Quizás pueda parecer casual,
pero las personas que duermen con su cama arrimada a una pared y según el lado
de la cama a la que está arrimada, tiene sobre la persona un efecto concreto
que, en el caso de que la posición de la cama se elija de forma armoniosa trae
orden y en el caso de que se elija de forma inconsciente o impuesta, suele
generar conflictos.
Este es el caso de una chica
joven que se había mudado, tras una separación y divorcio complejos, a casa de
sus padres.
La habitación que su familia
dispuso para ella permitía colocar una cama de matrimonio centrada en la pared
de forma que tuviese espacio a ambos lados para tener dos mesitas, sin embargo,
la chica optó con seguridad por arrimar la cama hacia la pared de su izquierda, conforme está acostada, de forma que siempre
se levanta por su derecha.
Su hermano, tratando de
ayudarle y de animarle a recuperar su vida, contactó conmigo para mostrarme la
habitación de la hermana y ver, si a través del espacio, su hermana estuviese
mostrando algún bloqueo que se pudiese, a través del mismo espacio, mejorar.
Conforme vi la habitación con
la cama -mirándola de frente- arrimada a la pared de la derecha, advertí dos
cosas: que estaba limitando la energía que activa el meridiano energético del
hígado (el que genera mayor actividad y energía) y que prefería ahora no
abrirse a ninguna nueva relación ya que optaba por profundizar en su sabiduría
antes que por la diversión.
La respuesta del hermano a mi
diagnóstico fue una confirmación firme de ambas limitaciones conscientes por
parte de su hermana. Había, durante el divorcio, acumulado mucha tensión y
ahora, además de buscar la calma, se está planteando un estilo de vida más
conectado con lo esencial.
Ante su respuesta le recomendé
que estuviera tranquilo, pues seguro que su hermana, cuando esté en una etapa
interior que requiera de más energía y apertura, por sí misma moverá la cama.
Si eres de las personas que
duermen arrimadas a una pared por elección propia, es muy probable que
simplemente estés poniendo en valor aspectos que realmente necesitas conforme
limitas los que ahora te podrían descentrar.
Las camas arrimadas a la pared
de la izquierda -estando acostados- limitan la energía de vitalidad para
potenciar la profundidad y el descanso. (suelen elegirse en etapas de ansiedad)
Las camas arrimadas a la pared
de la derecha -estando acostados- limitan la profundidad para potenciar la
vitalidad y la diversión. (suelen elegirse en etapas de frustración o
imposición de límites)
Ambas opciones arrimadas
limitan la llegada de una nueva persona que aporte las dos energías por igual.
De llegar alguien nuevo con la energía de la que se prescinde, se suele
rechazar.
Cuando estas decisiones se toman con firmeza y confianza interior (aunque no se sepa el motivo) siempre suele ser un gesto de amor a uno mismo.
Cuando uno se vuelve a sentir preparado, abre de nuevo el camino.
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Autor: Andrés Tarazona (andres@andrestarazona.com)
Todos los jueves, desde el 7 de noviembre de 2019, Andrés comparte en este blog una serie de publicaciones centradas en
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