En
lo encontrado, y expuesto anteriormente, he marcado en rojo las tres
palabras siguientes: distintos, oposición y antagonismo.
Siendo las misma sinónimos entre sí.
Lo
que marca la dualidad, en estas definiciones, claramente, por si no se aprecia,
son dos campos que no se unen, algo así como el aceite y el agua. Dos opuestos
que no poseen elementos comunes y que se repelen.
Si
no hay unión, hay desunión; por tanto, división. Por tanto, la dualidad no
es inclusiva, sino que separadora.
Divide
y vencerás. Este lema, o, mejor dicho, táctica militar, desde ni se sabe, es la
que se ha aplicado en esta 3D para mantenernos en la dualidad de unos contra
otros. El motivo puede ser cualquiera, pero es que se le nombra motivo por lo
de la motivación humana, y encima se te hace creer que la motivación humana es
luchar por aquello que pienses que es lo correcto o bueno, contra aquello a lo
que se le considera lo opuesto: lo incorrecto o malo. Y sí nos han tenido en
toda la puñetera historia de la humanidad: divididos. Divididos por clases, por
religiones, por países, por razas, por ideologías políticas, por aficiones
deportivas… y en estos tiempos, más divididos con el enfrentamiento de hombres
contra mujeres, por poner un ejemplo reciente.
El
puñetero y perverso incitador llamado de “Por
Dios, la Patria y el Rey” nos lo metieron hasta el tuétano y así nos llevaron,
como borregos, a miles de conflictos y guerras. En la actualidad, lo siguen
haciendo, dividiendo a la gente entre los de la Alianza (los buenos – según ellos
-) que son los que se denominan auténticos patriotas, contra los Iluminatis (- los
malos –evidente a estas alturas), que son unos auténticos dementes, que no
niego que no lo sean, pero al meterte en esta división, es señal de que te
están alienando al bando de los buenos para que luches contra los malos. Y de
nuevo, otra vez, que no escarmentamos, metidos en la dualidad, en la lucha, en
la pelea, y si nos lo propusieran, en la guerra.
Esto
de la dualidad bipolar es lo caracteriza
a la 3D. Es la división de bandos o facciones que terminan en la lucha
dialéctica y luego en la violenta. Es lo que se ha aprendido desde pequeño, más
cuando tus padres, por ejemplo, te apuntaron y sacaron el carnet de un equipo
de fútbol nada más nacer, pues te inculcaron que ese es tu equipo; pero de
seguro que también te inculcaron, es lo más probable, que los contrarios son
malos, como mínimo, y que la pelea merece la pena. Así lo aprendiste, y así lo
repites. Vamos, que la invitación a competir contra otro, ya viene desde hace
rato, ¿verdad, Almita?
Pongámoslo
más que claro, más que evidente, más que notorio en el sin fin de momentos de
nuestras vidas: la dualidad, amada Almita, se caracteriza, muy en concreto por
tres puntales; (1), por querer tener la razón; (2), por quedar por
encima del otro o de los demás. Por tanto, esto dos puntos anteriores conducen al (3), el de tener poder sobre
otro o los demás. ¿Te ha quedado claro? Creo que no, te lo desgloso quizá
un poco mejor, verás, Almita, estar y permanecer en la dualidad es:
1. Siempre importa tener la
razón.
2. Siempre importa quedar por
encima de alguien.
3. Consecuente a lo anterior, la
relación humana establecida se basa en poder sobre alguien. Evidentemente, se
establecen relaciones de poder, de uno por encima del otro.
Nota: si
vas a este enlace de 02/03/2016, observarás: http://emiliocarrillobenito.blogspot.com/2016/03/ego-y-no-hacer.html
Sé que
pese que a que lo repita o lo aclare más, no te va a quedar claro, pues, de
entrada, te vas a opositar contra lo que estás leyendo, y querrás discutirlo,
pelearlo, argumentar que no es así. Bien, pues hazlo, pero me importa un bledo
lo que digas, pues ya sé que tengo razón con lo que expongo, pero no la voy a
pelear. Solo expongo, y a quien le venga bien lo que digo, pues perfecto, y a
quien no, pues igual de perfecto. ¿Piensas que soy chulillo? No, sólo soy
claro.
