Agenda completa de actividades presenciales y online de Emilio Carrillo para el Curso 2024-2025

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13/7/22

El retorno del no Yedi (XX: 1 de 3). Deéelij

Nota 1: Si eres de los que me leen (no de los que me siguen, que eso no me gusta, pues te des-empodera, y dejas de ser tu propio principio de Autoridad), pues no tendrás problemas en seguir lo que aquí hablaré, pues está relacionado con los post XVIII y XIX. Pero si acabas de llegar, mejor que te leas lo de antes o esto no te sonará a chino, sino a marciano.

Nota 2: Sí, ya sé que pedís la fecha en que termino mi publicación en este blog, pero acaba de empezar la 1 de 3 partes y aún me quedan cosas escritas por publicar. Solo estad atentos los miércoles y comprobaréis en qué publicación anuncio la despedida definitiva. De entrada, van mis gracias por todas vuestras gracias recibidas esta semana en tantos mails. Ah, y cuando llegue a este punto, el ofrecimiento de la terapia, que anuncia abajo Emilio, también habrá llegado a su fin, así que, si la quieres, apúrate.

 

Líneas de tiempo, cambio en las mismas, disposición personal

            Acabaron las matizaciones de Pitt, aunque no descarto más al respecto, pues lo siguiente puede considerarse como tal. En “El retorno del no Yedi (XIX)” anuncié que había conseguido llegar al cambio de la línea de tiempo como mi Vigilante me había advertido, y por igual anuncié que explicaría esto de las líneas de tiempo, cómo producir el cambio y la disposición personal para ello. No es una metodología científica, es mi experiencia, así que no has de formarte un sistema de creencias desde lo que te cuente, sino que en base a los datos que aporto, observar si al aplicarlo en ti funciona, pero sin creerme, sin que te digas “esto que dice Deéelij es la verdad en la que hay que basarse para esto o lo otro” ¡!NO¡¡ Insisto, se trata de conocer una serie de datos, ponerlo en ejecución y comprobar resultados empíricos en ti, y tras eso conformarlo y asentarlo pues ya tienes tu propia experiencia desde la que partir a donde gustes.

            El cambio en una línea de tiempo, en base a mi experiencia, puede ser muy sutil, o muy bruco, y pese a ello, no notarlo como fue mi caso cuando Pitt me dijo que el chip se activó, de nuevo, a los 14-15 años y salté a una línea de tiempo secundaria de la que no era consciente, pero sí noté en mí que aquel chaval divertido y feliz había desaparecido… y muchas veces me preguntaba dónde estaba… hasta que lo empecé a recuperar cuando Pitt desactivó el puñetero chip y salté a la línea de tiempo primaria desde la que he saltado a otra propia que me he fabricado, aunque no me la he fabricado yo, y sí, pero esto lo iré aclarando mejor más adelante. Ahora quiero que observéis el salto de línea de tiempo sutil en una persona que ya ha colaborado anteriormente en mis post, es José Manuel, y cómo le cambia todo de golpe en poco tiempo, pero este cambio no le hace desconectarse de las personas que conoce o de su casa o coche y saltar a un espacio nuevo donde tiene una casa distinta, un coche distinto y las personas son totalmente distintas a las conocidas hasta hacía poco tiempo, que también puede suceder, pero observemos el relato de acontecimientos de José Manuel que se expone tal cual me llegó tras invitarle a que lo contara:

En cuanto a si quiero compartir mi relato sobre una posible línea de tiempo, por supuesto que sí; otra cosa es que después de leerlo tu consideres que merece la pena o no publicarlo. El relato va a ser extenso para que puedas valorar si es o no un cambio de línea de tiempo, si al final decides que sí y necesitas que lo acorte, con mucho gusto intentaré reducirlo.

Te mando cuatro fotos para que pongas cara a lo que relato.

