella, y la nueva Humanidad que sabemos, está surgiendo a ritmo crecientemente acelerado.

Los que nos ha dado por explorar el campo de la espiritualidad y no nos hemos encapsulado en los muros de una determinada religión, sino que estamos abiertos a abrazar a cualquiera que se identifique con la Divina Realidad que nos envuelve y nos rodea, nos damos cuenta de que los nuevos movimientos espirituales están creciendo de una forma imparable (lo que escuece y mucho a las instituciones religiosas). Y han de continuar su desarrollo y expansión.

Pero ciertamente esta corriente espiritual no es homogénea ni se dirigen todas ellas, todas sus manifestaciones, exactamente al mismo destino, pero admitiendo un amplio abanico de modalidades, en general todas apuntan a ir al menos, en contra de las tendencias 4.0, las que terminarán dibujando prácticamente ya, el escenario malo, que es la continuidad del MODELO 1 del Mundo.

De este modo, igual que hacíamos varias veces referencia al “Punto de Singularidad” de Von Newman, por el que la Inteligencia Artificial superará a la inteligencia humana, pudiendo entonces asumir la IA el futuro de la vida humana, tenemos que pensar que necesariamente tiene que existir otro “Punto de Singularidad”, por el que la Inteligencia Espiritual supere a la Inteligencia exclusivamente Racional.

Este es el principal desafío con el que se encuentra la Humanidad, lo digo en serio, porque él va a suponer un crucial punto de bifurcación, como veíamos al principio, a partir del cual, la Humanidad se dirigirá hacia el escenario malo (persistencia del MODELO 1) o al bueno (MODELO 2).

Que podamos alcanzar o no ese Punto de Singularidad Espiritual es la diferencia entre el triunfo del MODELO 1 o la implantación del nuevo MODELO 2. Y llegar o no a ese punto, va a suponer una encarnizada lucha, donde cualquier previsión de hacia dónde se va a dirigir la vida humana en los próximos cincuenta años, es un absoluto misterio, aunque las tradiciones espirituales desde antiguo catalogan este periodo de la Historia como el Apocalipsis, o los tiempos de la Gran Tribulación.

En realidad, este es el escenario que nos toca vivir ahora, y puede que dure décadas, donde la Nueva Humanidad está experimentando dolores de parto y donde todo puede suceder.

Y aquí le dejo paso a los politólogos, analistas sociales y científicos, para que sean ellos, que tienen estudios, los que hagan apuestas sobre lo que va a suceder, que este pobre autor, no se atreve a abrir la boca en predicciones a corto-medio, pues, como diría Marck Twain, “más vale no abrir la boca y parecer tonto, que hablar y despejar la duda”.

3.- Cánticos de la lejana Tierra

Es el título de una novela atípica de Arthur Clarke, publicada en 1986, cuyo argumento es la visita de la nave interestelar “Magallanes”, procedente de la Tierra, con un millón de seres humanos hibernados, para colonizar un planeta destino, pero antes, tras tres siglos de viaje, consumido el escudo físico de hielo de la nave y el Hidrógeno de fusión, debían repostar agua en Thalassa, un planeta básicamente oceánico poblado por seres humanos que llegaron allí en estado cromosómico y allí se gestaron, nacieron, crecieron y se desarrollaron forjando una sociedad idílica, sin los errores pretéritos de la Humanidad, entre los que se habían erradicado los errores de las creencias religiosas, origen para Clarke de todos o gran parte de los conflictos humanos.

El título es sugerente, “Cánticos de la lejana Tierra”, por cierto, título también de una obra musical de Mike Oldfield, el autor de “Tubular bells”.

Pongo este ejemplo de novela de ciencia ficción, para ver cómo se imaginan los autores de este género literario, el futuro de la Humanidad, tantos futuros como autores han escrito obras de este tipo, pero todos coinciden en futuros distópicos, si se conservan las causas del comportamiento distópico del ser humano. Clarke creía que, justamente la religión, está dentro de las distopías a eliminar.

El asunto de la religión como camino a la utopía o a la distopía es un tema serio, pues es motivo no sólo de debate sino de enfrentamiento social. Mucha gente de innegable alto cociente intelectual ha visto como el predominio social de lo religioso ha supuesto en no pocos periodos de la Historia, una fuente de conflictos y de enfrentamientos. Ciertamente, en aquellos momentos en los que la religión (mejor dicho, las organizaciones religiosas) ha sido el primer poder social, la imposición por la fuerza del pensamiento único religioso ha llevado a muchísima gente a guerras, a la hoguera y al martirio. El hecho de que en Estados Unidos el reconocimiento fuera de la Constitución de la fe religiosa con ese conocido lema “in God we trust” (en Dios confiamos) que resalta nada menos que en los billetes de dólar, ha hecho de ese país un pueblo significativamente puritano y encorsetado en el pensamiento religioso. De hecho, una costumbre muy arraigada allí es el “National prayer breakfast” (desayuno nacional de oración), que desde 1953 se celebra con una masiva asistencia de los principales personajes de la vida pública, incluido el POTUS (el Presidente), en el hotel Washington Hilton. Es un día al año de observancia que se celebra el primer jueves de febrero, designado por el Congreso de los Estados Unidos, cuando se le pide a la gente "que se vuelva a Dios en oración y meditación". Curiosa mezcla de poder político y religioso.

