La posición que elegimos de forma natural para sentarnos
dice mucho de nosotros.
Si tenemos patrones internos de liderazgo, de sumisión, de
dominación o de indefinición, nos guiarán a la hora de elegir el lugar desde
donde nos posicionamos.
“Esta es la experiencia que
viví durante el diseño de unas oficinas en las que se pudo ver con claridad la
persona que podría ocasionar problemas, la sumisión de uno de los dirigentes,
así como la falta de liderazgo del máximo responsable.
Cuando diseño un espacio de
oficinas en el que, como era este caso, los puestos de trabajo no son
independientes sino que varias personas ocupan varias mesas largas, a lo
primero que trato de prestar atención, además de definir las zonas vitales, es
la salud del subsuelo.
Bajo muchos edificios hay
canales de agua o fallas geológicas. Cuando se localizan, es importante tratar
de evitar estar mucho tiempo sobre ellos ya que el funcionamiento de nuestra
células se ve alterado y pone en guardia a nuestro sistema inmunológico.
Cuando lo que diseño son
despachos independientes, suelo comprobar la zona en la que se colocará la mesa
y la silla para tratar de evitar estas alteraciones naturales. Pero cuando lo
que hay que crear es un espacio con el mayor número de puestos de trabajo
posibles, la localización de estas geopatías es importante para, en el caso de
no poder evitar haya algún puesto de trabajo sobre ellas, tratar que sean las
de las personas con mayor rotación de la empresa.
La llamada para el diseño de
estas oficinas la recibí directamente del presidente de la compañía. Me confesó
su propio escepticismo respecto a mi forma de sentir y trabajar los espacios en
unión con las personas, pero una persona de su confianza le había recomendado
que me llamase y la curiosidad le llevó a contratarme.
La transparencia es uno de
mis valores, por lo aún con mayor motivo en este caso, fue detallando cada uno
de los procesos al cliente para que pudiese, por el mismo observar la evolución
de los acontecimientos.
En la primera medición,
además de medir de forma técnica el espacio para realizar los planos, me
dispuse a medir las posibles geopatías. Las suelo medir con unas sencillas
varillas de latón que, cuando el hombre las vio, no pudo contener la
realización de varias preguntas sobre ellas y su finalidad.
Una vez le di respuesta a
todas sus dudas, recorrí el lugar pudiendo localizar un canal de agua
subterráneo que cruzaba la oficina de forma diagonal.
El hombre se sorprendía cada
vez que observaba el movimiento de las varillas sin acción por mi parte.
Anoté la información y en los
días posteriores facilité varias opciones de distribución.
Entre las opciones elegidas
por parte del cliente, y teniendo en cuenta la geopatía, logramos que gran
parte de los puestos de trabajo quedasen libres de esta influencia, pero habían
dos puestos, entre los 27 totales, que eran difíciles de evitar.
El hombre, dentro de su deseo
de averiguación, me preguntó sobre la forma de proceder.
Le recomendé que citase a los
cargos altos y medios de la empresa y les dejase, por sí mismos, decidir su
puesto. Tras ello, decidiríamos el resto.
Pese a que creyó que habría
mucha lucha de posición por algunos lugares concretos, para su sorpresa, todos
eligieron de forma fluida su puesto sin encontrar resistencias entre ellos.
Una vez me envió las
posiciones elegidas, pude ver que dos de ellos eligieron innatamente colocarse
en la geopatía.
Advertí al cliente de ello,
pues lo que ocurre con estos casos es que, una vez el sistema inmunológico se
poner en posición de guardia, la pauta inconsciente de la persona entra en modo
automático para sobrevivir y suele generar conflicto.
De nuevo, por su propia
curiosidad decidió dejarlo así.
Tras concluir todo el proceso
creativo, hicieron el traslado y comenzaron a funcionar sintiendo,
prácticamente la totalidad del personal, una experiencia interna agradable y
positiva. Los únicos que, después de un mes no lo lograban eran los dos
posicionados sobre el conducto de agua.
Uno de ellos, un alto cargo,
había cogido una posición sumisa hacia los cargos medios que le llevaban a un
estrés muy alto.
La otra personas era un cargo
medio con un gran conocimiento del sector y de la compañía, y era el que más
sometía al alto cargo mencionado.
Ante esta situación, la
presencia sana del líder de la compañía es la que eleva la vibración del lugar
para evitar el desorden y el conflicto, pero su puesto estaba, casi de forma
continua, vacio y su presencia en la empresa era casi nula.
Tras reiterados avisos de la
importancia de su presencia, el presidente consideró omitirlos y decidió ceder
su puesto a un gerente externo.
Pocas semanas después, dicho
gerente no supo gestionar el conflicto y hubo una fuga de talentos importante
dentro de la compañía y un desinterés por continuar con las pautas marcadas.”
Las personas nos posicionamos externamente como lo hacemos
dentro de nosotros mismos. Podemos esforzarnos en cambiar, pero no podemos ir
en contra de nuestra naturaleza.
Hay personas con grandes talentos naturales que llegan a
creer que lo natural no es su talento, sino su inconsciencia y llegan, incluso,
a considerar que aportarles luz es ir en contra de ellos mismos.
Por suerte, la luz siempre encuentra el camino, aunque le
lleve un tiempo.
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Autor: Andrés
Tarazona (andres@andrestarazona.com)
Todos los jueves, desde el 7 de noviembre de 2019, Andrés comparte
en este blog una serie de publicaciones centradas en
el Diseño Sentido: interiorismo y diseño consciente de viviendas, comercios
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