Tu verdadero Hogar es el aquí-ahora. Tu Hogar no
es un espacio físico; no es un sitio o lugar donde tengas que estar o al que
debas llegar; tampoco es un determinado plano dimensional; ni un sentimiento,
pre-sentimiento, emoción o intuición. Nada de esto: tu Hogar es el momento
presente. ¿Por qué? Porque el aquí-ahora es la vida: la vida misma, la vida en
sí, la vida por sí. El pasado no es la vida: lo fue cuando fue presente (por
ello, las experiencias que en aquel momento vivenciaste se incorporaron a ti, a
tu consciencia, para siempre, sin necesidad de que te esfuerces en recordarlas
con la mente), pero ya no lo es. Y el futuro… ni siquiera alguna vez lo ha sido
y nunca lo será. La Vida
es tu Hogar y la vida es el aquí-ahora. Es elemental, pero las autolimitaciones
mentales dificultan que te des cuenta de algo tan natural… Cuando la gente
habla de volver al Hogar, de encontrar el propósito de su vida o de cosas
semejantes no sé percata de que todo eso es barullo de la mente y del ego: el
coche –el yo físico, mental y emocional- en reacción. Apartado de ese ruido
mental, el Conductor -lo que realmente eres, somos y es- sabe divinamente que
el único Hogar es la Vida
y que el propósito exclusivo de la vida radica en Vivir: Vivir Viendo en el
aquí-ahora. No en balde, a ese Conductor se le puede denominar de muchos formas.
Sin embargo, más allá de los nombres, es Vida, existencia… Vivir, existir, ser…
Vivir Viviendo… Este es el genuino contenido de la dimensión subyacente del
momento presente, de eso que no cambia y permanece siempre inmutable: el hecho
de que vives, existes, eres. O, expresado en primera persona para que se
interiorice mejor, el hecho de que yo vivo, existo, soy:
+Yo vivía, existía y era antes de encarnar en
esta vida física.
+Yo vivía, existía y era cuando nací en este
cuerpo.
+Yo vivo, existo y soy en cada momento de esta
vida en el plano humano.
+Yo vivo, existo y soy aquí-ahora, en este
momento presente.
+Y yo viviré, existiré y seré en la vida más
allá de la vida porque la muerte es un imposible y el coche fallece, pero el Conductor
nunca.
Este discernimiento abre las puertas a la
experiencia del Yo Soy: más allá del tiempo y el espacio, por encima de todos
los cambios que acontecen de instante en instante en la dimensión superficial
del momento presente, vivo, existo soy… ¡Yo Soy!… En numerosos textos sagrados
antiguos, por ejemplo en la Biblia , a la divinidad
se le asocia con el Yo Soy. Y muchas corrientes conscienciales más recientes
han insistido en ello. Esto es el Yo Soy: vivo, existo, soy… y tomo plena
consciencia de ello. Y Yo Soy ineludiblemente en el aquí-ahora, que es la vida,
del mismo modo que la vida es el aquí-ahora. Ni antes, ni después… Por supuesto
que, de momento en momento, tú y yo hemos estado y estaremos en muchos sitios,
mundos y planos. Es más, somos multidimensionales. Pero la consciencia que tú y
yo tenemos de este momento es aquí y ahora. Y este, el aquí-ahora, es nuestro
Hogar: nuestro espacio sagrado de libertad para experienciar plenamente el Yo
Soy y, desde esta toma de consciencia, modular la frecuencia vibracional desde
la que generamos las actitudes y acciones del día a día.
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Una nueva entrega
de Recordando lo que
Es se publica en
este blog cada domingo.
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