Seng Tsan es el autor de un antiguo y espléndido poema titulado Hsin Sin Ming. De su vida y obra no se conoce casi nada. Sí sabemos, de acuerdo con los relatos tradicionales, que el Zen (Chan) llegó a China, en torno a la primera mitad del siglo VI, de la mano de un monje hindú llamado Bodhidharma. Era el 28º sucesor en una línea de transmisión de la enseñanza que se remontaba hasta Kasyapa, discípulo del propio Buda. A partir ahí, el Zen fue echando raíces en China, abriéndose un linaje espiritual de seis patriarcas o maestros, siendo precisamente Seng Tsan el tercero de ellos. En esos primeros tiempos, se produjo un bello encuentro entre el Zen y el taoísmo chino, surgiendo una de las tradiciones antiguas más ricas de significados en la que inscribe el poema Hsin Sin Ming, claramente impregnado del aroma taoísta.
Tomado como base su lectura, vengo realizando unas Meditaciones personales que extienden y desarrollan los contenidos del poema como tal, aunque respetando su hilo conductor y sus pilares espirituales. Tales Meditaciones están siendo publicadas en el Blog, de lunes a viernes, desde el pasado 23 de febrero.
En este orden, son muchos los blogs y webs, de dentro y fuera de España, que están reproduciendo lo que en este Blog se viene insertando al respecto. Y he recibido un gran número de emails pidiéndome la remisión de las Meditaciones en formato texto. Animado por ello y aprovechando mi retiro de estos días pasados en el Monasterio de las Escalonias, he repasado y reordenado los contenidos de las 19 entradas publicadas hasta ahora. A continuación se pone el resultado a disposición de tod@s.
Espero que disfrutéis con su lectura lo que yo lo he hecho al escribirlas.
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I
no es complicado descubrir tu Ser Profundo, tu Verdadero Yo.
Simplemente, ¡deja de buscar!.
Cesa de aceptar y rechazar posibles caminos para llegar a él;
evita elegir, elude toda preferencia;
libérate del odio y del amor.
Tu Ser Profundo se hará entonces en ti
con toda claridad, en toda su plenitud.
II
aunque sólo te alejes de tu Ser Profundo el grosor de un cabello,
provocará una sima tan honda
como si se separaran Tierra y cielo.
Si deseas que tu Yo Verdadero se manifieste,
no abrigues ningún pensamiento
ni a favor ni en contra de nada.
III
lo que amas y lo que no amas,
lo que te gusta y lo que te disgusta,
las opiniones y los argumentos,
las disputas y los deseos de la mente:
estas son las enfermedades del alma,
las que la alejan de la libertad del Ser Profundo
y la someten a la tiranía del ego.
IV
allí donde la quietud es absoluta.
Nada hondo hay en las aguas superficiales;
chapoteando en ellas todo se turba, nada se gana:
te fatigarás en vano procurando apaciguar tu alma.
V
engloba todas las dimensiones,
los Universos, los Omniversos,
los Tiempos Paralelos, los Espacios.
Nada tiene en carencia,
nada en exceso;
nada le queda fuera,
todo, hasta el Vacío, le queda dentro.
VI
y sólo una ilusión te separa de Él:
la ficción de que lo conforman partes
entre las que tu mente y tu alma pueden elegir.
Entonces pierdes de vista tu Esencia
y olvidas que Eres lo que Eres:
el Todo, el Ser.
VII
y es Todo,
incluso el Vacío,
incluso el No Ser.
Tu Ser Es.
VIII
ni en el vacío interior.
No persigas el mundo sometido a la casualidad,
no te aferres a las apariencias, a las cosas opuestas.
IX
Acepta los dualismos con imparcialidad
Si el Espíritu permanece en paz en el Uno,
las perspectivas dicotómicas desaparecen,
los opuestos se desvanecen por sí mismos.
X
Siguiendo la dualidad, te estarás extraviando,
Irás lejos del centro, que es donde se halla el equilibrio.
Si vas de uno a otro, hacia cualquiera de los innumerables opuestos,
no podrás adquirir consciencia del Uno.
XI
Cuando la actividad cesa y la pasividad prevalece,
ésta, a su vez, no es sino más activa:
el Movimiento es Quietud.
Quietud y Movimiento,
eso, Todo, eres Tú.
XII
Tu Yo Verdadero es Uno y es Todo;
e ineludiblemente es, a la vez, Ser y No Ser.
Decidir lo que es, es determinar lo que no es.
Pero determinar lo que no es te puede ocupar tanto
que se convierta en lo que es.
XIII
Cuando
el error se manifiesta de dos maneras:
el rechazo de la realidad,
que puede llevar a su negación;
y detenerse en el vacío,
que puede llevarte a una contradicción contigo mismo.