 

Por mi parte ahí va: 

En el verano de 2019, tuve un sueño, donde aparecía una ciudad, veía unas vacas grandes de color gris, algunas incluso iban en el remolque de un pequeño camión, por lo demás el sueño tampoco me revelaba nada significativo, salvo que en un momento del mismo yo me veo observando desde un sitio de altura la ciudad y me pregunto cómo se llamaría esa ciudad de las vacas grises, en ese momento escucho en mi cabeza, no en el sueño, una voz que dice "Upera" y al escucharlo me despierto sorprendido de haber escuchado esa voz, alargo mi mano hacia la mesilla de noche y tanteando, sin encender la luz, tomé el bolígrafo y escribí en el folio que cada noche dejo en mi mesilla "Upera".

Cuando suena el despertador, lo primero que hago es anotar lo que recuerdo de mis sueños, hago una foto de lo escrito y de camino al trabajo lo voy leyendo por si me viene alguna cosa significativa, jugando a interpretar el sueño. Ese día estaba deseando llegar al cercanías y poner en el buscador de maps "Upera". Estaba lleno de curiosidad, y más cuando en el buscador apareció Upera Guyarat- India. ¡Wooow! ¡Existía una ciudad en India que tenía el nombre de la ciudad que había escuchado! Estaba como un niño, nervioso, con ganas de saber más sobre esa ciudad, con ganas de empaparme de todo lo que hubiera sobre Upera. Al llegar a la oficina en cuanto pude me puse a buscar sobre la misma, pero nada de interés aparecía, pocas fotos, poca información, ¡prácticamente nada! 

No quiero enrollarme más en detalles, pero sí quiero decir que me quedaban cuatro meses para dejar mi trabajo y pensé que podía celebrarlo con un viaje cuando ya estuviera libre de horarios, así que eso, unido a que siempre me fio de mis sueños y sobre todo dar credibilidad a esa voz tan clara que escuché, decidí irme en noviembre a la India en busca de esa pequeña ciudad. No controlaba bien el inglés, no iba con el típico viaje organizado, aunque me busqué la vida para contratar desde España un chofer que me recogiera en el aeropuerto, me llevara al hotel y a algún que otro lugar que quisiera visitar. Tuve muchas resistencias y dudas durante esos meses, pero siempre había algo que me decía: es el viaje de tu vida, tienes que ir o te arrepentirás toda tu vida, me venía incluso la imagen típica en la que uno se ve en sus últimos días, suspirando por no haber cumplido ese sueño de visitar “la ciudad de las vacas grises”. 

El 10 de noviembre de 2019 me dirigí al aeropuerto, tenía 56 años, una maleta, una mochila y un pasaporte en la mano, nunca viví el momento tan intensamente como en ese viaje, estaba presente cien por cien en cada paso que daba. Al llegar al aeropuerto me dirigí al mostrador de la compañía, había dos filas, una de clase turista y otra a mi izquierda de primera clase, había solo una persona delante de mí y al acercarse al mostrador me quedé prácticamente solo esperando mi turno, la azafata del mostrador de primera me hizo una seña diciéndome que por favor me acercara, pero yo le contesté, mostrándole mis billetes, que era de clase turista, ella insistió, así que facturé mi equipaje en ese mostrador y mientras lo estaba haciendo, miré hacia abajo y me di cuenta que estaba pisando una alfombra roja, ahí, en ese momento me relajé, me dije: ¡todo va a salir bien José Manuel, te han puesto una alfombra roja, serás bienvenido a la India!

Tengo que decir que esa alfombra roja me acompañó todo el viaje, no tuve ninguna pega en ningún momento del viaje y tan solo cuando una vez dudé en uno de los aeropuertos cuando me dirigía a la capital del estado de Guyarat, donde prácticamente solo viajaban hindúes, escuché una voz en español de una mujer que se dirigió a mí con una sonrisa de oreja a oreja diciendo: ¡¡Eres español!! Mostrando su pasaporte español y señalando el mío que llevaba en mi mano. Esa mujer no solo me indicó el lugar por donde debía dirigirme, sino que me aconsejaron, ella y su compañera de trabajo hindú, sobre algunas cosas de los aeropuertos y hasta me invitaron a desayunar.

Tengo que decir que durante el viaje fui leyendo un libro de Osho que cogí a última hora en mi casa antes de salir, su título "Coraje", todo lo que sentí en el viaje estaba escrito en el libro. 

