+Dios es lo Inmanifestado; y la Manifestación de lo
Inmanifestado. Lo que es Inmanifestado, es todo lo Manifestado. Lo
Inmanifestado es Dios; y Dios es también su Manifestación.
+Dios no admite nombre; y es todo lo nombrado. Lo que
ni tiene ni puede tener nombre, No-Nombre, es todo lo nombrado y todo lo
nombrable.
+Dios es No Ser, nada existente ni preexistente; y es
Ser y Experiencia de Ser -que es Una, aunque se despliegue en infinidad de
experiencias-.
+Dios es “`personal” desde su Inmanifestación; e
“impersonal” en su Manifestación. Todo es y en todo está, sin que quepa
separación o fragmentación alguna de nada ni de nadie con la divinidad.
+Dios es Nada; y es Todo. Cuando sólo hay Amor, no hay
Nada; cuando hay Todo, no hay Nada. El Vacío Absoluto es el del Todo Absoluto.
+Dios es Vacío; y del Vacío, por su Vibración, todo
Emana y se despliega: todas las formas, todos los fenómenos… La Emanación vibracional
del Vacío es Amor. Y el Amor se desenvuelve en Vida (que es Una) y Consciencia
(que es igualmente Una), que se manifiestan, a su vez, en todos los estados
conscienciales y todas las modalidades de vida y existencia. Todas aparentan
tener nombre, aunque son Manifestación de lo que carece de él: todas parecen
ser algo, pero son proyección del No-Ser.
+Dios es Increado. Y es lo engendrado desde lo
Increado y todo lo creado desde lo engendrado: Dios es Increado, lo engendrado
y todo lo creado (Creación) en su integridad.
+Dios es Concentración. Bajo la Emanación de lo engendrado
y la plasmación y expansión de lo creado, se halla la Concentración de lo
Increado, que actúa cual “fuerza de gravedad” y atrae Todo como Absorción,
generando el Eterno Retorno: Expansión-Absorción-Expansión.
+Dios es Omnipotente, pues nada necesita, desea,
anhela, quiere, aspira, ansía, prefiere o pretende; y en todo vibra y vive
Inmanente y Omnipresente, liberando a la vida de cualquier necesidad de hacer y
colmándola de “Vivir Viviendo”.
+Dios es Transparencia, sin atadura a reglas, sin ley
alguna, es el Orden Natural y el Tao, la Expansión y la Absorción , el Ordo Amoris y la Geometría Sagrada.
+Dios es Inabarcabilidad. Y la Inabarcabilidad
del No-Nombre es la
Infinitud de lo nombrable.
+Dios es Instantaneidad. Y la Instantaneidad de
lo Inmanifestado es la
Eternidad de lo Manifestado: el momento presente continuo
(aquí-ahora) en el que lo eterno se desenvuelve.
+Dios es Quietud. Y la Quietud del Vacío es el
Movimiento de Todo. Así, el Movimiento es el resplandor de la Quietud. Y su
repiqueteo, vocerío.
+Dios es Uno. Y, por ello, todo, todos y cada uno.
Bajo la diversidad, se encuentra la Unicidad. Bajo la complejidad, la Simplicidad. Bajo
la condensación vibracional y la tensión de formas y fenómenos, el Fluido y la Distensión del Vacío
Absoluto. Y Dios, siendo Nada y Todo, es Uno;
+Dios es Inmutabilidad. Y la Inmutabilidad de lo
Inmanifestado es la
Evolución permanente y la inestabilidad intrínseca de lo
Manifestado.
+Dios es lo que No-Es; y lo que es. Lo que No-Es, Real
Es: lo que es, irreal es. Lo que es y es irreal, configura la realidad, que es
una especie de “realidad virtual”. Su naturaleza es vibracional y presenta
infinidad de escalas y Dimensiones en función de las infinitas frecuencias
vibracionales en las que el Verbo (la reverberación de la Vibración del Vacío que
se examinará más adelante) se despliega y condensa.
+Dios, de este modo, siendo Uno, presenta, por exponerlo
de alguna manera, dos aspectos: Inmanifestado y su Manifestación; No-Ser que se
proyecta en Ser; No-Nombre que configura todo lo nombrado y todo lo nombrable;
Personal e Impersonal…
En cualquier caso, todas las percepciones de la
divinidad son igualmente respetables, pues Dios puede tener todas las formas a
la vez que, realmente, trasciende todas ellas.
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Una nueva entrega
de Recordando lo que
Es se publica en
este blog cada domingo.
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