Nota 1: Si eres de los que me leen (no de
los que me siguen, que eso no me gusta, pues te des-empodera, y dejas de ser tu
propio principio de Autoridad), pues no tendrás problemas en seguir lo que aquí
hablaré, pues está relacionado con los post XVIII y XIX. Pero si acabas de
llegar, mejor que te leas lo de antes o esto no te sonará a chino, sino a
marciano.
Nota 2: Sí, ya sé que pedís la fecha en
que termino mi publicación en este blog, pero acaba de empezar la 1 de 3 partes
y aún me quedan cosas escritas por publicar. Solo estad atentos los miércoles y
comprobaréis en qué publicación anuncio la despedida definitiva. De entrada,
van mis gracias por todas vuestras gracias recibidas esta semana en tantos
mails. Ah, y
cuando llegue a este punto, el ofrecimiento de la terapia, que anuncia abajo
Emilio, también habrá llegado a su fin, así que, si la quieres, apúrate.
Líneas de tiempo, cambio en las mismas, disposición personal
Acabaron las matizaciones de Pitt,
aunque no descarto más al respecto, pues lo siguiente puede considerarse como
tal. En “El retorno del no Yedi (XIX)” anuncié que había conseguido llegar al
cambio de la línea de tiempo como mi Vigilante me había advertido, y por igual
anuncié que explicaría esto de las líneas de tiempo, cómo producir el cambio y
la disposición personal para ello. No es una metodología científica, es mi
experiencia, así que no has de formarte un sistema de creencias desde lo que te
cuente, sino que en base a los datos que aporto, observar si al aplicarlo en ti
funciona, pero sin creerme, sin que te digas “esto que dice Deéelij es la
verdad en la que hay que basarse para esto o lo otro” ¡!NO¡¡ Insisto, se trata
de conocer una serie de datos, ponerlo en ejecución y comprobar resultados
empíricos en ti, y tras eso conformarlo y asentarlo pues ya tienes tu propia
experiencia desde la que partir a donde gustes.
El cambio en una línea de tiempo, en
base a mi experiencia, puede ser muy sutil, o muy bruco, y pese a ello, no
notarlo como fue mi caso cuando Pitt me dijo que el chip se activó, de nuevo, a
los 14-15 años y salté a una
línea de tiempo secundaria de la que no era consciente, pero sí noté en mí que
aquel chaval divertido y feliz había desaparecido… y muchas veces me preguntaba
dónde estaba… hasta que lo empecé a recuperar cuando Pitt desactivó el puñetero
chip y salté a la línea de tiempo primaria desde la que he saltado a otra
propia que me he fabricado, aunque no me la he fabricado yo, y sí, pero esto lo
iré aclarando mejor más adelante. Ahora quiero que observéis el salto de línea
de tiempo sutil en una persona que ya ha colaborado anteriormente en mis post,
es José Manuel, y cómo le cambia todo de
golpe en poco tiempo, pero este cambio no le hace desconectarse de las personas
que conoce o de su casa o coche y saltar a un espacio nuevo donde tiene una
casa distinta, un coche distinto y las personas son totalmente distintas a las
conocidas hasta hacía poco tiempo, que también puede suceder, pero observemos
el relato de acontecimientos de José Manuel que se expone tal cual me llegó
tras invitarle a que lo contara:
En cuanto a si quiero compartir mi relato sobre una
posible línea de tiempo, por supuesto que sí; otra cosa es que después de
leerlo tu consideres que merece la pena o no publicarlo. El relato va a
ser extenso para que puedas valorar si es o no un cambio de línea de tiempo, si
al final decides que sí y necesitas que lo acorte, con mucho gusto
intentaré reducirlo.
Te mando cuatro fotos para que pongas cara a lo que
relato.
Por mi parte ahí va:
En el verano de 2019, tuve un sueño, donde aparecía
una ciudad, veía unas vacas grandes de color gris, algunas incluso iban
en el remolque de un pequeño camión, por lo demás el sueño tampoco me
revelaba nada significativo, salvo que en un momento del mismo yo me veo
observando desde un sitio de altura la ciudad y me pregunto cómo se llamaría
esa ciudad de las vacas grises, en ese momento escucho en mi cabeza, no en el
sueño, una voz que dice "Upera" y al escucharlo me despierto
sorprendido de haber escuchado esa voz, alargo mi mano hacia la mesilla de
noche y tanteando, sin encender la luz, tomé el bolígrafo y escribí en el folio
que cada noche dejo en mi mesilla "Upera".