A la mañana siguiente, el conductor me llevó a Upera. Es una ciudad pequeña. La zona que visité no tenía sus calles asfaltadas, como yo veía en mi sueño, no había camiones, y no vi vacas grises, ¡ni gente! y eso sí que era extraño en India. Visité un templo y al salir vi a un niño, le dije al conductor con mi mal inglés que preguntaran donde estaban los demás niños y el resto de las personas. Le entregue unos caramelos que llevaba en la mochila; había comprado varios kilos de ellos para llevarlos, el niño los tomó y salió corriendo gritando palabras que no podía entender. ¡De pronto!, empezaron a salir niños que venían de todas partes, estaban ayudando en el campo a sus padres, se ponían en fila, el primero ponía su mano, cogía los tres caramelos que le daba, y ¡sorprendente! se quedaba con uno de ellos, se daba la vuelta y repartía los otros dos a los que iban detrás de él, y los tres volvieron corriendo alegremente por el mismo camino por donde habían venido. 

Luego, se acercaron también los adultos y todos querían hacerse fotos conmigo, me sentía como un actor famoso de cine.

¡En fin! Pensaba que esa había sido mi experiencia en Upera, que tal vez lo único extraordinario de ese viaje había sido el propio viaje en sí, así que visitamos un templo más y le dije al conductor que volvíamos ya para Ahmedabad, la capital del estado a cien kilómetros de Upera, 

El conductor arrancó el vehículo, me iba de Upera, y tenía un sentimiento encontrado porque en el fondo tenía que reconocer que sí esperaba algo más… esa voz tan clara… esa visión de las vacas grises… esa coincidencia de un nombre tan poco ordinario (“Upera”) y que en verdad si existía, me decía a mí mismo convenciéndome que en realidad solo el viaje había merecido la pena, y en verdad si lo mereció. El conductor tomó una carretera asfaltada y al llegar a la carretera principal, giró a la izquierda y justo fue circular unos 100 metros, cuando a mi izquierda apareció un Templo pequeño, blanco como la cal; el conductor iba acelerando para tomar más velocidad, pero no sé por qué le toqué el brazo de repente y le dije que parase, que quería ver el templo, que parase por favor.

Entramos con el coche en el recinto sin asfaltar del templo, salimos del coche, me dirigí al mismo y apareció un anciano con un turbante y una especie de camisón blanco largo, apareció otro hombre y el conductor le dijo que estaba interesado en ver el templo, abrieron las puertas y ¡¡wowww!!, apareció ante mí una imagen de una cobra negra en el altar adornada con unas guirnaldas de flores alrededor. ¡Aparecieron más hombres, más niños! más adolescentes, todos querían saludar, los hombres hicieron un corro en el suelo y me invitaron a sentarme, en mi mal inglés les expliqué que había soñado con su ciudad y que había venido a conocerla, ellos asienten con la cabeza según les iba traduciendo el conductor , estábamos los hombres en un círculo sentados en el suelo y alrededor de los pies otro circulo de niños y adolescentes que tenían clavados sus ojos en mí y que guardaban absoluto silencio pero con una sonrisa perpetua dibujada en sus caras. 

En un momento uno de los hombres me señaló a su hijo y dijo que desde que había llegado su hijo no me quitaba los ojos de encima, era un niño de unos siete u ocho años, me quedé mirándole y desde ese momento de vez en cuando le miraba y allí estaban sus ojos mirándome fijamente, con una cara dulce, inocente. El padre me ofreció agua, yo sabía que no podía beber agua, lo había leído y releído en todos los lugares de internet, pero tengo que decir que me sentía tan en CASA que ni me acordé de lo que había leído, asentí con la cabeza y el hombre dijo a los chavales que trajeran agua, salieron corriendo varios, me trajeron el agua, bebí con cincuenta ojos mirándome, después me ofrecieron leche, y volví a decir que si, no podía decir que no, estaba en mi casa, o así me sentía yo al menos. La leche era ácida y pregunté por qué era así de ácida, y señalando a un prado cercano, vi unos búfalos de color gris, ahí estaban las vacas grises, y la leche ácida era de búfala. 

