En el interior de todas las viviendas, comercios y empresas,
hay una zona que, cuando su energía vital fluye en armonía, los recursos con
que la vida nos provee para vivirla con satisfacción, fluyen de forma natural.
Muchas personas, al escuchar o leer sobre este concepto, se
centran únicamente en aumentar y potenciar un solo recurso: la economía.
Existen multitud de libros, cursos, talleres, mentorías y
demás propuestas, que nos ofrecen continuamente la posibilidad de aprender
métodos y formas de lograr que la abundancia, la prosperidad y la riqueza,
lleguen de forma fácil a nuestra vida. La demanda y la venta continua de este
tipo de ofertas nos ayuda a ver el foco principal sobre el que basa, la gran
mayoría de personas, el concepto de abundancia y tranquilidad: el dinero.
Es indudable que en el estilo de sociedad que se ha ido
generando hasta ahora, el dinero es un recurso necesario para adquirir bienes y
servicios, incluso para adquirir conocimientos, pero cuando alineamos bien
nuestra zona vital de los recursos con los ritmos naturales, el foco sobre el
dinero es lo primero que se cuestiona.
La fluidez de la vida en los recursos, nos permite tomar
consciencia de que para lograr movernos con calidad en este mundo, además del
dinero, también disponemos de una gama muy extensa de recursos con los que
lograrlo; la inteligencia, la paciencia, la sabiduría, el tiempo, la bondad, el
sentido del humor, la capacidad de atención y sobre todo, la voluntad.
En el momento en que comenzamos a valorar nuestros recursos
internos con la misma o más consciencia e interés con que lo hacemos con los
materiales, nuestra vida y nuestros concepto de calidad de vida, se comienza a
ordenar de forma natural.
Cuando esto ocurre, podemos lograr la lucidez suficiente
como para observar con gratitud cómo la vida nos va proveyendo en cada momento
y circunstancias, de aquellos recursos que realmente precisamos para vivir con
dignidad y felicidad.
Si no conoces dónde se localiza el área vital de los
recursos en tu vivienda, comercio o empresa, para armonizarla, puedes probar a
realizar el siguiente ejercicio:
+Haz una lista de los recursos internos que sientes que
posees.
+Haz otra lista con los recursos materiales que también
posees.
+Con las listas hechas, trata de reflexionar sobre qué
recursos internos pueden ayudarte a mejorar los materiales. Por ejemplo: puedes
observar que una correcta administración del tiempo puede ayudarte a ser más
eficiente. Que la eficiencia junto a la inteligencia pueden favorecer la
calidad de tus ideas. Que la paciencia y la bondad pueden ayudarte a crear
sinergias de gran valor. Que la capacidad de atención puede ayudarte a
identificar las buenas oportunidades. Que el sentido del humor te puede ayudar
a relativizar los retos, y, como indicaba anteriormente, la gestión adecuada de
la voluntad, puede poner en valor y en equilibrio, todos los recursos que
posees, no solo para tu único beneficio personal, sino también para el
beneficio global. Es aquí cuando la vida te regala un sentido aún más valioso: la intuición.
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Autor: Andrés Tarazona (andres@andrestarazona.com)
Todos los jueves, desde el 7 de noviembre de 2019, Andrés comparte en este blog una serie de publicaciones centradas en
el Diseño Sentido: interiorismo y diseño consciente de viviendas, comercios y
empresas que mejoran la calidad de vida.
Todas están a tu disposición de manera gratuita a traves
del e-book Habitar, al que puedes acceder a través de este enlace:
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