Hace unos 20 años atrás escribía para un compartir que iba a tener
con grupos en diferentes ciudades, un tema que en esa época todos queríamos
saber de qué se trataba; TENER LA
EXPERIENCIA DE SER, y aunque el tema era demasiado profundo para ese
entonces en mi camino, pues aun no tenía las suficientes vivencias para
exponerlo, intelectual y mentalmente lo comprendía y ansiaba vivirlo y
experimentarlo, esa era mi única necesidad, así que escribí lo que comprendía y
lo que se rasgaba en mí, como anhelo; hoy necesito expresar ya no lo
comprendido sino lo que hoy VEO y en
lo que se convirtió mi vida; antes entendía, luego comprendí, ahora puedo VER lo que es mi recorrido; esto es
hasta el día de hoy, y seguirá siendo mi destino cósmico, realizar en la forma
la naturaleza de SER; nadie como
este ser que les comparte ha defendido tanto la inconsciencia que me mantenía
tan envolatada, por un lado el afán en traducir la información que me llegaba
hasta querer darle explicaciones lógicas y por otro lado el ansia de SER no me permitía VER; tampoco veía como me marcaria la
experiencia de SER las relaciones y el
modo de relacionarme.
Ahora comprendo y VEO
que aunque bajara a la más profunda oscuridad tal y como en efecto
constantemente lo he hecho, en pos de descubrirme en el SER; y aunque el dolor y el miedo me paralizara, siempre estuvo una
inteligencia superior a mi naturaleza inferior impulsando mis movimientos, preparándome
para el gran movimiento de la experiencia de SER sin imaginarme que esto iba a cambiar para siempre el modo como
me relacionaría conmigo misma, con el otro y con el universo. ¿Cuantas veces
escuche que el SER era nuestra
imagen y semejanza y que yo era su imagen y semejanza, sabía que el SER estaba y que tenía que manifestarse
en el devenir del desdoblamiento y esto no
lo VEÍA, AHORA LO VEO (nota: Que fuera yo la imagen y semejanza del SER
esto es ahora claro para mí, lo que no
era claro, ni es claro, era el discurso que escuchaba, que me advertía que el
otro me estaba mostraba lo que yo era, esto no lo pude comprender y hoy sé que
no es así.
Si se depende aun del cuerpo-mente y de las
relaciones externas, o se cree que hablar de la consciencia es ser consciente,
o si los deseos del personaje aún siguen envolatándonos en nuestra forma de
relacionarnos, es que se quiere acomodar la consciencia a las exigencias del
personaje, y se lucha por descubrir al SER pero desde la misma programación o
información del personaje; confirmo; no se puede porque aún no hay transformación;
y la gran transformación afecta la
manera como nos relacionamos; premisa básica para la experiencia de SER.
Todo lo construido, todo lo adquirido, todo lo que compone la
naturaleza inferior, todos los pensamientos, todos los sentimientos, todas las
acciones buenas o malas deben trascenderse pues es el mismo pulso no humano y
no el personaje el que exige esta trascendencia
que nos llevará a las verdades más profundas para experimentar al SER.
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Autora: Anada (Lilananda) Castro
Amada humanidad, este testimonio que hoy doy a pesar de tener
ciertas similitudes con el aporte que les entregue cuando escribí mi libro “De
Regreso a la Fuente”, por supuesto varia porque mi camino no se detiene, y como
lo único que puedo compartirles a ustedes es mi recorrido: estas son mis
reflexiones.
(Nota: Las reflexiones de Ananda se publican este blog todos los
sábados desde el 13 de julio de 2019)
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