Uno
de los días que andan agrupados en meses para buscar al tiempo, se vistió con
su mejor traje y se llenó de optimismo, e invitó a Abul Beka y a sus hermanos a
pasear por el camino de los huertos. Y
todo el campo estaba en flor y sembrado de mariposas.
Y
una mujer anciana se le acercó y le dijo:
—Hijo
de mis entrañas, la fuerza que sale por tu boca decora mejor nuestras almas que
la naturaleza decora sus días. Dinos algo sobre la vejez.
Y él
le respondió:
—¿Qué
es aquello que llamas vejez sino un vencimiento del cuerpo para dejar libre al
espíritu? ¿Sino un intento de arrastrar los pasos por última vez para hacerlos
alas? ¿Sino el último desperezo de la materia por intentar seguir el ascenso
del alado espíritu, y después quedarse adormecida en la indiferencia y la
inercia del ciclo planetario?
»Se
dijo: «Del polvo vienes y a él irás».
»Mas
yo os digo: devolveréis al polvo de la Tierra, el polvo que tomasteis de ella
para materializar la forma, mas vosotros sois luz y volveréis a la luz.
»Alegraos
pues porque la vejez es el umbral cercano a la puerta dorada de la vida.
»¿Y
quién puede hacer morir a un pino cuyas semillas llenan todo el bosque?
»¿Quién
puede hacer morir a una mariposa si, de nuevo, cuando venga la primavera
volverá a nacer en cada uno de los huevecillos que puso?
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Autor: Cayetano Arroyo
Fuente: Diálogos con Abul Beka (Editorial Sirio)
Nota: En homenaje a la memoria de Cayetano Arroyo y Vicente Pérez Moreno,
un texto extraído de los Diálogos de Abul Beka se publica en este
blog todos los
miércoles desde el 4 de octubre de
2017.
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