Hoy, Día de
Hermes Trismegisto -el "Tres Veces Mago", el "Tres veces Grande" y el "Tres veces
Maestro"-, publico el Regalo que me hace Diana Santos Cid, Compañera
de las Estrellas y Acompañante del Alma, enviándome y dedicándome un texto de
José María Doria titulado Ternura. ¡Muchas gracias, Diana!
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En las palabras se refleja
el talento… en las miradas, el alma.
Dirigido a ti.
Cuando hablas y
dices cosas tan bonitas acerca de la vida y de todo aquello que te pasa, siento
admiración por tu lucidez y por tus formas mentales tan bien cultivadas.
Cuando me cuentas lo que
descubres con tus propias antenas de ver el mundo y entender lo que a este le
ocurre, siento el poder de tus talentos que corren vigoroso por las neuronas de
mi alma.
Cuando pones letra
a la música y cuando explicas tan agudamente lo que muy adentro nos pasa,
sentimos la grandeza de entender la vida y abrir la mente a ideas extendidas y
sensatas.
Cuando en tus palabras
pones la luz que necesitan mis sentimientos, a veces confusos por
contradicciones internas, siento que eres un regalo que muestra las diferencias
y separa el grano de las pajas.
Cuando te
expresas sinceramente e inventas palabras nuevas, siento el reconocimiento de
tu mente, siento tu sutil poder sobre las tinieblas.
Cuando me acaricias con
tus palabras dulces y sedosas, y me regalas susurros que me recuerdan la
dimensión celeste de la existencia, te doy las gracias por saberme decir lo que
un días soñé y que ahora, al nacer, serena mi alma.
Tus palabras son
serenas… seguras y bien calculadas..., sin embargo cuando me miras en silencio,
cuando posas en mis ojos tu mirada... todo se detiene atento, hasta las
estrellas del cielo parecen paralizar su marcha.
Cuando miras mis pupilas y
mantengo tu mirada, se abre un abismo infinito que me conmueve y arrastra.
Cuando contemplas una flor
recién abierta o la mano arrugada de la anciana, siento tu Grandeza… te
reconozco como Amor y percibo que has hecho un gran camino con el Alma desnuda
y descubierta.
Cuando contemplas al que
sufre, cuando enfocas al que goza, veo algo más en ti… veo tu sabiduría
ecuánime, descubro al Ser que volvió a la Luz atravesando las sombras.
Cuando miras al infinito y
te abstraes en las blancas arenas de las playas, descubro la inmensidad que
resuena en lo profundo de mi alma.
No es tu talento lo que
ahora me conmueve, no es tu excelencia lo que ahora me impresiona. En
realidad...es el rostro de todos los inocentes y la llamada de la Ternura
Suprema.
Algo tan inefable como
misterioso que brota desde lo profundo del alma.
En tu silencio está el
poder de mover las estrellas de mi pecho y de mi cara.
Cuando miras con tanta
consciencia lo que tu mente proyecta, parece que desnudas de ropajes superfluos
todas las cosas que para protegerse se adornan.
Tu mirada es el camino
energético que los seres del Universo recorren para volver al Profundo y, ya
conscientes, vuelven a Casa...
En realidad… tu mirada
basta.
Con todo mi Amor
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