Cuando entras en la dualidad, que lo sepas, entras en el mínimo de
inconsciencia, y consecuentemente salta el famoso EGO. Cuando haces esto, te desconectas de tu Singularidad que es donde
radica la libertad, la voluntad y el entendimiento. Y cuando te metes en la
dualidad, no hay racionalidad pues no hay entendimiento. Obvio que no existe
empatía. Es posible que me preguntes que por qué no existe empatía. Pues
sencillo, Almita, porque no te pones en el lugar del otro que puede pensar
distinto a ti, y al no ponerte en tu lugar, a palos vamos luego contra lo que
piense el otro. Es evidente, también, que no hay aceptación de que otras
realidades externas a ti puedan pensar de forma distinta, y cuando no aceptas,
niegas, y al negar te conviertes en algo que está muy de moda hoy en día, te
conviertes en negacionista. ¿Clarito hasta aquí? Ok, pero como podrás observar,
por todo lo dicho, todo esto conduce al siguiente y pormenorizado listado de
consecuencias a la que te lleva la dualidad. Obsérvalas:
+La
dualidad lleva al negacionismo.
+La
dualidad lleva a la irracionalidad.
+La
dualidad lleva al enfrentamiento.
+La
dualidad lleva al poder sobre el otro.
+La
dualidad lleva a la no empatía.
+La
dualidad lleva a la no aceptación.
+La
dualidad lleva al no entendimiento.
+La dualidad lleva a la lucha, a la pelea, al conflicto, a la
guerra.
+La
dualidad lleva a la manifestación evidente del EGO.
+La
dualidad lleva a quedar por encima del otro.
+La dualidad lleva a tener la razón y pelearla, incluso con
violencia.
+La
dualidad lleva a la división.
+La
dualidad lleva al sufrimiento.
+La dualidad lleva al enaltecimiento de tu ego, a más soberbia. A
más prepotencia, a más altanería, a más chulería, a más sin compasión con el
que consideras un opositor a ti.
+La dualidad lleva a no observarnos todos como uno, pues nos vemos
divididos, fraccionados, enfrentados, discriminados, diferenciados, distintos…
+La
dualidad no lleva a vernos como enemigos al que combatir sea como sea y con los
medios que hagan falta.
¿Lo
quieres más claro? Pues no sé exponerlo más claro. Es vidente lo que
manifiesto. Distinto es que te oposites a lo que manifiesto, y ya estás
entrando en la dualidad contra mí, sin yo pretenderlo.
Mira
Almita, en la tercera película de la trilogía Matrix, cuando Neo está delante
del arquitecto, este le expone una cuestión, y Neo lo niega de entrada, a lo
que el arquitecto le dice: qué previsible es la condición humana, la
negación es la primera respuesta que ofrece.
Sí, se nos ha enseñado a negar lo que esté en
contra de los sistemas de creencias aprendidos (ver “Empoderamiento: manifestación dimensional”). Te pongo un ejemplo,
cuando le digo a muchas personas que en Sevilla hay un médico que cura el
cáncer, dicen que es imposible, que no puede ser. A lo que respondo, mira, aquí
tienes su clínica, y ha abierto tres más en otras ciudades, ve y pregúntale.
Pero no van, no preguntan, se quedan en la negación de que eso es imposible, se
opositan a una nueva realidad, entran en la dualidad de que no se puede curar
el cáncer. Esto también se llama disonancia cognitiva, que conste, Almitas
alojadas como cacahuetes en un cartucho, en el cartucho de la dualidad bipolar
tridimensional.