Cuando suena el despertador, lo primero que hago es
anotar lo que recuerdo de mis sueños, hago una foto de lo escrito y de camino
al trabajo lo voy leyendo por si me viene alguna cosa significativa, jugando a
interpretar el sueño. Ese día estaba deseando llegar al cercanías y poner
en el buscador de maps "Upera". Estaba lleno de curiosidad, y más
cuando en el buscador apareció Upera Guyarat- India. ¡Wooow! ¡Existía una
ciudad en India que tenía el nombre de la ciudad que había escuchado!
Estaba como un niño, nervioso, con ganas de saber más sobre esa ciudad,
con ganas de empaparme de todo lo que hubiera sobre Upera. Al llegar a la
oficina en cuanto pude me puse a buscar sobre la misma, pero nada de interés
aparecía, pocas fotos, poca información, ¡prácticamente nada!
No quiero enrollarme más en detalles, pero sí
quiero decir que me quedaban cuatro meses para dejar mi trabajo y pensé
que podía celebrarlo con un viaje cuando ya estuviera libre de horarios,
así que eso, unido a que siempre me fio de mis sueños y sobre todo dar
credibilidad a esa voz tan clara que escuché, decidí irme en noviembre a la
India en busca de esa pequeña ciudad. No controlaba bien el inglés, no iba con
el típico viaje organizado, aunque me busqué la vida para contratar desde
España un chofer que me recogiera en el aeropuerto, me llevara al hotel y a
algún que otro lugar que quisiera visitar. Tuve muchas resistencias y dudas
durante esos meses, pero siempre había algo que me decía: es el viaje de tu
vida, tienes que ir o te arrepentirás toda tu vida, me venía incluso la imagen
típica en la que uno se ve en sus últimos días, suspirando por no haber
cumplido ese sueño de visitar “la ciudad de las vacas grises”.
El 10 de noviembre de 2019 me dirigí al
aeropuerto, tenía 56 años, una maleta, una mochila y un pasaporte en la
mano, nunca viví el momento tan intensamente como en ese viaje, estaba
presente cien por cien en cada paso que daba. Al llegar al aeropuerto me
dirigí al mostrador de la compañía, había dos filas, una de clase
turista y otra a mi izquierda de primera clase, había solo una persona
delante de mí y al acercarse al mostrador me quedé prácticamente solo
esperando mi turno, la azafata del mostrador de primera me hizo una seña
diciéndome que por favor me acercara, pero yo le contesté, mostrándole
mis billetes, que era de clase turista, ella insistió, así que facturé mi
equipaje en ese mostrador y mientras lo estaba haciendo, miré hacia abajo y me
di cuenta que estaba pisando una alfombra roja, ahí, en ese momento me relajé,
me dije: ¡todo va a salir bien José
Manuel, te han puesto una alfombra roja, serás bienvenido a la India!
Tengo que decir que esa alfombra roja me acompañó todo
el viaje, no tuve ninguna pega en ningún momento del viaje y tan solo cuando
una vez dudé en uno de los aeropuertos cuando me dirigía a la capital del
estado de Guyarat, donde prácticamente solo viajaban hindúes, escuché una
voz en español de una mujer que se dirigió a mí con una sonrisa de oreja a
oreja diciendo: ¡¡Eres español!! Mostrando su pasaporte español y señalando el
mío que llevaba en mi mano. Esa mujer no solo me indicó el lugar por donde
debía dirigirme, sino que me aconsejaron, ella y su compañera de
trabajo hindú, sobre algunas cosas de los aeropuertos y hasta me invitaron
a desayunar.
Tengo que decir que durante el viaje fui leyendo un
libro de Osho que cogí a última hora en mi casa antes de salir, su título "Coraje", todo lo que sentí
en el viaje estaba escrito en el libro.
A la mañana siguiente, el conductor me llevó a Upera.
