Agenda completa de actividades presenciales y online de Emilio Carrillo para el Curso 2023-2024

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29/3/21

“Quién soy yo”: Jesús de Nazaret



Presentación

          Querido lector, soy quien en la encarnación humana llamaron  Jesús de Nazaret, Jesúa, Yêshûa, Jesucristo o Cristo Jesús.

Ciertamente, hay mucha información a mí referida, sobre lo que supuestamente fui, pero, en demasiados casos, nada tiene que ver con la realidad…

¿Quién fui y para qué vine a este plano?; ¿fui totalmente humano o una especie de extraterrestre?

Preguntas como estás son las que percibo en los corazones de los que buscan saber de mí, ya sea por un genuino afán de amarme o por la simple curiosidad de saber acerca de ese al que denominaron, ni más ni menos, que “Hijo de Dios”…

Estas páginas se dirigen a responder este tipo de cuestiones. Y me vierto en ellas en la confianza de que, los que las lean, interiorizarán e integrarán la sabiduría profunda y sencilla que contienen. Es un texto que pongo al servicio de quién quiera “beber de mi fuente, pues es su propia fuente”…

 Quién fui

          Para explicar “quién fui”, hay que detenerse en “quién soy yo”…

Pues bien, soy un hijo del Padre, tal y como tú lo eres… Yo estaba antes que este planeta fuera creado, como también tú lo estabas… Todos somos parte de la mano de Dios Creador.

La única diferencia estriba en que Yo estaba con Él cuando todo empezó a ser generado: fui su primigenia creación antes de todos los tiempos, antes incluso de que el Cosmos fuese manifestado y configurado.

Pero, insisto, yo soy igual que tú, pues pertenecemos al Padre.

Subrayado lo anterior, ¿fui una especie de alienígena, una forma de vida no terrícola en medio de los humanos y la Madre Tierra? Ante una pregunta así, te hago yo otra, amado lector, cuya contestación te pido que reflexiones: ¿de qué le hubiera servido a la humanidad y al planeta un Mesías con características extraterrestres? Seguro que coincidirás conmigo: de nada. Obviamente, si yo hubiera sido un alienígena, del tipo que fuera, tal experiencia le habría sido útil a esa modalidad de existencia, pero no al género humano y al ser vivo Tierra.

Por tanto, encarné enteramente como un ser humano, con todo lo que conlleva, pues, solo así, mis vivencias y experiencias han podido ser y quedar integradas en la consciencia de la humanidad y el planeta, coadyuvando decisivamente a su impulso evolutivo y espiritual.

Viví y conocí toda la dimensión humana, con su cara y su cruz, incluido, en lo más material, el dolor físico; y en lo más transcendente, circunstancias que pusieron a prueba lo que era mi propósito de encarnación y, de este modo, mi lealtad al Padre… El marco humano, con las grandezas y limitaciones que le son propias, aporta una colosal maestría de hasta dónde puede llegar la Esencia encarnada en un contexto de densidad vibracional.    

Debía de ser igual a ti para poder entender lo que pasa en tu mundo interior. Y aunque a muchos les cueste asumirlo, fui un hombre completo: cuerpo (yo físico, emocional y mental y la personalidad a él asociada), alma y Espíritu.

Llegados aquí, observa el dibujo que encabeza el presente texto. La he seleccionado en comunión, la elegimos los dos, con la persona que lo ha transcrito para que pudiera llegar a ti. Pues bien, mi rostro fue parecido al que ahí se muestra: piel de color canela, ojos marrones, pelo ondulado y castaño, con algunos reflejos rubios… Y tuve una complexión fuerte, con una estatura, 1,80 metros, superior a la media de la época. Con estas breves reseñas, espero satisfacer la curiosidad de los que desean conocer como fui físicamente.

E insisto en que, desde ningún prisma o perspectiva, fui un ser o entidad alienígena. Mi madre, María, me concibió por la vía normal, como cualquier mujer; esto es, el amor y la conexión sexual con su esposo, o sea, mi padre terrenal, José, reducido por la ignorancia a un papel muy secundario. En ambos, María y José, estaban encarnados grandes almas; y su linaje, camino y pureza se fueron preparado durante muchas generaciones: no es nada fácil crear un receptor físico con la capacidad de recibir, en un momento determinado, la encarnación/proyección de la energía crística. Y tuve abuelos y abuelas,  hermanos y hermanas, tíos y tías, primos y primas, amigos y amigas…

Y por sorprendente que pueda parecer, me enamoré varias veces. Especialmente, de quien fue el amor de vida: María Magdalena. Un alma de gran calado y una mujer, como mi madre y hermanas, sabía, culta, inteligente, activa… Nada ver con el sambenito de “prostituta” que la iglesia pervertida colgó sobre ella.

