La energía vital que recorre un espacio está en continuo
movimiento. No obstante, su velocidad no es constante ni uniforme.
La estructura que la contiene, la distribución del
mobiliario, los colores, la localización de las ventanas y puertas, así como el
recorrido natural de las personas dentro del entorno, crea diferentes
corrientes, así como también se generan espacios donde la energía se ralentiza
o se estanca.
Lugares como los almacenes, los trasteros, los huecos
vacíos o muy llenos de objetos, lugares donde llega poca luz o espacios poco
transitados, son lugares donde la energía vital suele ralentizarse e incluso
estancarse.
Al igual que ocurre con el remanso de un río, en estas
zonas, la energía se detiene y puede acumular con el tiempo impurezas.
En el caso del remanso de un río, con el tiempo se acumulan
hojas y ramas, así como van proliferando insectos y otro tipo de organismos que
muestran la falta de fluidez.
En el caso de la energía estancada de un lugar, con el
tiempo, en esas zonas se acumulan tensiones que se han vivido en el entorno,
así como, según la zona vital que ocupan, puede reflejar aspectos de la personalidad
que no se atienden.
Cuando conoces la zona o zonas vitales de tu vivienda o
empresa donde suelen crearse zonas estancadas (en las relaciones, en la
confianza, en la creatividad, en la economía, en la vocación, en el liderazgo,
etcétera…) se puede desbloquear la energía con
mucha más consciencia ya que, al conocer el motivo interno
inconscientemente por el que se bloqueaba, una vez resuelto, no se suele volver
a generar.
Si no conoces la zona vital donde la energía suele
estancarse, hay sencillas formas de facilitar su fluidez:
+Si el motivo del estancamiento es por exceso de objetos,
trata de poner orden y despejarla.
+Ilumina la zona con más luz.
+Si es una zona poco transitada, la música o hacer vibrar
en la zona algún sonido armónico como una campana, cuenco o crótalos de forma
sutil, facilitará el movimiento de la energía.
+Si el motivo del estancamiento es por ser una zona vacía,
trata, internamente, de honrar el espacio y darle importancia aunque
aparentemente no parezca tener uso. Aunque tus ojos no lo vean, el espacio
vacío está lleno de vida y reconocerla internamente y honrarla, le aporta luz.
Cuando las zonas estancadas vuelven a fluir, el beneficio
se siente a nivel global.
También en tu interior.
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Autor: Andrés
Tarazona (andres@andrestarazona.com)
Todos los jueves, desde el 7 de noviembre de 2019, Andrés comparte
en este blog una serie de publicaciones centradas en
el Diseño Sentido: interiorismo y diseño consciente de viviendas, comercios
y empresas que mejoran la calidad de vida.
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