TERCERA PARTE
EFECTOS DEL CAMBIO
CLIMATICO HOY- II
(Alteraciones en bosques, océanos, metano y ecosistemas)
En los dos artículos
anteriores hemos hecho una breve revisión de cambios climáticos en el pasado, hemos
visto el papel que el aumento de CO2 atmosférico, de origen humano, tiene en el
calentamiento global actual y hemos analizado los efectos que ya se están
viendo en el deshielo del océano Ártico y en el Jetstream. En esta entrega
vamos a seguir viendo otros cambios que se están produciendo en otros ámbitos
globales, como bosques, océanos y ecosistemas, principalmente.
Anteriormente hemos
visto como en el ciclo natural del carbono hay fuentes de carbono y sumideros.
Los principales sumideros de CO2 son los
océanos y los bosques del planeta. Ya hemos mencionado que, hasta la fecha,
estos sumideros han sido capaz de absorber y neutralizar aproximadamente la mitad de las emisiones humanas de CO2,
amortiguando el calentamiento global asociado a las mismas. Sin embargo,
estamos empezando a observar que, con el calentamiento del planeta, estos
sumideros están perdiendo esa capacidad de absorber CO2.
De hecho, el año
2020 es un buen ejemplo de ello. Ha sido un año de confinamiento generalizado
mundial, con un descenso importante de la actividad industrial, en el que las
emisiones de CO2 han sido un 7% inferior a las del año 2019. Sin embargo, la
concentración de CO2 en la atmosfera ha aumentado en 2.5ppm, lo mismo que en los dos años anteriores. Esto puede explicarse
por una menor eficiencia para absorber CO2 en bosques y océanos. Veamos qué
está pasando con ellos:
1. Bosques
Las principales
masas forestales del planeta se encuentran distribuidas entre los bosques boreales
(Alaska, Canadá y Siberia) y los bosques tropicales (Amazonia, África central y
Sudeste asiático). Ambas masas se están reduciendo de una manera acelerada.
-En el bosque boreal de Norteamérica un
pequeño escarabajo, el escarabajo del
pino (Dendroctonus ponderosae) está diezmando las poblaciones de pino a lo
largo de miles de km2. Este escarabajo siempre ha formado parte del bosque,
pero los fríos inviernos diezmaban sus poblaciones manteniéndolos a raya. Desde
los años 90 se ha observado que los inviernos ya no son tan fríos, sobreviviendo
muchos más individuos a la primavera siguiente.
A esto se suma que la primavera y verano son más largos que antes,
permitiendo al escarabajo tener varios ciclos reproductivos cada año. Todo esto
ha resultado en una explosión demográfica sin precedentes en la población de
escarabajos, convirtiéndolos en una plaga de proporciones bíblicas. Se estima
que ha destruido millones de Ha de bosque de pino desde Méjico a Alaska y la
plaga avanza sin control. A esto hay que añadir los incendios cada vez más
frecuentes que se producen en estas zonas boreales, debido a veranos más largos
y secos por el aumento de temperaturas. La cantidad de árboles muertos por el
escarabajo del pino hace que estos incendios sean de una intensidad aún mayor. Al haber menos árboles, la capacidad de
absorber CO2 atmosférico disminuye. Al quemarse los bosques, el CO2 que
almacenan sus árboles se libera a la atmósfera.
-En los bosques tropicales, la deforestación
acelerada para dar paso a la agricultura o ganadería está haciendo desaparecer
estas masas forestales a un ritmo creciente. En el Amazonas se ha perdido un
17% del bosque en los últimos 50 años, y países como la República Democrática
de Congo e Indonesia la destrucción de bosque sigue a un ritmo imparable.
Cuando un bosque se
tala no sólo deja de absorber CO2, sino que, al descomponerse su madera, se libera
el CO2 que contiene a la atmósfera. Como vemos, los bosques están pasando de ser sumideros a emisores de CO2.
