Capítulo 4 del libro
“Bioeconomics, Biological Economics”
En esta sección me gustaría presentar mis
ideas sobre por qué creo que el concepto de sostenibilidad y la teoría que lo
sustenta están intrínsecamente relacionados a la bioeconomía y que el
desarrollo sostenible es realmente lo que he denominado desarrollo
bioeconómico. Esta creencia se deriva del hecho de que no hay acuerdo general
sobre el concepto de sostenibilidad y desarrollo sostenible y también que no
hay acuerdo sobre cómo queremos lograrlo. Hay realmente poco avance en las
condiciones teóricas que harían existencia humana más duradera y sostenible.
La pregunta que hemos de hacernos es
dramática: ¿es viable la existencia de la civilización humana a largo plazo,
bajo los principios de producción y consumo máximo y generación máxima de
residuos que hasta ahora han regido nuestras vidas?
La idea de desarrollo tiene una larga
historia y comenzó en la década de 1960 con ayuda al desarrollo proporcionada a
los países subdesarrollados por la comunidad internacional e instituciones como
el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el World Bank (WB.) Esta ayuda
financiera contribuyó a casi todo excepto generar desarrollo en estos países.
Además, el FMI y el BM insistía en ciertos criterios económicos como
condiciones para otorgar préstamos tales como inflación y mercados accesibles
en detrimento de los criterios sociales como alivio de pobreza y inversión en
educación y salud pública.
Así nació el término “ayuda cooperativa”
en la década de 1970 que realmente no era, de ninguna manera cooperativa y no
tuvo más éxito que su predecesor. Esto se debió al hecho de que la ayuda
económica se dio a los países subdesarrollados para importar tecnología y
“especialistas” con el fin de establecer economías de producción y consumo de
bienes suntuarios. La ayuda cooperativa se volvió inmanejable también después
de un tiempo en que los pagos de intereses de las deudas acumuladas comenzaron
a superar el PNB de los países subdesarrollados. En otras palabras, las salidas
de capital de estos países superaron las entradas de países desarrollados. Para
salvar el sistema socioeconómico neoclásico, neoliberal a partir de estos
fracasos hubo que inventar un nuevo término. Así nació en la década de 1980 la
“sostenibilidad y el desarrollo sostenible” y estas se han convertido en las
terminologías más (y mal) utilizadas en la jerga socioeconómica y científica.
Cualquier discurso sobre la
sostenibilidad debe comenzar con una aclaración del significado de los términos
sostenibilidad y desarrollo sostenible. Ellos son muy difusos y sin compromiso,
así que, para superar este problema y, cómo definir un nuevo paradigma para el
proceso de desarrollo compatible con las realidades biológicas y socioeconómicas
de la disipación de recursos, la degradación del medio ambiente, las
incertidumbres biológicas, también la desigualdad económica e inequidad social.
Este es el paradigma del desarrollo bioeconómico como los cimientos para un
desarrollo integral duradero (Mohammadian, 1998). El desarrollo bioeconómico
es holístico y proporciona percepción del desarrollo socioeconómico humano
como uno y unido con el desarrollo de la biosfera y co-evolucionando con ella.
Sin embargo, lo que está claro para mí, y
debo enfatizarlo una vez más, es que para lograr la sostenibilidad será
necesario restablecer la diferencias entre nuestro sistema socioeconómico y el
sistema biológico y garantizar su éxito; porque sin estos enlaces hay poca
esperanza. En otras palabras, se debe hacer todo lo posible para garantizar la
coevolución de estos dos sistemas. Es esencial para la salud de la biosfera y
la sostenibilidad humana. A este respecto, se están realizando investigaciones
en “biomimética” que emula a la Naturaleza para aprender de sus métodos y
procesos evolucionados y perfeccionados durante billones de años. Algunas
corporaciones ambientales han desarrollado nuevos métodos involucrados en el
tratamiento de aguas residuales tratando de imitar el proceso de reciclaje de
la Naturaleza (Lerner, 1997). “Máquinas vivientes” es uno de esos métodos en
los que procesos biológicos se aplican a los requisitos industriales humanos a
través de "ecosistemas de diseño”. En tal mini-ecosistema y a través de
una cadena alimentaria micro, los organismos (bacterias, protozoos) se
cultivan, se privan de alimento y luego se liberan en aguas residuales donde
comenzarán el proceso de depuración al alimentarse sobre el material de desecho
y descomponiendo las sustancias tóxicas. Eventualmente, los propios
microorganismos serán consumidos por organismos más grandes como peces y
caracoles. Si tan solo pudiéramos, y aprendiésemos, de los muchos factores
biológicos ejemplos proporcionados por la Naturaleza, estaríamos mucho más
cerca de una existencia sostenible, pero desafortunadamente no aprendemos y,
parece que no queremos aprender y deseamos continuar con formas que claramente
no son sostenibles.