Voy por
la página tres, y me quedan cinco más que rellenar, pero quiero ser breve ¿lo
conseguiré? Ni idea, dejaré que mis dedos sigan adelante y a ver dónde termina
esto. Por ello paso a otra dinámica de la dualidad de 3D, y es que se asegura
en esta 3D, sin demostración posible, que en la 5D también existe eso del mal y
el bien, es decir, más dualidad. Es lo que anunciaba la falsedad del contacto
de Swaruu que ya desmonté en el serial de “Swaruu
& Cía.” Pero algunos llegan ahora con el mismo anuncio de entidades
malvadas en 5D, pero no lo demuestran, solo dicen que lo han visto en el
astral, en sus viajes astrales. Ese es todo su probatorio. Ok, pues ofrezco, de
nuevo, las pruebas y evidencias del sin número de regresiones documentadas y
expuestas por Michael Newton y Brian Weiss, por no poner más autores, y las que
he realizado personalmente sin evidencias alguna de esa maldad en 5D, al
contrario, solo existen mundos de amor, sin maldad. Así que no puedo dar
crédito a lo que otros dicen sin pruebas, y no es opositarme entrando en la
dualidad opositora de me peleo contra estas personas; no, sencillamente es
manifestar lo que sé sin entrar en la pelea, sin buscar una discusión o una
guerra. Que cada cual piense o crea lo que le plazca, yo me baso en mis
certezas, cuestión muy distinta a creencias. Y fin a esta parte de la maldad en
la 5D. Pese a esto, lo que no niego, es que en la 5D cada cual piense como
quiera, pero sin entrar en la discusión, en la lucha, en la pelea o en la
guerra, sino que pese a que cada cual piense como quiera, se le deja SER; y si
le dejas SER, estás obrando con y desde el amor incondicional que no pone
condiciones a nada ni a nadie, sencillamente le deja SER sin enfrentarse a él.
Y si todos somos así, ¿qué maldad puede existir en la 5D donde todo es amor
incondicional?
La cuestión,
ya, es si quieres o no salir de la dualidad bipolar tridimensional, de la
oposición, la del antagonismo, de la lucha, del conflicto, de la
irracionalidad, de la falta de empatía y de aceptación, y empezar a transitar
en esta 3D a modo de 5D sin manifestar en ti dualidad bipolar alguna; y de esta
forma estás contribuyendo (1), a vivir en paz contigo mismo, consecuentemente,
con los demás; y (2), a crear la 5D en la 3D; y por ello ya estás en eso del
proceso de ascensión a la 5D manifestándola en tu realidad personal.
La dualidad bipolar
tridimensional, para mayor adversidad, te desconecta de tu ESENCIA DIVINA, te
hace sentir como perdido, abandonado, en manos de psicópatas criminales que se
empeñan en decirte dónde y cómo ir, porque si no les haces caso, te machacan y
destrozan tus aspiraciones. Por tanto, si te separas de tu ESENCIA DIVINA,
pelearás contra lo que sea, contra algo. Sin embargo, el infortunio es más
crítico, pues te pierdes en lo siguiente: (1), en el EGO; (2), en la desdicha; (3),
en la desaprobación; (4), la desvalorización; y (5), en la desautorización a
todo lo que no sea como tú piensas, o más bien crees que ha de ser lo bueno o
malo, lo correcto o incorrecto, la verdad o la falsedad. Pese a ello, aunque te
pierdas en la dualidad en esta vida, no hay problemas, te encontrarás en la Totalidad
al fallecer. Mientras, la dualidad bipolar te arroja al sufrimiento, a una vida
miserable en la que has de pelear cada día, cada instante; y cada instante es una
lucha por sobrevivir, aunque otro perezca, considerando esto de que alguien
perezca, como algo asumible, e incluso lógico. Más resumido te lo digo, por si
aún no has pillado algo de lo leído: la dualidad es la ley de la selva, de una
selva sin compasión. ¿Comprendido hasta aquí? Seguramente no, pero un bledo me
importa, no es mi problema ni me voy a pelear porque lo comprendas, menos
porque lo llegues a entender, y si no sabes diferenciar entre comprender y
entender, te queda mucho para salir de la dualidad, ¿sabes por qué? Lo he dicho
muchas veces antes, el entendimiento es parte de la Singularidad que posibilita
que tu Particularidad vaya comprendiendo, por partes, para llegar a entender,
desde el entendimiento, una generalidad más amplia, sin dualismos, sin opuestos;
para que llegues a donde todo es entendible pues desde el entendimiento se
puede englobar todo sin ver contrarios contra los que luchar. ¿Lo pillas ahora?
¿No? Pues ya sabes, yo sigo a lo mío, y me precipito a las siguientes frases.
