Queremos soluciones ya, pero no las tenemos. Queremos respuestas fáciles en tiempos complejos, pero tampoco las tenemos......se justificaban en la prensa.
“...no las tenemos, ya”. Un
mensaje subliminal, que a una ciudadanía presa de pánico, no le llega a la
razón, y que al acrecentar la emoción visceral devenida del miedo, la
predispone a clamar acelerar la solución: vacuna. “Soluciones ya”; entra
dentro de ese género literario, y que a esa ciudadanía, le acrecienta la
emoción de ansiedad, sin llegar a la razón: “...hay solución, pero no ya”.
Presentan solución única, pero no para
ya, pues materializar ese ya, requiere muchos tanteos
sociológicos (precocina mediática); tantear la predisposición ciudadana a
vacunarse voluntariamente o no, ya que obligar, exige cambio constitucional, a
su vez que arriesgarse a una inesperada contestación social.
Desde lo resolutivo a lo operativo,
reconocen implícitamente su incapacidad, que viene a decir que, con las medidas
aplicadas hasta hoy, no han sido capaces de atajar los crecientes PCR positivos
y confinados. Aún así, por falta de información añadida, diferente a la que les
llega por los medios, la mayoría acepta bien aplicar mayores restricciones… hasta
que llegue la vacuna salvadora.
¿Por qué obligaron a toda la población
guardar las mismas medidas, cuando hoy la OMS (David Navarro) reconoce que fue
y será un nuevo error hacerlo?
¿Restricciones para protección
sociosanitaria global o de reducción psicosocial?
Todo es muy sospechoso; como mínimo
por ser medidas muy infantilizantes, invasión a la intimidad y burla a nuestra
madurez. Con ellas, desprecian el esfuerzo familiar en años, de quienes
valiéndonos de experiencias, hemos ido adquiriendo conocimiento sobre cómo
mantener nuestra salud sin tanta dependencia externa ni causar mayor gasto
público. ¿En qué parámetro moral ubicamos este acoso global?: ¿locura invasiva,
inconsciencia o irresponsabilidad?
Años autogestionando la salud, desde
el menor síntoma de resfriado por invasión de patógenos gripales; enriqueciendo
experiencias con cada crisis. Superar a partir de un sistema inmunitario
fortalecido, dieta-ayuno, soluciones herbales, complementos nutricionales....y
la ayuda activa de una fiebre amiga.
Imposición y autoritarismo
supremacista, desde soluciones con remedios de embudo, demostradamente peores
que la propia enfermedad que dicen combatir, como es el uso generalizado de
mascarillas al aire libre. La estadística clínica de sus consecuencias, es ya,
tan larga como camuflada, aunque en los informes médicos, no hacen constar la
causa, por orden de “los de arriba”...pero son muchos los jóvenes afectados de
hipoxias e hipercadmias.
En una sociedad secularmente enferma,
desestructurada por conflictos sociales y familiares que devienen en trastornos
psicológicos derivados de precariedad y pobreza creciente, jamás medidas de
prevención, protección y recuperación, que no sean psicofármacos
tóxico-invasivos para anulación de la personalidad.
Los mismos gobernantes hasta hoy
descuidados de nuestra salud integral, se empeñan en conducir los cuidados para
la salud únicamente física, por medio de un taca-taca sanitario como solución
externa... creadora de dependencia.
¿Se imaginan la merma en el desarrollo
de la psicomotricidad mayor, en un bebé que, en sus intentos de pasar de gatear
a ponerse de pie a caminar, le sienten en un taca-taca, para evitarle los
primeros coscorrones pedagógicos de rigor, que le fortalecerían, motivarían y
estimularían en su autosuficiencia?
Eduquen en salud y nutrición desde la
escuela y déjennos crecer “enfermando” físicamente en comunidad, por razones de
economía y ecología de progreso. De otra manera, nos restan individualidad,
erosionan nuestra autoestima y merman la maltrecha economía pública, al no
querer soluciones fuera de sus exclusivas, que llevan a incrementar la factura farmacéutica
y recaudación de IVA. Al resto de soluciones le cierran el paso, secuestrando
todo debate y censurando toda información que les cuestiona su hoja de ruta
sanitaria.
