La década de los años setenta, hay que reconocer que fue muy importante para la Humanidad, porque de alguna forma supuso algo así como el antelucano, las primeras tenues luces del amanecer de una Humanidad que vivía la resaca del colocón provocado por esa borrachera que nos cogimos todos en los cincuenta y sesenta, al creer que podíamos crecer económica y socialmente hasta el infinito. Y en los setenta surgieron las primeras mentes que advertían de que la Humanidad se iba a meter, con esa ideología “progresista”, en un callejón sin salida, el actual, la alucinante distopía en la que nos encontramos.
Al
tiempo que el Club de Roma emitía su primer informe, un matemático, estadístico
y economista rumano, Nicholas Georgescu-Roegen publicaba en 1971 el libro “La
Ley de la entropía y el proceso económico” en el que por primera vez a
alguien se le ocurre establecer una correlación entre la Segunda Ley de la Termodinámica
y el devenir de los procesos económicos del mundo. Esa relación entre la Termodinámica,
que gobierna los procesos vitales y la Economía es por la que su obra se
considera como el nacimiento de la nueva Termoeconomía o Bioeconomía. Es decir, el nacimiento
de una teoría económica por la que se evidencia la flagrante violación que el
ser humano comete de las leyes que rigen la vida, en su actividad económica,
dejando absolutamente invalidadas tanto las corrientes capitalistas (economía
neoclásica) como las marxistas, porque en ambas tendencias, el ser humano
destroza salvajemente las leyes que gobiernan la Naturaleza.
Lo
que dijo G-Roegen en su libro es lo que se ha querido demostrar a lo largo de
esta serie dedicada a ver el mundo desde la perspectiva del pensamiento
sistémico. El proceso económico no es sino una extensión de la evolución
biológica, por lo que los problemas más importantes de la Economía han de ser
abordados, si se les quiere dar solución, desde esta perspectiva.
Lógicamente,
este planteamiento, en un mundo borracho de ambición económica, tuvo poca o
nula repercusión. Interesante académicamente sí que era y en la Universidad
tenía sus seguidores, pero este enfoque no tenía ninguna posibilidad de
conmocionar al Banco Mundial, ni a la familia Rothschild, ni a los Rockefeller, ni a George Soros,
obviamente, pues era para ellos una amenaza. No obstante, otro científico, en
este caso un doctor en Biología y GenÉtica, el iraní Mansour Mohammadian, tomó
el testigo y siguió desarrollando la teoría, como un león que ruge y clama en
el desierto. A este hombre sabio y viejo (old and wise), he tenido el placer y
el orgullo de conocer personalmente y, es un honor para mí tratar de tomar, a
su vez, su testigo para dar a conocer a la gente, la sabiduría que encierra el
término Bioeconomía, porque es y entronca perfectamente en “la Visión sistémica
de la vida y del Mundo”, porque supone la aplicación práctica de esa visión
sistémica del Mundo.
1.- Trifurcación
La
lógica dialéctica de la Bioeconomía de Roegen y Mohammadian es la de desterrar
el principio del “tercero excluido”, el principio aristotélico que descarta la
posibilidad de una tercera vía, de un Tercer Camino para la búsqueda de la verdad. O “A” o “B”, pero no “C”. Pues bien,
la tesis bioeconómica es admitir “C” como vía de solución del dilema “A” o “B”,
al no ser ni “A” ni “B” caminos viables para encontrar la Verdad. Esta es la
tesis del “Tercero incluido”.
Para
entendernos, si “A” es el capitalismo, la economía neoliberal y “B” es el
marxismo – comunismo, creo que no hay que ser muy listos para evidenciar que ni
uno ni otro han sido capaces de hacer de este mundo una Arcadia feliz, un mundo
de amor y paz, sino que poco a poco han convertido este mundo (los dos), en el
infernal MODELO 1 en el que vivimos y hemos visto y analizado en el libro
“Consciencia y Sociedad distópica” y en las entregas de esta serie “Visión
sistémica del Mundo”.
Estamos,
por tanto, no ante una bifurcación para resolver los problemas del mundo, la
rancia alternativa o capitalismo o comunismo, sino ante una trifurcación, que
no es una componenda entrambos, una economía social de mercado, sino una
tercera vía, un Tercer camino. Es como pasar de un mundo de una
dimensión (izquierda-derecha) y un mundo de dos dimensiones. O de uno de dos
dimensiones a uno de tres. Es decir, un salto dimensional para la vida
humana. Un auténtico Nuevo Paradigma, el salto del paradigma del MODELO 1
al paradigma del MODELO 2
Lo
malo es que elegir el Tercer camino supone una “trifurca” (dividir en tres) previa,
una crisis total y completa del Mundo tal y como lo conocemos, cosa que a estas
alturas no puede ya extrañarnos.