El miedo es consecuencia de la dualidad, y viceversa. ¿No te habías dado cuenta? ¡Vaya! Siento descubrírtelo, pero es
así de sencillo. O, dicho de otra forma, la dualidad y el miedo son íntimos
colegas empeñados en amargarte la vida, toda la vida, y que se la amargues a
los que cerca están de ti. Verás, Almita, si hay dualidad en ti, ineludiblemente
tienes miedo a aquello con lo que te opositas, con lo que antagonizas, con lo
que ves como contrario, distinto o desigual. Tienes miedo a que lo otro, a lo
opuesto, a tenga razón, a que pueda controlarte o dominarte. Pero sobre todo
tienes miedo a que lo opuesto sea lo real, incluso lo verdadero; pero el mayor
miedo que te da en estas circunstancias es que tienes terror a que lo tuyo sea
irreal y falso. ¿Merece la pena seguir en esto de la dualidad consumiendo miedo
y consumiéndote en el miedo y la pelea? Pues la respuesta es tuya, yo claro lo
tengo y me da igual lo que pienses, que lo que pienses es tu punto de vista, y
a mí me da igual que tengas punto de vista diferente, que no me peleo contigo
ni con tu punto de vista, ni con lo que pienses o dejes de pensar, que me da
igual; que no tengo miedo de tu punto de vista, aunque sea distinto al mío,
pues yo estoy seguro de mi realidad, tengo certeza de la misma, y sobre todo:
acepto la tuya sin juzgarla.
Con todo
esto no digo que sea yo quien tenga la razón (que la tengo, ya lo sé), sino que
no me meto en la dualidad de ir contra ti porque tú te veas como opuesto a mí,
pues yo te veo como un todo (parte de Todo, Uno como yo en el Todo), aunque tu
Particularidad desconectada de tu Singularidad, piense lo que piense, o crea en
aquello que le inculcaron como lo que ha de defender a toda costa. Que, y lo
recalco, si estás metido en la dualidad, hay miedo; y yo no tengo miedo, sé
Quién Soy y qué pinto en este planeta, y en modo alguno esto es meterme en la
dualidad… eso es para los borregos, para los sin almas, para los estúpidos,
para los que no se comprenden ni comprenden a los demás. Que la pelea a la que
me inviten, no la tomo. ¿Tú quieres tener la razón? Pues para ti, yo me dedico
a disfrutar; es más, gozo con los envites que se dan los dualistas como si
fueran carneros cruzando a lo bestia sus cornamentas. Yo no me pienso partir
los cuernos, más porque no poseo la cornamenta de la dualidad; cornamenta, que,
sin darte cuenta llevas y la expones cruzándola cuando te priva eso de embestir,
a lo bestia, al que consideras un contrario. A ver, que no hay contrarios, que
TODOS SOMOS UNO. Cuando te entiendas en esto, se caerán las cornamentas de la
dualidad. Mientras, ya sabes, a cornadas con todo o casi todo. Por cierto: ¿por
qué no me mandas un mail, a cornadas, diciendo eso de lo mal que escribo, lo
mal educado que soy…? Venga, dale, oposítate contra mí… ¿me vas a dar un regalo
de esos por mail? Por favor, hazlo, me voy a partir cuando tus cornamentas de
la dualidad se estrellen en un mail contra mí. Dame el gusto, por favor, por
favor, por favor. No obstante, me des el gusto no, date cuenta de que, si el
miedo y la dualidad van unidos, al mismo tiempo te desune de los demás, y al
instante que estás en miedo, eres fácilmente manipulable, tremendamente
manipulable; consecuentemente, pierdes tu libertad de acción convirtiéndote en
el producto o efecto de lo que te manipula en una lucha, por miedo, contra otro
al que consideras antagónico; por ello, te opositas, por la dualidad en la que
te metieron y en la que sigues anclado. Y anclado seguirás en la dualidad bipolar
mientras veas opositores a los que combatir.
Dije que
no quería irme muy largo escribiendo, pero estoy al inicio de la quinta página.
Soy incorregible, como me bautizaron las enfermeras en aquella ala de hospital
tras una operación de urgencia. Y dirás, Deéelij ¿por qué te decían eso de
incorregible? Pues porque hacia lo que quería, no cumplía las normas, y en
especial me iba a echar un cigarro cuando me apetecía, o a por un chocolate a
la cafetería, e incluso me quitaba el pijama, llamaba a un amigo, me vestía de
paisano y me iba a comer a la calle con él, y claro, los del bar me veían con
la pulserita identificativa en la muñeca y con la vía metida en la vena. Que
no, que voy a mi bola, que no voy haciendo daño a nadie, que no lo pretendo,
pero no cumplo órdenes ni normas ni leyes absurdas, que no me va la dualidad de
que te fuercen a ser de una forma cuando ya eres como eres. Además, ni te
imaginas lo bien que se lo pasaban los enfermos del ala esa viéndome hacer lo
que me apetecía, sobre todo porque había una auxiliar de clínica que era una
sargentona, y los del mismo ala me ayudaban a ocultarme tanto al salir como al
entrar, cuando la sargenta estaba de turno. Qué bien me lo pasé esos días, no
podían conmigo. No se olvidarán de mí, seguro. Ah, y se me olvidaba al
respecto, cuando Emilio fue a verme, no me encontró, tuvo que esperar pues le
dijeron, en el puesto de enfermería, que no me encontraban, así que ya sabéis
donde estaba… evadido.
