En la anterior entrega de Recordando lo que Es, dentro del replanteamiento de lo que se
entiende por real que está llevando a cabo la ciencia contemporánea y su
conexión con lo percibido y divulgado por antiguas culturas y tradiciones
espirituales, se abrió la reflexión acerca de que por debajo de lo que
percibimos hay algo más poderoso y fundamental y, desde luego, más real, aunque
sea totalmente intangible. Esto es precisamente lo que la física está
revelando: en el núcleo del mundo material y cuanto lo compone hay una realidad
no física que puede ser denominada ondas de probabilidad, información,
consciencia... Así, el físico Jeffrey Satinover ha señalado: “La materia, sea
lo que fuere, no tiene nada en esencia; es completamente insustancial. Lo más
sólido que se puede decir sobre ella es que se parece mucho a un pensamiento;
es como una pizca de información concentrada”. Una nueva forma de comprensión
de lo real que tuvo uno de sus más notables pioneros en el filósofo inglés
Herbert Spencer, nacido en 1820, quien postuló la existencia de una “energía
infinita y eterna de la cual proceden todas las cosas”. Línea de investigación
que ha ido evolucionando con aportaciones como las del genial físico,
matemático e ingeniero Nikolas Tesla -señaló que en el núcleo de lo material hay
una realidad no física que se expresa como vibración y tiene su razón de ser en
información, consciencia o pensamiento- o el antropólogo y lingüista Gregory
Bateson -llegó a afirmar que “la mente es la esencia de la vida”-. Gracias a
científicos como ellos, en el siglo XXI se empieza a describir la realidad
substancial de cuanto existe como energía vibratoria asociada a alguna
modalidad de información. La
Teoría de Cuerdas, por ejemplo, sostiene que las partículas
fundamentales no son puntos, como ha mantenido la teoría de partículas
convencional, sino cuerdas, objetos extensos y vibratorios. Para el físico
David Gross, premio Nobel y uno de los máximos expertos en dicha teoría,
partículas como el electrón o la radiación electromagnética corresponden sencillamente
a las vibraciones de menor energía. En palabras de Fritjof Capra, prestigioso
físico fundador del Instituto Elmwood, “no resulta inverosímil pensar que todas
las estructuras del Universo (desde las partículas subatómicas hasta las
galaxias y desde las bacterias hasta los seres humanos) sean manifestaciones de
la dinámica auto-organizadora del Universo, que hemos identificado como la Mente Cósmica ”.
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Una nueva entrega
de Recordando lo que
Es se publica en
este blog cada domingo.
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