Los diez cuadros del boyero, obra de Kakuan Zenji, maestro chino del siglo XII, simbolizan y sintetizan el camino del Zen. Con ella como telón de fondo, Ana María Schlüter ha publicado en el número 2 de
(http://www.nematollahi.org/revistasufi)
un espléndido trabajo titulado La experiencia de lo bello en el Zen.
A lo largo de doce entradas (primero, diez para cada uno de los cuadros y, finalmente, dos dedicadas a tal experiencia de lo bello en el Zen), vamos a insertar en el Blog sus contenidos íntegros, lo que nos permitirá pasear por todos ellos y deleitarnos con sus profundos significados.
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1. Buscar al buey (26 de mayo)
2. Ver las pisadas (27 de mayo)
3. Ver al buey (28 de mayo)
4. Atar al buey (29 de mayo)
5. Domar al buey (30 de mayo)
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6. Cabalgando sobre el buey volver a casa
En el sexto cuadro, el boyero llega a soltar las riendas y está sentado libre tocando una flauta. Es un cuadro ya no de lucha, sino de alegría y paz.
"Cabalga libre como el aire… Donde quiera que vaya levanta una brisa fresca, mientras en su corazón reina una honda tranquilidad. ¡Este buey no necesita un solo tallo de hierba!"
Sobran todas las palabras. Pero aún sigue habiendo dos, pastor y buey.
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