Bueno,
que alargo esto con mis historias, que tengo muchas… dan para más de un libro,
pero aquí tenemos que ir de nuevo a lo de la dualidad tras que hayas echado
unas risas con lo que acabo de contar con esa hospitalización, además de que
mandes mail diciendo que eso que hice es dualidad… pues vale, lo que tú digas,
no me opongo a tu punto de vista, que sea como quieras, o más bien como te
domesticaron a que fuera tu punto de vista.
A ver, Almita, te voy a mostrar otra cosilla de lo que lleva en sí
la puñetera dualidad tridimensional. La
dualidad es restrictiva. Pero para que lo puedas pillar, no digo ya
comprender si estás metido en la dualidad, y, para colmo, a estas alturas del texto,
el humo te sale por las orejas con todo lo que has leído, el diccionario marca
lo siguiente sobre restringir, y dice que es: “ceñir, circunscribir, reducir a menores límites”. ¿No hará falta
que amplíe el significado del significado de cada palabra del significado del
verbo restringir? Ok, pues mira lo siguiente, dado que el diccionario habla de
la restricción mental y la define como la “intención
mental con la que se limita, desvirtúa evasivamente o niega el sentido expreso
de lo que se dice, sin llegar a mentir” ¿Te has dado cuenta de lo que esto
quiere decir? Pienso que no, así que amplío. Ya no es lo que hagas hacia otros
con tus restricciones mentales desde tu dualidad bipolar tridimensional, sino
lo que te haces a ti en tu realidad desde tus restricciones duales bipolares.
Se trata de que, al estar metido, incrustado, en la dualidad, en la
bipolaridad, te restringes a ti mismo, te encorsetas; te metes en el agujero
estrecho del embudo, y de ahí no sales.
Si quieres, ampliemos un poco más el tema de las restricciones,
pues ahora, en estos tiempos, te están restringiendo tu libertad por todos
lados los sicópatas con sus normativas asesinas. Y quizá de esto te des cuenta
ahora, pero quizá de lo que no te has dado cuenta es que lo han estado haciendo
desde que naciste por aquella excusa de que es por “tu bien”, o algo que esta más de moda: “por tu seguridad” Y por tu seguridad, por esta absurda excusa, te
aplican más y más restricciones. Lo nefasto de esto es que las asumes,
conformándote, resignándote y se las lanzas a los demás, por ejemplo, el
echarles en cara si no llevan puesto el bozal. ¿Visto? Bien, pues hay más de lo
restrictiva que es la dualidad, pues la misma muestra un serial de
circunstancias en las que quizás no has caído. Pero quizá en lo que nos has
caído, INSISTO, además, es que la dualidad, al estar metido en la misma,
muestra algo en uno y obvio que contra los demás, dado que la dualidad es la
oposición a algo; por tanto, si hay oposición a algo, hay muestra hacia ese
algo desde la dualidad en la que estés metido. Observemos las muestras:
+La dualidad es una restricción que ofrece acotaciones en tu vida, y tú, consecuentemente, las lanzas a la de
los demás y les acotas.
+La dualidad es una restricción que ofrece anulaciones en tu vida, y tú, consecuentemente, las lanzas a la de
los demás y les anulas.
+La dualidad es una restricción que ofrece limitaciones en tu vida, y tú, consecuentemente, las lanzas a la de
los demás y les limitas.
+La dualidad es una restricción que ofrece imposiciones en tu vida, y tú, consecuentemente, las lanzas a la
de los demás y les impones.
+La dualidad es una restricción que ofrece supresiones en tu vida, y tú, consecuentemente, las lanzas a la de
los demás y les suprimes.
