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El blog El Cielo en la Tierra publica todos los lunes, desde el 3 de septiembre de 2018, una entrada relacionada con el Proyecto de investigación Consciencia y Sociedad Distópica. Por medio de este enlace se puede tener información sobre sus objetivos y contenidos y cómo colaborar con él:
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En pleno siglo XXI, inmersos en una etapa de gran revolución
tecnológica, no resulta congruente, lejos de haber conseguido erradicar la
enfermedad (sociedad utópica), que convivamos en una sociedad cada vez más enferma
y altamente medicalizada. Se medicalizan hechos tan naturales y ajenos a los
hospitales como el nacimiento y la muerte y, con la excusa de garantizar
nuestra salud, se nos chequea constantemente en busca de una posible
“enfermedad” a través de los programas de cribado, que con su alto porcentaje
de “falsos positivos” unido a los daños colaterales por mala praxis médica y
efectos adversos de ciertos métodos de diagnosis, acaban siendo más
perjudiciales que beneficiosos.
Que las grandes multinacionales están detrás del negocio de la
Salud no es nada nuevo. Grandes corporaciones transnacionales, principalmente
financieras, manejan los hilos de la industria farmacéutica. Hace pocos años ya
se estimaba que, a nivel mundial, el sector farmacéutico podía tener un valor
superior a los 700.000 millones de dólares. Sin embargo, no es nada fácil
mantener este estatus. Las grandes farmacéuticas están constantemente creando
nuevos medicamentos para combatir el daño que les hacen los vencimientos de
patentes.
Hablando de semejantes cifras económicas no resulta difícil comprender quién posee el control y mueve los hilos de una complicada madeja en la que todos los intermediarios pretenden sacar su pequeña tajada. Gobiernos, Aseguradoras, Sindicatos, Colegios profesionales, Investigadores, Profesionales de la Salud, etc. resultan tentados a diario por el Patrón para que bailen a su son.
Hablando de semejantes cifras económicas no resulta difícil comprender quién posee el control y mueve los hilos de una complicada madeja en la que todos los intermediarios pretenden sacar su pequeña tajada. Gobiernos, Aseguradoras, Sindicatos, Colegios profesionales, Investigadores, Profesionales de la Salud, etc. resultan tentados a diario por el Patrón para que bailen a su son.
El resultado de ello podemos observarlo sólo estando un poco
atentos: el ciudadano ha perdido la soberanía sobre su propia salud; ha perdido
su capacidad de decisión. Se practica una medicina basada en la enfermedad, en
vez de una medicina para la salud. El protocolo suele ser recurrente: 1.-surgen
nuevas enfermedades misteriosas o se nos amenaza con los peligros potenciales
de no vacunarnos contra otras. 2.- Las autoridades, “por nuestro bien”, se
encargan de difundir el pánico. 3.- la industria farmacéutica se erige en
salvadora y nos dispensa el “remedio sanador”. Por otro lado, las campañas
preventivas consisten, generalmente, en dispensar vacunas o fármacos de manera
masiva, financiados con el dinero de todos los contribuyentes.
La sombra de las farmacéuticas acecha tras cada esquina: Financia
investigaciones (y sesga sus resultados), colabora en eventos, patrocina
simposios y seminarios, paga viajes y gratifica en especie a médicos y otros
profesionales de la salud. Incluso podemos ver esa sombra (si queremos) dentro
de algunas Facultades de Medicina y Ciencias de la Salud (a veces incluso
apoyando con materiales diversos para la docencia). Y podíamos hablar también
del reparto de las cuotas de poder y de los tratos de favor. Tal están las
cosas que deberíamos recelar de todo lo que sea “oficial”.
Pero, ¿Qué pasa con lo oficioso?.... desde hace muchos años, otras
medicinas o fuentes de salud vienen empujando, pero no acaban de instalarse en
nuestra sociedad. Para mí, el motivo es diáfano: un clavo no saca otro clavo;
al menos si está tan mohoso como el anterior, y me explico: Si no nos gusta
cómo está consolidado nuestro sistema de salud, con todo lo que ello implica, y
parece que no, ya que el usuario se queja, el profesional se queja, el
estudiante se queja, y parece por tanto que no satisface a nadie, no podemos
basar cualquier otra alternativa en los mismos patrones y esquemas. Debemos
comprender que la Salud es un bien universal y de primer orden y, por tanto, no
podemos especular con ella. No podemos buscar el beneficio económico como
prioridad absoluta si lo que pretendemos es restablecer la salud del paciente,
cobrando precios abusivos y desorbitados por todo lo que vendemos, además, como
“imprescindible para su curación”.
