Agenda completa de actividades presenciales y online de Emilio Carrillo para el Curso 2023-2024

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16/6/10

La reencarnación en el cristianismo (3/5): Esenios y Juan el Bautista. Infierno y Purgatorio.

Los pergaminos del Mar Muerto y las comunidades esenias

¿Por qué no se da más publicidad a todo lo que se ha descubierto sobre los esenios? ¿Por qué no se dice al mundo todo cuanto se tiene traducido sobre estos manuscritos? ¿Por qué no se hace público que los monjes esenios creían en la reencarnación? ¿Por qué no se dice que los primeros cristianos creían en la reencarnación?

¿Por qué no se dice que Juan el Bautista perteneció a la comunidad de los esenios? Y Jesús es muy probable que también, pues era lógico que estuviese con su primo Juan el largo tiempo de su vida oculta. ¿Acaso Juan no le precedió en su salida al mundo, para ir preparando el camino al Mesías? ¿Qué cosa más natural que los dos estuviesen preparados en la misma escuela?

Los esenios, en su excesiva rigidez por buscar la perfección, demostraban su debilidad, pues no aceptaban en su comunidad a los hombres que estaban 'marcados por el pecado' como los cojos, los ciegos, los leprosos, y toda clase de lisiados.

Estando Juan el Bautista en la cárcel, mandó a dos de sus discípulos a preguntar a Jesús directamente si era el Mesías enviado de Dios: "Id a Juan y decidle: los ciegos ven... los mudos hablan... los cojos andan... los leprosos quedan limpios..." Es decir, que todos aquellos que la comunidad de Qumran (esenios) rechazaban por impuros, eran aptos para el Reino de Dios.

Juan el Bautista: reencarnación de Elías

Hablando de Juan el Bautista, dice Cristo: "¿A qué habéis salido al desierto, a ver a un profeta? Sí os aseguro, y más que a un profeta. Juan es aquel de quien se dice en la Escritura: Voy a enviar a mi heraldo ante tu faz. El irá preparándote el camino. Y si queréis recibirle él es el Elías que tenía que venir (Mateo, 11, 7-15).

Se puede argumentar que Jesús hablaba simbólicamente y que ese espíritu de Elías no era más que una fuerza o energía que se manifestaba en Juan. Pero es que realmente nuestro espíritu es una fuerza que da vida al cuerpo. Cuando un espíritu reencarna, su cuerpo no es más que el vehículo a través del cual se manifiesta. El cuerpo, hasta que se desvincula del espíritu a la hora de la muerte, es el vehículo del espíritu y pertenece a éste, y no a la inversa.

En el monte Tabor, en la transfiguración, los discípulos elegidos ven a Moisés y a Elías. Asombrados y sin reconocer a Juan en aquella figura, le preguntan a Jesús: "Pues ¿cómo es que decían los escribas que tenía que venir primero Elías (delante de Tí)"(Mateo, 17,10-11). Jesús les responde: "Elías cierto que vendrá para poner todas las cosas en orden" (se refiere a una tercera vuelta de Elías al final de los tiempos, algo que está todavía por suceder) "Ved que os enviaré a Elías el profeta, antes que llegue el día de Yahveh, grande y terrible" (Malaquías, 3,23). Y a continuación dice: "Pero yo os digo que Ellas vino ya, y en vez de reconocerlo, hicieron con él lo que les dio la gana" (Mateo, 17, 12-13)

El infierno y el Reino de Dios

Sería horroroso pensar que la gente que va muriendo con su pecado vaya eternamente al infierno. Siendo Dios tan misericordioso como es... ¿cómo va a permitir que la gran mayoría de los hombres que sabemos ciertamente que mueren en pecado, vayan a perderse para siempre? ¿En esto iba a quedar la obra de Dios? ¡Dios mío, que fracaso, tu obra destruida para siempre.

