Y decía:
—Cuando se enciende el fuego y se acercan ramas, estas arden. Pero
cuando arden es porque se activa su fuego interno. Nada que no tenga fuego en
su esencia puede arder. Por ello, cuando acercamos la llama lo único que
hacemos es despertarlo.
»Así, cuando la sabiduría toca al hombre sabio, lo enciende y al
ignorante lo madura, aunque sólo desprenda humo.
»Si miráis con los ojos bien abiertos, veréis lo que está ardiendo
y lo que está apagado. Lo que puede arder y lo que no ardería ni con aceite.
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Autor: Cayetano Arroyo
Fuente: Diálogos con Abul Beka (Editorial
Sirio)
Nota: En homenaje a la memoria de Cayetano Arroyo y Vicente Pérez Moreno,
un texto extraído de los Diálogos de Abul Beka se publica en este blog todos los
miércoles desde el 4 de octubre de 2017.
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