Es una ciudad pequeña. La zona que visité no tenía sus calles asfaltadas, como
yo veía en mi sueño, no había camiones, y no vi vacas grises, ¡ni gente! y eso
sí que era extraño en India. Visité un templo y al salir vi a un niño,
le dije al conductor con mi mal inglés que preguntaran donde estaban los
demás niños y el resto de las personas. Le entregue unos caramelos que
llevaba en la mochila; había comprado varios kilos de ellos para llevarlos, el niño
los tomó y salió corriendo gritando palabras que no podía entender. ¡De
pronto!, empezaron a salir niños que venían de todas partes, estaban
ayudando en el campo a sus padres, se ponían en fila, el primero ponía su
mano, cogía los tres caramelos que le daba, y ¡sorprendente! se quedaba con uno
de ellos, se daba la vuelta y repartía los otros dos a los que iban detrás de
él, y los tres volvieron corriendo alegremente por el mismo camino por
donde habían venido.
Luego, se acercaron también los adultos y todos
querían hacerse fotos conmigo, me sentía como un actor famoso de
cine.
¡En fin! Pensaba que esa había sido mi
experiencia en Upera, que tal vez lo único extraordinario de ese viaje
había sido el propio viaje en sí, así que visitamos un templo más y le
dije al conductor que volvíamos ya para Ahmedabad, la capital del estado a
cien kilómetros de Upera,
El conductor arrancó el vehículo, me iba de Upera, y
tenía un sentimiento encontrado porque en el fondo tenía que
reconocer que sí esperaba algo más… esa voz tan clara… esa visión de las vacas
grises… esa coincidencia de un nombre tan poco ordinario (“Upera”) y que en
verdad si existía, me decía a mí mismo convenciéndome que en realidad solo
el viaje había merecido la pena, y en verdad si lo mereció. El conductor
tomó una carretera asfaltada y al llegar a la carretera principal, giró a la izquierda
y justo fue circular unos 100 metros, cuando a mi izquierda apareció un Templo
pequeño, blanco como la cal; el conductor iba acelerando para tomar más
velocidad, pero no sé por qué le toqué el brazo de repente y le dije que
parase, que quería ver el templo, que parase por favor.
Entramos con el coche en el recinto sin asfaltar del
templo, salimos del coche, me dirigí al mismo y apareció un anciano
con un turbante y una especie de camisón blanco largo, apareció otro hombre y
el conductor le dijo que estaba interesado en ver el templo, abrieron las
puertas y ¡¡wowww!!, apareció ante mí una imagen de una cobra negra en el
altar adornada con unas guirnaldas de flores alrededor. ¡Aparecieron
más hombres, más niños! más adolescentes, todos querían saludar,
los hombres hicieron un corro en el suelo y me invitaron a sentarme, en mi
mal inglés les expliqué que había soñado con su ciudad y que
había venido a conocerla, ellos asienten con la cabeza según les iba
traduciendo el conductor , estábamos los hombres en un círculo sentados en el
suelo y alrededor de los pies otro circulo de niños y adolescentes que
tenían clavados sus ojos en mí y que guardaban absoluto silencio pero con una
sonrisa perpetua dibujada en sus caras.
En un momento uno de los hombres me señaló a su hijo
y dijo que desde que había llegado su hijo no me quitaba los
ojos de encima, era un niño de unos siete u ocho años, me quedé
mirándole y desde ese momento de vez en cuando le miraba y allí estaban
sus ojos mirándome fijamente, con una cara dulce, inocente. El padre me ofreció
agua, yo sabía que no podía beber agua, lo había leído y
releído en todos los lugares de internet, pero tengo que decir que me
sentía tan en CASA que ni me acordé de lo que había leído, asentí
con la cabeza y el hombre dijo a los chavales que trajeran agua, salieron
corriendo varios, me trajeron el agua, bebí con cincuenta ojos mirándome,
después me ofrecieron leche, y volví a decir que si, no podía decir que no,
estaba en mi casa, o así me sentía yo al menos. La leche era ácida y
pregunté por qué era así de ácida, y señalando a un prado cercano, vi unos
búfalos de color gris, ahí estaban las vacas grises, y la leche ácida era de
búfala.
Me ofrecieron de comer y salieron todos los chavales a
preparar una mesa, donde había varios platos, el padre del niño era
el cocinero y mientras los chavales preparaban la mesa, el cocinero y otros se
metieron tras un tabique saliendo poco tiempo después con varios platos, llenos
de colores y de olores.