(Mateo, 13,24-26) "Es semejante el Reino de los Cielos a uno que sembró en su campo semilla buena. Pero mientras su gente dormía, vino el enemigo, sembró cizaña en el trigo y se fue. Cuando creció la hierba y dio fruto, entonces apareció la cizaña. Acercándose los criados al amo, le dijeron: Señor, ¿no has sembrado semilla buena en tu campo? ¿ de donde viene pues que haya cizaña? Y él les contestó: Eso es obra de un enemigo. Dijerónle: ¿quieres que vayamos y la arranquemos? Y él les dijo: No, no sea que al querer arrancar la cizaña, arranquéis también el trigo. Dejad que ambos crezcan hasta la siega; y al tiempo de la siega diré a los segadores: Coged primero la cizaña y atadla en haces para quemarla, y el trigo cogedlo para guardarlo en el granero".

Se da entender que el acontecer evolutivo de las personas, tanto para el bien como para el mal, no se debe interrumpir hasta el fin de una era (la siega), que no es la muerte de los individuos, sino el fin de una evolución global del hombre como partes de un mismo todo en el seno de esta Humanidad integrada en un plan universal.

Jesús explica: "La siega es el fin del mundo, y los segadores los ángeles. Por lo tanto, el mismo modo que se recoge la cizaña y se echa al fuego para quemarla, sucederá al fin del mundo. El Hijo del Hombre enviará a su ángeles para que de su reino aparten a todos los escandalosos y a todos los que obren mal. Y los arrojarán al horno de fuego. Allí será el llanto y el crujir de dientes. Pero los justos brillarán entonces como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga entendimiento que discurra". (Mateo, 13, 36-43).

Esto sucederá al fin del mundo, no antes. Y mucha gente lo interpreta como la destrucción o extermino de todo el planeta, cuando en realidad no es más que el fin de una era, y el principio de otra muy distinta.

Analicemos lo que Jesús entendía por mundo: "Vosotros no sois del mundo", decía a sus discípulos. Y al Padre oraba de esta forma: "Padre mío, presérvales del mundo. Ellos están en el mundo pero no son del mundo". Y acerca de su hora final decía: "Esto os digo para que tengáis paz en mí; en el mundo habéis de tener tribulaciones; pero confiad en mi. Yo he vencido al mundo" (Juan, 16,33).

Son muchas las ocasiones en que Jesús alude al mundo refiriéndose a las personas que tienen su corazón y su mente en las cosas materiales. Por tanto es fácil deducir que es el fin de esta sociedad corrompida, el fin del poder material, del odio, de la soberbia, de la envidia, de la lujuria, etc. El fin del Mal.

Infierno si, pero al final de la siega, no al término de cada existencia. La reencarnación da intensa luz sobre estas partes oscuras del Evangelio.

Las primeras comunidades cristianas creían en la reencarnación, con un período de oscurantismo que se iniciaría entre el año 325 d.C. (concilio de Nicea) y el 553 (concilio de Constantinopla). Orígenes (185-254 d.C.), gran maestro de la Iglesia primitiva, es muy preciso en sus declaraciones. En su 'De principis' dice: " Cada alma viene a este mundo fortalecida por las victorias o debilitada por los defectos de su vida anterior. El lugar honorable o deshonroso que le es asignado en este mundo, viene determinado por sus méritos o deméritos previos. Y su trabajo en este mundo determina a su vez el lugar que se le asignará en el que debe seguir a éste".

Parece ser que habla desavenencias por disparidad de criterios entre las Iglesias de Oriente y de Occidente, y para evitar las tensiones se decidió anatemizar esta creencia, con la exclusión definitiva de la reencarnación como creencia cristiana en el V concilio Ecuménico de Constantinopla (553 d.C.), según revelaciones recientes de los pergaminos de Qumram.

Puede que hubiera sido contraproducente y hasta peligroso creer en la reencarnación en pasadas épocas de exacerbado materialismo, afanados por las cosas terrenas. Por eso era necesario que algunas verdades quedasen relegadas en el olvido, hasta que, por fin, el desenfreno materialista empieza a tocar fondo, es ahora, cuando desilusionados e inmersos el la sima donde nos ha proyectado el materialismo, vuelven nuevamente los hombres a mira a hacia Dios. Y la verdad de la reencarnación, cual "Ave Fénix" resurgiendo de sus cenizas, se proyecta nuevamente en el horizonte de la mente humana.