2. Océanos
Los océanos son el
otro principal sumidero de CO2 en el planeta. Absorben CO2 de dos maneras
diferentes. Una, por medio de la fotosíntesis del fitoplancton y la otra por
disolución de CO2 atmosférico en sus aguas. Una vez en el agua, la molécula de
CO2 reacciona con el agua formando ácido carbónico, proceso que acidifica el
océano. Desde el comienzo de la revolución industrial, el pH de los océanos ha
bajado de 8.21 a 8.10. Un cambio de pH de 0.1 equivale a un incremento de 30%
en acidez, ya que se trata de una escala logarítmica. Este incremento en acidez
interfiere con la capacidad de criaturas marinas como plancton y corales para
extraer calcio del agua, que posteriormente usan para construir sus conchas y
esqueletos calcáreos.
La capacidad de los
océanos para absorber CO2 se está saturando, esto a su vez está produciendo una
acidificación de los mismos, lo que está interfiriendo con la cadena
alimentaria oceánica y por tanto, con su productividad biológica.
Bosques y océanos han neutralizado la
mitad de nuestras emisiones hasta ahora. La pérdida de eficacia en absorber CO2
por parte de ambos, supondrá un importante incremento en la concentración de
CO2 atmosférico y un aumento de temperaturas globales más rápido.
3. Metano
El metano es un gas
invernadero muy potente y su efecto es inmediato. Es 86 veces más potente que
el CO2 en un plazo de 20 años y 23 veces en un plazo de 100 años. Su
concentración en la atmósfera es tan baja que se mide en partes por billón o
ppb y ha pasado de 694 ppb en el año 1750 a 1884 ppb en el año 2020 (datos de la
“National Oceanic and Atmospheric Administration, NOAA”). Este incremento en
metano se debe principalmente a emisiones antropogénicas: 60% de la ganadería y
gestión de residuos y 40% de fuentes relacionadas con la producción de
combustibles fósiles. Aunque el metano que más preocupa a los científicos es el
que está almacenado en la zona ártica.
El principal
reservorio de metano de planeta se encuentra en el permafrost ártico (zonas que se encuentran permanentemente
congeladas, tanto en tierra firme, como en el fondo oceánico). Actualmente hay
5 billones de toneladas de metano en la atmósfera. En el fondo del océano ártico se estima que
hay almacenado al menos 100 veces más metano que el presente en la atmósfera.
Las bajas temperaturas y la presión del agua hacen que las moléculas de metano
se mantengan ahí estables y apenas se liberen.
De este fondo
oceánico Ártico, merece mención especial la Plataforma Continental del Este de Siberia o East Siberian Arctic
Shelf (ESAS). Esta plataforma se
encuentra justo al norte de Siberia, tiene una extensión de unos 2 millones de
km2 (unas cuatro veces la superficie de España) y una profundidad media de 50
metros. Constituye el principal almacén de metano ártico. Al ser tan poco
profunda, y estar situada en la periferia del océano ártico, es más vulnerable
a perder su cobertura de hielo en verano y por tanto a variaciones de
temperatura. De hecho, se han registrado temperaturas de 17ºC en verano en sus
aguas, lo que está llevando a la liberación de metano.
Plataforma
Continental del Este de Siberia. Fuente: Adaptado de NOAA
Los científicos
(Shakhova & Semiletov, Universidad de Fairbanks, Alaska) han observado que
en un 10% de la superficie marina de ESAS (los denominados puntos calientes),
se está produciendo una liberación de metano un millón de veces más intensa que en el restante 90% (3.000
gramos/m2 frente a 3 miligramos/m2 diariamente). Se concluye que estos fondos
oceánicos han empezado a calentarse por el aumento de temperatura del agua,
esto los desestabiliza, permitiendo la liberación de grandes cantidades de
metano.
De la misma manera,
se han observado emisiones de metano en el permafrost
terrestre conforme se va descongelando.
Una vez que este
proceso de escape de metano comienza, es muy difícil detenerlo. Se estima que
tendría el potencial de subir la temperatura del planeta hasta 0.6ºC en unos
pocos meses, además supondría un proceso de retroalimentación positiva que
aceleraría el calentamiento del planeta.