Nos sentaron en una silla al conductor y a mí,
nos rodearon todos y sirvieron una bandeja de varias comidas diferentes; cuando
terminé, me preguntaron si quería más, les contesté que ya estaba bien, pero
ellos debieron percibir que me encantaba esa comida y dos de los niños
tomaron la bandeja metálica y volvieron a traerla llena.
No sé por qué, no lo puedo explicar, pero el
sentimiento que tuve todo el tiempo era que yo estaba en un lugar conocido, más
que conocido, la sensación era familiar, como si fueran familia o algo así, la
verdad es que no sé explicarlo.
De vuelta a la capital apareció el pequeño camión que
transportaba a un búfalo de color gris tal como vi en el sueño, lo que
confirmaba que aquel sueño en realidad tenía detalles premonitorios que ahora
aparecían.
Para no enrollarme más, decir, que esa noche en el
hotel, me metí en la cama y al poco de cerrar los ojos me vino la imagen
nítida, clara de la cara del niño con sus ojos clavados mirándome,
tampoco puedo describir la sensación solo decir que empecé a llorar emocionado,
estaba solo en la habitación pero la imagen del niño no
podía quitarla de la cabeza, era un llanto profundo, desconsolado, pero no
de tristeza, de alegría, de reencuentro, y digo de reencuentro porque comprendí
en ese momento que parte de para que había ido a Upera había sido
para reencontrarme conmigo mismo, o mejor dicho con algo que había perdido
y olvidado, esa pureza, esa inocencia, eso que ese niño me transmitió.
La pureza y la inocencia que muchos adultos hemos perdido sin darnos
cuenta, metidos en una carrera por llegar a no sé dónde, y sin saber por qué y
para qué.
De niño había vivido en el campo hasta los seis
años en Morón de la Frontera (Sevilla), mi familia eran agricultores y me
habían educado en una forma donde la palabra tenía validez, donde conseguir
prosperar en la vida no iba reñido con la falta de respeto a los demás, donde
se respeta la palabra de los más mayores pero a la vez se tienen en cuenta a
los demás para el mayor bien de todos, Ahora vivo en Madrid, vine de niño
y poco a mi alrededor veía de eso que mamé de niño; tal vez el
encuentro con aquellas personas y la energía que me transmitió el niño de
Upera me llevó a reencontrarme con una esencia que echaba de menos en mi
vida. El niño de Morón que fui, se reencontraba con el niño de Upera y el
adulto lloraba al reconocer la esencia perdida de su niño interior por primera
vez.
Al poco de volver de India, empezó la movida de la
plandemia y demás que ya todos sabemos y estamos viviendo.
Tengo que decir que al margen de todas las calamidades
y desgracias que muchas personas han vivido en ellos y en sus familias,
personalmente lo viví como un antes y un después en mi vida, me di cuenta de
donde había estado durante todos estos años, la realidad que veía se me cayó,
todo lo que había creído hasta entonces, se derrumbó, empecé a ver el juego en
el que nos tienen metido y tengo que decir que pasé por varias fases, pero la
fase que estoy viviendo ahora es que cada vez que veo una raya en el cielo, y
otras cosas, ya lo empiezo a vivir como esa señal, que dice Emilio, de que los
dolores del parto ya están anunciando una nueva vida; y es que ya no
quiero volver a lo de antes. !Que no! ¡Que ya me he dado cuenta de dónde estaba
y no quiero más de eso! ¡Que quiero y voy a por otra cosa, que tiene que ver
con aquellas personas y aquellos niños en la India, aquel
respeto por la vida! Aquella inocencia y pureza del niño que
clavaba sus ojos en los míos, y esa pureza yo sé, Deéelij, que la llevamos
dentro cada uno de nosotros, ya sea en la India, en España, o en Brasil... y
hay que rescatarla. Es lo que necesita el mundo ahora más que nunca, entender y
dejar de jugar a lo que quieren que juguemos porque eso que quieren no es
lo que SOMOS.
