Érase una vez, un niño muy
explorador y aventurero que soñaba con alcanzar un tesoro. Desde pequeño tenía
la sensación de que le faltaba algo e investigaba en cuentos que le habían
regalado, cómo se podía adentrar en la aventura de ir en busca de ese tesoro
que anhelaba y no sabía dónde encontrarlo.
Pasaron días, meses y años,
y ese niño a medida que se fue convirtiendo en un niño mayor, se fue olvidando
de aquel sueño infantil sobre el tesoro perdido.
Hasta que un día, volvió a
sentir la sensación de vacío, de que algo le faltaba, no sabía bien lo que era,
pero había estado construyendo su vida de adulto y no se sentía pleno, y eso le
hizo recordar, el anhelo aventurero de encontrar el tesoro.
Así que decidió no
postergarlo más… y decidió salir en busca del tesoro perdido…
No sabía a dónde ir, porque
no tenía ni idea de dónde comenzaba la ruta, así que se quedó quieto un momento
en su habitación preparado para partir, y en ese momento de quietud, apareció
una deslumbrante lunita con un mensaje.
Le dijo:
-No te apresures, esta noche mientras duermas, vivirás una enorme
aventura. Tan solo cerrando los ojos, encontrarás la ruta.
Así pues, el niño adulto,
le hizo caso, dejó la mochila al lado de su cama y, entrada la noche, se fue a
dormir entusiasmado.
Después de unas horas
profundamente dormido, el niño adulto, comenzó a ver la orilla de una playa, un
lugar tranquilo, con suaves olas descansando en la arena suave y brillante…
envuelto en el olor a mar, la calidez de sol y una suave brisa, comenzó a
caminar por la orilla sin rumbo, hasta que vio a lo lejos, un antiguo barco con
un capitán esperándole.
El niño adulto se
sorprendió al encontrar ahí el barco con un Capitán esperándole, mientras que
el Capitán le dijo que le había enviado “Mamáluna” (así era como llamaban a la
deslumbrante lunita que apareció antes de dormir), estaba ahí para llevarle donde
el niño adulto quisiese ir.
Al principio el niño
adulto, se sintió confuso, no sabía dónde tenía que ir, sólo sabía que quería
ir a buscar el tesoro, pero no tenía ningún destino pensado. Mientras tanto, le
explicó al Capitán su confusión, y éste le respondió que toda aventura, empieza
dando un primer paso, así pues, el niño adulto, subió al barco con entusiasmo
aventurero y con algo de desorientación, y así fue como comenzaron la ruta del
tesoro perdido.
Estuvieron mucho tiempo en
el mar, se hicieron muy buenos compañeros, ambos hicieron frente a numerosas
tormentas, pero lo peor, no fueron las tormentas, ni la ausencia de alimentos,
sino que fue un barco pirata que les fue persiguiendo durante todo el viaje…
Ese barco permanecía muy
cerca de ellos, con un pirata solitario al frente que les amenazaba, les decía
que no iban a conseguir alcanzar el tesoro, que ese tesoro era una ilusión
inexistente, que esa aventura era absurda, que él iba a alcanzarlos y los iba a
dominar para siempre, iban a ser sus esclavos para el resto de sus vidas, que
jamás iban a llegar a ser libres…
Llevaban tanto tiempo en
ruta, que el niño adulto, se comenzó a creer todas las amenazas del pirata, se
sentía desilusionado, cansado, sin confianza y perdido, todo aquel entusiasmo
con el que comenzó el viaje, se había diluido, sentía que ya no tenía sentido
aquel viaje, que era una falsa ilusión, hasta que el Capitán le dijo:
-Puedes volver a confiar en tu instinto, dejar al lado las amenazas
del Pirata y seguir adelante buscando el tesoro o puedes resignarte y ceder
ante el pirata, siendo esclavo de él toda tu vida. Es tu elección, yo sólo
estoy aquí para acompañarte, ni soy preso tuyo ni soy preso del Pirata.
El niño adulto se dio
cuenta que había permitido hacerse suyas todas las amenazas del Pirata y se lo
había creído todo, pero vio que solamente eran creencias con las que se había
identificado y habían eclipsado su confianza y entusiasmo. Así que decidió
seguir, comenzaron a seguir tan rápido, con tanta fuerza y firmeza que el barco
pirata fue quedando atrás y cada vez, era más difícil escuchar los gruñidos del
Pirata.
A lo lejos, pudieron ver un
pequeño islote, y el niño adulto, tuvo la corazonada de que finalmente habían
llegado al tesoro… a medida que se acercaban al islote, sentía cada vez más que
ahí se encontraba el tesoro!!