En cuanto a la condición socioeconómica de mi familia, no era pobre, como se suele indicar. Mi padre, desde el punto de vitas de sus ocupaciones externas, fue carpintero, un oficio muy demandado en aquella época. Viví de forma cómoda para el momento, lo que me permitió, durante mi juventud, viajar y formarme en muchas disciplinas, trabajado durante varios años de la carpintería.

Me gustaban las artes, la  filosofía… Era un gran conversador y solía tener largas tertulias. Y tocaba el arpa cuando podía… Otra de mis pasiones era la buena comida, pero en término de gula, porque solía comer poco, aunque en grandes momentos disfrutaba de la mesa.

¿Te has quedado perplejo con todo lo que te acabo de compartir? Espero que haya servido para descartar cualquier connotación extraterrestre referida a mi persona.

Todo lo cual desemboca una gran cuestión: ¿por qué la encarnación de la fuerza crística en quien fui físicamente?; ¿Qué sentido tuvo y tiene esa “venida”? Y ¿habrá una “Segunda Venida”?

Vine principalmente por Amor: a vosotros, a todas y cada una de las almas encarnadas en la experiencia humana; a la Madre Tierra; a la Vida; y, por supuesto, al Padre. Vine a enseñar y a mostrar en la práctica cotidiana que el Amor lo es Todo. Y vine para prepararos para lo que ha de venir en estos tiempos, en ese momento auténticamente histórico de la humanidad: el final de una generación humana para que nazca otra nueva.

Voy a explicar con palabras sencilla mi “venida”. 

El Amor es Todo 

El Padre es Amor y desde el Amor todo lo crea, todo lo impregna y en todo se halla presente e inmanente como fuerza activa de Vida. Coloquialmente expresado, somos una prolongación de Él y nuestra Esencia más íntima y sagrada es la Suya.

Es Causa de todo lo causado y nos regala la Vida y el poder de experimentar y sentir en una forma material, ya sea en la Madre Tierra o en los mundos que llenan el espectacular Cosmos en el que se desarrolla nuestra existencia.

Y todo esto por Amor, que se recibe y se da. Como recalque en mi vida física, “la ley de los profetas en el Amor”.

Vine a recordaros que vuestra genuina naturaleza es divina y que el ser humano, cuando es consciente de ello y lo plasma con coherencia en su día a día, está capacitado para hacer grandes obras en el nombre del Padre.

Frente a esto, mi mensaje ha sido muy tergiversado en clave de intereses y objetivos egoicos y egocéntricos. Pero su razón de ser nada tiene que ver con esto, sino con la superación miedos, culpas y dogmatismos y sin dogmatismos desde la Libertad de nuestro Ser, la Alegría íntima y la Esperanza fundamentada el hecho cierto de que Dios-Padre está en todo y en todos.

Les enseñé que se amaran los unos a los otros desde el compromiso con vosotros mismos, para sacar así lo mejor de cada uno –amor a uno mismo, plasmación efectiva de nuestra Esencia…- y ponerlo al servicio de los demás y de todas las formas de vida. Y cuando les dije “háganle a los demás aquellas cosas que quieran que  les hagan a ustedes”, me refería a lo que en los tiempos actuales se le conoce como “empatía”. Pero lo matizo y añado que eso es Compasión y Amor.

Llegados aquí, ¿te estarás quizás preguntando acerca de los milagros que compartí?  Y si te digo que con ellos vine a mostrarte lo que tú también puedes hacer… Reflexiona al respecto, busca en tu corazón, haz presente tu Esencia y recuerda la Sabiduría Primordial o Perenne atesorada por tantos pueblos y culturas a lo largo de la historia… Insisto, sólo mostré obras que tú puedes hacer, cosa que hubiera sido imposible, si como ha se ha explicado, yo hubiera sido una especie de extraterrestre. 