A los dos años de volver de la India, en octubre
pasado, llevaba un año sin comer carne, había cambiado mis hábitos
alimenticios y en eso, que siento un día hacer un ayuno de diez días, Pues mira
por dónde que con ese ayuno voy un día al baño y sale la cobra de la India, sí,
has leído bien, sale una tenia, que seguramente fue del agua que bebí dos
años antes. Aquello tengo que decir que lo viví como algo que no me esperaba,
que me dio mucho asco, pero que me resultó muy simbólico, porque salía de mi
algo que me estaba parasitando, recordé aquel vaso metálico con esa agua
fresca que tomé en las mismas puertas del templo.
Había quedado muy delgado tras el ayuno y por si acaso
tenía algún resto más en mi interior proseguí con el ayuno, una locura llena de
ignorancia a simple vista por mi parte que me llevó a tener mucha debilidad;
esa debilidad me llevó a buscar ayuda pero no encontré alivio con mis síntomas,
por lo que decidí buscar en la medicina que siempre me había dado buenos
resultados, la medicina natural, busqué en medicina china y no encontré a
nadie, así que me acordé de la medicina Ayurveda, encontré a una profesional de
bandera que además dirigía una escuela de Medicina Ayurveda, a los tres meses
recupere la salud, y empecé a cursar estudios con ella, en esta formación
que dura tres años, y el tercer año se hace un corto periodo en la
India. ¡Woow, de nuevo la India!
Uno de los profesores, es un sabio, español, con
varios libros editados y que es un experto en sanscrito y además en astrología
védica, me hago la carta con él y me dice: aquello que te pasó en la India, te
pasó porque tenías que hacer medicina Ayurveda, la cobra simboliza una parte de
Shiva que tiene que ver con la sanación y tú la tienes reflejada en tu carta
como algo que en tu vida tenías que hacer sí o sí. En tu carta aparece que
perteneces a la casta de los Satabhisa “los médicos de Dios”, seguramente que
en tu vida a pesar de tu profesión, siempre te habrás sentido atraído por la
sanación sobre todo emocional y más trascendental o mística. Fuiste a la India, que casualidad que en el
templo había una cobra, justo el mismo lugar donde bebiste el agua que sabias
que no debías beber, dos años después expulsas de tu cuerpo una
"cobra" (tenia) que te produce desarreglos que te lleva a buscar
ayuda pero que por diferentes razones vas a dar con la medicina oficial de la
India, la Ayurveda y en donde me consta que estas encantado y por lo que me
dice tu profesora has nacido para ello y que parece que solo has venido a clase
a recordar, porque ya tienes ese conocimiento dentro.
Siempre me atrajo la salud natural, pero en cambio
tomé muy joven el rumbo de un trabajo fijo como funcionario buscando, y eso
siempre lo supe, la vuelta a Andalucía para estar cerca de Morón de la
Frontera, o quizás buscando inconscientemente aquella esencia perdida de la que
antes he hablado. En mi trabajo siempre
me sentí atraído por esa parte más emocional y humana que existen en cada
persona, Con los años me volví más hipersensible y captaba rápidamente cuando
algún compañero de los de mi entorno no lo estaba pasando bien, siempre me
habían atraído los libros de crecimiento interior y nunca tuve problemas en
manifestar mis sentimientos, cosa que chocaba algunas veces con mi entorno,
pero sé que de alguna manera manifiesto, le pongo voz a lo que muchos sienten
en su interior y callan porque no está bien visto que un hombre muestre debilidad. Todos tenemos esa parte
emocional y más humana, hombre o mujer y da igual si eres, bombero o
agricultor, a todos nos pasan las mismas cosas y sufrimos por lo mismo y la
gran mayoría callamos.
En fin, Deéelij… me he pasado con el texto y si al
final decides que quieres publicarlo entiendo que es demasiado largo para ello
y lo intentaría reducir.
Este correo es para ti, solo para que tú valores si
puede servir a alguien más, si no, no pasa nada, es mi vivencia y a mi si me
sirvió.
Te he relatado todo esto para que tengas el máximo de
datos al respecto sobre ello y tú valores si es o no un salto en la
línea de tiempo. Solo decirte que la vida a la que pertenecí y que hace ya
dos años y medio que dejé me queda muy lejana, como si fuera de una vida
pasada, donde no me identifico con ella para nada y que incluso la gente que he
conocido en este tiempo reciente no cree que pueda haber formado parte de
ella. He pasado de funcionario a estar en la actualidad formándome como
terapeuta, estoy muy agradecido de mi vida anterior pero ahora me encuentro más
en coherencia con lo que siempre sentí como verdadera vocación, servir a los
demás desde el lugar de terapeuta.