El proceso socioeconómico capitalista
dirigido por las fuerzas del mercado no poseen una función inherente para la
sostenibilidad y lo que es peor, la sensibilidad del mercado no es consciente
de un proceso de desarrollo económico que además de ser eficiente, también debe
ser duradero biológica y socialmente. Por lo tanto, los óptimos económicos
parciales no conducen necesariamente a óptimos biológicos y es probable que
ninguno de ellos pueda garantizar la sostenibilidad del sistema socioeconómico.
Encontrar el equilibrio entre el óptimo
económico y el biológico, junto con el máximo bienestar y condiciones sostenibles
de vida, son los objetivos básicos del paradigma bioeconómico. Sin embargo, es
necesario destacar tres aspectos relevantes: el primero tiene que ver con el
grado de sostenibilidad y la carga ideológica relativa a la conservación del
capital biológico y los valores que se le asignan. El segundo aspecto tiene que
ver con la escala de la economía, su funcionamiento como un sistema abierto y
las limitaciones que imponen las leyes de la termodinámica. La tercera tiene
que ver con la decisión de elegir entre rendimientos máximos sostenibles o
rendimientos óptimos sostenibles mediante una utilización y gestión de los
recursos biológicos basada en la teoría de la Bioeconomía y los principios que
deberían dar como resultado rendimientos sostenibles óptimos, tanto como sería
posible optimizar el uso de los recursos biológicos. Observar los principios
bioeconómicos da como resultado una óptima sostenibilidad con rendimientos
inferiores a los rendimientos máximos sostenibles. Esto es realmente lo que es
deseable si los rendimientos se pretenden mantener durante un largo período de
tiempo.
El concepto de sostenibilidad podría
expresarse como un conjunto de vectores multifuncionales. En resumen, se podría
decir que existen tres funciones. La primera, como apoyo básico de la vida y de
las actividades humanas, esta es el biológica para un largo tiempo. La segunda
es tecno-económica, y actúa para mantener la vida y placentera para un corto
tiempo. La tercera es la solución sociocultural para la cohesión de la
sociedad. Todas ellas son, sin embargo, interdependientes e interactivos e
implicadas en la dimensión ética y comprometidas con la Biosfera (Bioética).
Además, todas ellas son esenciales para lograr el progreso y el bienestar
humanos sostenible de una manera que sea biológicamente productiva,
ambientalmente benigna, económicamente viable y socialmente justa (Mohammadian,
1997).
No obstante, se podrían establecer
diferentes niveles de actuación según el grado de dominancia de cada vector. De
esta manera un desarrollo sostenible “duro” (hard) en curso, responderá a una
visión que es predominantemente biocéntrica y conservacionista, que establezca
un sistema socioeconómico limitado por las exigencias del sistema biológico
para optimizar los flujos de materia y energía en el proceso productivo.
Además; el mantenimiento del capital biológico es esencial porque en realidad
no puede ser sustituido por bienes manufacturados producidos por el sistema
socioeconómico humano y, además se limitarían los daños ambientales resultantes
del proceso de producción.
Por el contrario,
un proceso “suave” (soft) de desarrollo sostenible va acompañado por una visión
tecno-céntrica menos conservacionista y donde los límites impuestos por el
sistema biológico son menos estrictos. Esto provocaría la sustitución del
capital biológico por el capital manufacturado al creer que el sistema
biológico no hace ninguna contribución real, o muy pequeña, al proceso
productivo de la economía y cualquier aumento en la productividad resulta de
los avances de la ciencia y tecnología. Esto, por supuesto, es completamente
falso y está hecho contraviene la teoría del desarrollo bioeconómico.
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Autores: Mansour Mohammadiam y José
Alfonso Delgado (traducción)
Nota: La publicación de las diferentes entregas
de El Tercer Camino
se realiza en este blog, todos los lunes desde el 3 de enero de 2022.
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