Me ofrecieron de comer y salieron todos los chavales a preparar una mesa, donde había varios platos, el padre del niño era el cocinero y mientras los chavales preparaban la mesa, el cocinero y otros se metieron tras un tabique saliendo poco tiempo después con varios platos, llenos de colores y de olores. 

Nos sentaron en una silla al conductor y a mí, nos rodearon todos y sirvieron una bandeja de varias comidas diferentes; cuando terminé, me preguntaron si quería más, les contesté que ya estaba bien, pero ellos debieron percibir que me encantaba esa comida y dos de los niños tomaron la bandeja metálica y volvieron a traerla llena.

No sé por qué, no lo puedo explicar, pero el sentimiento que tuve todo el tiempo era que yo estaba en un lugar conocido, más que conocido, la sensación era familiar, como si fueran familia o algo así, la verdad es que no sé explicarlo. 

De vuelta a la capital apareció el pequeño camión que transportaba a un búfalo de color gris tal como vi en el sueño, lo que confirmaba que aquel sueño en realidad tenía detalles premonitorios que ahora aparecían.

Para no enrollarme más, decir, que esa noche en el hotel, me metí en la cama y al poco de cerrar los ojos me vino la imagen nítida, clara de la cara del niño con sus ojos clavados mirándome, tampoco puedo describir la sensación solo decir que empecé a llorar emocionado, estaba solo en la habitación pero la imagen del niño no podía quitarla de la cabeza, era un llanto profundo, desconsolado, pero no de tristeza, de alegría, de reencuentro, y digo de reencuentro porque comprendí en ese momento que parte de para que había ido a Upera había sido para reencontrarme conmigo mismo, o mejor dicho con algo que había perdido y olvidado, esa pureza, esa inocencia, eso que ese niño me transmitió. La pureza y la inocencia que muchos adultos hemos perdido sin darnos cuenta, metidos en una carrera por llegar a no sé dónde, y sin saber por qué y para qué.

De niño había vivido en el campo hasta los seis años en Morón de la Frontera (Sevilla), mi familia eran agricultores y me habían educado en una forma donde la palabra tenía validez, donde conseguir prosperar en la vida no iba reñido con la falta de respeto a los demás, donde se respeta la palabra de los más mayores pero a la vez se tienen en cuenta a los demás para el mayor bien de todos, Ahora vivo en Madrid, vine de niño y poco a mi alrededor veía de eso que mamé de niño; tal vez el encuentro con aquellas personas y la energía que me transmitió el niño de Upera me llevó a reencontrarme con una esencia que echaba de menos en mi vida. El niño de Morón que fui, se reencontraba con el niño de Upera y el adulto lloraba al reconocer la esencia perdida de su niño interior por primera vez.

Al poco de volver de India, empezó la movida de la plandemia y demás que ya todos sabemos y estamos viviendo.

Tengo que decir que al margen de todas las calamidades y desgracias que muchas personas han vivido en ellos y en sus familias, personalmente lo viví como un antes y un después en mi vida, me di cuenta de donde había estado durante todos estos años, la realidad que veía se me cayó, todo lo que había creído hasta entonces, se derrumbó, empecé a ver el juego en el que nos tienen metido y tengo que decir que pasé por varias fases, pero la fase que estoy viviendo ahora es que cada vez que veo una raya en el cielo, y otras cosas, ya lo empiezo a vivir como esa señal, que dice Emilio, de que los dolores del parto ya están anunciando una nueva vida;  y es que ya no quiero volver a lo de antes. !Que no! ¡Que ya me he dado cuenta de dónde estaba y no quiero más de eso! ¡Que quiero y voy a por otra cosa, que tiene que ver con aquellas personas y aquellos niños en la India, aquel respeto por la vida! Aquella inocencia y pureza del niño que clavaba sus ojos en los míos, y esa pureza yo sé, Deéelij, que la llevamos dentro cada uno de nosotros, ya sea en la India, en España, o en Brasil... y hay que rescatarla. Es lo que necesita el mundo ahora más que nunca, entender y dejar de jugar a lo que quieren que juguemos porque eso que quieren no es lo que SOMOS.  