¿Fue aquella decisión de seguir mis sueños un inicio
de cambio de línea de tiempo? Podría no haber ido, de hecho, me resistí
bastante, pero seguí mi intuición o quizás fue mi Guía quien habló y me dio la
palabra clave “Upera”; ahora, hoy en día estoy encantado con lo que siento, con
lo que hago, todo “cobra” sentido… e incluso con toda esto que estamos
viviendo en el mundo, hay una visión clara de que esta “locura” nos da un buen soplamocos
para... darnos cuenta de que hay que salir del juego.
Ahora toca otra cosa
y estoy en ello.
Nota: Me gustan los juegos de palabras porque
en ellas hay escondidas otras informaciones y cada persona las interpreta en su
forma particular; así tiene por ejemplo sentido para mi esta palabra:
Upera= Up (arriba) +era = arriba + el que fui= que se muestre mi esencia.
Mail de contacto por si queréis escribirle: Kayurveda33@gmail.co
Otro testimonio, pero que quiere el anonimato, es el
siguiente:
El jue., 9 jun. 2022 16:38, > escribió:
Verás,
empezar por decirte que no tengo nada claro.
Llevo
años buscando y creciendo a nivel personal y espiritual. Pero una cosa sí sé,
no quiero creer nada ni a nadie, quiero saber por mí misma. Y en eso estoy.
El
otro día le comentaba a una amiga: si existen las líneas de tiempo, debo de
haber cambiado. Acabo de cumplir 65 años y estoy mucho mejor que hace 20. Soy
maestra y tengo una clase de segundo, entre 7 y 8 años y tengo energía de sobra
para trabajar y disfrutar con los niños. Toda la vida he luchado con el
sobrepeso y ahora mi cuerpo está en su peso justo sin hacer nada. He notado
pérdida de masa muscular y he empezado a hacer ejercicio con pesas y en una
semana mis brazos han respondido afirmándose. Son cambios físicos tangibles, me
encuentro fenomenal y sobre todo con una energía increíble.
En
los últimos años he crecido a nivel personal, me encuentro bien sola, disfruto
de mi compañía, aunque también disfruto de la familia o el trabajo, pero sobre
todo es como si tuviera la certeza de que estoy bien a solas y no necesito nada
más, desde ahí disfruto de la compañía de los demás.
En
fin, no sé si te servirá, si será un cambio de línea o simplemente que he
madurado.
Si
te sirve, puedes usarlo, pero por favor, guarda mi anonimato.
No
siempre te entiendo, pero espero los miércoles para leerte:))😃
Gracias
por tu respuesta.
Te
leo.
Un
abrazo.
Luego
amplió:
De:]
Enviado el: jueves, 9 de junio de 2022 21:02
Para: Deeelij <deeelij@gmail.com>
Asunto: Re: Audio
Después
de enviar el correo me he puesto a pensar. A los cuarenta tuve una hernia
discal que me dejaba paralizada a temporadas. Ahora, llevo unos años que nada
de nada, movilidad completa. Pero creo que el último paso ha sido unas piedras
en la vesícula. Hice una limpieza emocional porque tuve claro que esas piedras
eran rencores antiguos, muy antiguos. Limpié, perdoné y me operé. Después de
eso es cuando he notado más el cambio.
Otra
cosa que he hecho es negarme conscientemente a tener miedo, he ido a trabajar
con mis alumnos y me he negado a tener miedo. Decir que mi hija y mi marido han
tenido el covid y yo nada de nada.
En fin, no
sé. Simplemente creo que he descubierto la alegría de vivir.
