Si echamos la mirada muy atrás en la historia y la ampliamos hasta nuestros días, reconoceremos un patrón común en la conformación del poder-religión de cada época y de cada sociedad con capacidad de perpetuarse: el patriarcado. O, dicho de otro modo, nuestra civilización actual procede del abuso de la energía masculina sobre la femenina. Esto no quiere decir, únicamente, del hombre sobre la mujer, sino principalmente de las capacidades y funciones inherentes de lo masculino sobre lo femenino. De la razón sobre la intuición. Del lenguaje sobre la afectividad. Del análisis y la lógica sobre la creatividad. En definitiva, de la competitividad y la rivalidad sobre el cooperativismo y la empatía. Y desde el punto de vista del transhumanismo, habría que destacar la hegemonía de lo artificial sobre lo natural. Ambos aspectos, masculino y femenino, si se manifestaran en perfecto equilibrio, tanto en las mujeres como en los hombres, darían como resultado una sociedad equilibrada y armonizada. Sociedad utópica que aún no ha llegado, pero que a buen seguro llegará, como veremos al final de este artículo en el anunciado Desenlace Final.
Como sabemos, hay muchísimas mujeres que para medrar económica y socialmente han elegido o se han visto obligadas a dejar en un segundo plano su lado femenino, mientras hacen valer y acentúan su parte masculina (a través del hemisferio izquierdo del cerebro). Esto, al fin y al cabo, no es ni bueno ni malo en sí mismo puesto que cada mujer y cada hombre es libre de experimentar con sus propias energías según sus necesidades y deseos, dentro del marco de su propia evolución personal. La cuestión fundamental a nivel de Humanidad está, más bien, en el gran olvido o desuso de la energía femenina presente en el hombre (hemisferio derecho). Y esto ocurre en la mayoría de los hombres por el tremendo abuso de la energía masculina. Si a esto le unimos los grandes descubrimientos científicos a través de la neurociencia, la psiquiatría y la psicología aplicados al comportamiento humano en base a la programación mental mediante trauma, mediante las innumerables técnicas de “control mental duro” (creación de esclavos mentales mediante el abuso sexual y la tortura) y de “control blando” (mediante las religiones, los mass media, la economía capitalista, la política egocentrista, …) tendremos como resultado una civilización patriarcal decadente de humanos mentalmente inestables, ignorantes y sumisos, como excelente caldo de cultivo para terminar imponiendo el ansiado gobierno único planetario o N.O.M.
Regresando al trabajo del investigador y escritor español Pedro Bustamante, principalmente a través de su completo ensayo ponerológico titulado “En el nombre del Falo y del Ano y de la Matriz transhumana: El sacrificio de la maternidad y el nacimiento del infrahumano”, en el que me he basado en buena parte para estructurar y vertebrar la serie de cuatro artículos que terminan con éste, puedo suscribir la mayoría de sus argumentos aunque no todas sus conclusiones. Algunos de los argumentos más significativos, que Pedro menciona en el mencionado ensayo acerca de la falocracia histórica y planetaria, podrían ser los siguientes:
“Provocar los nacimientos antes de tiempo y, de la misma manera, destetar antes de tiempo, sexualizar antes de tiempo (hipersexualización de los niños), sacrificar antes de la muerte natural, etc. Todo el sistema se alimenta siempre de estas transgresiones, no solo transgresiones de la moral dominante sino, sobre todo, transgresiones de la naturaleza.
En definitiva, según la tesis ponerológica de Pedro Bustamente y según otras fuentes de información consultadas, he podido llegar a las pre-conclusiones siguientes: La falocracia no es más que la forma de gobierno mundial oculta más poderosa que han usado unos pocos para imponer su voluntad desde hace milenios. Se trata del uso histórico del símbolo del poder fálico (como por ejemplo a través de los obeliscos y de las representaciones fálicas a través del mundo del arte), así como del abuso del principal instrumento patriarcal, el falo, como el más efectivo método de control mental mediante trauma, para así perpetuarse en el poder una élite oculta minoritaria. De esta forma cruel y sádica, y desde hace siglos, o más bien milenios, han logrado mantenerse los mismos linajes de sangre en la cúspide hegemónica mundial, mediante el sometimiento de la gran mayoría de la población por efecto del yugo fálico.