El filósofo Bertran Russell se reveló contra este, en el fondo, puritanismo religioso y escribió bastantes artículos denunciando esta imposición que no se alejaba, según él, en nada de los regímenes dictatoriales de pensamiento único. Finalmente, Paul Edwards compiló sus escritos al respecto en 1956 en un libro titulado “Why I`m not Christian” (por qué no soy cristiano), donde los reúne para denunciar ese componente dictatorial y represivo que la religión impone en sociedades como la norteamericana y, por qué no decirlo, la británica, donde Su Majestad es la líder de la Iglesia Anglicana, separada de Roma, por el asunto de faldas de Enrique VIII.

Sin incidir mucho más en este espinoso asunto, lo que sí es cierto es que, en el futuro próximo, lo que quede de espiritualidad en el ser humano, como para levantar la nueva Sociedad, la nueva Humanidad, no se puede basar en los principios que han regido el pensamiento religioso hasta ahora y, sobre todo, no se puede basar en la forma de comportamiento de las instituciones y organizaciones religiosas hasta la fecha. O, dicho de otra forma, que San Malaquías anuncie, según su lista de papas que, el actual Papa Francisco es el último de los papas, Pedro el Romano, puede que sea un gran alivio para la supervivencia futura de la espiritualidad, y del propio mensaje y de la Comunidad de Jesús, de Confucio, de Lao tse, incluso de Mahoma. Hablamos, y es lo que argumento en el Capítulo VIII.- Espiritualidad, que el futuro de la espiritualidad será la relación directa del ser humano con Dios, la mística, la espiritualidad profunda, de donde surgen todas las virtudes del ser humano, sin intermediarios. Pero eso supone una madurez humana, mental y espiritual de la que ahora no disfrutamos. Las organizaciones religiosas tienen que erradicar, que dejar de ser órganos de poder social y político en competencia con los demás núcleos de poder. Tienen que eliminar la cizaña que las ha contaminado y sigue contaminando y, con ello, dejar de ser descomunales focos de escándalo para las gentes sencillas. No sé cómo lo van a hacer, pero es claro que con la apariencia de poder y dominación de las conciencias de las gentes que ostentan las organizaciones religiosas, no pueden entrar a formar parte del MODELO 2 del mundo. Tienen que dejar que esa cizaña que las prostituyen sea arrojada al fuego para siempre.

Así que, de alguna forma, las posturas de pensadores como Russell o Clarke, lo siento, pero tienen todo el sentido del mundo. Y lo reconozco yo, que soy católico comprometido, pero reconozco que la Nueva Humanidad tiene que superar todo lo que de cizaña tienen contaminadas a las religiones; ya lo advirtió Jesús de Nazareth, para poder entrar en una espiritualidad universal, donde las barreras que las religiones han levantado con un mismo Dios queden totalmente aniquiladas. Y todo esto quede como débiles recuerdos, tenues cánticos de una lejana Tierra en el tiempo y en el espacio.

Y luego queda la más que probable intervención de civilizaciones extraterrestres, de lo que no he querido hablar, para no enredar más todo este asunto. Pero ahí están; en realidad han estado siempre. Y porque realmente, no sabría qué decir al respecto, pero sí que, cuando finalmente se manifiesten a la Humanidad, provocarán en las gentes un impacto social y emocional como nunca antes en la Historia.

A medida que nos adentramos en el futuro es en la medida en que nos alejamos del mundo tal y como le hemos conocido. Esto ha sucedido siempre a lo largo de la Historia. La Tierra del Siglo XX y, no digamos la de siglos anteriores, empieza a estar tan lejos de nosotros que ya, para los milenials no es ni recuerdo porque han nacido después de aquello. Pero la vida que nos espera es un viaje hacia lo desconocido donde cada vez serán y sonarán más lejanos los cánticos de la lejana Tierra en la que una vez vivimos en un lejano tiempo y acaso en un lejano espacio (Sistema Solar) y, que estamos abandonando para siempre. Y hemos de ser conscientes de ello.

Sin ir más lejos, el mundo que vemos en las actuales series de TV y en el cine, rodadas antes de la pandemia, es ya un mundo que “ya no existe”, que esta pandemia simplemente ha borrado y eliminado. El mundo que vivimos ahora es simplemente otro, basado en un súbito cambio de paradigma que está provocando un antes y un después y, al que nos vamos que tener que adaptar para poder sobrevivir.

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Autor: José Alfonso Delgado (Doctor en Medicina especializado en Gestión Sanitaria y

en Teoría de Sistemas) (joseadelgado54@gmail.com)

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La publicación de las diferentes entregas de Visión sistémica del mundo se realiza en

este blog, en el contexto del Proyecto Consciencia y Sociedad Distópica, todos los lunes

desde el 20 de enero de 2020.

Se puede tener información detallada sobre los objetivos y contenidos de tal Proyecto

por medio de su web: http://sociedaddistopica.com/

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