Si estamos de acuerdo en que la salud es un bien universal, no
podemos empezar por mantener las rigurosas y elitistas restricciones para la
formación de los profesionales, así como las aberrantes sumas de dinero
solicitadas para ser beneficiarios de la transmisión de estos supuestos
conocimientos, sino que más bien deberíamos estar gozosos de poder participar
masivamente en la difusión gratuita e ilimitada de tan preciado y legítimo
bien. También dejaríamos de lucrarnos (con la misma excusa de siempre: “la
investigación cuesta dinero”) con la venta de libros y material divulgativo,
conferencias, etc.
Del mismo modo, para poder implantar cualquier tipo de sistema de
salud alternativo al que tenemos, no podemos perder de vista el carácter
solidario y universal que el objetivo demanda. Podemos especular con otros
bienes o servicios de segundo orden: ocio, artículos de lujo, incluso
propiedades, pero no con todo aquello que rodea a la salud, que debiera ser de
bajo coste, empezando por la prestación de servicios (consultas) y terminando
por los artículos que fuese necesario adquirir (en medio, la realización de
aquellas pruebas diagnósticas rigurosamente necesarias).
Todo ello nos llevaría a concienciarnos de que si queremos
pertenecer a la élite, ocupar parcelas de poder, ser personajes con grandes
fortunas y prestigio, etc, deberíamos dedicarnos a otra profesión, porque al
mundo de la salud estas cosas le rechinan y le resuenan más bien palabras como
solidaridad, amor, compasión, dedicación y humildad.
Y es que, a mí que me gusta acudir allí donde se realice un
Seminario, charla, u otro evento que tenga como finalidad la divulgación de
temas relacionados con el mundo de la Salud, con la esperanza de encontrar
personas comprometidas y solidarias con el potencial paciente (que somos
todos), no deja de sorprenderme la cantidad de nuevas medicinas, terapias,
técnicas, y métodos que se venden, con el mismo “olor a moho” al que ya estamos
acostumbrados.
Si seguimos empeñados en mirar hacia afuera, tenemos todo un supermercado de productos a nuestro alcance: una extensa carta de pruebas médicas con las que nos lo diagnostican todo: lo que tenemos y lo que no tenemos. Si atravesamos el umbral de la consulta del “médico de la enfermedad” el pulpo nos atrapará con sus tentáculos y ya no hay escapatoria; nos harán una prueba rutinaria, luego otra para confirmar la benignidad de la primera y, antes o después, estaremos alejados del patrón de “normalidad” que alguna tabla indique. Luego viene la etiqueta. Si por el contrario, desconfiando de lo “oficial” nos acogemos a la terapia alternativa, iniciamos un sendero en el que corremos el riesgo de encontrarnos con una gran diversidad de “profesionales” que nos venden de todo: todo tipo de artilugios protectores y todo tipo de técnicas novedosas.
Si seguimos empeñados en mirar hacia afuera, tenemos todo un supermercado de productos a nuestro alcance: una extensa carta de pruebas médicas con las que nos lo diagnostican todo: lo que tenemos y lo que no tenemos. Si atravesamos el umbral de la consulta del “médico de la enfermedad” el pulpo nos atrapará con sus tentáculos y ya no hay escapatoria; nos harán una prueba rutinaria, luego otra para confirmar la benignidad de la primera y, antes o después, estaremos alejados del patrón de “normalidad” que alguna tabla indique. Luego viene la etiqueta. Si por el contrario, desconfiando de lo “oficial” nos acogemos a la terapia alternativa, iniciamos un sendero en el que corremos el riesgo de encontrarnos con una gran diversidad de “profesionales” que nos venden de todo: todo tipo de artilugios protectores y todo tipo de técnicas novedosas.
Cada camino nos conducirá a un resultado diferente (a veces no),
pero lo que ambas opciones tienen en común es que quizás llevados por querernos
hacer un favor (por aquello de que el dinero no hace la felicidad), todos se
empeñan en desplumarnos la cartera.
Pero si miramos hacia adentro, nos daremos cuenta de que somos soberanos absolutos de nuestra salud, y descubriremos nuestro “kit de reparación”. Pero esta es otra historia.
Pero si miramos hacia adentro, nos daremos cuenta de que somos soberanos absolutos de nuestra salud, y descubriremos nuestro “kit de reparación”. Pero esta es otra historia.
La siguiente documentación que comparto, a modo de ejemplo,
justifica en gran parte el contenido de esta exposición y puede servir para
concienciar al lector acerca de la realidad distópica en la que nos
encontramos.