Sin ir más lejos y a la vista de todo el mundo, se yerguen por doquier multitud de obeliscos de grandes dimensiones que simbolizan el poder del falo (a diferencia de lo que nos han hecho creer dándoles otros significados), muchos de ellos ubicados en las más importantes ciudades del mundo y centros de poder planetario, como son, por ejemplo, el de Washington DC , el de la Plaza de la Concordia en París o el conocido obelisco de la plaza del Vaticano. Éste último como símbolo fálico o cetro del catolicismo mundial y también como principal centro religioso planetario donde al parecer se han realizado y se siguen realizando multitud de violaciones, sodomizaciones y felaciones con niñas y niños por altos cargos de la curia pontificia, además de los rituales satánicos de sexo y sangre que, al parecer, allí se siguen realizando. Desde la época del antiguo Egipto hasta nuestros días se han erigido miles de obeliscos por todo el mundo, de los cuales gran número de ellos aún siguen en pie hoy día. Incluso, algunos de los más antiguos han sido trasladados desde Egipto a otros países como, por ejemplo, tres de los obeliscos de la época del Faraón Tumotsis III que están ubicados actualmente en Nueva York, Londres y Estambul, respectivamente. Además, existen otros muchos originarios del imperio Romano, de la civilización Asiria o del reino Axumita (Etiopía y Eritrea), que también se trasladaron a otros lugares de América y Europa. Aparte de éstos, los más altos del mundo son mucho más recientes y están situados en Texas (173,7 metros), Washington DC (169,3 m.) y Buenos Aires (67,5 m.).
El uso más perverso del instrumento carnal fálico, lo hemos visto con cierta profundidad en el artículo “el imperio de la pederastia”, pero también es severamente usado para violar a mujeres, esposas e hijas; para sodomizar a hombres e hijos; y para amamantar a bebés con el semen paterno. Esto último suena repugnante, pero, por desgracia, así ocurre en la mayoría de las familias incestuosas Illuminati, aunque también se practica en la programación mental de los futuros esclavos sexuales, como luego veremos.
El falo violador, sodomizador y amamantador siempre ha sido el mejor método para crear grandes muros de amnesia en la mente del futuro robot humano, sirviendo de base para desarrollar distintas identidades independientes con forma aparente de personalidad múltiple. Y, generalmente, los hombres que usan su miembro viril de este modo ya lo sufrieron ellos mismos en sus propias carnes desde muy niños. Por tanto, la falocracia que gobierna el mundo es eminentemente masculina y patriarcal, lo que no quita que existan mujeres de altísimo estatus social con una gran capacidad masculina de ejercer el poder que, aunque no dispongan de falo carnal, sí que pueden ordenar su uso y abuso sobre víctimas inocentes.
De lo que se trata es hacer del masoquista un futuro sádico y de la víctima un verdugo. Y todo esto, dentro del marco del ascenso del robot humano dentro de la jerarquía psicopatocrática. Es un régimen, no solo elitista, pues se ha extendido por toda la sociedad, que se basa en el abuso infantil del hijo por parte del padre, que a su vez hará del hijo un abusador para que releve al padre en su puesto.
Los linajes de sangre Illuminati son, en última instancia, los que ostentan en la Tierra el poder-religión-real, tal y como indica Pedro Bustamante: “Lo que está aquí en juego es el dominio de unos linajes sobre otros y de unas ramas de estos linajes sobre otras. Los más poderosos son sistemáticamente los linajes más crueles, más despiadados, más inhumanos, más sádicos, más inmorales, con una tendencia al dominio más marcada. Y, al mismo tiempo, más disociados, más psicópatas”. El primogénito en estos linajes no es el primer nacido, como pudiera entenderse etimológicamente. En realidad, es el más sádico, el más psicópata, el que se ha ganado a pulso el privilegio de heredar un puesto de responsabilidad en el régimen psicopatocrático (en muchos casos, asesinando a su propio hermano o “gemelo”). Asimismo, los Illuminati prefieren tener muchos hijos bastardos, fuera del matrimonio, que lleven la sangre de su linaje para sus propios fines malévolos.