A los dos años de volver de la India, en octubre pasado, llevaba un año sin comer carne, había cambiado mis hábitos alimenticios y en eso, que siento un día hacer un ayuno de diez días, Pues mira por dónde que con ese ayuno voy un día al baño y sale la cobra de la India, sí, has leído bien, sale una tenia, que seguramente fue del agua que bebí dos años antes. Aquello tengo que decir que lo viví como algo que no me esperaba, que me dio mucho asco, pero que me resultó muy simbólico, porque salía de mi algo que me estaba parasitando, recordé aquel vaso metálico con esa agua fresca que tomé en las mismas puertas del templo. 

Había quedado muy delgado tras el ayuno y por si acaso tenía algún resto más en mi interior proseguí con el ayuno, una locura llena de ignorancia a simple vista por mi parte que me llevó a tener mucha debilidad; esa debilidad me llevó a buscar ayuda pero no encontré alivio con mis síntomas, por lo que  decidí buscar en la medicina que siempre me había dado buenos resultados, la medicina natural, busqué en medicina china y no encontré a nadie, así que me acordé de la medicina Ayurveda, encontré a una profesional de bandera que además dirigía una escuela de Medicina Ayurveda, a los tres meses recupere la salud, y empecé a cursar estudios con ella, en esta formación que dura tres años, y el tercer año se hace un corto periodo en la India.  ¡Woow, de nuevo la India!

Uno de los profesores, es un sabio, español, con varios libros editados y que es un experto en sanscrito y además en astrología védica, me hago la carta con él y me dice: aquello que te pasó en la India, te pasó porque tenías que hacer medicina Ayurveda, la cobra simboliza una parte de Shiva que tiene que ver con la sanación y tú la tienes reflejada en tu carta como algo que en tu vida tenías que hacer sí o sí. En tu carta aparece que perteneces a la casta de los Satabhisa “los médicos de Dios”, seguramente que en tu vida a pesar de tu profesión, siempre te habrás sentido atraído por la sanación sobre todo emocional y más trascendental o mística.  Fuiste a la India, que casualidad que en el templo había una cobra, justo el mismo lugar donde bebiste el agua que sabias que no debías beber, dos años después expulsas de tu cuerpo una "cobra" (tenia) que te produce desarreglos que te lleva a buscar ayuda pero que por diferentes razones vas a dar con la medicina oficial de la India, la Ayurveda y en donde me consta que estas encantado y por lo que me dice tu profesora has nacido para ello y que parece que solo has venido a clase a recordar, porque ya tienes ese conocimiento dentro. 

Siempre me atrajo la salud natural, pero en cambio tomé muy joven el rumbo de un trabajo fijo como funcionario buscando, y eso siempre lo supe, la vuelta a Andalucía para estar cerca de Morón de la Frontera, o quizás buscando inconscientemente aquella esencia perdida de la que antes he hablado.  En mi trabajo siempre me sentí atraído por esa parte más emocional y humana que existen en cada persona, Con los años me volví más hipersensible y captaba rápidamente cuando algún compañero de los de mi entorno no lo estaba pasando bien, siempre me habían atraído los libros de crecimiento interior y nunca tuve problemas en manifestar mis sentimientos, cosa que chocaba algunas veces con mi entorno, pero sé que de alguna manera manifiesto, le pongo voz a lo que muchos sienten en su interior y callan porque no está bien visto que un hombre  muestre debilidad. Todos tenemos esa parte emocional y más humana, hombre o mujer y da igual si eres, bombero o agricultor, a todos nos pasan las mismas cosas y sufrimos por lo mismo y la gran mayoría callamos.

 

En fin, Deéelij… me he pasado con el texto y si al final decides que quieres publicarlo entiendo que es demasiado largo para ello y lo intentaría reducir.

Este correo es para ti, solo para que tú valores si puede servir a alguien más, si no, no pasa nada, es mi vivencia y a mi si me sirvió. 

 

Te he relatado todo esto para que tengas el máximo de datos al respecto sobre ello y tú valores si es o no un salto en la línea de tiempo. Solo decirte que la vida a la que pertenecí y que hace ya dos años y medio que dejé me queda muy lejana, como si fuera de una vida pasada, donde no me identifico con ella para nada y que incluso la gente que he conocido en este tiempo reciente no cree que pueda haber formado parte de ella.  He pasado de funcionario a estar en la actualidad formándome como terapeuta, estoy muy agradecido de mi vida anterior pero ahora me encuentro más en coherencia con lo que siempre sentí como verdadera vocación, servir a los demás desde el lugar de terapeuta.