XIV
Frases huecas, juegos del intelecto,
cuanto más te entregas a ellos
más olvidas tu Esencia,
más alejas tu cuerpo y alma de tu Ser Profundo,
más protagonismo adquiere el ego
y más limitada conviertes tu existencia.
XV
Deja de hablar y especular
y tu Yo Verdadero todo lo inundará,
todo lo absorberá, todo será.
Si suprimes los discursos, opiniones y elecciones,
no habrá lugar al que no puedas ir libremente,
nada te será imposible.
XVI
Tú eres el origen y razón de ser de cuanto es,
sin distingos de ningún tipo.
Cesa en tu lucha contra lo que es, contra
interioriza que Todo es Perfecto
y deja de pensar en metas
y que de ellas depende tu éxito.
XVII
Si corres tras las apariencias e ilusiones,
te alejarás del Principio y olvidarás
Si regresas a la raíz y te afianzas en tu Ser,
permitirás que todas las cosas fluyan hacia su origen,
es decir, hacia ti,
constando la armonía, el sentido de la existencia
y tu poder Creador.
XVIII
El reencuentro con lo que Eres
genera la “iluminación”.
Transciendes, entonces, el “vacío” del mundo
y su oposición a ti mismo.
El reencuentro lo experimentarás tan natural,
que la propia “iluminación” carecerá de entidad
desde la perspectiva de tu Ser.
XIX
Si crees que acontecen cambios
en el mundo exterior, en aquello que te rodea,
se debe a tu ignorancia,
que los hace parecer reales.
El Ser y tú Ser es Uno y es lo Real.
Y es inmutable e inalterable.
Si consideras que hay transformaciones
es por causa de las opiniones, los juicios y los dualismos
que atiborran tu mente.
XX
Pon término a la deriva mental,
establécete en
y, desde
haz tuya
Basta con que pongas fin al juego de la mente.
Si eliges, prefieres o discriminas,
equivocas el camino;
XXI
Deja de buscar y escoger,
no te hundas en los opuestos,
evita las dicotomías.
Si hay el menor rastro de sí o de no,
el Espíritu queda olvidado en un laberinto de complejidades.
En cuanto tu mente establece el bien y el mal,
surge la confusión y el engaño
y el ego sustituye al Yo Verdadero al frente de tu vida.
XXII
La dualidad existe en razón de la unidad,
pero no te aferres a esa unidad.
Tu Espíritu es el Ser Uno,
no te apegues ni siquiera al uno.
XXIII
Cuando el Ser Profundo toma el mando de la vida,
el ego se diluye junto con su mar de confusiones mentales.
La complejidad desaparece,
la multitud se unifica
y nada puede ya ofenderte, ni perturbarte.
XXIV
Quietud y Movimiento en lo hondo de tu Ser profundo:
permanece en este estado, tu estado natural,
y la sonrisa de tu Ser borrará todo interrogante,
toda mueca de disgusto o desagrado.
XXV
Cuando el Ser Profundo llena nuestra vida,
es como si el Ser Profundo no existiera.
Su luz muestra la realidad: Todo es Uno,
sin dicotomías ni ambivalencias.
Lo inofensivo y lo dañino dejan de existir,
nada nos ofende, nada nos turba.
XXVI
Los sujetos se diluyen cuando son liberados de sus objetos,
al igual que los objetos cuando son liberados de sus sujetos.
El sujeto desaparece tras el objeto,
el objeto se desvanece con el sujeto;
el sujeto se calma en cuanto cesa el objeto,
el objeto cesa en cuando el sujeto se calma.
XXVII
El objeto es objeto por el sujeto;
el sujeto es sujeto por el objeto.
El Ser que Somos no conoce fragmentaciones;
la mente es la que divide, fabricando dualidades.
XXVIII
Sujeto y objeto no existen
en la unidad de nuestro Yo Verdadero;
Sin embargo, son imprescindibles
para que se justifique nuestro pequeño yo, el ego.
En el Ser, nada son.
Fuera de Él, adquieren apariencia de realidad,
engatusan a los sentidos físicos
y agotan con vaivenes a la mente.
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Gracias, querido Emilio. Gracias de corazón por todo lo que das.
ResponderEliminarLas recibo feliz, Pilar.
ResponderEliminarY te pido que valores y seas consciente de todo lo que tú también has dado y das.
Por ello, gracias, igualmente, de todo corazón.
La verdad es que nos interesaría a tod@s esa recopilación. Te lo agradecemos.
ResponderEliminarHola, Regla.
ResponderEliminarDe lunes a viernes iré publicando nuevas Meditaciones, en la medida que van emanando de mi interior. Y los sábados insertaré el compendio de las publicadas durante la semana.
Aunque el Hsin Sin Mig es un texto breve, para que las Meditaciones puedan extraer todo su jugo estimo que se estarán publicando hasta finales de abril.