Y decía Abul Beka:
—Cuando
la soledad viene vestida con trajes de seda y con gran majestad, desconfiad de
ella porque no es la soledad, sino el tumulto que viene a engañaros, disfrazado.
»Porque
la soledad va casi desnuda y solo de vez en cuando, al presentarse a los
hombres, lo hace vestida del silencio.
»Cuando se acerque a vosotros, os dirá: «Hermano, vengo a
ti porque me ha llamado tu corazón. Déjame que me siente en él y descanse, y te
traiga también a ti el descanso».
»Y
el ignorante le responderá: «¿Quién eres tú, a quien no conozco? Vete de mí y
deja que te olvide, saliendo en busca de la diversión».
»Y
el sabio le responderá: «Mi hermana, ¿acaso en algún momento dejaste la morada
de mi corazón? Tú fuiste ya mi nodriza en la cuna y mi fiel centinela durante
el paso de todos mis días y mis noches. Y serás la que me entregue a la hermana
alegría cuando despierte a la Luz. Y fuiste la que habló por mi boca y la que
tañó el arpa de mi alma para deleitar el alma de los hombres. Tú fuiste la que
me dio a beber del cuenco de la sabiduría y la que me prestó su levita de
silencio».
»Muchos
te temen porque temen estar solos.
»Muchos
sufren al verte porque no te saben ver.
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Autor: Cayetano Arroyo
Fuente: Diálogos con Abul Beka (Editorial Sirio)
Nota: En homenaje a la memoria de Cayetano Arroyo y Vicente Pérez Moreno,
un texto extraído de los Diálogos de Abul Beka se publica en este blog todos los
miércoles desde el 4 de octubre de 2017.
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