2.- Una Revolución Ética
Decíamos
en la anterior entrada, 45.-Modelo 2, que este MODELO 2 del Mundo se tiene que
basar inexorablemente en una revolución Ética y en el imperio del Amor,
visiones tan idílicas como imprescindibles para su viabilidad, condiciones que
ni se cumplen ni se pueden cumplir en el entorno del MODELO 1. Es decir, en el
MODELO 2, la Economía tiene que ser mucho más que el mero intercambio de bienes
y servicios a cambio de dinero sobre la base de las leyes del mercado.
No
es posible salir de la pobreza moral ni de la infamia que rezume la frase “bordear
la legalidad sin que importe la moralidad”.
Esta
frase la debe tener grabada a fuego cualquier contable, cualquier gerente,
cualquier empresario, que pretenda sobrevivir en la despiadada arena del
mercado y cualquier político que quiera llegar a ser presidente, como estamos
viendo. Esta frase, grabada a fuego es la esencia del MODELO 1, donde con tal
de medrar “vale todo”, lo ilegal, lo amoral y, sobre todo, la mentira. Así que
es condición sinequanon la erradicación total y absoluta de esta villanía
ideología.
Es
por ello por lo que no se pueden abordar los tres requisitos de la Nueva
Humanidad, Bioeconomía, Ética y Amor de modo independiente, sino íntegramente,
porque cualquier expresión relativa al MODELO 2, requiere necesariamente de los
tres requisitos. O, dicho de otro modo, no es posible el Tercer Camino
sin una revolución Ética y sin el imperio del Amor, porque los tres son y
constituyen una misma esencia.
3.- El Pensamiento bioeconómico
En
su libro “Bioeconomía, la Economía del Tercer Camino” (2008),
Mohammadian hace un recorrido por las diferentes alternativas de aplicación de
este pensamiento. (Podéis ver la reseña que escribí en 2009, cuando leí el
libro que me regaló Mansour, y que he colgado en nuestra web sociedaddistopica.com, con el título “El
tercer camino”)
Empieza haciendo referencia a la Agenda 21 local y nacional, que
tiene sus orígenes en el Programa 21 de Naciones Unidas aprobado en la
Conferencia de Río de 1992 y que Agustín Hernández Aja, Catedrático de
Arquitectura de la Politécnica de Madrid describió como “el esfuerzo
colectivo de un municipio para llevar a cabo un acuerdo entre los distintos
sectores de cada comunidad local, acerca de la realización a largo plazo de un
plan de acción hacia la sostenibilidad; en este sentido, se deben establecer
objetivos, metas, instrumentos, acciones, evaluación, criterios y métodos”.
Es el programa mundial de acción para un desarrollo sostenible.
Describe modelos prácticos que se han llevado a cabo de la
Agenda 21, el modelo ICLEI (International Council for Local Enviromental
Iniciative) y el DEYNA (Desarrollo y Naturaleza). Y refiere cómo en España, la
ciudad de Soria trató de apuntarse a la Agenda 21 y convertirse en una ciudad
sostenible.
https://www.soria.es/sites/default/files/public/contenidos/2012/ficheros/med-dossier.pdf
Si
la Agenda
2030 no es otra herramienta de
manipulación social que oculte intereses políticos, podría ser la heredera de
la Agenda 21. Lo digo porque cuando nuestros políticos llevan en su solapa el
pin de 2030, me hace sospechar, lo siento.
Otra
iniciativa loable es el “Comercio Justo” a nivel internacional, una idea, como otras muchas, bastante
antigua, surgida de la mente de E.D. Dekker en su libro “Max Havelaar” (Máximo
beneficio) en 1860, una dramática denuncia de la salvaje explotación local de
las Indias Orientales holandesas (la actual Indonesia), por las autoridades
coloniales neerlandesas.
La Banca Ética, tipo Fiare, Triodos bank o Evo, un conjunto de entidades
financieras cuyos productos no están condicionados exclusivamente al criterio
del máximo beneficio (Max Havelaar) y la especulación. Invierten en economía
real, productiva y no especulativa
y, en algunos casos, hasta tienen estructura interna fundamentada en la
participación cooperativa y en inversiones en Economía
Real.