Llegaron al islote y el
Capitán le dijo que no era su búsqueda del tesoro, que él ya lo había
encontrado tiempo atrás y que él se quedaba ahí en el barco, así que se
despidieron en la orilla de la playa y le deseó suerte al niño adulto, le dijo
que siguiera su instinto y lo encontraría porque no estaba lejos…
El niño adulto se adentró
en la isla, caminó por paisajes con frondosa naturaleza hasta que llegó a un
lugar parecido a una enorme cabaña, con una impresionante puerta de madera. Se
quedó ahí quieto, con curiosidad por entrar a la vez de incertidumbre por lo
que pudiera encontrar dentro… Mamáluna apareció ahí a su lado, frente a la
puerta y le dijo que lo vería dentro, le dijo que confiara y cuando se sintiese
preparado, abriese la puerta y entrara… había grandes sorpresas para él ahí…
Se dispuso a entrar y vio
un lugar muy iluminado, con muchas ventanas que dejaban pasar los rayos de sol,
un sitio cálido, tranquilo y mágico, también misterioso… nunca antes había
estado en un lugar así, estaba lleno de mariposas, de frutas de colores, se oía
música de fondo, una música maravillosa, todo el sitio le producía sensación de
abundancia y plenitud!!
Y en el medio de la sala,
había un baúl cerrado. Mamáluna estaba al lado del baúl y le invitó a ir hacia
allí… El niño adulto se quedó quieto frente al baúl y con entusiasmo y
misterio, abrió aquella enorme caja…
Dentro de ella sólo había
un objeto, un enorme diamante tan deslumbrante que el niño adulto podía verse
reflejado en el diamante como si fuese un espejo.
Al verse a él mismo en el
diamante lo comprendió todo y percibió todo el significado de ese viaje, de esa
búsqueda del tesoro perdido.
En ese instante, se dio
cuenta de la verdad.
La verdad era tan simple…
El diamante le mostró que
eso era el niño adulto en esencia. Y eso es lo que había perdido y había estado
tanto tiempo buscando, anhelando y soñando, nada ajeno a él sino él mismo en
esencia.
Se dio cuenta que todo ese
viaje, esa búsqueda, no era nada más que el principio del encuentro con su
diamante interior. Ese Pirata gruñón y malvado no era nada más que el reflejo de
sus propios miedos, inseguridades, desconfianza, limitaciones, resignación y
falta de amor por él mismo. Y cuando decidió confiar, aquel Pirata fue
desapareciendo… Esa sensación de vacío, de ausencia de algo, (que fue lo que le
impulsó a comenzar el viaje), era el olvido de su propia esencia, lo que ya era…
Se dispuso a buscar afuera
algo, se olvidó de su diamante interno. Se olvidó de brillar, de la luz que era
por herencia natural. Y se embarcó en mil aventuras, en búsqueda del tesoro
perdido, en búsqueda de su propio diamante. Aquel que encontró después de
haberse rendido (no resignado) y gracias a esa rendición, obtuvo el último
impulso de confianza, firmeza y decisión para acabar en aquel islote. Donde
estaba su tesoro perdido. El diamante espejo. Y al mirar al diamante, se vio a
él. Y pudo percibir con total claridad, que el tesoro perdido estaba dentro de
él…
Y colorín colorado, este
cuento no ha acabado…
No ha acabado porque este cuento tiene su propia camiseta!!
Siiii hemos diseñado una
camiseta única y original inspirada en este cuento!! La camiseta “The lost
treasure is inside you” (El tesoro perdido está dentro de ti).
Teníamos la idea de
fusionar en un proyecto: la escritura (utilizando elementos infantiles + temas
conscienciales) con el diseño en ropa. Y aquí lo tenemos!!
En este enlace siguiente,
podéis ver la camiseta, tanto para chico como para chica, en varios colores. Y
si nos podéis ayudar, genial!! Estamos participando en una campaña de
crowdfunding y cuantas más ventas, mucho mejor para que la campaña tenga
éxito!!
Para los que no estáis
familiarizados con este tipo de campañas, en la web de Crowdence, explica todo
de forma muy precisa y clara. La campaña estará disponible varias semanas en la
web y una vez finalizada la campaña, se procederá a estampar las camisetas y
así poder enviarlas a los compradores. (La campaña sólo es válida para España).
Si podéis ayudarnos a
difundir la campaña os lo agradecemos mucho.
Autor: Ana Charles Abadía
Fuente:
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