El Purgatorio a la luz de la reencarnación

Cuando una persona muere (desencarna), según los reencarnacionistas, su espíritu pasa a otra dimensión que llamaremos mundo astral o del espíritu. Las influencias y experiencias que le aguardan allí, no sólo dependen del comportamiento de su vida pasada, sino también del grado evolutivo, dependiendo del estadio en que se encuentre.

En una existencia, una persona puede vivir muchos avatares que le hagan evolucionar enormemente (si sabe aprovecharlos positivamente). Pero no es este el caso más frecuente, aunque tiende a ir aumentando.

Hasta ahora, el caso común se ha caracterizado por un lentísimo ascenso en esa escala de perfeccionamiento continuo. El hombre primitivo evolucionaba en toda su vida menos que el hombre de hoy en sus primeros años de infancia. Un ser de grado muy primitivo, todo es instintivo, y pasa casi inconscientemente del mundo físico al astral o del espíritu, y viceversa.

A partir de la venida de Cristo, el mensaje Cristiano a la Humanidad le imprime una aceleración progresiva. En la actualidad, el individuo no puede excusarse ni escamotear este ascenso a la perfección que se le brinda con el ejemplo de las personas más evolucionadas. Por eso, la gravedad de los actos negativos de un ser de un estadio elevado tiene mayor repercusión en su propia consciencia; y el sufrimiento o purgatorio al morir (desencarnar) por la ley causa-efecto es directamente proporcional al daño infligido a los demás.

Nótese bien que el grado de Purgatorio (purga o purificación) depende casi más del grado evolutivo (conciencia) que de las malas obras. Cuanto menos evolucionado es el individuo, menor es también la capacidad pera la felicidad y el sufrimiento, tanto en el mundo físico como en el astral o espiritual.

Cuando un ser semisalvaje muere, si su comportamiento ha sido bueno dentro de lo que pueda dar de sí su grado de consciencia, experimenta en el mundo astral una dicha proporcional a su estadio o grado de consciencia, y la necesidad de evolucionar más deprisa para aumentar su capacidad de dicha. Esto sería lo que impele a las almas a reencarnarse de nuevo, escogiendo a veces voluntariamente (pero con licencia) y previo cálculo de posibilidades, algún defecto o deficiencia física para evolucionar más rápidamente.

Hasta el final de la era, en que quedará establecido el Reino de Dios, todas las almas pueden reencarnar, incluso las de los santos, como ya comprobamos en el caso de Elías. Aunque sus estancias en el mundo espiritual son más prolongadas, retenidas por el estado de gozo o bienaventuranza. No obstante llegado cierto tiempo (son enviados) experimentan ellos mismos la necesidad de volver para acelerar el advenimiento del Reino, y entonces los motivos de su reencarnación son puramente altruistas y de Amor a la Humanidad. Esto lo vemos consolidado claramente en las palabras de Jesús: "La mies es mucha, pero los obreros ' pocos. Rogad pues al dueño de la mies que envíe obreros a su mies" (Mateo 9,37 y 38).

El Purgatorio, más que un lugar, es un estado de la persona, esté encarnada o desencarnada. Por eso es posible que en algunos casos la Tierra haya sido el Purgatorio y no necesariamente tenga que ser siempre así.

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+La reencarnación en el cristianismo (1/5): Introducción y condicionamientos (14 de junio)

+La reencarnación en el cristianismo (2/5): Evolución, redención y reencarnación (15 de junio)

+La reencarnación en el cristianismo (3/5): Esenios y Juan el Bautista. Infierno y Purgatorio (16 de junio)

+La reencarnación en el cristianismo (4/5): El Sermón de la Montaña (17 de junio)

+La reencarnación en el cristianismo (5/5): Reino de los Cielos, resurrección de los muertos y noosfera teilherdiana (18 de junio)

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Aunque no tenemos la completa seguridad, pues el texto en el que se basan estas entradas carece de referencia bibliográfica, José Antonio Mairena, indagando en Internet, ha localizado como posible fuente del mismo el libro La verdad de la reencarnación a la luz del Evangelio (Ed. 7 1/2 S. A.; Barcelona, 1980), de Tomás J. Valencia.