Todas
estas iniciativas caracterizan el Tercer Camino, el modelo bioeconómico, que es
un modelo holístico, sistémico, que contempla múltiples interacciones entre
agentes lo que fundamenta el concepto de sistema como conjunto de múltiples
elementos, íntegramente relacionados, con lo que se minoran los dos arquetipos
básicos que destrozan la vida humana, el crecimiento sin límite y el
desplazamiento de la carga que hemos visto en entregas anteriores.
Es
una relación íntima entre Bioeconomía, Globalización y Sostenibilidad (steady
state). El paradigma de
la Bioeconomía es la integración de tres elementos fundamentales de la vida
humana, 1.- los recursos naturales, biológicos y geológicos, 2.- los agentes
económicos y 3.- la tecnología, desterrando el habitual antagonismo en el que
han existido. Refiere cómo la globalización, como dinámica inercial de un mundo
cada vez más intercomunicado, ha beneficiado exclusivamente a los grandes
agentes económicos, pero provocando efectos demoledores en los que siempre han
sido pobres, que ahora son aún más pobres si cabe. La apertura de los mercados
mundiales, lo único que ha hecho ha sido incrementar la avaricia del demonio de
Maxwell, incrementando aún más la desigualdad entre ambos lados de la caja,
donde el demonio controla la puerta.
Esta integración
de estos tres elementos supone experimentar un salto cuántico en la
distribución de la riqueza, en equilibrar el peso de los factores económicos y
no económicos, como única forma de luchar contra la pobreza. Es por ello por lo
que la Bioeconomía no aborda una transformación del mundo económico y
financiero, sino una transformación humana, integrando al hombre en el nivel
natural del Planeta. Es devolverlo al Paraíso Terrenal, del que nunca debió
salir.
Al que quiera, le
dejo el mito de Adán y Eva y reflexione si es un simple cuento religioso o es
algo más, que está en el origen de todo lo que estamos viviendo.
4.- La Economía
del Tercer Camino
En palabras de
Mohammadian, la Economía del
Tercer Camino “es una actividad socioeconómica basada en factores no
económicos entre seres humanos y en la empatía con los demás seres vivos, y
no sobre una competición agresiva en búsqueda del máximo beneficio y el dinero
fácil a cualquier precio.”
Se centra en el paradigma de externalizar los beneficios e internalizar los costes o, dicho de otra forma, que los
beneficios los disfrutemos todos y los desaguisados lo paguen los culpables, y
no al revés, que al final los desastres lo tenemos que pagar entre todos vía
recortes o subida de impuestos.
La “cuenta de
pérdidas y ganancias”, cuando el Planeta y la vida humana están por medio, el
balance entre el activo y el pasivo, entre la deuda y el haber, se llama
“sostenibilidad”, en terminología sistémica “Estado estable (steady state)”.
Esto, a
continuación, es extremadamente importante tenerlo claro:
Los recursos extraídos de la Naturaleza NO SON
ingresos en el haber, en el activo de la Humanidad, sino gastos en el debe, en
el pasivo, una deuda con la Naturaleza que hemos de pagar, no devolviéndole
“precisamente” residuos, porque esta actitud, esencial en el MODELO 1 del
Mundo, es lo que nos está alejando cada vez más del punto de equilibrio, hasta
acercarnos peligrosa e irremisiblemente al abismo de la extinción.
En
la cuenta global de pérdidas y ganancias, no sólo hemos de anotar los ingresos
desde la Naturaleza, sino también las pérdidas, reflejadas en una cada vez más
alejada sostenibilidad, por mucho que sea un permanente mantra de los gobiernos
y ministros de transición ecológica. Porque no se trata de respetar la
naturaleza, como algo ajeno a nosotros, sino que NOSOTROS SOMOS LA NATURALEZA,
formamos parte inseparable de ella, somos su misma esencia. Nada nos separa de
ella, salvo una barrera denominada “ambición”.
Por
eso, el Tercer Camino
es esa tercera vía, ese “tercero incluido” que armoniza, integra, fusiona,
unifica el hombre con la Naturaleza de la que procede y de la que jamás se
debió sentir ajeno. Y la única forma de abordar este paradigma, capaz de romper
el letal círculo vicioso en el que nos hemos metido es acudiendo al impulso de
FACTORES NO ECONÓMICOS, como elementos promotores de la vida humana. Esos
factores no económicos son, ni más ni menos, que el respeto de las leyes
sistémicas que rigen el mundo natural y, en especial, los seres vivos.