+La dualidad es una restricción que ofrece reproches, acusaciones y exigencias en tu vida, y tú,
consecuentemente, a la vida de los demás les reprochas, acusas y exiges. (Recomiendo leer “El tratado de la sencillez” de 10/01/2019)
Además de todas estas muestras, no queda ahí el asunto de la
dualidad y sus restricciones, sino que esto conduce a tres evidencias:
1) Al pensamiento único como motivador motor, nunca al pensamiento
independiente, autónomo, íntimo, personal y propio.
2) A la mente colmena que busca que los demás piensen de la misma
forma.
3) A la marcación de una directiva lineal de la que no se puede salir.
Quizá puedan parecer simple estos tres puntos, pero, para
desgracia, concluyen en tres observaciones limitativas, y son las siguientes:
A) A la no creatividad, dado el pensamiento único.
B) A las ideas de carencia, dado que sólo es posible un punto de
vista.
C) A la falta de abundancia en tu vida en cualquier orden de la
misma, dado que no puedes ir por donde quieras, sino por la directiva lineal
marcada.
¿Va clara la cosa hasta aquí? Ok, Almita. Ahora aprovechemos algo
muy de moda y lo hago a modo reflexiones: ¿No es esto de la dualidad es un buen
y excelente virus que mata tu libertad, voluntad y entendimiento? ¿Te quitas la
mascarilla de la dualidad o sigues asfixiándote? Escucha, Almita, que me la trae
floja lo que hagas, que siempre he ido sin la mascarilla de la dualidad, y
mucho menos con la actual que es un bozal para marcarte como ganado borrego que
asiente obedeciendo sin rechistar a un pensamiento lineal de mente colmena que
inculcan, a cada día, con cada nueva promulgación de más edictos, normas y
leyes. Que la dualidad es un virus que te consume, te agota, te destroza, pero
la vacuna la tienes tú, no has de esperarla; ya está fabricada, y he hablado
mucho de ello, y es muy sencilla; la vacuna de la dualidad es aceptar que cada
cual es como es, va como quiere o puede, y piensa como quiere o le inculcaron,
y que no por ello ha de gustarte, ni compartirlo, ni siquiera defenderlo, que
la cuestión es dejarlo ser sin entrar en conflictos, peleas, riñas,
altercados... en definitiva: guerras.
Al final me consumo
las ocho páginas, y porque no me dan más. Estamos en la séptima y quiero tocar cuatros
aspectos que van a ser delicados, en especial para quien en la dualidad esté
bien metido. Tales aspectos son: (1), el libre albedrío y la libertad; (2), el
patriotismo y la izquierda; (4), La religión como única solución; (4), la
bipolaridad de la dualidad. Empecemos
Primer punto. La mar
de gente se mete en decir, usar o utilizar el tema del libre albedrío como
excusa, e incluso argumento, a lo que sea que exponga, sin saber lo que es el
libre albedrío, y menos aun lo que es la libertad y dónde radica la misma. En
su momento lo publiqué, pero ahora no lo encuentro, pero sí lo tienes en mi
libro “Alas sin plumas” (que es
gratis si lo solicitas) con el título “Ser
libre”, y ahí me refiero a este tema. Pese a ello, lo voy a resumir aquí, y
tienes que entenderlo, porque esto es como 2+2: 4. Ya he hablado mucho antes (ver:
¡Ascensión
a 5ª Dimensión? –VII Parte de XII y siguientes) de que la Libertad radica en la Singularidad. Que la
Singularidad es amor incondicional. Que si tenemos conectada la Particularidad
a la Singularidad obraremos desde el amor incondicional; y al mismo tiempo e
instante desde la libertad, y que, si usas de la libertad, desde la
Singularidad conectada a la Particularidad, ofreces en amor incondicional, y si
es así, nunca haces daño a la libertad de los demás. Bien, ¿comprendido? esto
de 2+2: 4. Bien, pues cuando no tenemos conectada la Particularidad con
la Singularidad (busca en Informe VIII)
se está en eso del libre albedrío, que es lo que existe aquí, en esta dimensión
vivencial, y que el libre albedrío es la ley de los matones, donde dice: aquí
vale todo. ¿Acaso en este mundo no vale todo? Valer en cuanto a que se ejecute
de todo que pueda producir daño, invadiendo la libertad del otro. Aquí se da de
todo, robo, asesinato, violación… de todo, otra vez 2+2: 4. Por tanto, o estás
en la dualidad del libre albedrío, que lo valida todo, y ya sabes luego qué
pasa: que o existes desde la Libertad en tu Singularidad conectada a tu
Particularidad sin realizar daño a los demás; o desde la desconexión de tu Singularidad
dañando en base a eso del libre albedrío. En serio, esto de la diferencia entre
la libertad y el libre albedrío es como 2+2: 4.