4 comentarios:

  1. Comentario de Tomas J. Valencia

    Hace más de treinta años publique “La VERDAD de la REENCARNACIÓN A LA LUZ DEL EVANGELIO” La escasa acogida del tema en aquella época, hizo que me invadiese una profunda tristeza decepcionado por la total indiferencia de quienes se consideraban cristianos. Sin embargo no deje de escribir sobre lo que yo creía de gran importancia para que ideas totalmente contradictorias como misericordia infinita y condenación eterna pudiesen tener una respuesta coherente.
    Es necesario encontrar coherencia en nuestras creencias para evitar que se bloquee nuestra mente… Es de vital importancia que se disuelvan las graves contradicciones que existen todavía en el cristianismo.
    En estos largos años he seguido invocando a la LUZ para que descienda a esta bendita tierra… y me ha sido grato seguir desarrollando estos temas en ocho libros, de los cuales algunos se pueden conseguir en Internet a través de “obrapropia”
    “REVELACIONES PARA UNA NUEVA ERA” es una serie de cuatro libros que pueden adquirirse en la editorial “obrapropia”
    Otros libros del mismo autor pueden adquirirse comunicando con su correo electrónico tomasjvalencia@yahoo.es
    Quiero aclarar algunos puntos de mi primer libro, que han sido destacados en este bloc, y que se pueden mal interpretar.
    No existe una condenación eterna… Una condenación eterna contra-diría la infinita misericordia divina.
    Puede existir un infierno eterno, pero no una condenación eterna. El infierno más que un lugar, es un estado de conciencia cuando el individuo está lleno de odio y otras malas energías.
    Se puede considerar científicamente que el infierno es una torpe manipulación de la ENERGÍA de la VIDA cuando el individuo trasgrede la principal ley de la vida (que es el AMOR).
    Sin embargo es posible salir de nuestros infiernos por la infinita misericordia divina … Precisamente la reencarnación es la puerta de salida de nuestros infiernos… Es la ley gracias a la cual se nos da la oportunidad de salir de los infiernos más terribles, y poder rectificar nuestros errores.
    La infinita misericordia divina se manifiesta precisamente a través de la REENCARNACIÓN.

    El individuo que está lleno de odio ya ha creado su propio infierno porque está manipulando torpemente la energía de la vida… y si tenemos en cuenta que la energía ni se crea ni se destruye, así continuará después de la muerte hasta que depure su propia energía cuando se le den nuevas oportunidades en mundos de reprobación, como éste lo ha sido hasta ahora, Pero esto pronto va a cambiar.
    Podríamos decir que nuestro mundo es un purgatorio y en algunos puntos un infierno; no obstante este mundo esta apunto de pasar a un estado de CONCIENCIA SUPERIOR y quienes no consigan trasmutar junto al planeta, iniciarán un nuevo ciclo infernal en una nueva y larga serie de vidas en el dolor y el sufrimiento.
    Es a esto a lo que se refieren algunos iniciados cuando nos hablan del juicio final.

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  2. Muchas gracias, Tomás, por tus comentarios y reflexiones tan llenos de sapiencia y Amor.
    Aconsejo a tod@s l@s qiue las lean que accedan a tu Blog:
    http://reencarnacionparaelcristiano.blogspot.com/
    Un fuerte abrazo desde Sevilla.
    e

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  3. el ir y venir esta claro en el texto rabinico es el que es , el que era y que ha de venir - el que es el que vive --el que era el que vivio luego tuvo que descarnar- y sigue el que ha de venir para volver tiene que reencarnar de ley.

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  4. Muchas gracias por recordarnos con tu comentario una frase tan explícita y descriptiva.
    Un abrazo.

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