Injustificable e increíble el exceso
de celo paternalista en gobiernos a la cola de la UE, en el ratio PIB/gasto
médico-hospitalario per cápita, a la cabeza en gasto farmacéutico, a la vez que
cierran el paso a soluciones naturales y terapias integrativas de demostrada
eficacia incluso para el SARS-Covid-2.
Irresponsabilidad de una sanidad
pública, en que la psicoterapia individualizada es la cenicienta para el
tratamiento de nuestra salud psicoemocional. Confiada únicamente a fármacos y
soluciones neurotóxicas, a pesar de que la iatrogenia médico-hospitalaria
(cultura del error médico), es quizás ya, primera causa de las muertes totales
en España, pues de los 600.000 errores médicos al año registrados, entre 25 y
35.000 son muertes evitables.
“Escuchemos a quien hay que escuchar”,
concluía el artículo. Si lo hicieran práctico, bastante
mejor lo iríamos resolviendo, a infinitamente menor gasto público y desgaste de
la salud psicoemocional de toda la ciudadanía, pues este déficit de energía y
resta de vitalidad...es lo que de verdad nos enferma.
Pero no; en lo científico-médico solo
escuchamos el mismo guión de detección y solución (PCR y confinamiento) y para
el mañana, obligatoria o no: vacuna.
Este abc político-sanitario metido con
embudo, por unos gobiernos autoritarios
con la complicidad de la oposición
política toda, silencio sindical, episcopado español y Defensor del Pueblo, es
el mayor intento de desempoderar a la ciudadanía. Nos quieren vaciar de derechos
cívicos, al son del réquiem mediático, que lo cantan en tono de alabanza
democrática...y vivas al rey.
Dominan a la perfección el
neolengüaje, fruto de la Ingeniería Lingüística, para generar en los
ciudadanos la emoción paniquea, que obstruye a la razón.
Cumplido el primer periodo de tregua
en el calendario Covid y ante un agente patógeno que ha perdido virulencia,
condiciones climatológicas propicias para los resfriados y la gripe estacional,
hará subir la curva de PCRs positivos y con ellos incrementar las víctimas
asimilables del todo muertes ¿por? Covid-19. Es la nueva metodología, aplicada
desde la neodenominación: pandemia en 2.009
La diferencia este otoño-invierno, es
que, también jóvenes inmunodeprimidos por excesivo uso de mascarilla y más,
serán afectados. Si en primavera la morbilidad y muertes por (no con) Covid-19,
no justificó la pandemia con cambio de
Denominación de Origen, tampoco hoy... si no modulan la radiación.
¿Que decir sobre el baile de cifras
oficiales y reales por Covid; muertes totales por enfermedades y cuantas han
sido por Covid? Quizás es difícil saberlo, pero hoy el registro mas fiel es el
MoMo a nivel nacional y el EuroMoMo para la UE.
Amparo Larrauri científica del Centro
Nacional de Epidemiología (CNE), del Instituto de Salud Carlos III, es la
responsable del Sistema de Monitorización de la Mortalidad (MoMo) en España;
tras el confinamiento en junio declaraba: “Nunca sabremos cuántas de las
43.000 muertes fueron por COVID-19 y cuantas por efectos indirectos”. De otra
parte el catedrático y exdirector de Salud Pública del Ministerio de Sanidad
Ildefonso Hernández, denuncia el casi nulo presupuesto a salud preventiva,
porque los beneficios son a largo plazo.
La mortalidad en primavera fue muy
superior respecto a sus series históricas de otros años; pero al restarle gran
parte de la cifra de muertes improcedentes de ancianos en residencias, bien
pudiera hacerla menor. Rafael Bengoa da en la diana resolutiva: “Hace falta
un organismo externo que escrute al gobierno”.
Nunca terminaría este artículo sin
hacer mención a otro que me ha llegado al alma por su sensibilidad. Pero si el
pudor del sentir, es íntimo, compartir un contenido tan sincero, generoso y
valiente…...es de obligada entrega.
¿Son la Ciencia y la Razón víctimas de
la Covid-19?. Con este encabezamiento, el doctor
Juan Diego Arteta Higuera, se presentaba como Especialista en Medicina Familiar
y Comunitaria; hoy aún en activo como médico de prisiones.