Segundo punto: si dices, como aseguro, que derecha e izquierda son
la cara de la misma moneda de la dualidad, vamos que todo es lo mismo dado que
te quieren inculcar que seas de derecha o de izquierda, pues no hay más
posibilidades. Pero ahora se está
estableciendo que quien diga que no es un patriota, directamente te tachan de
izquierdoso. Aquí, con esta argumentación, falsa, quienes pretenden defender a
la humanidad de los Malvadetes, desde las redes sociales están metiéndote en la
dualidad de situarte a un lado u otro: o eres patriota o eres de izquierdas. A
ver, Almita, ¿hay más cosas a parte de izquierdas o derechas? Para mí sí, no
ser de ninguno de los dos lados y tener tu propio criterio sin entrar en
ideologías que combaten entre sí. Es como decir, ¿eres pro yanqui o contra
yanqui? A ver, que no soy contra ni pro nada, que a lo único que me dedico es a
vivir mi vida y dejar que cada uno viva la suya sin meterme en los dos bandos de
oposición a los que nos invitan cada día. Que no soy ni patriota ni
antipatriota, que me gustaría que no existieran fronteras, ni pasaportes, ni
nacionalidades… me gustaría que nos viéramos como lo observo, que somos una
misma humanidad independientemente del lugar de nacimiento, del color de la
piel o del género. Insisto, ahora te dicen que, si no eres un patriota, eres de
izquierda. Quizá lo hagan con buena fe, pero invitan a definirte o posicionar
de un lado contra otro, y ya estamos de nuevo en la dualidad, en la pelea. Y lo repito, esto crea división, y no unión.
Y hasta que no nos veamos todos como UNO, seguimos en la dualidad bipolar. De
veras que llega el punto que me da mucho asco tanta división, tanta
destrucción, es realmente vil, cruel, miserable y aberrante.
Tercer punto. El arzobispo Viganó deja escrito lo siguiente: “Recemos para que salgan a la luz las trampas
que el enemigo invisible trama en las sombras, y que sean derrotados los que
quieren promover el vicio, el pecado y la rebelión contra los Mandamientos de
Dios y las mismas leyes de la naturaleza” A ver, Almitas, si no rezo estoy
en contra del bien común. Si no practico una religión estoy diciendo que las
demás religiones no son las adecuadas. Lo menciono, pues este curita venido a
más, con su discurso, lo que viene a decir es que la solución está en rezar,
pero rezar desde el punto de vista de esa religión caótica. ¿Por qué no invita
a rezar al resto de personas que no pertenezcan a su religión? ¿Acaso no los
está excluyendo? Obvio, que para mí sí. Esta es la prédica de la dualidad
religiosa. De nuevo una ideología como solución mientras que las demás no lo
son.
Cuarto punto. Aquí no voy a explicar nada, solo te planteo la
cuestión que anuncia el título: ¿acaso la dualidad no es una manera de
bipolaridad? Porque si estás metido en la dualidad, seguro que eres algo
bipolar ¿sí o no? Tú sabrás.
Cerremos este tema con cierta contundencia: la dualidad es el único
recurso de los débiles, de los inseguros, de los torpes, de los necios, de los
psicópatas, de los estúpidos, de los incautos… La dualidad es un recurso sin
recursos. Un recurso que lleva al desgaste, al padecimiento, al sufrimiento, a
la miseria, al deshonor, a la inmoralidad, a la decadencia, a la pérdida de la
razón. La dualidad, es el pasaje a la demencia, el pasaporte a la locura y el
visado a la frustración y la impotencia. Y tras esto, prefiero estar en el lado
de los inteligentes que usan del entendimiento para comprender la vida como un
TODO unido, vivirla y disfrutarla sin ir a la lucha, al combate, a la guerra de
la dualidad bipolar tridimensional.
Nota: para el día 08/12/2020, la vacuna a la dualidad bipolar
tridimensional, y sin efectos contraproducentes, sino todo lo contrario.
Actualizaciones y ¿…? deeelij@gmail.com
====================================================
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.