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Corrupción farmacéutica a nivel internacional
http://www.actasanitaria.com/cada-dia-en-la-union-europea-548-muertos-por-medicamentos-y-75-por-trafico/?fbclid=IwAR2gVW-s2jt5jG5ODapUrD0NxQK2Fex3VuPS7irqfuGIyPnKzG_r6u7Z_qY
Farrmaindustria paga 564 millones de euros a los médicos en 2017
http://www.nogracias.eu/2018/07/07/knowashing-elites-extractivas-la-necesaria-transicion-democratica-profesional-abel-novoa/
Un ejemplo de que las personas a las que consideramos “referentes”
por destacar en determinados sectores (en este caso en Salud) no están ahí por
casualidad
https://www.publico.es/internacional/articulos-investigacion-oncologo-espanol-dimite-no-divulgar-pagos-millonarios-farmaceuticas.html?fbclid=IwAR2yEbLui5eY0uV20n8j629sTH_xHDTRSClK9EeqpC3pgFi6dJp5ydMOpKo
Amplio estudio en el que se documenta claramente que la medicina
convencional no es más que pseudociencia
http://www.nogracias.eu/2017/11/27/la-inevitabilidad-evolutiva-la-supervivencia-la-mala-ciencia-biomedicina/?fbclid=IwAR0v-e3s3Ohtp4xfqHNcPnk4rxpMbi47CyCT7gSFPfb2aluItPpYKgLeT7k
Más opiniones documentadas acerca de lo mismo
http://www.migueljara.com/2016/03/02/juan-gervas-el-90-de-la-medicina-cientifica-oficial-es-pseudociencia/?fbclid=IwAR0hzsrtLDvZfIWem9alXEq8EPYpM1uqxc8xGTl_XrzBTRncILxLMiKoKd4
El presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica declara
abiertamente que “…hacemos los ensayos clínicos que quiere la industria
farmacéutica…”
https://www.elmundo.es/salud/2015/11/01/5633a478e2704e107f8b456c.html?fbclid=IwAR1vOHuDHLjySSFmDTLGu9ABYnaqiWvAlj37wJJ1R9a54DTxdHhHxzFWcCA
Otro estudio ampliamente documentado acerca de los pagos a médicos por parte de la
industria farmacéutica
http://www.nogracias.eu/2017/12/01/dinero-las-farmaceuticas-pagan-medicos-sociedades-cientificas-espanolas-no-puede-seguir-asi/?fbclid=IwAR3mgkbz36jN3ZEL3cGN6McSvExk-5hxuYMj6yxgpctg_otnItbNWCX16nA
Más sobre la falta de independencia en los ensayos clínicos
financiados por la industria farmacéutica (casi todos)
http://www.nogracias.eu/2018/10/10/se-pueden-ensayos-clinicos-independientes-financiados-la-industria/?fbclid=IwAR36DCUOU713GjtGj7B38Zr9ezP9I3Vql3xBzEnIaIFPZNUoE5Uz2stGxc8
¿Sobrevivir al cáncer?
¡Sobrevivir al médico!
http://www.actasanitaria.com/titular/?fbclid=IwAR1L-vSc2W-jLbdbqtwKO0QlvlogKQIcO81Huyk2dkMyXIpwYh1t2bBqj4I
El negocio del cáncer y por qué deberíamos dejar de aterrorizarnos
con esa palabra
http://www.actasanitaria.com/todos-tenemos-cancer/?fbclid=IwAR2l0CmjW2bxenfF6MelBCyY-zsmXja33tBxN2A1MZVFQ7JEn0baLTGoxdg
Más información acerca de esto
http://www.actasanitaria.com/todos-tenemos-cancer/?fbclid=IwAR2dRPwyTEVOkjs-PW8ooweqpCyjJjYYiY1_nFji4-TcfUZ42kZyc02pfBM
El gran negocio actual en el mundo de la Salud: el diagnóstico
precoz del cáncer
http://www.actasanitaria.com/el-diagnostico-precoz-del-cancer-de-ovario-dana-gravemente-la-salud-diga-al-cribado-del-cancer-de-ovario/?fbclid=IwAR28qBA_ehH1Ot_2mvtVmaChfNm-3bn-zEBeS9p3IZE78DnGpWug-hZw3OY
La industria farmacéutica se defiende contra las terapias
“alternativas”, pues merma sus ganancias, acosándolas a través de sus lacayos.
http://www.nogracias.eu/2017/04/27/la-inquisicion-profesional-contra-las-pseudoterapias-persiguiendo-sombras-por-abel-novoa/?fbclid=IwAR2Hphu_j7ge-SAqV5l7SkRRTgLsTLuM_QbtPvyIywVEB1Smgfd52l8gC0U
Documental imprescindible para comprender cómo se está
medicalizando la vida y se nos mantiene vivos pero enfermos crónicos, que es lo
más rentable para la industria farmacéutica.
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Autor: José del Torno (Diplomado
en Fisioterapia y experto en Ciencias de la Salud)
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