Para los que no
sois de la profesión médica, sabed que los médicos, al referirnos a la anatomía
y fisiología humanas, hablamos de la “Economía”, de los órganos de la economía,
porque para los seres vivos, la economía es también etimológicamente “la ley de
la casa” (eco-nomos). Y es esa economía, esa ley de la casa, la que rige el
comportamiento de la fisiología, que tiende siempre a mantener el estado
estable, el equilibrio termodinámico entre la entropía y la entalpía,
recordando la idea original de G-Roegen y su inicialmente denominada “Termoeconomía”.
Nuestro sistema
inmunológico está permanentemente neutralizando células cancerosas que, de
dejarlas crecer, nos matarían a todos a muy temprana edad. Así que, ante
cualquier alejamiento de la estabilidad, steady state, estado estable o,
simplemente salud, el organismo vivo aplica los medios necesarios para
reestablecer el equilibrio interno, porque sabe que dejar la entropía
(desorden) al albur, dejar que el Demonio (Lucifer o el demonio de Maxwell,
para el caso, lo mismo), campe libremente es literalmente mortal, para el
organismo vivo y para la Sociedad humana, como organismo vivo que es.
Queramos o no,
los economistas tienen que empezar a desempolvar los libros de física de
bachiller y recordar la Termodinámica de Carnot, qué es la entropía, la negentropía,
la Energía libre de Gibbs y demás relaciones materia y energía para conseguir que
la Economía funcione sujeta a la Termodinámica de procesos irreversibles de Illya
Prigogine para mantener un estado estable de balance entre entradas y salidas
próximo a cero mientras se desgastan las estructuras que han de ser renovadas,
como los seres vivos renuevan sus tejidos que envejecen con el tiempo.
En suma, los
seres humanos debemos volver a ser humanos, en vez de alimañas, hienas
sedientas de poder y ambición.
Se
ha utilizado la palabra “Globalización” como un término talismán, muy cercano a
las tesis ecologistas, cuando en verdad, ha sido una herramienta de opresión
absoluta y la puerta de entrada a la imposición del NOM, Nuevo Orden Mundial.
Es decir, el término se ha prostituido, se ha adulterado para beneficio
exclusivo de la oligarquía mundial y la corporatocracia.
La
Globalización y la sostenibilidad, para ser depuradas de la cizaña y
podredumbre que la han contaminado a ambas, tiene que basarse en cinco
principios: 1.- Estabilidad política, 2.- Seguridad nacional e internacional,
3.- Derechos humanos, 4.- Bienestar social y 5.- y más importante, Educación.
Recordemos la frase de Abraham Lincoln, algo así como “tal y como eduquemos
a nuestros niños, así resultarán los políticos de mañana”. Esta claro que,
si esta frase es cierta, nuestros jóvenes políticos que han convertido nuestro
Congreso en un patio de colegio y en un circo de gladiadores, es debido a la
nefasta política educativa de los últimos cincuenta años.
El Tercer Camino
aborda el problema de las transacciones económicas en un sistema socioeconómico
global que evite engaños y actuaciones poco Éticas. Este es el propósito de la
Economía institucional. Pero volvemos a lo mismo, se crean instituciones con un
supuesto noble fin, Banco Mundial, FMI, CEOE, OIT etc., que al final se erigen
en los principales agentes de poder para los que ya son poderosos y así
controlar mucho más los tentáculos de poder a nivel global.
La respuesta a
esta Economía institucional es la Bioeconomía institucional. Se entiende que
las instituciones son organismos con normas para actuar y para simplificar la
complejidad de los problemas, no para aumentarla. Y de nuevo, la alternativa
bioeconómica, esto es, instituciones globales no basadas en el factor
económico, sino en el no económico, el que se rige por las leyes sistémicas, y
plantea la sostenibilidad del sistema a largo plazo. Es lo mismo pero
gestionado desde el lado luminoso de la Fuerza, no desde el oscuro.
La Bioeconomía
institucional plantea el isomorfismo con la selección de grupo para la
promoción de la evolución, esto es una unidad de selección (o individuo
evolutivo) como entidad biológica dentro de la jerarquía de la organización
biológica (genes, células, organismos, grupos, especies) que está sujeta a
selección natural, que, si bien en el corto plazo puede afectar a determinados
individuos, a largo plazo garantiza la supervivencia y evolución de toda la
especie. Y es lo que importa, el progreso y el bienestar de la globalidad, aún
a expensa de que algunos de los miembros no puedan sobrevivir. Esto es
inevitable. Lo que no es admisible es lo contrario, el individualismo posesivo
en contra del bienestar de la globalidad.