4. Pérdida de
ecosistemas y biodiversidad. Sexta extinción masiva
La crisis climática
viene acompañada por una crisis de ecosistemas y pérdida de biodiversidad a
nivel planetario. En los últimos 200 años, el ser humano ha ocupado cada vez
más espacio para su desarrollo industrial, agrícola y urbano. Esto ha sido en
detrimento de los espacios naturales, que cada vez se hacen más escasos. Esta
pérdida imparable de entornos naturales está llevando a muchos ecosistemas al
borde del colapso y conlleva una importante desaparición de biomasa e incluso
de especies enteras.
La comunidad
científica reconoce que nos encontramos ya en medio de la sexta extinción masiva. Como vimos anteriormente, a lo largo de la
historia del planeta ha habido ya cinco. La actual tasa de extinción es de 100 a 1000 veces superior al promedio natural
en la evolución.
Es importante
entender que la buena salud de los diferentes ecosistemas presentes en el
planeta Tierra ha jugado un importante papel en la regulación de la homeostasis
planetaria, manteniendo estables los parámetros que han permitido el
florecimiento de tanta vida en el planeta. Efectivamente, la riqueza de vida
que hemos llegado a conocer es el resultado de múltiples interacciones entre
todas y cada una de las partes que lo conforman. En la naturaleza todo está conectado y todo es interdependiente. Es
un entramado perfecto de vida que alcanza un equilibrio perfecto. Sin embargo,
ese equilibrio se ha visto totalmente alterado por la intervención del hombre y
empezamos ahora a ser conscientes de las consecuencias y alcance que todo ello
tiene.
Paso a enumerar una
serie de datos, a modo de ejemplos, que
testifican esta pérdida de biodiversidad:
-Las poblaciones de
mamíferos, aves, peces, anfibios y reptiles se han reducido un 68% desde 1970 (“Índice
Planeta Vivo 2020”, WWF).
-Disminución de
biomasa de insectos de hasta un 75% en zonas protegidas de Alemania en un
estudio de 30 años (Hallman et al, 2017). Similares resultados se han observado
en Puerto Rico.
-Tala desmesurada
de bosque nativo, sustitución por monocultivos como palmeras para producción de
aceite. Reducción de 9.7% de la cubierta arbórea mundial desde el año 2.000.
-Degradación de
suelo fértil, acrecentado por el uso de pesticidas y fertilizantes
agroquímicos.
-Pérdida de
biodiversidad en océanos por sobrepesca, desaparición de 67% de grandes peces
depredadores desde el siglo pasado (Christensen et al., 2014).
Habría muchos más ejemplos a añadir. Este deterioro de ecosistemas se ve acrecentado por la subida de temperaturas y fenómenos meteorológicos extremos asociados al cambio climático, lo que añade un estrés aún mayor a estos entornos naturales. Esto lo estamos viendo año tras año en:
-Terribles
incendios en Australia relacionados con grandes sequias.
-Incendios
imparables y descontrolados en zonas salvajes del bosque boreal en Canadá y
Alaska, debidos también a sequias prolongadas.
-Incendios en la
tundra ártica, fenómeno casi sin precedentes.
-Mortandad de
millones de pinos en Norteamérica por infestación de escarabajo del pino.
-Acidificación de
los océanos, debido a aumento de CO2 en sus aguas. Desaparición de corales y
alteración en la cadena trófica marina. Pérdida de oxígeno marino.
-Repentina
mortandad de saigas (antílope estepario asiático) en 2015, hasta un 60% de la
población mundial. Debido a infección por Pasteurella multocida y vinculado al
cambio climático.
-Desplazamiento
hacia el norte de hábitats de diferentes especies por calentamiento de hábitats
originales, como ocurre con las cinco especies del salmón del Pacífico.
-Alteración en los
caudales de ríos y estiajes más acusados, muy notable en la mayoría de ríos
españoles.
De nuevo, este
breve listado sirve a modo de ejemplo, no se pretende hacer una enumeración exhaustiva.
Lo que es importante destacar es la interrelación
que hay entre el clima y el entorno natural que nos rodea, del que somos
una parte integrante, y dependiente del mismo. Parece que el ser humano se ha
desvinculado tanto del mundo natural, que ha perdido de vista su dependencia
total de los servicios ecosistémicos
que este nos proporciona para el mantenimiento de la vida en el planeta.
