Un nuevo mandamiento, inmutable e inversamente
proporcional os doy:
A
mayor seguridad interna, menos se necesita de seguridades externas.
Cuanto más fijas tu seguridad en lo externo, menos seguridad
interna se posee. Si hay inseguridad interna es que se fija la seguridad en lo
externo que se escapa con rapidez.
Cuanto más crees en Ti, menos necesidad tienes de creer en lo
externo. Y esto no dice que lo externo no sea real, sino que lo interno es lo
verdadero, inmutable y auténtico.
Si se sigue esperando a
que llegue algo externo a resolverte, perecerás en esa esperanza siempre
efímera de una espera desconsolada.
Si lo externo no llena por más que se tenga, es que no has
probado a catar si lo interno está lleno de algo que nunca se ha comprobado y
que todo lo conforta.
No es el puente lo que
te hará cruzar, sino la solidez de sus cimientos el que podrá soportar la
marcha hacia al lugar marcado a llegar.
Y si puente no hubiera, el propio río se puede tomar si con él
te haces.
Hasta
aquí el pronunciamiento de este nuevo mandamiento. Incidir en que aún quedan
rescoldos que se han se superar. Rescoldos de aquella programación anticuada de
la dualidad bipolar. Esos rescoldos se pueden fijar en varios verbos, pero en
especial uno es el más perjudicial: salvar. Y es que gran parte esta humanidad
y sus habitantes siguen esperando a que algo o alguien le salve de sus
problemas, de las crisis, de la pobreza, del hambre, de las guerras, de su
tristeza, de su falta de ánimo, de su poca voluntad. Este es el gran problema,
el problema que se crea (1) creyendo que se tiene un problema, (2) que el
problema se lo ha de quitar algo o alguien y (3), lo peor, que un@ por sí no es
capaz de quitarse eso que dice ser un problema, de en medio, sortearlo,
solucionarlo y l mejor de todo: SOLTARLO. Porque el maldito problema que se
crea o le hacen creer que lo tiene, es que se lo pega un@ a sí o se lo pegan
los demás a sí.
Si
quieres salvarte de algo, lo has de hacer por ti. Pero cuando te das cuenta de
que estas a salvo cuando penetras en la profundizad segura de tu Ser y
descubres tu esencia divina eterna, perfecta e infinita, te das cuentas de que
estás a salvo. Y lo estás porque tú eres tu propio creador y estás a salvo de
todo lo que tú no quieras crearte a ti mismo. Así que no hagas responsable y/o
culpable a los demás, a lo demás y en definitiva a lo externo de tus problemas,
que primero no son tuyos y si los hay y así se les considera, es que así tú los
creas en ti. Por tanto, y evidentemente, se trata de que creas en Ti, en lo
interno, y en la medida en que los vas experimentando, te das perfecta cuenta
de que lo externo es efímero, caduco y se va en cuanto ya no fijas tu atención
en lo externo que siempre es pasajero.
Heráclito dijo: todo fluye, todo cambia, nada
permanece. Y añado a su sabiduría, que así es lo externo, pero no lo interno
que una vez conocido no cambia por ser inmutable al paso del tiempo, que es lo
externo, y va viendo pasar los problemas como en un desfile desde lo interno
sin perturbarse.
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Autor: Deéelij
Fuente: De su
libro Alas sin plumas (Ediciones Ende, 2016):
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