Se trata en
definitiva en promocionar un altruismo cooperativo. De nuevo basado en factores
no económicos, capaces de neutralizar la competición agresiva.
A lo largo de la
lectura del libro de Mohammadian, uno se da cuenta de que está leyendo un
tratado de biología aplicada a la actividad de los seres humanos. La
Bioeconomía realmente no inventa nada, simplemente aplica las leyes del
universo natural al universo artificial creado por el hombre, con todo lo que
eso implica de renuncia a todos nuestros vicios y actitudes de individualismo
posesivo. No dice, al hablar de la Bioeconomía institucional que haya que crear
un nuevo organismo internacional con unos determinados estatutos, un
organigrama, concreto y ordenamiento jurídico determinado, sino que cualquiera
sea la institución de que se trate, implicada en el supuesto reparto equitativo
de la riqueza, ha de ajustarse simplemente las leyes de la vida. Utopía para
unos, cuestión de supervivencia para otros.
5.- Primera
conclusión
Para cualquiera
que lea estos párrafos, estará de acuerdo conmigo que estoy describiendo “los
mundos de Yuppi” o la Arcadia feliz, es decir, un mundo imposible, porque
cualquier intento de tomárselo en serio, será inmediatamente neutralizado por el
Deep State (estado profundo), los miembros del Club Bilderberg y los suyos,
obviamente.
Pero es lo mismo
que la Democracia, si lo pensamos bien, la maldición que lanzó Heilbroner hace
ya muchos años, por la que, siendo la Democracia el mejor de los regímenes políticos,
tiene un talón de Aquiles, que, o la respeta la práctica mayoría de los ciudadanos
y agentes sociales o terminará en algo más parecido a una dictadura, como forma
de meter en vereda a los que se posicionen fuera de la ley. Y en esas estamos,
que el NOM tiene un sospechoso aroma a dictadura post contemporánea propia de
las novelas distópicas.
Es por eso, que
no podemos, ni siquiera imaginar una sociedad basada en la Bioeconomía, si la Ética
y el Amor no están en la base del comportamiento y del corazón humano.
Y todo
comienza con la Educación. Lo mencioné en
la entrega sobre la Educación 4.0. Sin el pilar de la Educación, la Sociedad
está perdida. Y el problema es que retornar a una Educación basada en la Ética
y en el respeto, la amistad, la philias y en el amor incondicional a los demás,
tendría un efecto, un retardo en sus resultados, de al menos una o dos
generaciones de veinte años cada una. Es decir, si a nuestros ministros y
diputados les viniese a todos una celestial inspiración y se pusieran a redactar
una Ley de Educación basada en estos principios éticos y humanísticos, habría
que esperar la friolera de treinta años para ver emerger de la actual podredumbre
social, una nueva generación de personas íntegras y no contaminadas por las
actuales leyes ni por la actual sociedad de la información.
Es por eso por lo
que, tras la alegría de soñar en un mundo feliz bajo estos hermosos principios,
uno despierta, ve lo que hay y se deprime más todavía.
No obstante, a
riesgo de ser ilusos (gente que se ilusiona), lo último que podemos hacer es no
desesperar. Pero para ello hace falta contemplar el principio de masa crítica.
6.- Principio de
masa crítica
La Economía
neoclásica y liberal ha dado tantos beneficios económicos a la clase dirigente
y a las oligarquías occidentales (y chinas) que los que manejan el sistema
serían idiotas si renunciaran a ese control total de la energía y del dinero en
aras de un mundo de paz y amor. Para ellos, el MODELO 1 es su imperio, centrado
en una filosofía lineal basada en el egoísmo y la manipulación de las
debilidades humanas. Además, este MODELO 1 funciona a favor de la entropía, así
que funciona de modo inercial, va solo.
Pero la vida
biológica es totalmente contraria a este principio y se basa en conseguir esa termodinámica
de procesos irreversibles por la que para neutralizar el incremento de
entropía hay que esforzarse por dar “rewind”, rebobinar al proceso para
mantener el orden dentro de unos límites aceptables y que el balance final sea
cero, es decir, para alcanzar el estado estable, hay que derrochar un esfuerzo
colectivo expresado en comportamiento ético y amor colectivo.