 

¿Fue aquella decisión de seguir mis sueños un inicio de cambio de línea de tiempo? Podría no haber ido, de hecho, me resistí bastante, pero seguí mi intuición o quizás fue mi Guía quien habló y me dio la palabra clave “Upera”; ahora, hoy en día estoy encantado con lo que siento, con lo que hago, todo “cobra” sentido… e incluso con toda esto que estamos viviendo en el mundo, hay una visión clara de que esta “locura” nos da un buen soplamocos para... darnos cuenta de que hay que salir del juego. 

 

            Ahora toca otra cosa y estoy en ello.

 

Nota: Me gustan los juegos de palabras porque en ellas hay escondidas otras informaciones y cada persona las interpreta en su forma particular; así tiene por ejemplo sentido para mi esta palabra:

Upera= Up (arriba) +era = arriba + el que fui= que se muestre mi esencia.

 

Mail de contacto por si queréis escribirle: Kayurveda33@gmail.co

 

Otro testimonio, pero que quiere el anonimato, es el siguiente:

 

El jue., 9 jun. 2022 16:38, > escribió:

 

Verás, empezar por decirte que no tengo nada claro.

Llevo años buscando y creciendo a nivel personal y espiritual. Pero una cosa sí sé, no quiero creer nada ni a nadie, quiero saber por mí misma. Y en eso estoy.

El otro día le comentaba a una amiga: si existen las líneas de tiempo, debo de haber cambiado. Acabo de cumplir 65 años y estoy mucho mejor que hace 20. Soy maestra y tengo una clase de segundo, entre 7 y 8 años y tengo energía de sobra para trabajar y disfrutar con los niños. Toda la vida he luchado con el sobrepeso y ahora mi cuerpo está en su peso justo sin hacer nada. He notado pérdida de masa muscular y he empezado a hacer ejercicio con pesas y en una semana mis brazos han respondido afirmándose. Son cambios físicos tangibles, me encuentro fenomenal y sobre todo con una energía increíble.

En los últimos años he crecido a nivel personal, me encuentro bien sola, disfruto de mi compañía, aunque también disfruto de la familia o el trabajo, pero sobre todo es como si tuviera la certeza de que estoy bien a solas y no necesito nada más, desde ahí disfruto de la compañía de los demás.

En fin, no sé si te servirá, si será un cambio de línea o simplemente que he madurado.

Si te sirve, puedes usarlo, pero por favor, guarda mi anonimato.

No siempre te entiendo, pero espero los miércoles para leerte:))😃

Gracias por tu respuesta.

Te leo.

Un abrazo.

 

Luego amplió:

De:]
Enviado el: jueves, 9 de junio de 2022 21:02
Para: Deeelij <deeelij@gmail.com>
Asunto: Re: Audio

 

Después de enviar el correo me he puesto a pensar. A los cuarenta tuve una hernia discal que me dejaba paralizada a temporadas. Ahora, llevo unos años que nada de nada, movilidad completa. Pero creo que el último paso ha sido unas piedras en la vesícula. Hice una limpieza emocional porque tuve claro que esas piedras eran rencores antiguos, muy antiguos. Limpié, perdoné y me operé. Después de eso es cuando he notado más el cambio.

Otra cosa que he hecho es negarme conscientemente a tener miedo, he ido a trabajar con mis alumnos y me he negado a tener miedo. Decir que mi hija y mi marido han tenido el covid y yo nada de nada.

En fin, no sé. Simplemente creo que he descubierto la alegría de vivir.

