Capítulo 4 del libro “Bioeconomics, Biological Economics”
La teoría del desarrollo bioeconómico
tiene sus raíces en la innegable importancia del sistema biológico y sus
recursos para la actividad del desarrollo socioeconómico. Deberíamos tratar de
aclarar a través del paradigma bioeconómico la multitud de interacciones entre
el sistema socioeconómico de la Humanidad y el sistema biosférico, en lugar de
lo que estos sistemas hacen individual y dependientemente. Esto se debe a que
nuestro conocimiento científico basado en la objetividad y la certeza no son
suficientes para los problemas que enfrentamos ahora. Estos problemas son
subjetivos, de resultado incierto y en muchos casos las decisiones políticas
que les afectan están sujetas a un imperativo ético.
El desarrollo bioeconómico, además, no
sufre del oxímoron del desarrollo económico sostenible logrado a través de
crecimiento y puede asegurar un desarrollo que sea susceptible de cambios tanto
cuantitativos como los intereses cualitativos de las generaciones presentes y
futuras. Esto se puede lograr por la desmaterialización del proceso productivo
socioeconómico y desvinculando actividad socioeconómica humana de la severa
degradación ambiental con el que se ha asociado durante tanto tiempo. Sin
embargo, para que un proyecto sea sostenible tiene que ser económicamente
viable y socialmente justo a largo plazo y esto no es posible en muchos casos
para los países subdesarrollados, al menos no en las primeras etapas de
desarrollo. Un proyecto realizado según el modelo de desarrollo de la
Bioeconomía acelerará y garantizará la viabilidad financiera.
El proceso de desarrollo socioeconómico
humano deriva su alimento de la energía. Sin embargo, debe ser del exceso de
energía sobrante de los recursos biológicos una vez que han sido utilizados
para producir los bienes esenciales y necesidades básicas. El actual sistema
socioeconómico al producir un exceso cantidad de artículos de lujo
innecesarios, está haciendo que la Humanidad pague un alto precio en la forma
de la crisis ecológica. Esto está provocando una reducción drástica de biomasa
y una cantidad cada vez mayor de “necromasa” resultante, en palabras de Kenneth
Galbraith, en una "sociedad basura».
Según la teoría biológica de la cognición
(Maturana, 1970) y el concepto de sistema, un ser humano como un sistema vivo
es un sistema cognitivo y el proceso de la vida es un proceso cognitivo. Un
sistema vivo responde al ambiente por cambios continuos que transforman sus
reacciones y comportamiento a través de la cognición por medio del
“acoplamiento estructural” (Maturana y Varela, 1987). La importancia de esto
para el desarrollo bioeconómico humano debería ser obvio ya que es muy posible
que el sistema socioeconómico a través del “acoplamiento estructural” con el
sistema biológico, es decir, mediante continuas interacciones y cambios
estructurales, se convierte en un cuasi-cognitivo en forma de un sistema de
desarrollo bioeconómico y por lo tanto, el proceso de desarrollo bioeconómico
humano se vuelve más eficiente en su producción y menos entrópico en la
utilización de los recursos biológicos. Con base en el enunciado “Vivir es
saber” de Maturana (1970), me gustaría añadir que “Conocer es
desarrollar”, lo que quiere decir que el desarrollo es intrínsecamente
asociado con el aprendizaje y que el proceso de desarrollo Bioeconomía, es
realmente un proceso de cognición (Mohammadian, 1998).
El paradigma del desarrollo
bioeconómico también enfatiza el valor del sistema biológico en respuesta
al desempeño de la Humanidad y la moda que goza de un valor intrínseco
necesario para sus funciones vitales que exceden deseos individuales o incluso
el de la existencia humana o la existencia de otras especies. Todas estas son
partes integrales del modelo bioeconómico del desarrollo humano y debe tener
prioridad sobre las ganancias del mercado, los mecanismos de motivación y
regulación que maximizan el proceso de desarrollo económico. Es por todas estas
razones que he propuesto que el desarrollo bioeconómico es realmente un
desarrollo sostenible.
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Autores: Mansour Mohammadiam y José
Alfonso Delgado (traducción)
Nota: La publicación de las diferentes entregas
de El Tercer Camino
se realiza en este blog, todos los lunes desde el 3 de enero de 2022.
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