Esto requiere un
esfuerzo de concienciación colectiva. Pero todo empieza por alcanzar “una masa
crítica”, concepto extraído de la fisión nuclear, y que refiere un mínimo de
personas o porcentaje de población que haría falta para que esa masa se
convirtiera en una máquina de Von Newman (los que hayáis leído o visto “2010 Odisea
2” de Arthur Clarke, recordad cómo el monolito al caer a Júpiter, se transformó
en una máquina de Von Newman y se multiplicó indefinidamente hasta provocar la
explosión del planeta convirtiéndole en una estrella)
La cuantía de esa
masa crítica, realmente concienciada puede variar entre un uno y dos por
ciento, es decir, se necesitan dos átomos para comenzar a reaccionar.
Esa masa crítica
se basa en que las personas comiencen a sentir que son “uno según su
necesidad y no según su riqueza”. Es decir, que el derecho al acceso de los
recursos no está en función de lo que puedo obtener (en función del dinero que
tengo), sino en función de lo que realmente necesito para vivir.
Creo que los
lectores de este blog os encontráis dentro de esa “masa crítica” capaz de
comprender que este mundo ha de transformarse inexorablemente en algo que no
puede tener nada que ver con el actual mundo distópico. Y la única forma de
poder conseguir esta profunda transformación social es un salto evolutivo
basado en el predominio de la espiritualidad en la vida de los seres humanos,
que lamentablemente no se puede confundir con religiosidad, pues entre ellas
hay profundas diferencias.
En la web www.atrio.org, por ejemplo, podéis encontrar esa conocida
relación de diferencias entrambas, tales como que la espiritualidad es una y
religiones hay cientos; la religión amenaza y la espiritualidad reconforta; las
religiones tienen cada una su libro sagrado mientras la espiritualidad busca lo
sagrado de todos los libros, etc. Es decir, es la evolución espiritual la que
garantiza ese crecimiento en consciencia que tan magistralmente han proclamado
los grandes maestros de todos los tiempos (que luego los sumos sacerdotes han
distorsionado), y que en la actualidad grandes pensadores y divulgadores de la
espiritualidad como nuestro querido Emilio, se esfuerzan en difundir y en
lograr alcanzar esa masa crítica capaz de provocar esa reacción social en
cadena que permita darle a la Humanidad ese decidido paso al frente para
superar el descomunal muro que separa la actual Quinta de la Sexta Raza Raíz.
Es el mismo
descomunal muro que separa nuestra mente concreta y racional de nuestra alma o
mente abstracta o plano búdico o como se le quera denominar al espíritu del ser
humano, a nuestro Yo Real, misma esencia con Dios, con el Todo. La puerta
estrecha a la que alude Jesús de Nazareth es ese boquete que ha de abrirse en
nuestra mente para adentrarse en nuestro plano espiritual, en nuestro interior
y a partir de él, sumergirnos en el oceánico Misterio de Dios.
Este
planteamiento místico no entra en la mente de los seres humanos esclavizados en
o por el MODELO 1 del Mundo. Es por eso por lo que, en el capítulo de
Espiritualidad del libro “Consciencia y Sociedad distópica”, incidimos en que
el proceso de transformación tan ansiado por todos, imaginado por los de la New
Age, no vendrá por arte de magia, sino por conseguir perforar ese boquete que
permita a nuestra consciencia descubrir nuestra verdadera naturaleza. Y lo
demás vendrá por añadidura, porque, en descubierto el universo espiritual,
donde Dios habita, todo vendrá como consecuencia de dejarle hacer, es decir, de
ser consciente de que Dios nos ama, dejarnos amar por Él y hacer nosotros lo
mismo, amarnos los unos a los otros como Él nos ha amado.
Los que tratamos
de vivir así la vida, no os quepa duda, vivimos el Cielo en la Tierra, y en
esta vivencia mística, hemos de aceptar lo que dice Lao Tse, en el Tao te King:
“No hagas nada, y nada quedará sin hacer”.
La espiritualidad
está basada en continuos oxímoros, incomprensibles para la mente, porque
constituyen la lógica de Dios.
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Autor: José Alfonso Delgado (Doctor en Medicina especializado en Gestión Sanitaria y
en Teoría de Sistemas) (joseadelgado54@gmail.com)
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La publicación de las diferentes
entregas de Visión
sistémica del mundo se
realiza en
este blog, en el contexto del Proyecto Consciencia y Sociedad
Distópica, todos los lunes
desde el 20 de enero de 2020.
Se puede tener información detallada
sobre los objetivos y contenidos de tal Proyecto
por medio de su web: http://sociedaddistopica.com/
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