El Conocimiento viajó hacia el norte buscando el Tao, sobre el Mar Oscuro y en lo alto de
-Por favor, señor, ¿me podría informar bajo qué sistema de pensamiento y qué técnica de meditación podría aprehender el Tao? ¿Por medio de qué renuncia o qué solitario retiro podría reposar en el Tao? ¿Dónde he de comenzar, qué camino he de seguir para alcanzar el Tao?.
Sin embargo, No-Hacer, el Sin-Palabras, no contestó. No sólo eso, ¡ni siquiera sabía cómo responder!.
El Conocimiento giró hacia el sur, hacia el Mar Brillante, y ascendió
-¡Ah¡-, exclamó el Inspirado Profeta, -Tengo las respuestas y te las revelaré!-. Pero justo cuando estaba a punto de decirle todo, se le fue de la cabeza.
El Conocimiento tampoco obtuvo, pues, contestación alguna a sus inquietudes. De modo que se marchó al palacio del emperador Ti. Ante sus preguntas, Ti replicó:
-Ejercitar el no pensamiento y seguir el no camino de la meditación es el primer paso para comprender el Tao. No vivir en ninguna parte y no apoyarse en nada es el primer paso para descansar en el Tao. Empezar desde ninguna parte y no seguir camino alguno es el primer paso para alcanzar el Tao-.
El Conocimiento agradeció estos consejos y comentó:
-Tú sabes esto y ahora yo también lo sé. Pero los otros dos no lo sabían. ¿Qué te parece eso? ¿Quién está en lo cierto?-.
Ti contestó:
-Sólo No-Hacer, el Sin-Palabras, estaba absolutamente en lo cierto. Él no sabía. Actúa-según-tus-Impulsos, el Inspirado Profeta, sólo parecía estar en lo cierto porque se le había olvidado. En cuanto a nosotros, no estamos ni siquiera cerca de la verdad dado que tenemos las respuestas. Porque aquel que sabe no habla; aquel que habla, no sabe. Y el hombre sabio instruye sin utilizar las palabras.
Esta historia llegó a los oídos de Actúa-según-tus-Impulsos, el Inspirado Profeta, que estuvo de acuerdo con lo expuesto por Ti.
Que se sepa, No-Hacer, el Sin Palabras jamás oyó hablar sobre el asunto, ni hizo comentario alguno.
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Autor: Chuang Tzu
¡Sin palabras!
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