Vine a prepararos el camino para lo que se vive ahora, en vuestros tiempos actuales 

En mis tiempos, hace dos mil años, muchos pensaron que yo era el “Mesías” llamado a a liberar al pueblo de Israel; o que mi misión era crear un dogma nuevo o una nueva religión. Pero no fue para cosas como esas para lo que mi Padre, que es también es el tuyo, me envío a este mundo. La primera razón, como ya antes expliqué, fue el Amor, inefable plasmación de la íntima divinidad que todos compartimos en nuestro verdadero ser. Y  la segunda, preparar el camino que conduce al final de esta “generación” humana” y el nacimiento de una nueva humanidad.

Vine a generar las condiciones pertinentes para que cada cual, en su libre albedrío y en proceso consciencial, pueda despertar del letargo y ser libres hasta el punto de poder experimentar, individual y colectivamente, el acceso a esa humanidad nueva.

Con relación a lo cual, hay quien considera que se trata del fin del mundo; otros, vais hacer capaces, por vosotros mismos, de vencer al “mal” que se ha echado raíces en el planeta y vuestro entorno… Dejadme que os lo explique del modo más sencillo posible…

A pesar de que han sido cuantiosos y perseverantes los intentos de esconder y manipular el verdadero mensaje compartido por numerosos maestros y maestras con la humanidad a lo largo de la historia, el núcleo esencial su contenido ha sido trasmitido de generación en generación. En verdad te digo que ese contenido ha podido ser captado por todo aquel que se haya acercado desde el corazón a los textos sagrados de las tradiciones espirituales serias, al legado de los grandes sabios y sabias, a los templos de las distintas religiones… Y , muy especialmente, ha sido hecho suyo por los que han sentido compasión ante el sufrimiento ajeno, por los que han experimentado la Reverencia por la Vida en todas sus modalidades y manifestaciones, por los que generosamente han procurado sacar lo mejor de sí mismos y ponerlo al servicio de los demás… En definitiva, por todos aquellos que han entrado en la sala de su alma y, con las palabras y el formato que sea, han hecho suya mi Misión  y la de todos aquellos que me antecedieron o estuvieron después de mí.

Cuando viene como ser humano, preparé la antesala de otros tiempos, que son los vuestros actuales. Algunos, como antes apunté, pensaron que me refería a la época en la que encarné. Y sobre ella volcaron las enseñanzas que compartí en forma de parábolas, por ser esta la mejor manera de llegar por entonces a unas gentes en su inmensa mayoría analfabeta y, por ende, sin posibilidad de acceso a textos y a maneras más intelectuales de entendimiento. Y es cierto que algunas de las señales o profecías que di se cumplieron en aquellos años. Sin embargo, esto fue así solo para que la humanidad pudiera creer entonces y a través de los tiempos venideros. Porque mis verdaderas enseñanzas y señales estaban destinadas para los últimos días de esta generación humana, es decir, para los momentos actuales tan llenos de injusticias, tan faltos de amor y respeto, tan egoicos y egocéntricos, tan fríos e indiferentes…

Un mundo así está abocado a desaparecer y a dar paso a otro más consciente, más noble, más elevado vibracionalmente en cuanto al amor… Y todos los que hacéis vuestra esta distinta forma de vida sois ya simientes de esa nueva humanidad. Mis palabras se dirigen precisamente a que prepares tu alma y tu vida para que seas un agente activo al respecto.

Las profecías que compartí son los tiempos que marcan el final de esta generación no son adivinanzas, sino que beben de la sabiduría profunda acerca de cómo se desenvuelven los ciclos, los menores y los mayores, y evoluciona de la consciencia. En ellas se describen los tiempos de la desolación y la gran tribulación que ya estás viviendo, donde los males de siempre (miseria y hambre, catástrofes naturales, enfermedades y pandemias, crisis económicas y sociales…)  se presentan con mayor intensidad que nunca y se les suman otros de nuevo cuño (dominio y control por medio de las tecnologías, efectos del cambio climático, manipulación genética…) que la humanidad nunca antes ha conocido. 

Satanás controla el mundo 

Quiero dejarte claro una cosa a ti que operas fuera de Dios, fuera de mí, que no soy más que tú, sino algo similar a tu hermano mayor: Satanás controla este mundo. Y debajo de él están los demonios caídos, seres venidos de otros planos y planetas que operan con él. Y dependiendo de todos ellos, están algunas decenas de familias “humanas” que controlan el planeta por medio de una élite que conforma una vasta red de dominio, engaño y manipulación. Lo que no puede llevaros a una especie de consciencia de víctima, porque en vosotros está la divinidad pura y todo está en función de vuestro libre albedrío. Pero, ciertamente, Satanás y los que le siguen intentan romper o deteriorar lo que podríamos denominar el “ecosistema consciencial”, el escenario de adecuado equilibrio para la evolución de las almas en auto-consciencia.