“Lo que más me ha asombrado en estos
meses es la ausencia de transparencia y de un debate abierto y sereno”, coincide con el titular de este mi artículo. El resto de sus
razonamientos en total sincronía, aunque cuando dice: “No creo que todo sea
un plan oscuro de nuestros gobiernos”, sin entrar a descifrar planes e
intenciones, valoro los intereses demostrados hasta hoy, y así, sin lugar a
dudas, digo en alto que..... ¡los gobiernos no priorizan nuestra salud!
El doctor Arteta, sin asegurarlo con
la misma contundencia, pienso que está cerca de la misma valoración. Lo deduzco
por el énfasis que pone en destacar la pregunta de la prensa a los expertos: “¿Porqué
a pesar de lo extremo de medidas, en España estamos tan mal? Respondieron
todos, sin atisbo de dudas, con seguridad y certezas, y dieron varias razones;
la mayoría enfocadas en culpabilizar a los adversarios políticos y/o de la ciudadanía,
especialmente jóvenes e incluso niños.”
Ni ellos ni los periodistas osaron
plantear una posibilidad que es casi anatema: que nuestras medidas
(confinamientos duros, mascarillas en todo momento y lugar, pésima respuesta
sanitaria hospitalocéntrica...) no sean eficaces o adecuadas. O incluso, y esto
ya es escandaloso, que las medidas tomadas puedan llegar a causar mas daño que
el beneficio que pretenden conseguir”.
Hasta aquí lo reproduzco como un
relato, acompañado de una valoración sentida y plenamente coincidente con la
mía y la de muchos otros silenciados.
A partir de aquí, las preguntas,
también coincidentes con las de muchos y que deberían dar pie a ese tan necesario,
esperado y reclamado debate. Que si siguen negándolo, es porque están
entrampados y en sus respuestas, se delatarían, al confirmarse el deterioro de
valores humanos, democráticos y culturales que hoy se dan... y tanto dificultan
ejercitar la resiliencia ciudadana.
Tampoco serían capaces de responder a
la pregunta que encabeza el artículo del Dr. Arteta: ¿Son la Ciencia y la
Razón víctimas de la Covid19? La célebre cita de Unamuno: “La ciencia
nos ayuda a dudar y a descubrir nuestra ignorancia”, es sistemáticamente
ignorada por estos gobernantes y sus expertos, que de reconocer sus
desaciertos, pudiera dar mucho de si, pero va a ser que no. Sus
enunciados político-científicos, junto a las normas, son axiomas, para
descalificación de los escépticos y censura en medios y Youtube.
Así, polarizar el debate virtual
entre, los de las evidencias científicas por una parte, y negacionistas y
conspiranóicos por la otra (sabiendo los primeros que entre los segundos hay
científicos reconocidos mundialmente y profesionales galardonados hasta con
Premio Nobel), no contribuye como dice:”...a la contención de la pandemia,
ni al avance científico, ni a la estabilidad social”.
La pregunta más importante, parte de
la premisa de que, han fiado la solución definitiva, a un nuevo alarde de fe en
la ciencia, pero con grandes incógnitas sobre la efectividad y efectos
secundarios de una vacuna genética. ¿De qué nos sirve, seguir vivos, si por
la causa que sea, somos sometidos...o dirigidos?
Mayor recelo sobre: ¿cuánto tiempo
vamos a mantener paralizadas nuestras vidas? porque al fin y al cabo, ésta
paralización está generando unos daños que en algún momento serán, -si no lo
son ya- peores que el daño del Covid19.
¿Cómo es que solo sean expertos en lo biológico,
quienes están convirtiéndose en directores de la vida cotidiana de todas las
personas de este país? ¿Dónde están, por tanto, los comités que incluyan no
solo científicos y a médicos (que no son lo mismo), sino también a psicólogos,
sociólogos, representantes de la sociedad civil, historiadores, educadores...?
Cinco preguntas clave dirigidas a unos
gobernantes, que como cita el autor y a decir de Orwell, ignoran que: “Mas
importante que mantenerse vivo es mantenerse humanos... dignos”......reflexión
para nuestra dignidad mancillada.
Dignidad humana: impronta genética del
alma y corona de nuestra Conciencia. Madre y niña, en la Raíz de nuestro Árbol
de la Vida........¡cuidémosla!
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Autor: Iulen Lizaso (iulenlizaso@gmail.com)
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