Porcentaje en
peso de vertebrados terrestres, hace 10.000 años y hoy. Fuente:
populationmatters.org
5. Otros efectos
Hasta ahora se han mencionado los impactos más importantes del cambio
climático. No podemos dejar de enumerar otras consecuencias que ya hemos
empezado a experimentar y que también están relacionadas con un clima cambiante
y/o pérdida de ecosistemas, como son:
-Expansión en las áreas de distribución de
enfermedades infecciosas: virus zika.
-Aparición de nuevas enfermedades y
pandemias.
-Migraciones y refugiados climáticos.
-Mayor intensidad y frecuencia de huracanes.
Desvió de rutas tradicionales, como la aparición en la costa oeste europea de
huracanes que tradicionalmente se desplazaban hacia el Caribe.
-Aumento del nivel de las aguas de los
océanos. En la mayor parte del siglo XX las aguas subían una media de 1.4
mm al año. Desde el año 1993 hasta 2020 se ha observado un incremento de 3.3 mm
anuales. La subida observada de 2018 a 2019 es de 6.1 mm. El ritmo de subida se
está acelerando.
Variación en mm
del nivel del mar desde 1993. Fuente: climate.nasa.org
Dos tercios de esta
subida se atribuye al deshielo producido principalmente en Groenlandia,
Antártida y glaciares de Alaska e Himalaya.
El otro tercio se deba a la expansión térmica que sufren los océanos al
calentarse.
-Debilitamiento de la circulación
termohalina o cinta transportadora oceánica. Son corrientes de agua oceánica, en superficie y profundidad,
interconectadas entre sí por todos los océanos, que distribuyen el calor de
unas zonas del globo a otras.
La Corriente del
Golfo es una parte de esta circulación, trae agua cálida desde el golfo de
Méjico al oeste de Europa. Al llegar al norte, en el océano Ártico, sus aguas
se enfrían y también aumentan su salinidad por la evaporación que ocasionan los
fuertes vientos en superficie. El agua más salina y más fría es más densa, por lo
tanto, se hunde hasta el fondo marino para desplazarse hacia el sur por el
fondo oceánico. El deshielo de Groenlandia hace que haya más agua dulce en
océano Ártico, esto baja la densidad del agua y ralentiza el hundimiento de
esta corriente, debilitando así la circulación termohalina global.
Circulación
termohalina. Fuente: https://www.nationalgeographic.org/activity/circulation-seas/
Hasta ahora hemos visto los cambios que el actual calentamiento global está produciendo en los sistemas climáticos más importantes. En la siguiente entrega veremos qué podemos hacer como civilización y a modo individual para gestionar los múltiples desafíos que esta nueva realidad nos presenta.
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Autor: Alfonso Soria
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Dada la importancia del cambio climático y sus efectos sobre la Humanidad, la
Naturaleza y la Madre Tierra y teniendo en cuenta el mucho desconocimiento y
confusión que existen al respecto, este blog publica desde el jueves 18 de
marzo y durante cuatro jueves consecutivos (18 de marzo a 8 de abril) un
riguroso ensayo de Alfonso Soria, gran experto en la materia, divido en cuatro
partes:
1ª Parte: Cambio climático en el pasado y gases de
efecto invernadero (Cambio Climático: 1 de 4).
Jueves 18 de marzo de 2021
2ª Parte: Efectos del cambio climático hoy I:
Cambios en el océano Ártico y en el Jetstream (Cambio Climático: 2 de 4).
Jueves 25 de marzo de 2021
3ª Parte: Efectos del cambio climático hoy II:
Alteraciones en bosques, océanos, y ecosistemas (Cambio Climático: 3 de
4).
Jueves 1 de abril de 2021
4ª Parte: Soluciones (Cambio Climático: 4 de
4).
Jueves 8 de abril de 2021
Esperamos que su lectura sea de tu utilidad para
aportar luz y discernimiento acerca de un tema tan transcendente.
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