Allí
donde te encuentres leyendo este texto, observa por unos instantes el entorno
que te rodea. Tanto si estás en tu vivienda, en tu entorno de trabajo, o más
aún si estás al aire libre, podrás observar que existe a tu alrededor mucho más
espacio vacío que ocupado.
Si nos
guiamos por nuestro sentido de la vista, este espacio vacío es aparente inerte,
dispuesto únicamente para ser ocupado o para que en él sucedan cosas y se den
situaciones sin que dicho espacio tenga ninguna influencia, forme parte, o sea
afectado por lo que se vive en él; pero eso es solo una limitación de nuestra
percepción física.
El
vacío que observas entre los muebles, entre los libros, entre los edificios, es
el mismo vacío que hay entre las estrellas y el que hay entre tus células. Incluso
es el mismo vacío que hay entre tus latidos, entre tus respiraciones y entre
tus pensamientos...
Si te
regalas por un instante la posibilidad de sentirlo, probablemente percibas una
especie de regocijo o escalofrío en tu interior.
Ante
esta toma de consciencia, la separación
entre el espacio vacío que concibes como externo y el que puedes sentir dentro
de ti, se diluye en la unificación de un vacío global que lo sostiene todo, que
todo lo impregna y en el que todo se da, y lo más importante: ese vacío está
vivo y es la base de toda forma de vida.
Filosofías
milenarias nos hablan de cómo organizar nuestro entorno para que la vida fluya
fácilmente por él e incluso potencie nuestra economía, nuestra salud, mejore
nuestras relaciones y nuestra vida en general. Seguidos por ello, muchas
personas se obsesionan con los objetos que les ayudarán a potenciar el área de
su vida que sentían débil, olvidando que el objetivo no está en el objeto, sino
en la fluidez de vida.
La
vida no está para ser modificada ni alterada a nuestro único beneficio.
Si
sientes desarmonía en algún aspecto de tu vida, no busques la solución en los
movimientos de objetos externos. Lo externo es una proyección de tu propio
interior y sin movimiento interior no hay resultados permanentes.
Si
buscas armonía, si anhelas que la vida fluya, prueba a sentir ese vacío lleno
de vida en tu interior y permite que la vida misma se ordene sola comenzando
dentro de ti.
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Autor: Andrés Tarazona (andres@andrestarazona.com)
Todos los jueves, desde el 7 de noviembre de 2019, Andrés comparte en este blog una serie de publicaciones centradas en
el Diseño Sentido: interiorismo y diseño consciente de viviendas, comercios y empresas que mejoran la calidad de vida.
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