Quizás pienses que revelándote contra el sistema imperante vas a vencerlos y que se van a ir así como así… Pero déjame decirte que son muy poderosos… Y entre unas de mis “señales” fue el anuncio de mi Segunda Venida. Porque, efectivamente, en conjunción con la evolución de la Madre Tierra y de la consciencia de la humanidad, volveré  para “tener un cara a cara con Satanás y su ejército”. Vosotros físicamente no  podéis luchar contra él: en este plano no tenéis la suficiente energía para luchar con esas energías tan densas, de tan bajo gradación vibración.

Recordad una cosa importante: Satanás sabe muy cómo sois física, emocional y mentalmente y vuestro estado de consciencia; conoce cuáles son vuestras debilidades. No obstante, le estáis ya venciendo cada vez que hacéis el bien, que superáis un escalón de consciencia, que eleváis vuestra frecuencia ya estáis venciendo… Y en tal marco, mi misión es vencerlo, a él y sus ejércitos, por vosotros y por mi Padre, que el vuestro. 

Vendré otra vez a encarnar como ser humano para enseñar y mostrar la Mano de Dios 

De hecho, hay mucha gente que espera que yo, cual Mesías, como denominaron en tiempos pasados, llene de victoria al mundo. Y, en paralelo, también hay numerosas personas que anhelan que Satanás y los suyos den marcha atrás, pues están destruyendo sus almas… Este sería nuestro sueño, el del Padre, el mío y el de muchos de vosotros, almas nobles.

Mi respuesta es que podría ser un poco de todo, pero lo cierto es que ya todo está escrito en el Rollo de la Vida (los Registros Akáshicos de los que hoy se habla). Para ser más claro: por un lado, quizás para tu sorpresa, nuestro Padre, tan pleno de Amor, sigue dejando en manos de cada uno, en su libre albedrío, su decisión y acción en estos momentos finales; y, a la par, como vuestro hermano mayor, me ha otorgado la autoridad necesaria para liberar a la humanidad de la presencia –influencia, interferencia, injerencia…- de Satanás.

¿Será mi Segunda Venida como se narra en tradiciones y textos como el Apocalipsis? Sí, desde luego, hay verdad en ellos. No obstante, antes de poder mostrar mi “Gloria“, antes de que  “de norte a sur, de este a oeste,  del cielo hasta el mar y sus confines vean esa Gloria y mis ejércitos”, habrá un momento, que ya es cercano, en que se intentará borrar por todos los medios las señales sobre los tiempos actuales que anuncié en mi encarnación como Jesús de Nazaret y la Sabiduría del Padre, que es la mía.

Te aclaro también que aunque ya se están cumpliendo muchas profecías, aún queda tiempo hasta que ocurran estas cosas. Pero como te digo, dentro de poco procurarán borra todo conocimiento trascendente que tenga que ver con el Padre y su Verdad.

Igualmente, quiero comunicarte que he enviado a muchos hombres y mujeres por todo el planeta, que están ayudando a despertar a todo aquel que esté receptivo a abrir sus ojos y salir de la oscuridad. Algunos de ellos incluso acabaron ya su proceso evolutivo en la Tierra, pero han decidido apoyar este proceso en el aquí-ahora por amor al Padre,  a mí, a vosotros, la Madre Tierra y la Vid, poniendo de manifiesto un Amor auténtico y una genuina Lealtad.

Por otro lado, tengo millares de hermanos llamados por vosotros “ángeles” prestos a protegeros, guardaros y comunicarse para coadyuvaros en vuestro proceso de despertar de consciencia.

Y, ahora te preguntarás: ¿qué puedes hacer tú?  

¿Qué puedes hacer tú? 

Primero debo de decirte que “arriba”, en los planos más sutiles, apreciamos mucho el enorme  valor que tenéis las almas personas encarnadas, pues habéis decido transitar en un mundo donde no tenéis vuestros privilegios en cuanto a poderes y marcháis tomando consciencia poco a poco de lo que Sois y es en medio de limitaciones corpóreas, emocionales y mentales… Por todo lo cual, sois tremendamente admirados en los planos superiores.