La continuidad sanguínea es importante en los linajes de la élite oculta, pero hasta cierto punto es secundaria si no se lograra el objetivo de crear múltiples con identidades obedientes y leales. Lo principal es la continuidad de la mecánica falocrática y psicopatocrática. Si la continuidad de la sangre y el ADN es importante, es porque conservan la memoria traumática. Y si la madre es importante en ésta mecánica perversa, es porque ella posee la matriz para producir hijos y, a la vez, porque su traumatización implica la traumatización del hijo, incluso desde el vientre materno.
Según he podido descubrir a través de distintas fuentes consultadas, las familias de la élite oculta celebran bodas, bautizos y comuniones de manera doble: una celebración “blanca” y otra “negra”. Normalmente en las familias Illuminati, el mismo reverendo o sacerdote satanista oficia primero, hipócritamente, una boda, bautizo o comunión en días muy señalados de manera abierta y vestimentas blancas, donde se invitan a personas externas a la familia. Pero llegada la noche, el mismo reverendo o sacerdote oficiará un culto satánico más íntimo con los correspondientes rituales de sexo y sangre para los contrayentes, para los recién nacidos o para los niños-adolescentes.
En “Linajes de los Illuminati” (bloodlines of the illuminati), un libro con más de 600 páginas cuyo autor, Fritz Springmeier, dice que en el mundo existen unas 500 familias muy poderosas de las que solo trece componen el núcleo duro de la “gran familia Illuminati”, quienes a través del concejo de los 13 se reparten el mundo. Las trece dinastías por orden alfabético son: las familias Astor, Bundy, Collins, DuPont, Freeman, Kennedy (antes Cavendish), Li (la única familia oriental), Onassis, Reynolds, Rockefeller, Rothschild (antes Bauer), Russel y Van Duyn. La mayoría de ellas con cientos de integrantes repartidos por todo el mundo con identidades falsas. Al parecer, dentro de cada una de ellas también funciona su propio concejo familiar de los 13, destacando sobre las demás la familia Rothschil, donde posiblemente se encuentre el líder o líderes humano/s más poderoso/s del planeta.
Regresando a Pedro Bustamente en relación a su tesis del sacrificio de la maternidad natural, nos dice que el sistema ocultocrático y falocrático Illuminati se basa en impedir los procesos naturales del parto y la lactancia materna, mediante abortos, partos programados o el destete nada más nacer. Estas prácticas anti-naturales ya se han extendido por las sociedades de todo el mundo. Pero lo más perverso que ocurre en las familias más poderosas, según cuenta Bustamante, es la práctica del incesto, incluso con los bebés de pecho, con quienes además de las violaciones o sodomizaciones con objetos, sustituyen el pezón y la leche de la madre por el falo y semen del padre, aplicándoles de este modo, desde la más tierna infancia, los métodos ancestrales más eficaces de programación mental “dura”. Sin embargo, el resto de la sociedad profana también sufrimos las consecuencias de la programación mental “blanda” al recurrir muchas mujeres fácilmente al aborto, al parto programado o a la sustitución de su preciada leche materna por las llamadas leches de fórmula que se administran con el “falo-biberón”.
Hay dos libros muy reveladores en relación a esto último, donde dos famosas ex esclavas sexuales de la élite Illuminati, Cathy O`Brien y Brice Taylor, cuentan en sus respectivos libros “Trance-formación de América” y “Gracias por los recuerdos: La verdad me ha liberado” como sus padres las sometían a prolongados periodos de abstinencia alimentaria para luego darles de beber el semen paterno.
En “Gracias por los recuerdos” Brice Taylor dice: “Cuando mi madre me dejaba con mi padre para que me cuidara, no me daba de comer hasta que casi me moría de hambre. Entonces, él cogía el biberón y me lo ponía delante, pero en lugar de dármelo, me metía el pene en la boca para que se lo chupara. Sentía que me moría asfixiada, ya que mi vía aérea estaba bloqueada y me atragantaba para poder respirar… También comenzó abusando sexualmente de mí en mis primeros meses de vida, mediante la inserción de objetos en la vagina que, poco a poco, se fue ensanchando de manera que cuando ya tenía dos años ya era capaz de aceptar el pene de un hombre adulto… Estaba siendo preparada para la prostitución y la pornografía infantil.”