Y aquí se acaba la chapa.😄

 

                Almitas, hasta aquí los testimonios llegados y que han querido hacerlos públicos. Desde este punto os relato mi experiencia en el cambio de línea de tiempo, sin consultar manuales (si es que los hubiere), ni expertos en líneas de tiempo, y sin haber realizado una investigación de cómo se dan o no las líneas de tiempo. Si bien sabía de su existencia, jamás profundicé en las mismas, salvo en aquellos que aseguran que estamos al borde de dos líneas de tiempo y que una es la buena y la otra la mala, y la exposición de quien esto asegura no me parece que tenga valor alguno, sino que es una idea más que usa para seguir facturando la falsa espiritualidad de vender que algo nos salvará y que algo externo está sucediendo para irnos a un espacio maravilloso y glorioso donde los Gru y sus Minios no existen. Por tanto, lo que expongo es mi experiencia, lo que he deducido desde mi elaborar algo nuevo y distinto en esta vida encarnada. Para toda esa explicación que ofrezco, en breve, necesito que lleguemos a un acuerdo. Y menciono el acuerdo porque si buscamos el significado de las palabras PERCIBIR y SENTIR en los diccionarios, encontraremos que no existe un acuerdo e incluso observaremos contradicciones chocando la definición de un concepto con el otro. Así que acordemos que PERCIBIR es algo interno, y SENTIR es algo externo. Ejemplos para aclararnos: uno siente frío o calor respecto a cómo esté la temperatura externa del medio ambiente con respecto al cuerpo, o uno siente el impacto de una golpiza en su cuerpo por algo externo que lo apalea; pero, al contrario, lo que uno percibe hacia su hijo, desde lo interno, no lo percibe hacia otro niño que no es su hijo, aunque sea su sobrino. Sin embargo, fíjate bien cómo los controladores del sistema saben de la diferencia entre los dos conceptos, cuando con la moda actual de los no sé cuántos géneros inventados, dicen que si alguien “se auto-PERCIBE mujer” ya es mujer, lo que nos viene a confirmar que PERCIBIR es interno y SENTIR es externo, pues no me siento un viejE lésbico, sino que me auto-PERCIBO un viejE lésbico y me tenéis que respetar (que significa adorar, venerar) como tal, Almitas. Así que mira a ver qué PERCIBES y qué SIENTES y en la siguiente parte vamos a más detalles. Por ello, a partir de ahora recordar este acuerdo para ir comprendido lo que iré relatando.

            Bien, Almitas, ya tenemos una base desde la que iniciar este recorrido en la siguiente parte dado que estamos al final de esa página en la que hay que cerrar hasta otra publicación semanal. Gracias.

 

Comunicado de Emilio Carrillo

Quien ahora escribe es Emilio Carrillo, y no soy Deéelij, pues somos personas distintas, aunque aún hay quienes piensan que soy yo con un pseudónimo.

Le pedí a Deéelij que anunciara la terapia, que recibió por psicografía, en este Blog y no en otros lugares de publicidad porque, estando más enfocada a las personas que ya han iniciado su despertar espiritual, o están ciertamente avanzadas, pero aún les queda algo por conseguir (eliminar su ego, reconectarse con su alma, tener control emocional…), este Blog posee los lectores adecuados para lo que se ofrece. Además, muchas de las cuestiones que comparto en conferencias, seminarios, retiros… se pueden asentar mejor con ella, como un plano a construir, ayudando la terapia en la construcción.

Para solicitar la ayuda terapéutica dirigirse a: deeelij@gmail.com

 

Comunicado de Deéelij

Si quieres recibir esa terapia anunciada por Emilio, quien la imparte soy yo, no Emilio, que os asustáis cuando en el primer contacto por video conferencia veis que no es Emilio y os lleváis un buen susto. Si quieres recibir esa terapia, has de contar con una hora y media al día para ti para poder ir ejecutando lo que te iré mostrando en el proceso terapéutico, así que si no dispones de ese tiempo, no pasa nada, deja pasar el momento hasta que tengas ese tiempo para ti. Cuando contactes conmigo deja un número de teléfono la que mandar número de móvil o celular al que poder enviar un WhatsApp y desde ahí establecer un contacto para explicar lo que necesites y determinar, en su caso, cita para comienzo de sesiones online.

 

Audio libro: https://www.ivoox.com/podcast-deeelij-2022_sq_f11441821_1.html

Actualizaciones de “Todo Deéelij”: en deeelij@gmail.com

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