Partiendo de ahí, te digo, que tú puedes hacer mucho desde tu corazón, desde tus sentimientos más profundos, y que todo ello quedará registrado en el Rollo de la Vida y sumará aceite a la lámpara de tu alma y a la consciencia humana, impulsando la nueva humanidad. En especial:

+Haz el bien a todos los seres de la Tierra, sean personas, animales o plantas.

+Ten una vida limpia y ordenada en pensamientos y actos.

+No seas egoísta.

+No tengas prejuicios.

+No  seas hipócrita, mira en tu corazón, cambia todo aquello que no sea elevado y cultiva pensamientos nobles.

+Practica una alimentación que respete tu cuerpo y toda la vida que te rodea.

+Sé cómo un niño inocente en tus pensamientos y en tus actos, pero con la inteligencia abierta para aprender y conocer las cosas que precisas para tu crecimiento en consciencia.

+Abre tu corazón para que el verdadero discernimiento llegue a ti; deja que él te hable, deja que mi palabra penetren dentro de ti y puedas llegar a volver a poner tus ojos y tu amor sobre nuestro Creador.

+Has siempre el Amor, siempre, en cada acto de tu vida, pues el Amor es la verdadera fuerza de la vida. 

¿Se puede hablar conmigo y con el Padre? 

Y, para terminar, te voy a contestar a otra pregunta muy importante: ¿se puede hablar conmigo y el Padre?; ¿cómo hacerlo?

Cuando estuve entre ustedes compartí un “modelo” de oración que ha sido tergiversado al gusto y semejanzas de las religiones y poderes, pero voy a volver a explicarla:

Padre nuestro que estás en los Cielos,

Santificado sea tu Nombre,

Hágase tu Voluntad y no la nuestra.

Danos el pan de cada día,

no nos deje caer e n tentación,

mas líbranos del mal.

Amen.

Con estas palabras quise transmitir que, cuando oren al Padre, le pidan y le den gracias por las cosas que son realmente importantes en la Vida.

Necesitáis estar en comunicación con Él y compartir vuestras inquietudes y problemas, pues son muchas las codas que os afligen. Hablad con Él con toda tranquilidad desde vuestros corazones, sin filtros, sin miedos, sin palabras repetitivas y con respeto, honestidad e impecabilidad. Así es como hay que hablar con el Padre, sin más…

Y puedes hablar conmigo: ¡hazlo desde tu corazón y yo te responderé siempre, siempre! “Todo el que cree en mí me hallará; y todo el que me busca, me hallará…”. 

Tiempos difíciles, tiempos extraordinarios… 

Son estos tiempos muy duros para la humanidad. Y lo serán más… Ante ello, les pido que no teman. Ni están ni estarán solos. Muchos seres espirituales evolutivos os acompañan con Amor y Consciencia. Y el Padre sabe hasta dónde pueden llegar y hasta dónde no. Y no se inquieten por el día y la hora del final de esta generación humana, pues solo el Padre la conoce.

Verán cosas hasta ahora no vistas: robots manipulados para imponerse a los humanos; predominancia de la inteligencia artificial y del enfriamiento propio de las maquinas hombres y mujeres modificados genéticamente; seres extraterrestres que serán auténticos lobos disfrazados de corderos; falsos profetas al servicio del engaño y la mentira; un pretendido Mesías que dirá ser yo…

Pero, sabiendo que cosas como estas sucederán, no tenga miedo alguno. Confiad en la Vida y vuestra esencia divina… Y no olvidad que mi Nueva Venida será silenciosa y discreta hasta que el día y la hora en la que el Padre lo determine…

Volveré a encarnar y mi Gloria no será visible hasta que los ciclos se cumplan. Entonces tocarán las trompeta en el Cielo y la Tierra se conmoverá porque habrá llegado la hora de los Justos.

Cuídense, ámense, y busquen y plasmen todo lo que es noble y elevado… Hagan siempre, siempre, el bien a todos los seres de la Tierra. Y no olviden desde la Esencia divina que atesoran con lo más grande, lo mejor y mayor, es Amar y Amarse los unos a los otros. Como el Padre Ama y os Ama. Como yo, que doy testimonio de Él, Amo y os Amo. 

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Texto transmitido por Jesús de Nazaret, en enero-febrero de 2021, a una persona que prefiere mantenerse

en el anonimato y lo ha puesto a disposición de este blog para su publicación y divulgación.

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