Una decena de años después, cuando Brice tenía unos 11 años y se estrenaba como "modelo presidencial" al servicio del presidente John F. Kennedy, cuenta como hacía con él el llamado tour al monumento Lincoln, durante el cual la limusina presidencial giraba alrededor del “obelisco-falo” en Washington DC al mismo tiempo que su boca de prostituta sagrada mantenía erguido el falo del “faraón-presidente”. Lo interesante es que esto lo hacía en una limusina de cristales tintados, mientras el público saludaba al presidente sin saber lo que estaba sucediendo dentro del vehículo presidencial. La niña y luego mujer presidencial, Brice Taylor, también era usada como un robot computadora por altos cargos mundiales entre los años 60 y 80 para pasarse información secreta y de máxima seguridad entre ellos a través de los numerosos alters que manejaban de ella cuando estaba en estado de trance. La sinopsis que aparece al principio de su libro dice así: “Los recuerdos de una esclava del control mental de Bob Hope y Henry Kissinger. Utilizada como un juguete sexual presidencial y como un ordenador personal”.
PROGRAMACIÓN MENTAL MEDIANTE TRAUMA
Y ahora, antes de llegar al prometido Desenlace Final, veamos un poco más sobre la programación mental mediante trauma y sobre los rituales sacrificiales satánicos, como las bases fundamentales sobre las que se pretende cimentar el renombrado N.O.M. Sobre lo primero, existe un libro que es coincidente en muchos aspectos de la programación mental “dura” con el de otros autores ex miembros de la “Familia” Illuminati. Se trata de “La fórmula Illuminati utilizada para crear un esclavo de control mental indetectable”. Sus autores son Fritz Springmeier de Estados Unidos, un periodista de investigación, escritor e historiador que, según aparece en internet, ha dedicado muchos años a estudiar y comprender cómo funciona la organización Illuminati, su relación con la masonería, sus programas internos de control mental desde la infancia, las relaciones y vínculos consanguíneos, etc. Y, por otro lado, la co-autora Cisco Wheeler, cuya familia procede de una ramificación de la dinastía Collins, una de las 13 familias más poderosas del planeta. Los Wheeler, dentro de los Illuminati, son una importante familia de programadores mentales. Una de mis razones de preferencia por el citado libro es porque la información dada es de primera mano y coincide en muchos aspectos con la información dada por otra ex programadora Illuminati, Svali Waldrop, en su libro “Rompiendo la cadena”.
Al principio del libro de Fritz y Cisco aparece lo siguiente: “Los procedimientos de programación que son descritos en este libro están basados en la investigación y la consulta de desprogramadores, ex-programados, terapeutas, consejeros, todo con la pertinente literatura y la seriedad que se exige en el tema, siendo todos los hechos discutidos aquí reales.” Y en la dedicatoria aparece: “Este libro está dedicado a los más de dos millones de americanos que han sido programados bajo el programa de control mental basado en el trauma del tipo Monarca. Y la finalidad de este libro es destruir el trauma basado en el control mental antes de que destruya a la raza humana. Es tiempo de que este horroroso secreto termine. La sangre, el sudor y las lágrimas están asociados con este libro. La sangre de las víctimas inocentes de este control mental surge al unísono, en un grito apagado, junto con el sudor acre de los que han tratado de ayudar a levantar el velo misterioso de la humanidad que han impuesto estos sádicos programadores, y el mar de lágrimas derramado mientras este libro estaba siendo escrito.”
Copio a continuación algunos fragmentos muy interesantes de “La fórmula Illuminati…”:
“Uno de los secretos de las Religiones del Misterio, especialmente la Egipcia de Isis, era la habilidad que entonces poseían en el uso de las drogas y la tortura para crear personalidades múltiples. Tanto Isis como Osiris y Horus siguen formando parte del satanismo moderno.
Por otro lado, Fritz y Cisco también explican lo importante que son los medicamentos y las drogas en la programación mental mediante trauma, asegurando que las grandes compañías farmacéuticas están todas involucradas profundamente en las técnicas de programación del proyecto Monarca:
“La ciencia de la farmacología, las drogas de laboratorio y las hierbas alucinógenas sirven a los programadores para la mejor programación de la mente y control del cuerpo de las víctimas. Entender como una droga afectará a los alters es una ciencia en sí. El hidrato de cloro puede poner a algunos alters a dormir mientras otros se mantienen despiertos. El alcohol, por ejemplo, si se le suministra a un alter infantil lo embriagará rápidamente y, sin embargo, mayores dosis de alcohol suministradas a los alters adultos de la misma persona, apenas le afectarán.
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