Y aquí se
acaba la chapa.😄
Almitas,
hasta aquí los testimonios llegados y que han querido hacerlos
públicos. Desde este punto os relato mi experiencia en el cambio de
línea de tiempo, sin consultar manuales (si es que los hubiere), ni expertos en
líneas de tiempo, y sin haber realizado una investigación de cómo se dan o no
las líneas de tiempo. Si bien sabía de su existencia, jamás profundicé en las
mismas, salvo en aquellos que aseguran que estamos al borde de dos líneas de
tiempo y que una es la buena y la otra la mala, y la exposición de quien esto
asegura no me parece que tenga valor alguno, sino que es una idea más que usa
para seguir facturando la falsa espiritualidad de vender que algo nos salvará y
que algo externo está sucediendo para irnos a un espacio maravilloso y glorioso
donde los Gru y sus Minios no existen. Por tanto, lo que expongo es mi
experiencia, lo que he deducido desde
mi elaborar algo nuevo y distinto en esta vida encarnada. Para toda esa
explicación que ofrezco, en breve, necesito que lleguemos a un acuerdo. Y
menciono el acuerdo porque si buscamos el significado de las palabras PERCIBIR
y SENTIR en los diccionarios, encontraremos que no existe un acuerdo e incluso
observaremos contradicciones chocando la definición de un concepto con el otro.
Así que acordemos que PERCIBIR es algo interno, y SENTIR es algo externo.
Ejemplos para aclararnos: uno siente
frío o calor respecto a cómo esté la temperatura externa del medio ambiente con
respecto al cuerpo, o uno siente el
impacto de una golpiza en su cuerpo por algo externo que lo apalea; pero, al
contrario, lo que uno percibe hacia
su hijo, desde lo interno, no lo percibe
hacia otro niño que no es su hijo, aunque sea su sobrino. Sin embargo, fíjate
bien cómo los controladores del sistema saben de la diferencia entre los dos
conceptos, cuando con la moda actual de los no sé cuántos géneros inventados,
dicen que si alguien “se auto-PERCIBE mujer” ya es mujer, lo que nos viene a
confirmar que PERCIBIR es interno y SENTIR es externo, pues no me siento un
viejE lésbico, sino que me
auto-PERCIBO un viejE lésbico y me
tenéis que respetar (que significa adorar, venerar) como tal, Almitas. Así que
mira a ver qué PERCIBES y qué SIENTES y en la siguiente parte vamos a más
detalles. Por ello, a partir de ahora recordar este acuerdo para ir comprendido
lo que iré relatando.
Bien, Almitas, ya tenemos una base
desde la que iniciar este recorrido en la siguiente parte dado que estamos al
final de esa página en la que hay que cerrar hasta otra publicación semanal.
Gracias.
Comunicado de Emilio Carrillo
Quien
ahora escribe es Emilio Carrillo, y no soy Deéelij, pues somos personas
distintas, aunque aún hay quienes piensan que soy yo con un pseudónimo.
Le
pedí a Deéelij que anunciara la terapia, que recibió por psicografía, en este
Blog y no en otros lugares de publicidad porque, estando más enfocada a las
personas que ya han iniciado su despertar espiritual, o están ciertamente
avanzadas, pero aún les queda algo por conseguir (eliminar su ego, reconectarse
con su alma, tener control emocional…), este Blog posee los lectores adecuados
para lo que se ofrece. Además, muchas de las cuestiones que comparto en
conferencias, seminarios, retiros… se pueden asentar mejor con ella, como un
plano a construir, ayudando la terapia en la construcción.
Para solicitar la ayuda terapéutica dirigirse a: deeelij@gmail.com
Comunicado de
Deéelij
Si quieres
recibir esa terapia anunciada por Emilio, quien la imparte soy yo, no Emilio,
que os asustáis cuando en el primer contacto por video conferencia veis que no
es Emilio y os lleváis un buen susto. Si quieres recibir esa terapia, has de
contar con una hora y media al día para ti para poder ir ejecutando lo que te
iré mostrando en el proceso terapéutico, así que si no dispones de ese tiempo,
no pasa nada, deja pasar el momento hasta que tengas ese tiempo para ti. Cuando
contactes conmigo deja un número de teléfono la que mandar número de móvil o celular al que poder enviar un WhatsApp y desde ahí establecer un
contacto para explicar lo que necesites y determinar, en su caso, cita para
comienzo de sesiones online.
Audio libro: https://www.ivoox.com/podcast-deeelij-2022_sq_f11441821_1.html
Actualizaciones de “Todo Deéelij”: en deeelij@gmail.com
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